martes, 29 de diciembre de 2015

FELIZ AÑO NUEVO, A FORTALECER A MORENA EN EL 2016


Este año, para MORENA fue su consolidación como movimiento-partido político nacional, el único que asumió, con la dirigencia de Andrés Manuel López Obrador, el imperativo ético de la política, congruentemente con nuestros principios y convicciones que enmarcan nuestros documentos básicos,  logrando el hecho histórico, de colocarnos como el único partido de oposición que en su primera elección logró colocarse como cuarta fuerza electoral, obteniendo casi cuatro millones de votos a nivel nacional. El camino no fue fácil, en tanto todos los partidos políticos, principalmente el PRI, PVEM, el PAN y el PRD continuaron con sus prácticas corporativas, clientelares y corruptas, que con el poder del dinero de sus mafias gobernantes y empresariales, otra vez engañaron y manipularon a los electores, cooptaron y compraron votos, sin que se haya hecho uso de la ley para frenarlos, menos para aplicar enérgicas sanciones, siguen y seguirán sin asumir la ética en sus conductas políticas.

En Nuevo León, resistimos, en congruencia con nuestros principios, dijimos no a las mafias empresariales y a los políticos pripanistas que disfrazados  como ciudadanos independientes enarbolaban un cambio y que pretendieron usar a MORENA como su vehículo para llegar al poder, nuestra postura fue firme y los rechazamos, hasta días antes de las elecciones, cuando pretendieron que renunciara nuestro candidato. Lograron engañar a la mayoría de los votantes, hasta políticos progresistas, algunos de izquierda y hasta académicos e intelectuales, que hoy se lamentan de sus apoyos a Jaime Rodríguez Calderón.
El hecho fundamental es que hemos mantenido nuestra lucha por los principios y nuestro proyecto alternativo de nación, para lograr acabar con este régimen de oprobio y fundar la cuarta república, que logre eliminar las lacras de corrupción, desigualdad e injusticia que nos siguen subsumiendo en la pobreza, el hambre y la violencia de todos los tipos en nuestra sociedad.

Los militantes de MORENA tenemos la obligación de seguir asumiendo el imperativo ético de la política, cumpliendo escrupulosamente con las obligaciones y responsabilidades que protestamos cumplir y hacer cumplir al integrarnos a nuestro partido movimiento. Lo anterior sólo es posible si cultivamos el conocimiento y logramos el aprendizaje de los contenidos en nuestros documentos básicos, cuya redacción fue hecha para facilitar su lectura y lograr este objetivo; sólo así fortaleceremos nuestra conciencia política y los férreos principios y convicciones para actuar con madurez y valentía, a nuestros adversarios que están tratando de destruirnos, por la opción victoriosa que representamos con MORENA y AMLO para la presidencia de México en el 2018.

En el 2016 nuestra tarea fundamental seguirá siendo fortalecer nuestro movimiento-partido con la unidad en la acción de todos y todas los protagonistas, para que al término de ese año contemos mínimamente con un comité de protagonistas por cada sección electoral, con un comité ejecutivo municipal en cada municipio, el comité ejecutivo estatal, el consejo estatal y las coordinaciones distritales; todos operando cabalmente en sus responsabilidades políticas, superando los obstáculos que el régimen pripanista seguirá generando, infiltrándonos, creando conflictos internos, cooptando y corrompiendo compañeros, hasta la represión militarizada con el encarcelamiento y desaparición de compañeros como ya ha sucedido en varias regiones del país.

Nada que no hayamos sufrido en las últimas décadas de lucha por la libertad, justicia y la democracia de nuestra amada patria, a la que cada año le deseamos prosperidad y bienestar para que en todos y todas las ciudadanas de nuestra nación prevalezca la felicidad; hoy que bregamos con MORENA lo reiteramos, deseando además que los políticos dejen de mentir, engañar, robar y que cultiven la honestidad y la congruencia en sus personas.

Feliz año nuevo 2016, con salud y larga vida a ustedes y todas sus familias.

sábado, 19 de diciembre de 2015

LA SOLEDAD Y LA SALUD


En estos tiempos otoñales del amarillo verdoso de la naturaleza, que preceden el blanco grisáceo del invierno, enmarcando las festividades navideñas, del fin de año y del inicio de uno nuevo, donde los llamados a convivir y compartir los sentimientos fraternales y solidarios, se fomentan en el seno de las relaciones sociales, resulta paradójico la visible prevalencia del incremento de los estados depresivos, algunos de ellos denominados eufemísticamente como depresión estacional, además de las crisis agudas de las enfermedades respiratorias con sus mortales consecuencias, sobre todo en los niños y los adultos mayores
Donde debiera predominar la alegría, la felicidad por compartir, en las que se proyectan la cantidad y calidad de las relaciones sociales y afectivas, que hemos desarrollado en el curso de nuestra vida en los diferentes ámbitos, desde la familia, los amigos, en el trabajo y en los diferentes grupos donde nos relacionamos socialmente, en la escuela, en nuestra profesión, en la política, surge la soledad perjudicando la salud y en algunos casos la muerte.

