viernes, 29 de abril de 2016

NIÑOS Y SALUD MENTAL EN MÉXICO

Los profesionistas de la salud mental, sí de algo, estamos muy conscientes, es que el estado biospsicosocial, por el que transita la infancia del ser humano, es determinante en su destino, porque en esta etapa de evolución se construyen las estructuras, en esos diferentes niveles de integración, que permitirán el desempeño de los roles en los diferentes ámbitos de la vida, así como el anhelado bienestar, con sus enfermedades, discapacidades y demás limitaciones que obstaculizan sus desempeños. La infancia es destino para los seres humanos, su situación en gran medida, también refleja el estado que guarda el nivel de desarrollo humano y social de nuestras sociedades, pero sobre todo, la situación de las políticas públicas de los gobernantes y de sus inversiones, en los programas dirigidos a disminuir los factores de riesgo que obstaculizan su desarrollo y transgreden sus derechos humanos fundamentales.

Resulta que la pobreza que padecemos en México, prevalece victimizando más a la población infantil y adolescente, de acuerdo con el estudio Pobreza y derechos sociales de niños y adolescentes en México 2012-2014, presentado, esta semana, por la Unicef y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), refiere en el país, que el 53.9 por ciento de ese sector poblacional, es decir 21.4 millones, viven en esa condición, lo cual no es nada nuevo, ya que esta situación prevalece desde finales del siglo pasado, son niños y niñas mal alimentados, con algún nivel de desnutrición, sin acceso pleno a los servicios de salud, seguridad social, con problemas educativos, viviendas inadecuadas, con padres inmersos en problemas socioeconómicos, víctimas de la grave desigualdad económica que tenemos, donde mejorar sus ingresos económicos y aumentar el gasto social en ellos, representa el mayor reto de los gobernantes.

Esta situación, de pobreza, los expone a la deficiente estimulación, control parental inadecuado,  ambientes disfuncionales, estrés psicológico, apoyo social inadecuado y a la depresión de los padres, además, en comunidades afectadas por la pobreza, la violencia y el abuso son frecuentes. Son situaciones que generan el fondo de los problemas de salud, como la alta mortalidad y morbilidad  infantil que tenemos por enfermedades prevenibles, los problemas de aprendizaje, trastornos de conducta, la delincuencia infanto-juvenil, los embarazos en adolescentes y la violencia en todas sus manifestaciones, son circunstancias que afectan el bienestar general y pueden inducir trastornos mentales en los niños más vulnerables. Uno de los grandes pendientes es tener estadísticas fidedignas que nos muestren el estado que guarda la salud mental de los niños en nuestra sociedad, tan sólo el informe de Evaluación del Sistema de Salud  de La OMS, publicado en el año 2011, (http://www.who.int/mental_health/who_aims_country_reports/who_aims_report_mex  co_es.pdf), nos informa que el 24.7% de los niños y adolescentes se encuentran afectados por uno o más problemas de salud mental. Los trastornos más recurrentes son problemas de aprendizaje, retraso mental, trastornos de ansiedad y por déficit de atención, depresión y uso de sustancias, así como intentos de suicidio. Se estima que  La epilepsia tiene una prevalencia de 1.6% en niños de población urbana y de 2.1 a 4.1% en niños de población rural. En las escuelas de educación especial de la Secretaría de Educación Pública, se atienden anualmente a un número aproximado de 140 mil niños con problemas de aprendizaje; 35 mil por deficiencia mental; 12 mil por problemas de lenguaje; ocho mil por trastornos de la audición; tres mil por impedimentos motrices y dos mil por problemas de la conducta, 5 de cada mil niños sufren retardo mental. Por si fuera poco el primer estudio sobre la prevalencia del autismo en México, hecho por la  Universidad McGill Health Centre, de Canadá, esta semana, informó también que uno de cada 115 niños y adolescentes vive con este padecimiento.

