viernes, 17 de enero de 2020

LOGRAR EL DERECHO A LA SALUD DE LAS Y LOS MEXICANOS

Estamos luchando por lograr los cambios políticos, sociales y económicos necesarios para cumplir con nuestros objetivos de la Cuarta Transformación en México, con el apoyo de la mayoría de diputados y senadores, hemos logrado hacer las reformas necesarias en las leyes, los planes y programas, que les den el soporte jurídico y financiero para lograr su operatividad.
 
Sin embargo a más de un año, que iniciamos el cambio del régimen, estamos enfrentando una intensa oposición, de los conservadores de derecha, que ha incluido su estrategia mediática de comunicación, en el marco de su guerra psicológica, para descalificar y posesionar en la mente de nuestra población la animadversión contra nuestro presidente y la 4T, sus absurdos y mentiras lamentablemente se posesionan y logran ir minando la credibilidad sobre nuestra lucha. Por otra parte se siguen sumando algunos gobernantes y funcionarios, de las instituciones del sector salud, serviles al régimen de oprobio y al modelo neoliberal que pretendemos cambiar.
 
Así, desde que empezamos este 2020, al iniciar el cumplimiento del evidente compromiso asumido, en el marco de la 4T y de nuestro movimiento, para lograr que el Estado mexicano, garantice el derecho a la protección de la salud de su población, cumpliendo con el compromiso constitucional y los cambios de la reforma a la Ley General de Salud del 29 de noviembre de 2019, donde se establece que la coordinación del Sistema Nacional de Salud está a cargo de la Secretaría de Salud, en lo que hace a la prestación gratuita de los servicios, medicamentos y demás insumos asociados que requieran las personas sin seguridad social, donde la competencia recae en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), y se le faculta al Ejecutivo federal  generar las bases, conforme a las cuales las entidades federativas y la Federación, llevarán a cabo tales acciones y deberán formular el programa estratégico, para definir la progresividad, cobertura de servicios y el modelo de atención, con las disposiciones reglamentarias, quedando claro que el Insabi es un instrumento más para garantizar el derecho a la protección de la salud.
 
Desaparece el mal llamado seguro popular, con sus prevalecientes corruptelas, que han lesionado los intereses de las redes de funcionarios federales y estatales, administradores de estos fondos, y las empresas suministradoras de bienes y servicios, beneficiarias de los fondos financieros mal habidos, con sus sobrecostos estratosféricos en el suministro de medicamentos, insumos, equipos y servicios subrogados, que les llegaban hacer disponer legalmente con convenios facilitadores que los gobiernos del régimen de oprobio les facilitaba, ese es el fondo de las resistencias y oposiciones rabiosas de los gobernantes y empresarios que han estado, desde el 1 de enero, con su estrategia y acciones mediáticas en todos los medios de comunicación de posesionar en las mentes de los ciudadanos la negatividad, fomentando los miedos y las angustias para imponer el rechazo de estos cambios trascendentales en nuestro futuro político y social.

Los trabajadores de la SSA, hemos vivenciado desde las unidades de salud, como desde su creación, el seguro popular ha estado inmerso en la simulación, la opacidad y la corrupción, con sus lacras de desabasto de medicamentos, carencias de insumos y equipos materiales y humanos, para la atención debida de los usuarios de los servicios de salud, de la denominada población abierta, sin cobertura por la seguridad social. Son redes delincuenciales del poder, que se resisten al cambio, son opositores irracionales, a que en esta etapa, en el marco del derecho a la salud, se logre  por mandato de la ley “la prestación gratuita de los servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados”, de todos aquellos habitantes del territorio nacional que carezcan de seguridad social.
Además de sus estrategias mediáticas, estamos enfrentando las resistencias de las redes del poder, conformada por directivos y administradores que por décadas se han conformado en las instituciones del sector salud, inmersos en sus intereses y visiones patrimonialistas, beneficiarios de la corrupción y al servicio del modelo neoliberal con sus lacras del enfoque mercantilista y deshumanizante que ha prevalecido en los procesos de atención a la salud y la enfermedad de nuestra población. 
Por eso se hace necesario que el gobierno federal no solo fortalezca las estrategias de comunicación que contrarresten la guerra psicológica de los conservadores, donde logremos posesionarnos en los medios, principalmente en la televisión, radio y prensa, sino además desmantelar las estructuras del poder de los funcionarios, que evidentemente sirvieron y siguen sirviendo a la mafia del poder del pripanismo, desde las instituciones del sector salud, donde lamentablemente, desde abajo, en la operatividad de los servicios en las unidades de la SSA, el IMSS y el ISSSTE, en los estados, seguimos vivenciando y padeciendo sus estilos de dirección que constituyen una gran amenaza para lograr las políticas, los planes y programas que están dirigidos a lograr el disfrute pleno al derecho de la salud de todos y todas las mexicanas.
El derecho a la protección de la salud es uno de los elementos fundamentales de nuestro futuro político y social, como ciudadanos participantes en una democracia, nos corresponde ejercerlo, tenemos la obligación de exigir su cumplimiento.