Hablamos de la soledad, caracterizada por el asilamiento emocional de la persona y el estar solo, sin acompañamiento de una persona u otro ser vivo, a pesar de tener sus redes sociales, en los que se incluyen sus grupos primarios,  que puede afectar al individuo y suele ser percibida como desagradable, causando depresión, aislamiento y reclusión, dando como resultado una incapacidad de establecer relaciones con los demás. No incluimos la soledad inducida por la privación voluntaria de ese acompañamiento, donde los tiempos y espacios se aprovechan y disfrutan en el goce de experiencias, actividades lúdicas, de reflexión filosófica o espiritual.
Para quienes trabajamos en la salud mental, este rubro, el de la calidad y cantidad de las relaciones sociales de las personas, es obligado a explorar en el marco del diagnostico de alguno de los trastornos mentales, porque constituye uno de los elementos más importantes de los humanos, tiene su espacio en la denominada historia clínica psiquiátrica, que usamos en el proceso diagnostico y en los diferentes criterios que enmarcan las categorías diagnosticas de los diferentes sistemas de clasificación existentes para los trastornos mentales, desde el ICD-10 hasta el DSM-5.

Hace años especulábamos, que en las personas con una mayor cantidad y calidad de las relaciones sociales, existe una mejor salud mental y esta genera mejores tiempos con vida saludable, menos enfermedades y más prevención de muertes, aun las personas que padecen alguna enfermedad crónica, que no se integran a la soledad, que siguen motivados por relacionarse, mantienen una calidad de vida aceptable que les permite ser felices sin deprimirse evitando hasta su muerte prematura. Pues bien, hace unos días, la Revista IntraMed News No. 880,  publicado en internet en la pagina: ‏http://www.intramed.net/contenidover.aspcontenidoID=88189&uid=195609     &fuente=inews, en su sección,  Ciencia y praxis de la soledad, Gonzalo Casino, público un artículo “Sobre los efectos perjudiciales del aislamiento humano y su estudio científico” Donde nos refiere que Un metaanálisis  publicado en 2010 en PLoS Medicine y realizado con los datos de 148 estudios observacionales, llegó a la conclusión de que la influencia de las relaciones sociales sobre el riesgo de muerte es comparable a la de otros factores de riesgo, como el tabaco o el consumo de alcohol, y superior a la de la inactividad física y la obesidad.”
Aunque nos refiere, que lo que nos falta, es estudiar cómo se pueden “recetar” relaciones sociales para reducir el riesgo de enfermar y morir prematuramente, más allá de todo el mundo, observamos, que más que una prescripción, debiera de ser la obligación sistemática de los médicos y todos los trabajadores de la salud,  fomentar acciones en el proceso de atención integral a todas las personas que permitan considerar las relaciones sociales como otro de los factores de riesgo del proceso salud-enfermedad de las comunidades.

Lo difícil es lograr que la gran mayoría de los médicos cambien paradigmas en sus procesos de atención, superando enfoques reduccionistas, deshumanizantes, inmersos en el mercantilismo, promotor del individualismo y la cosificación de la relación humana, donde sus enfoques siguen predominando con el biologismo, en sus diferentes niveles, desde el molecular, genético hasta la organicidad de los tejidos y los diferentes sistemas que integran nuestro ser físico, muy lejos de la visionaria y ya legendaria definición de la salud, como “el completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad e invalidez física” que la OMS, nos definió el siglo pasado, esperando fuera rectora de nuestras acciones sobre la salud y las enfermedades de nuestra población.
El individualismo sumado al reduccionismo científico en la visión de los problemas humanos, ha sido una de las lacras que nos ha estado legando el neoliberalismo vigente, con sus sistemas destructivos de la naturaleza, de las relaciones sociales fraternales y solidarias, de las acciones colectivas, comunitarias dirigidas a enaltecer el bienestar de las poblaciones, donde predominen valores y principios fortalecedores del humanismo, lejos de su endiosado mercado, mas lejos de sus voraces ambiciones por las ganancias económicas, retomando la importancia del ser más que el tener, esto es el asunto más complejo, cambiar este rumbo sería lo ideal y acabaría con la proliferación de la soledad que hoy se multiplica como uno de los problemas más trascendentes del ser humano en todas las sociedades desde las denominadas desarrolladas hasta las de desarrollo medio y bajo.