En el marco de los recursos existentes, la población atendida de niños y adolescentes asciende a 27% en unidades ambulatorias y a 6% en hospitales psiquiátricos, de los 544 establecimientos ambulatorios de salud mental sólo el 3% está destinado a niño(a)s y adolescentes, que ofrecen atención a 310 usuarios por cada 100,000 habitantes. En el país, hay 13 unidades de internamiento psiquiátrico en hospitales generales con un total de 147 camas, lo que representa 0.14 por cada 100,000 habitantes. El 8% está reservado para niños y adolescentes. Del total de pacientes atendidos, 60% fueron mujeres y 9%, niños o adolescentes, Existen 46 hospitales psiquiátricos, de los cuales 13 corresponden al sector privado y 63% están integrados con establecimientos de salud mental ambulatorios. Hay 5 camas por cada 100,000 habitantes y únicamente el 3% están reservadas para niños o adolescentes. Pocas escuelas de nivel medio y medio superior cuentan con psicólogos o realizan actividades de promoción y prevención en salud mental. Se estima que el 5% de las escuelas primarias y secundarias cuentan con un profesional de tiempo parcial o completo y en algunas (entre 21% y 50%) se realizan actividades para promover la salud mental.

Tenemos que afrontar las necesidades de la salud mental de los niños, no es posible que en este milenio no contemos con una red de atención primaria para lograr fomentar y promover los factores protectores que influyen favorablemente en su salud mental, logrando prevenir los trastornos mentales y limitar sus daños, para que el niño continúe su desarrollo armónico y plano de sus capacidades, donde el derecho a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral no sea letra muerta en las leyes que lo estipulan. 


viernes, 22 de abril de 2016

ABUSO SEXUAL EN NIÑOS Y NIÑAS EN MÉXICO

En el marco de la lucha contra la violencia infantil, uno de los grandes pendientes, de las políticas públicas y de nuestras sociedades, ha sido disminuir el abuso sexual contra los infantes, problema que desde el siglo pasado se ha ido incrementando y que fue referido por la UNICEF, en El Informe Nacional sobre Violencia y Salud del año 2006 (http://www.unicef.org/mexico/spanish/Informe_Nacionalcapitulo II_y_III pdf), el cual indicaba que durante los últimos 25 años, dos niños menores de 14 años han muerto asesinados cada día, además, entre un 55 y un 62% de niños y niñas dicen haber sufrido alguna forma de maltrato (físico, emocional o sexual) en algún momento de su vida. Luego ante la ausencia de respuestas del gobierno federal y sus instituciones públicas, para lograr hacer un frente integral contra este problema, con un programa inmerso en estrategias y acciones, Marina Mandujano Curiel, directora general del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (Ceameg) de la Cámara de Diputados, denuncio en el años 2013,  que como país, ocupábamos el primer lugar mundial en “abuso sexual, violencia física y homicidios de niños y niñas menores de 14 años”, con base en datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que registraba, además que de 4.5 millones de niños y niñas que sufren abuso sexual en México, solamente el 2% de los casos se conocen en el momento que se presenta el abuso.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS): “El maltrato o la vejación de menores abarca todas las formas de malos tratos físicos y emocionales, abuso sexual, descuido o negligencia o explotación comercial o de otro tipo, que originen un daño real o potencial para la salud del niño(a), su supervivencia, desarrollo o dignidad en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o  poder.

El Abuso sexual de los niños y niñas, ocurre cuando alguno de sus padres, cuidadores o responsables de ellos, involucran la explotación sexual del menor o sirve para gratificar o estimular sexualmente al adulto. Abarca un amplio rango de comportamientos que pueden incluir contactos de naturaleza sexual, como contactos corporales, con o sin penetración del pene, digital o con objetos, en la vagina o el ano. Pueden ser también comportamientos, que no incluyen contactos como comentarios de índole sexual, exhibicionismo, masturbación, voyeurismo, la exposición a material pornográfico, como hoy que se suman las cuentas personales en Internet, donde se exhiben imágenes de explotación sexual a menores, cuyas edades oscilan entre los cuatro y los 16 años.