Finalmente, estamos de acuerdo que la soledad es un sentimiento complejo y difícil de estudiar científicamente, no porqué puede, si no con determinación decimos, este estado es definido por las circunstancias sociales, económicas, biográficas, psicológicas y de salud, circunstancias que son definidas por los políticos en el poder y sus servilismos al neoliberalismo que nos domina en el mundo.

viernes, 11 de diciembre de 2015

VIOLENCIA Y SALUD MENTAL


Estamos viviendo en México y en nuestro estado de Nuevo León, el incremento de las diferentes formas de violencia en el seno de nuestras sociedades, derivadas de las condiciones que facilitan la aparición de estos fenómenos,  principalmente por  las estructuras sociopolíticas y económicas como la represión, la marginación o la pobreza que los políticos gobernantes en el poder, persisten en seguir reproduciendo.
Por un lado el poder presidencial de Enrique Peña Nieto, sustentado en el apoyo de las mafias de las oligarquías empresariales y mediáticas, sigue generando la precarización de nuestra economía, impulsando un reformismo letal de nuestros patrimonios nacionales, desde los recursos energéticos hasta los de las telecomunicaciones, ni que decir de sus ignominiosas reformas estructurales, que con la barbarie de la violencia del estado, con sus agentes represores, militarizada por el ejército, la gendarmería nacional y sus policías locales, siguen generando presos políticos, muertos y lesionados, no sólo en su guerra contra la delincuencia, sino además en su obstinada postura de imposición de estas reformas, sin la real participación de los agentes más importantes, como en el caso de su simulada reforma educativa, sin los maestros. A tres años de este nefasto gobierno, el recuento de los daños, nos hace ratificar, lo que en este blog ya habíamos referido,  que la vuelta al poder de los priistas sólo lograría reproducir sus estilos de gobierno para fortalecer el régimen autoritario, corrupto, de oprobio, que han construido desde el siglo pasado, y que hoy aliados con el PAN y el PRD pretenden seguir imponiendo en todas las regiones del país.

Por otro lado, en Nuevo León, el gobernante enarbolador del cambio y de la “nueva independencia”, Jaime Rodríguez calderón, a tres meses de su gobierno, sigue generando las mismas políticas de los gobernantes corruptos e ineficaces, que decía combatir; sumándose a las mentiras, simulaciones y engaños, sin el imperativo ético, con sus posturas impositivas, sobre todo en relación a los impuestos, como el de la tenencia y ni que decir de las ausentes reformas administrativas y financieras que logren la anhelada austeridad y transparencia. Se suma el clásico nombramiento de sus principales funcionarios de los mandos medios y superiores, cubriendo los tradiciones del influyentismo, con las lacras del amiguismo, nepotismo y de pagos políticos a quienes le apoyaron en su campaña, sobre todo de los oligarcas empresariales, ausentándose la meritocracia de los servidores públicos, mandado al carajo la ley del servicio civil de carrera.  Ni que decir de la ciudadanización de los principales mandos superiores, menos de “llevar a “la cárcel” a los corruptos de las administraciones anteriores, empezando por el gobernador anterior: Rodrigo Medina.  Ha decepcionado hasta sus más idolatras, ilusionados por el cambio y sumándose al hartazgo manipulador mediático de la ciudadanía, que van desde políticos conservadores, progresistas o de izquierda, hasta académicos e “intelectuales” y los activistas ciudadanos que lo reverenciaban durante su campaña y en el periodo de tres meses de transición hacían su toma del poder, que lo invistió como gobernador de nuestro estado.
Se trata de políticos gobernantes fanatizados en el denominado gatopardismo politico, donde cambian todo para que nada cambie, de las estructuras sociopolíticas y económicas que mantienen su poder, perpetuando el régimen corrupto y de oprobio que vivimos los mexicanos a contentillo de los oligarcas que lo usufructúan. Son políticos que no cultivan la salud mental, ni jerarquizan la importancia de la inversión del estado, mediante programas integrales de atención que logren la prevención, el fomento y la atención de sus problemas y sus derivados fenómenos psicosociales como la Violencia.

Sus posturas políticas generan condiciones de privación de satisfactores mínimos del bienestar de la mayoría de la población, generando lacras como la pobreza y el  hambre, que sumado a la frustración social y política, con la identidad social amenazada y modos insuficientes de gestión de sus conflictos, prevaleciendo la desigualdad y percepción de injusticia. Lo anterior hace que nos alejemos de las vías de trabajo de fondo, en cualquier sociedad, que logran prevenir la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, política, colectiva, de género, familiar, infantil, escolar, etc.; donde no basta la conmoción reactiva ante las cifras estadísticas elevadas, que año tras año, se incrementan y las tragedias derivadas como ha sucedido con las feminicidios y asesinatos colectivos de los últimos años.  
Los ejes de trabajo, que recomendamos la mayoría de los profesionistas de las ciencias sociales y de la conducta humana son: la promoción de la igualdad, la justicia y la dignidad de las personas, el fomento de la tolerancia y el respeto al otro, la potenciación de la responsabilidad individual y colectiva, frente a la situación actual de difusión social de la responsabilidad, la facilitación de un enfoque constructivo en la solución de conflictos, la reducción de la disonancia cognitivo-emocional, en las creencias étnicas y políticas; la reducción de los procesos de justificación moral de la violencia y de la utilización de eufemismos al referirse a ella, el  fomento de conductas pro-sociales en las escuelas y en las instituciones de la sociedad; la promoción de políticas de perdón y de reconciliación; manejo positivo de las emociones inter-grupales; la reducción de la incertidumbre y el desconocimiento entre los miembros de grupos étnica e ideológicamente diferentes. Como vemos son ámbitos de la conducta humana que sólo logran integrarse en individuos cultivadores y promotores de la salud mental, de conformidad con la conceptualización que ya referimos, que los expertos en salud mental de la OMS han consensado y que desde este milenio luchamos por su integración a la psicología popular y el sentido común de todos y todas las ciudadanas.

Abrir un debate serio en nuestra sociedad, sobre las relaciones de la salud mental con todas las formas de violencia, es uno de los grandes pendientes de nuestros científicos e intelectuales para terminar con el prejuicio colectivo, de que los trastornos de salud mental explican un porcentaje significativo de la violencia prevaleciente, hecho que ha sido desmentido por la evidencia científica existente en las principales bases de datos internacionales como Psyinfo, Medline y Sociological Abstracts. La gran mayoría de las violencias es desarrollada por personas que no cursan con algún trastorno de salud mental.

viernes, 4 de diciembre de 2015

POLITICOS MAQUIAVELICOS

En los últimos meses, se han suscitado escenarios de acción política, lo mismo en los partidos políticos, con sus renovaciones de sus órganos de dirección, como en la toma del poder de gobernadores y alcaldes en nuestro país, que habían sembrado la esperanza de los anhelados cambios en sus comportamientos políticos para transitar hacía conductas diferentes y trascendentes que acaben con la simulación, la mentira y el engaño que ha demeritado el quehacer político, provocando el hartazgo de los ciudadanos y ciudadanas hacía la política.

Con frustración, observo persistentemente que en los políticos, de los diferentes espectros ideológicos de izquierdas, derechas y centros en México y más en nuestro estado, prevalece la denominada personalidad maquiavélica, referida por Alexandre Dorna, en la revista de Psicología Política, Nº 26, 2003, p.p. 7-23, publicada en internet en la página http://www.uv.es/garzon/psicologia%20politica/N26-1.pdf, donde describe sus características fundamentales, que son: la carencia de afectividad en las relaciones interpersonales, mostrando sus virtudes de la frialdad y la falta de apasionamiento en el contacto personal, sin faltar sus facies sonrientes, simuladoras de simpatías y el placer de la relación, muy lejos de la empatía, cínicos; son sujetos inmersos en el desinterés por la moralidad convencional en el comportamiento, inmersos en el pragmatismo: “el fin justifica los medios”; estan inmersos en los usos del poder por el poder, enfocados en la visión utilitaria de sus relaciones personales, lejos de subsumir la ética como  convicción en sus posturas políticas; obsesionados con manipular, no dudan en confabular, dirigiendo sus planes a satisfacer sus intereses, con su inalterable percepción del ambiente, en el que se encuentran con bastante realismo, integrado en su discurso, que es asertivo, sin la distorsión relevante que sus opositores señalan persistentemente, y por último son personas con muy poco compromiso ideológico, sin creencias verdaderas ni causas sagradas que defender, todo ello en ausencia de un psicopatología observable.
Más lamentable ha sido observar que no tienen la suficiente cultura, que cursan con deficiencias intelectuales, que limitan su campo de comprensión de los problemas que se les plantean, empecinándose en considerar, sólo como verdad su verdad subjetiva, limitando sus capacidades discriminativas, se valora superior supeditando la justicia y la moral social a sus propias ideas y convicciones y lo que es más grave: orgulloso de sí mismo y despreciativo de los que piensan diferente, con una imagen de perfección, capaz y fuerte ante los demás

La denominación “maquiavélica” ha sido usada como adjetivo en la terminología política, sustraída de la obra “El Príncipe”, que Nicolás Maquiavelo publicó en 1532 y que describe las argucias y los métodos inmorales empleados por los gobernantes para obtener y conservar el poder. Su leyenda ha  mezclado crueldad, maldad, mentira, traición e inteligencia. No obstante,  contrariamente a la idea difundida, Maquiavelo no aprueba esos rasgos del  príncipe, descrito por el mismo, sin embargo, estos rasgos comportamentales han servido para el estudio y la investigación de la psicología social, desde mediados  del siglo pasado, prefigurando la psicología del político maquiavélico.
Los políticos maquiavélicos deben transitar a la modernidad, abandonando su convicción de las inherentes maldades del quehacer político en los usos del poder y su perpetuación en el mismo.

viernes, 27 de noviembre de 2015

TERRORISMO, FANATISMO Y SALUD MENTAL

El último consenso de la American Psychiatric Association, en el marco de elaboración de los criterios diagnósticos de los trastornos mentales, concluidos en el DSM-5, define al trastorno mental así: “un trastorno mental es un síndrome caracterizado por una alteración significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental. Habitualmente los trastornos mentales, van asociados a un estrés significativo o discapacidad, ya sea social, laboral o de otras actividades importantes. Una respuesta predecible o culturalmente aceptable ante un estrés usual o una perdida, tal como la muerte de un ser querido, no constituye un trastorno mental. Un comportamiento socialmente anómalo (ya sea político, religioso o sexual y los conflictos existentes principalmente entre el individuo y la sociedad, no son trastornos mentales salvo que la anomalía o el conflicto se deban a una disfunción del individuo, como las descritas anteriormente.” (1)
 