Los abusos sexuales hacía los niños, son conductas criminales que atentan y lesionan gravemente su salud sexual y mental, dañando el desarrollo de la personalidad de los menores, que han estado inmersas en la impunidad, por la inacción de los familiares, de las autoridades institucionales en escuelas, guarderías, iglesias, que generalmente encubren estos hechos, evitando las denuncias correspondientes ante las autoridad, de los pederastas, paidofílicos, explotadores, traficantes y mercaderes de la sexualidad en nuestras sociedades. 

La no cultura de la denuncia, sumada a la desinformación para conocer y reconocer este delito, además de los prejuicios y tabúes, que prevalecen en el seno de las familias y nuestra sociedad, sobre la sexualidad humana, más el desinterés de los investigadores y autoridades por generar el conocimiento sobre este tema en México, ha generado que no existan fuentes estadísticas oficiales confiables, actualizadas y homogéneas, además de los perfiles y variables, fundamentales que se encuentran inmersas en esta problemática, y que son importantes para la planeación y programación de los servicios en la atención de este problema, que generalmente son brindados segmentados y sin la acción multidisciplinaria que se requiere.

Generalmente las referencias estadísticas, de este problema, están fundamentadas en los procesos de atención de las instituciones responsables como el DIF y su Procuraduría de Defensa del Menor y la Familia, en los estudios sobre el Maltrato que el INEGI ha integrado en los censos de población y en  la Consulta Infantil y Juvenil 2012, organizada por el IFE, que incluyó la investigación para captar las declaraciones de las niñas y los niños que participaron, respecto al haber sido víctimas de algún abuso de tipo sexual, como lo es que algún familiar toque su cuerpo y les pidan mantener eso en secreto o que ellos expresen que les molesta.  Los datos que se obtuvieron, en este último estudio(http://www3.diputados.gob.mx/camara/content/download/.../IEC_SVNAD.pdf), son relevantes: a nivel nacional se observa que existe una mayor proporción de niños que reconocieron el abuso por parte de algún miembro de su familia, que de niñas. En los más pequeños, de 6 a 9 años, el 13.1 por ciento de niños, declararon haber sido tocados por algún familiar, mientras que sólo el 9.4 por ciento de las niñas reconocieron. De las niñas de 10 a 12 años, 6.2 por ciento han sido víctimas de algún abuso, así como 9 por ciento de los niños. De las adolescentes de 13 a 15 años 4.6 declararon haber sido tocadas por algún familiar, así como 6.1 de los adolescentes. En Nuevo León, en los niños de 6 a 9 años prevaleció que el 9.3% de las niñas y el 12.6%, existieron tocamientos corporales  presuntamente sexuales por algún miembro de la familia, en tanto en las edades de 10 a 12 años, fue el 7.6%  de Niños y el 10.9% de niñas, finalmente en el grupo de 13 a 15 años, prevaleció esta conducta, en el 5.4% de los niños y el 4.1% de la niñas.

A diferencia del vacío legal que existe en Nuevo León, el código penal federal establece desde el año pasado, en el artículo 205, que los delitos de pederastia y abuso sexual de menores son imprescriptibles, con penas que van de los nueve a los 18 años de cárcel y multas de 750 a 250 días de salario. Necesitamos conocer y reconocer la existencia del abuso sexual, como una de las manifestaciones más perversas de la sociedad de la violencia,  que padecemos, no sólo  se trata de atender y combatir, sino de generar  acciones de prevención contra la violación de derechos humanos de la infancia, especialmente aquellos como tener una vida plena y de acuerdo con los derechos humanos universales, entre ellos la libertad sexual y el respeto a la dignidad humana.

viernes, 15 de abril de 2016

FORTALECER LA ATENCION PRIMARIA EN LOS SERVICIOS DE SALUD EN MEXICO


En tanto las políticas de salud de los gobernantes, funcionarios, políticos, académicos y expertos de las ciencias de la salud pública, se debaten entre lograr, reformas del sistema de salud pública o sobre la seguridad social, que garantice la universalidad y equidad en el acceso a los servicios requeridos de salud en México, es necesario priorizar y jerarquizar la inversión financiera, en fortalecer la Atención Primaria a la Salud (APS), logrando cuando menos que esta estrategia sea integrada en todos los niveles de atención a la salud, donde cabalmente pueden desarrollarse todos los niveles de prevención, que urgen ser fomentados en el marco de un modelo de atención médica integral, en todas las unidades del sector salud, considero que en estos momentos es posible, en la circunstancias financieras, legales y políticas de nuestro país y sus estados.