Desde esta perspectiva los individuos fanáticos, en general, con sus diferencias evidentes, cristianas, judíos, musulmanes, nacionalistas, comunistas, fascistas y de todo tipo, no deben ser considerados como enfermos mentales, sólo si cursan con alguno de los trastornos psiquiátricos, como ha sido detectado en algunos líderes fanáticos (psicosis esquizofrénicas, estados paranoides, delirios, trastornos de personalidad). En los casos de los fanáticos terroristas, que integran la violencia como estrategia destructora de la vida humana a nombre de su causa sagrada, dogmatica y fundamentalista, sin tener alguno de estos trastornos psiquiátricos, no se puede decir que sean personas mentalmente sanas, son casos fronterizos del proceso diagnostico salud-enfermedad, donde se sigue enfrentando una gran debate de las ciencias de la conducta sobre la definición de criterios para asumir esta personalidad como patología psiquiátrica, sobre todo por las implicaciones judiciales, ya que un enfermo mental no es consciente de sus actos o su voluntad se altera, por sus enfermedad. Es el campo forense y judicial quien determina, según el dictamen psiquiátrico, si se le considera penalmente responsable, o de sí no era consciente de lo que hacía, como es el caso de la presencia de alucinaciones, teniendo un episodio psicótico, trastorno mental transitorio o demencial que provoca confusión, desorientación, deterioro de la memoria, etc, en el contexto del desarrollo del acto criminal.
 
Generalmente los fanáticos terroristas pueden tener problemas personales, en el seno de su personalidad, pero son conscientes de lo que desea, del objetivo que persiguen y del dolor que causan. Un “enfermo mental”, incapaz de pensar racionalmente, no tendría la frialdad y el autocontrol suficientes como para provocar acciones de tal envergadura, con tanta planificación y estructuración de una ideología determinada. Recodemos a la de muchos grupos terroristas que consideran que se les somete, que no tienen libertad, que les espera un mundo mejor más allá y por ello actúan poniendo bombas y asesinando. Buscan un aspecto de la realidad que les interesa (desempleo, inmigración, sometimiento, situación política, religiosa, etc.) y sobre esa creencia construyen su base y fortaleza para realizar y expresar lo que desean sin permitir la permeabilidad.

Desde mediados del siglo pasado, en el marco de los fanatismos de los regímenes fascistas y comunistas, algunos sociólogos y psicoanalistas, afirmaban que las conductas destructivas, donde prevalecía la devastación, las masacres y los holocaustos de las guerras, tenían su fundamento, entre otras cosas “en una personalidad patológica, contagiosa como la peste, y configurada por factores sociales y psicológicos que la convierten en vulnerable a la propaganda fascista”, como así lo afirmaba Theodor Adorno en su ensayo sobre la Personalidad Autoritaria (1950) donde los definía como “autoritario patológico” (2). Ya Wilhelm Reich en otro ensayo sobre “La psicología de masas del fascismo (1933), (3), planteaba que el fascismo era como la expresión política de las personas frustradas, el “pequeño hombre” reprimido dentro de una sociedad autoritaria. Luego Fromm, en su libro sobre el Miedo a la Libertad, destaca el carácter sadomasoquista de los dictadores mezclado con los rasgos narcisistas autoritarios (4). Desde entonces el fanatismo se ha investigado y se ha tratado de prefigurarlo como un trastorno de la personalidad, sin lograr un constructo definido de su personalidad patológica, aun con las evidencias de narcisismo, psicopatía y visión paranoica del mundo en los líderes fanáticos más extremistas que la humanidad ha tenido.

El uso político y religioso, de que fue objeto la psiquiatría en el siglo pasado, por los regímenes totalitarios, desde el nazifacismo y los diversos tipos de dictaduras comunistas y estados teocráticos, para enfrentar y reprimir a los opositores, sumado a la emergencia en el fomento del respeto a los derechos fundamentales humanos y sociales, ha llevado a grandes discusiones entre profesionistas y científicos de las neurociencias, para lograr definir estos comportamientos anómalos como enfermedad mental. El avance más trascendente fue cuando en el seno de la OMS se consenso definir la salud mental como la  “Capacidad del individuo, el grupo y el ambiente de interactuar el uno con el otro de forma tal, que se promueva el bienestar subjetivo, el óptimo desarrollo y el uso de las habilidades mentales (cognitivas, afectiva y relacionales), la adquisición de las metas individuales y colectivas en forma congruente con la justicia y la adquisición y preservación de las condiciones de equidad fundamental”, lo que refrendó que comportamientos como el de los fanáticos terroristas no evidenciarían cabalmente un trastorno psiquiátrico de la persona, pero si evidencian problemas en su salud mental.
Uno de los colegas investigadores hispanos, que más ha investigado, sobre la salud mental y el fanatismo es Alonso-Fernández F. (4) , quien ha concluido que el fanatismo es un  estado mental caracterizado por la adhesión tenaz y prolongada a ciertas creencias, donde sus ideas son absolutas, infalibles, eternas, ajenas a argumentos racionales, abominables del pensamiento lógico-racional, con intolerancia sistemática a los juicios y comportamientos discrepantes, vivenciados en su mundo fantaseado, mágico- religioso, con sus conductas marcadas por la afectividad en sus emociones irracionales, que en el fanático combativo sus ideales sobrevalorados son elevados a la categoría de dogma absoluto, con una gran carga afectiva que le hace deformar las experiencias y situaciones, lo que en psiquiatría se define como catatimia, generando Individuos de ánimo exaltado y preocupación enceguecedora hacía una determinada doctrina, que motiva un exceso de creencia en ella, con exclusión de cualquier otra y que causan acciones frenéticas en su defensa, donde su propia muerte los enaltece y les sirve de redención ante sus ídolos o su visión de la humanidad. Poseen, fragilidad del yo, tienen un “yo” muy débil, con un “súper yo”, muy rígido e inflexible en lo tocante a velar por los ideales del yo, aunque se desentiende de las inhibiciones morales, de los intereses altruistas y de las reacciones de culpabilidad.  

En relación a la estructura de personalidad, han sido descritas magistralmente, sus características, por A. Villarejo, Médico Forense del Instituto de Medicina Legal de Cádiz, en un ensayo publicado en Cuadernos de Medicina Forense, de España, publicado en la red http://scielo.isciii.es/scielo.php, donde concluye que es posible encontrar la mayoría de los siguientes rasgos en un importante número de personas fanáticas: 1. Autoimagen: combativa, donde la mayoría de los sujetos fanáticos se muestran egosintónicos y se ven a sí mismos como personas asertivas, arrogantes, altaneras, enérgicas y autoconfiadas, pero sinceros, fuertes y realistas y prefieren dar una imagen de dureza, falta de sentimientos, belicosa dominante y orientada al poder; 2. Estilo cognitivo: dogmático y dicotómico, con su rigidez y obstinación hacen que estos sujetos tiendan a mantener de forma pertinaz sus prejuicios y son incapaces de cambiar de opinión, mostrándose intransigentes con puntos de vista disidentes; 3. Su comportamiento observable es suspicaz/explosivo, donde Se comportan como los paranoides, con suspicacia extrema, con desconfianza hacia las intenciones de los demás que le hacen presentar actitudes defensivas y hostiles frente al mundo; 4. Tienen pobreza afectiva, son irascibles y con alta impulsividad, por lo que tienen predisposición a reaccionar con explosiones emocionales súbitas y bruscas de naturaleza inesperada e injustificada; 5. Su comportamiento interpersonal es extrapunitivo/sumiso, son despectivos y despreciativos, obtienen, al igual que los sádicos, satisfacción de la humillación, coacción e intimidación de los otros. Con ausencia de empatía para sensibilizarse con el sufrimiento ajeno y desprecio a la naturaleza humana no sienten, como los antisociales, remordimientos cuando generan daño en los otros, a quienes suelen ver como enemigos; 6. Prevalecen los mecanismos de defensa: racionalización /sublimación, racionalizan sus conductas intransigentes e impositivas en forma de indignación moral, asegurando que actúan “por el bien del otro o por el bien común” y justifican sus comportamientos combativos como reacción a un ataque de los otros. Subliman sus comportamientos agresivos y coactivos y sus creencias como imprescindibles para conseguir un fin social, religioso o político que servirá de redención de los demás o de la humanidad;  7. Sus representaciones objétales son perniciosas, donde la representación del mundo,  que se hace el fanático, es un lugar hostil que le ha producido multitud de frustraciones personales, originando un déficit de autoestima y de las que responsabiliza a los otros; y finalmente, 8. Las personas fanáticas tienen un Estado de ánimo/temperamento, irascibles, fácilmente irritables al ser contrariados sus postulados, no siendo infrecuente la hostilidad hacia los que no piensan como ellas. No comparten verdaderos sentimientos con los demás, tan sólo empatizan con sus correligionarios en los dogmas y creencias que les unen.
Los fanatismos son uno de los más grandes obstáculos no sólo para la salud mental, sino del desarrollo humano y social de nuestras sociedades, por su contribución a la intolerancia y la violencia destructiva  de la convivencia pacífica  en todo el mundo.