Esta estrategia de APS que fue definida en la conferencia de Alma Ata en 1978, y que comente en el artículo anterior, en este blog, estableció un avance para superar los modelos biomédicos, centrados en la enfermedad que privilegian servicios curativos, caros, basados en establecimientos de segundo y tercer nivel por modelos basados en la promoción de salud y preventivos de la enfermedad a costos razonables para la población. Fue una estrategia que desde los ochentas fue refrendada en 1988 por Guillermo Soberon y Jesús Kumate en un ensayo denominado “Salud para Todos, ¿utopia o realidad?”,   (Edición del Colegio Nacional- México- 1989), ambos fueron, ex -Secretarios de Salud de México, Soberon en el periodo 1982-1988, y Kumate de 1988 a1994, quienes no lograron su cabal implementación, fueron víctimas del poder de las políticas neoliberales, en el desmantelamiento del estado de bienestar, obstaculizando las políticas de desarrollo social, como las de salud, sumándose luego desde sus fundaciones a ese neoliberalismo, donde hoy priorizan sus intereses económicos y políticos, influyendo importantemente en las políticas de salud vigentes en México, que obstaculizan el disfrute del derecho a la salud de todos y todas las mexicanas.

Resulta que al revisar el Plan Estatal de Desarrollo 2016-2021 (PED), publicado  desde el pasado 3 de abril, en la página oficial del gobierno de Nuevo León, (http://www.nl.gob.mx/publicaciones/plan-estatal-de-desarrollo-2016-2021), observo como los elementos diagnósticos, en el rubro de la salud de nuestra sociedad, muestran los problemas que lamentablemente siguen sin ser correspondidos con propuestas, donde las acciones y estrategias, integren cabalmente el paradigma de la salud pública, donde el eje sea el enfoque holístico y la prevención deje de ser un concepto reduccionista, sólo empleado como un terminó vacio, en la concepción de la sabiduría popular prevaleciente “es mejor prevenir que lamentar.”

En una atrevida síntesis de este tema de salud, contenida en ese documento, resulta que nuestra sociedad nuevoleonesa, vive con la trágica realidad de ser mayormente enfermiza por las infecciones respiratorias, digestivas y urinarias, estas constituyen más del 82% de los motivos de consulta en las unidades del sector salud. En tanto Las principales causas de muerte en la entidad son las enfermedades del corazón (19.14 %), los tumores malignos (12.46 %), y la diabetes mellitus (7.11 %), Nuestro estado ocupa el primer lugar en la prevalencia de diabetes entre la población de 20 a 59 años de edad, el 75 % de los pobladores sufren de sobrepeso u obesidad, que es el principal factor detonador de las enfermedades crónico-degenerativas. El cáncer de mama y el Cervico- uterino siguen siendo una de las primeras causas de muerte, en mujeres mayores de 25 años. Nuevo León es uno de los estados con mayor carga para tuberculosis (TB); en el  área metropolitana se registran el 91.6 % de casos, de los cuales 64.1 % corresponden a hombres y 35.8 % a mujeres; el 83.6 % fueron casos nuevos con localización pulmonar,

En relación a los trastornos mentales, resulta que solo el 18 % de personas que cursa con este padecimiento, del mas de 30% de las personas, que se estima cursan con algún padecimiento,  recibe el servicio que necesita. En materia de adicciones, se observa que la problemática continua prevalente en nuestra entidad; el 26.7 % de la población en el estado consume tabaco (existen más de 1.2 millones de fumadores/as),del 70 % consume bebidas alcohólicas, de los cuales el 28 % las toman cada fin de semana hasta embriagarse. En cuanto a drogas ilegales, se ha encontrado que más del 55 % inician su uso entre los 10 y 14 años y casi 40 % entre los 15 y 19. Las drogas de inicio son tabaco, alcohol y mariguana, y las drogas de impactos son, en más del 30 % de los casos, la mariguana, 25 % el alcohol y casi 20 % los inhalables.