Bibliografía
1.     American Psychitric Association. Guía de Consulta de los Criterios Diagnósticos del DSM-5. Editorial Médica Panamericana. España
2.      Adorno,T.W.(1950). La Personalidad Autoritaria. Buenos Ai-res, Editorial Proyección, 1965.
3.      Reich,W.(1933): Psicología de masas del fascismo. Barcelona: Bru-guera, 1980.
4.      Fromm,E.(1941): El miedo a la libertad. Barcelona: Paidós, 2000.
5.      Alonso-Fernández. Fanáticos terroristas. Barcelona: Ed. Salvat Contemporánea 2002

viernes, 20 de noviembre de 2015

TERRORISMO: FANATISMOS, FUNDAMENTALISMOS Y DOGMATISMOS

Los más graves obstáculos del desarrollo humano y social de la humanidad, han sido las épocas de obscurantismo, que han impuesto en nuestra historia milenaria, los monarcas, gobernantes, oligarcas y dictadores,  empecinados en negar el conocimiento científico, emergentes en cada etapa de desarrollo histórico, con sus afluentes de cultura, racionalismo y tolerancia en las tomas de decisiones dirigidas a gobernar las sociedades. Sus estrategias y acciones, simple y llanamente someten la racionalidad, desbordando sus pasiones con la fuerza de sus emociones, impulsando toda su ira y agresividad  para exterminar a sus enemigos ideológicos del poder. Así vivimos la ignominiosa época medieval, más recientemente  el nazifascismo hitleriano y sus reproductoras dictaduras gobernantes que pulularon en todo el mundo, el siglo pasado.

Lo sucedido la semana pasada, en relación a los ataques terroristas en Paris, con las trágicas muertes y lesiones de decenas de ciudadanos, por presuntos integrantes del fundamentalismo musulmán, que han declarado su guerra santa pretendiendo integrar un califato como estado político, nos conmocionó, a quienes cultivamos el humanismo. Estas conductas son uno de los ejemplos del fanatismo religioso y político, que prevalecen en nuestro mundo y que amenazan permanente la paz y el desarrollo de nuestras sociedades. No deja de llamar la atención, esa declaración reactiva, ante estos hechos,  del presidente de Francia, François Hollande, que expresó: “no tendrían piedad contra los bárbaros”, inesperada, de un gobernante de este país,  considerado como generador  de las libertades, la tolerancia y las relaciones fraternales en la historia moderna de nuestra humanidad, dando un tufo fanático a sus posturas políticas, inmersas en sus intereses del modelo de sistema capitalista neoliberal dominante en nuestro mundo.
Así se define el fanático: “como aquella persona que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas”, unos y otros se integran en su definición, ambas con posturas violentas, que niegan los derechos fundamentales y el desarrollo humano, que en el último siglo se han estado cultivando y promoviendo por la mayor parte de los gobiernos del mundo, mas de los países más desarrollados, como Francia.

El fanatismo político, religioso y económico, conlleva una actitud o actividad proselitista hacía su causa, manifestada con pasión exagerada y tenaz, en defensa de sus ideas, prevalecen ideologías y un sistema de creencias inmersas en dogmatismos y fundamentalismos, que impiden análisis críticos, integración de categorías teóricas o doctrinales diversas, además de la discriminación sobre diferencias, emergiendo el autoritarismo, la intolerancia, la soberbia, con el desprecio de los demás que llega hasta el odio con sus lacras de violencia, que van hasta el exterminio físico de sus oponentes, sustentado en un racionalismo falaz de sus convicciones, que suprime la conciencia de la individualidad del fanático, con su acentuación de pertenencia a las causas “superiores” inmersas en la megalomanía doctrinal de sus sectas y facciones políticas o religiosas, que desvalorizan las sociedades que dicen combatir. La barbarie de los episodios sangrientos en los que los personeros del califato islámico han asesinado y torturado, como el de Paris, es un evento delirante que va más allá de cualquier racionalidad, donde su crueldad llega a extremosas obscenidades de sus acciones, que nos involucionan hasta las etapas más primitivas del desarrollo de nuestra humanidad.
Parafraseando a Hannah Arendt   “el problema de los que cínicamente promueven la violencia no es que sean fríos y que sean capaces de pensar lo impensable, sino que no piensan. Es decir, no pueden articular un análisis alrededor de categorías que van más allá de una razón tecnológica: la violencia es un espacio vacío.”(1). Los fundamentalismos y dogmatismos políticos y religiosos  han sido los afluentes de la intolerancia, pero también han alimentado las ambiciones  de dominación de los imperios, para satisfacer sus extensiones de dominio territorial con sus usos del poder dirigido a  la explotación rapaz de sus habitantes, del patrimonio nacional y los recursos naturales de los países dominados.