Lo más lamentable es la situación de salud de los Jóvenes, sus principales causas de defunciones, son los homicidios, que actualmente representan el 32.4 %, seguido de accidentes, con 14.9 % suicidios con 7.6 %, y VIH/sida, con el 3.2. El 11.2 % de los jóvenes neoleoneses fuma a diario, el 53.9 % ingiere bebidas alcohólicas 22 y el 55.6 % de los pacientes farmacodependientes que se atendieron en instituciones de salud públicas eran jóvenes de entre 15 a 24 años, una de cada tres mujeres embarazadas atendidas por Sistema de Salud de Nuevo León son adolescentes (12-19 años), constituyendo un grave problema de salud sexual y reproductiva.

En este PED, en el tema de salud se refiere como objetivo general:  “Promover en la población de Nuevo León la corresponsabilidad de crear una nueva cultura de vida saludable, facilitando el acceso oportuno y equitativo de los servicios de salud pública, atención médica y protección contra riesgos sanitarios, bajo estándares de eficiencia y calidad.” Luego se plasman 3 estrategias, con 31 líneas de acción, sin ninguna referencia al fortalecimiento pleno de la cobertura total en la atención primaria a la salud en el marco de un modelo integral de atención médica donde la participación organizada de la comunidad sea armonizada con la definición ciudadana que enarbola el gobernante actúa, finalmente en su presentación de indicadores, integran uno sólo: prevalencia de escolares con sobrepeso, donde se pretende lograr al 29%, sigo conmocionado por la ausencia de los otros indicadores importantes de los problemas de salud referidos en ese diagnostico, quizás si se plasmen en el programa sectorial que obliga la ley.

En fin, los problemas de nuestra salud pública en Nuevo León, mostrados en este documento, que en sus ediciones anteriores, la mayoría de ellos se repiten, siguen mostrando el fracaso del modelo de atención a la salud que ha prevalecido, donde predomina mas la medicina curativa sobre la medicina preventiva, es algo, por lo que desde los setentas del siglo pasado, hemos luchado proponiendo incluso reformas trascendentes en la planes y programas de estudios de los diferentes profesionales y técnicos que luego integran los equipos de salud en las unidades, clínicas y hospitales del sistema de salud.

Es esta atención primaria, que enfatiza las acciones en la medicina preventiva y la participación activa organizada de la comunidad, que no hemos logrado en México, por los intereses políticos y económicos inmersos en los planes y programas de los gobernantes, Urge rediseñar los programas que hasta ahora no han funcionado, en cada nivel de atención, primero, segundo y tercero se pueden desarrollar todos los niveles de la anhelada prevención. Por ejemplo en el primer nivel se pueden desarrollar acciones de prevención primaria, secundaria y terciaria, tal es el caso de la prevención terciaria en cuanto a acciones de rehabilitación en el primer nivel de atención.

Este documento legal del PED, según nuestro gobierno tiene la Visión: “Hacer de Nuevo León un estado líder con niveles sostenibles de desarrollo económico, social, humano y ambiental, garantizando así el bienestar de todos sus habitantes. Esto se logrará a través de una ciudadanía comprometida e instituciones eficaces que  muestren respeto a la legalidad en todas sus acciones. El desempeño en lo económico, social, humano y ambiental será comparable al de países desarrollados.”

Visión que corre el riesgo de convertirse en Ilusión, si nos comparamos con los países desarrollados, donde el desempeño tan sólo en salud pública ha logrado que la esperanza de vida se ubique en promedio en 80 años, donde sus gobiernos han disminuido notablemente los problemas de las enfermedades infecciosos y no se diga las lacras de pobreza y violencia social que padecemos, invierten hasta el 10% de su PIB, cuando nosotros no alcanzamos ni el 3%, pero lo más importante donde tienen Servicios Nacionales de Salud que garantizan la universalidad, integralidad, solidaridad y la redistribución, principios básicos en sus políticas sanitarias.

viernes, 8 de abril de 2016

OTRO DIA MUNDIAL DE LA SALUD EN MÉXICO


Ayer 7 de abril, se conmemoro, una vez más el día Mundial de la Salud, cuya finalidad es seguir promoviendo y fomentar la atención de los gobiernos, en sus sociedades para la mejoría de la calidad en la atención médica y la disminución de los padecimientos que les agobian. Celebrado desde 1950, con un tema de salud especifico, para una área de interés prioritario para los integrantes de la OMS, este año intitulado “Vence a la Diabetes”, tratando de que se conjunten esfuerzos de gobiernos y sociedades para intensificar la prevención, mejorar la atención, y reforzar su vigilancia para el diagnostico y tratamiento oportuno, de esta enfermedad considerada ya como una epidemia que como un tsunami sigue imponiendo una gran carga de mortalidad y morbilidad en el mundo. De acuerdo a la OMS (http://www.who.int/features/factfiles/diabetes/facts/es/index7.html), existen más de 348 millones de personas con diabetes en el mundo, de estos un 50 al 80% de las muertes se deben a causas cardiovasculares, convirtiéndose como una de las principales causas de enfermedad y muerte prematura y lo que es peor, el 80% de las muertes por diabetes se registran en países de ingresos bajos y medios, como el nuestro, el grupo más afectado es el de 35 a 64 años, además de ser causa importante de ceguera, amputación e insuficiencia renal, con grandes costos económicos en sus tratamientos. El Instituto Nacional de Salud Pública (http://www.insp.mx/avisos/3652-diabetes-en-mexico.html), refiere que desde el año 2000, la diabetes mellitus en México es la primera causa de muerte entre las mujeres y la segunda entre los hombres. En 2010, esta enfermedad causó cerca de 83 000 muertes en el país. A nivel nacional durante 2011, en 9 de cada 100 personas no aseguradas que se realizaron una prueba de diabetes, ésta fue positiva.

Si alguna prevalencia de enfermedad, representa el fracaso de las políticas públicas sobre salud, esta es una de las más representativas, primero porque una gran proporción de casos son fácilmente prevenible, algunas medidas simples están relacionadas con el modo de vida, se han revelado eficaces para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo2.,la mas prevaleciente, el mantenimiento del peso normal, la realización de actividad física periódica y una dieta sana pueden reducir el riesgo de diabetes; segundo su tratamiento y seguimiento oportuno evita las principales causas de discapacidad y muerte por esta enfermedad, ambas estrategias son responsabilidad de la medicina preventiva. Por otra parte, la Diabetes, sigue siendo el paradigma simbólico del modelo mercantilista que predomina en el ejercicio de la medicina en nuestros países y del modelo económico imperante en las políticas públicas, donde se priorizan las ganancias económicas sobre la salud, como ha sucedido en los intentos de contención de la voracidad empresarial, en sus ganancias por ventas de alimentos chatarra y los refrescos, sobre todo en los niños, causantes de la prevaleciente obesidad,  que en nuestro estado de Nuevo León, está presente en más del 70% de su población, exponiendo el riesgo de padecer diabetes y que ya padece el 15% de la población.

En nuestro país, los políticos gobernantes siguen aprovechando este día, con protagonismos que están más dirigidos a mejorar su posicionamiento mediatico, simulando interés, exhibiendo alguna acción de su gobierno en esta materia, o informando de sus políticas trascendentes sobre salud de su gobierno, nada trascendente que logre lo fundamental: otorgar los servicios de salud a sus habitantes satisfaciendo uno de sus derechos fundamentales, que en México sigue siendo el gran pendiente de las políticas públicas de los gobiernos  y sus planes nacionales de desarrollo, que nos ha dado un gran rezago, ubicándonos de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, (OCDE) en el último lugar, en términos de inversión, infraestructura y del sistema de salud que tenemos. En el Panorama de la Salud 2015, un informe de la OCDE, registran que en México el gasto total en salud per cápita y como porcentaje del PIB, sigue siendo mucho más bajo que en casi todos los demás países de la OCDE y critican el sistema de salud en México, afirmando que en el país “la calidad de la atención generalmente es más baja que en la mayoría de los demás países“, es necesario fortalecer el acceso a una buena atención primaria en México para que disminuya la hospitalización innecesaria de personas con enfermedades crónicas, como  la diabetes.

En nuestro país, la ceremonia oficial del Día Mundial de la Salud, el presidente Enrique Peña Nieto, encabezó ayer la ceremonia donde se firmó el Acuerdo Nacional hacia la Universalización de los Servicios de Salud, un pacto mas, que según él, lograra un sistema universal de salud, de manera gradual por medio de la portabilidad de servicios, entre las instituciones del sector, una simulación mas, que se suma a las realidades cotidianas del sistema nacional de salud, seguirá segmentado en sus operaciones, sin los recursos financieros y los marcos legales necesarios que logren el anhelado derecho a la salud de todos los mexicanos y mexicanas. El problema de la diabetes y la obesidad sólo fue referido en su problemática, ninguna política trascendente de salud especifica en el marco de la prevención y su atención. En Nuevo León, brillo por su ausencia el tema tanto en los medios oficiales como públicos.

El esfuerzo de la ONU, para lograr cobertura universal en salud, data desde los acuerdos de AlmaAta.” (http://www.promocion.salud.gob.mx/dgps/descargas1/promocion/1_                              declaracion_deALMA_ATA.pdf), celebrados a finales de los setentas del siglo pasado, que fijo como lema “Salud para Todos en el año 2000”, se pretendía cuando menos, lograr cobertura universal en el primer nivel de atención, hasta la fecha la universalidad de la atención médica para todos los habitantes, sigue siendo uno de los grandes pendientes no sólo en México, sino en el mundo. Lejos estamos, cuando menos de lograr la meta de “salud para todos”, de esa Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud de Alma-Ata, organizada por la OMS/OPS y UNICEF, donde concluyeron subrayando la importancia de la atención primaria de salud como estrategia para alcanzar un mejor nivel de salud de los pueblos, acordando que “La atención primaria forma parte integrante tanto del sistema nacional de salud, del que constituye la función central y el núcleo principal, como del desarrollo social y económico global de la comunidad. Representa el primer nivel de contacto de los individuos, la familia y la comunidad con el sistema nacional de salud, llevando lo más cerca posible la atención de salud al lugar donde residen y trabajan las personas, y constituye el primer elemento de un proceso permanente de asistencia sanitaria. La atención primaria forma parte integrante tanto del sistema nacional de salud, del que constituye la función central y el núcleo principal, como del desarrollo social y económico global de la comunidad.
Es esta atención primaria que no hemos logrado en México, por los intereses políticos y económicos inmersos en los planes y programas de los gobernantes, desde entonces, se han incrementado las brechas sanitarias existentes, con sus desigualdades en la atención de los usuarios, en un modelo de atención, donde predominan los intereses mercantilistas, donde la salud se pervierte convirtiéndose en una mercancía, las clases más beneficiadas económicamente tienen fácil acceso a los servicios privados, en tanto las clases bajas dependen de los subsidios del estado.  

Si las políticas de salud continúan así y se sigue sumando la deficiente integración de los gobiernos, servidores públicos y los diferentes sectores de la sociedad, sobre todo la sociedad civil, el sector empresarial y los medios informativos seguiremos lejos, de lograr los esfuerzos por prevenir y tratar la diabetes, que serán importantes para alcanzar la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3, consistente en reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles en una tercera parte para el año 2030.