Se denomina fundamentalismo a la interpretación rígida, literal, que no da pie al análisis, interpretación o contextualización de los textos, sean políticos, religiosos,  económicos, científicos, con la aplicación estricta de sus contenidos, llegando a considerarse generalmente un determinado libro como poseedor de las verdades absolutas, como autoridad máxima según sea el ámbito de creencias. En tanto el dogmatismo es una postura filosófica que asume las proposiciones en un juicio asentadas como firmes y ciertas, como principio innegable, haciendo depender el pensamiento del ser, sin importar la realidad de las ideas, rechazando su cuestionamiento, de tal forma, que los dogmas, son inherentes al fundamentalismo y ambos constituyen las columnas de todos los tipos de fanatismos.
El fanatismo, como lo refiere Oz Amos, en su ensayo “contra el Fanatismo” (2), no sólo es consecuencia de doctrinas religiosas, como el islam, actualmente satanizado como una de las causas de las crisis en el mundo, por sus actos terroristas, como el de Paris, “sus orígenes son más viejos que el islam, cristianismo y el judaísmo, aun mas, es más viejo que cualquier estado, gobierno o sistema político”, siempre ha estado presente en la naturaleza humana oponiéndose al pragmatismo, al pluralismo y a la tolerancia. Por eso, en nuestra actual etapa de desarrollo histórico, el fanatismo representa una de las mayores amenazas para lograr la prevalencia del respeto los derechos humanos, que concretan las exigencias de dignidad, libertad e igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanas y al mismo tiempo puedan crear condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos civiles y políticos, tanto como de sus derechos económicos, sociales y culturales.

El fanatismo por sí mismo no está considerado como una enfermedad mental, en ninguna de las clasificaciones que prevalecen a nivel mundial para este tipo de trastornos, desde el ICD-10, hasta el DSM-5, sólo está considerado en los códigos de otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica por los profesionistas de la salud; sin embargo el fanatismo, siendo un estado mental,  es un comportamiento socialmente anómalo, transgresor de la salud mental del fanático y de sus ambientes, sigue pendiente el debate internacional sobre este problema psicosocial desde la perspectiva de la salud mental y el desarrollo humano integral.   
Bibliografía
1. Hannah Arendt . “La Condición Humana“. Editorial Paidos.  España.
2. Oz Amos; “contra el Fanatismo”, Ediciones ciruela -2012. España
3.-American Psychitric Association. Guía de Consulta de los Criterios Diagnósticos del DSM-5. Editorial Médica Panamericana. España
 
 
 

sábado, 14 de noviembre de 2015

POLÍTICA, POLÍTICOS Y DESARROLLO HUMANO

En estos tiempos donde predomina la mentira como virtud de los exitosos políticos en todo el mundo, mas en los países subdesarrollados o de desarrollo medio, como el nuestro México, inmerso en la corrupción y la pobreza, es necesario reflexionar sobre el significado de la política, como actividad humana, en aras de actualizar el debate que permita contrarrestar la estrategia prevaleciente de descalificación de la política, los políticos y la integración del falso debate, para acabar con sus principales actores, los partidos políticos, sustituyéndolos por la ciudadanización del poder gubernamental. 

Son políticos que han llegado al extremo de transgredir el derecho fundamental libre de todo ciudadano para decidir su pertenencia a un partido político, como sucede en este momento en Nuevo León, donde el gobernador “independiente y ciudadano” Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón y sus principales funcionarios están exigiendo la renuncia a sus militancias partidistas a los burócratas, amenazando con sancionarlos hasta con suspensiones y ceses laborales, proyectando ignorancia y despotismo en los usos del poder, muy habituales en quienes recurren a descalificar a los políticos, sobre todo de los partidos con sus conceptos de “partidocracias, partidotiranias”. 

Muchos de ellos, desconocen el significado de la política, sabrán si acaso, que Aristóteles uso ese término en su obra, titulada justamente “Política” en el siglo V A.C, que esa palabra viene del griego politika, que es una derivación del término polis, que significa “civil, relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano” (1), iniciando así la construcción de todo una concepción filosófica de la política, con una guía central, lograr el bien común, ese, que como perorata expresan una y otra vez en sus posturas demagógicas los políticos en el poder. La mayoría desconoce que desde entonces las concepciones, sobre este término han evolucionado, tratando de superar paradigmas reduccionistas del saber, sobre esta actividad, que en la historia de la humanidad, se había manifestado en las luchas por el poder y la dominación territorial imperial en las culturas milenarias de los persas y los chinos, como lo ha referido el filosofo Enrique Dusell en sus estudios sobre filosofía e historia de la política (2).

Hoy la política es una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos, donde se busca el poder, cuyos usos están determinados por los intereses económicos y políticos del grupo dominante, como así lo han enfatizado la mayor parte de los politólogos desde Maquiavelo (3), Max Weber (4), Carl Schmit (5), Maurice Duverger (6) hasta Sartori (7). En este milenio, yo agregaría que ese poder debería lograr un fin trascendente, que debe ser: alcanzar los máximos niveles de desarrollo humano y social de las personas, sin lo cual esta actividad seguirá siendo despreciable para la mayoría de los ciudadanos en nuestras sociedades. Por eso es fundamental integrar a la política como una ciencia, para gobernar, para estudiar el poder público, sustraído de la convivencia pública, del Estado o de sus instituciones, donde es fundamental la participación ciudadana al poseer la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para garantizar el bien común en la sociedad. Gramsci, expresó que el primer elemento, el pilar de la política, "es el que existen realmente gobernados y gobernantes, dirigentes y dirigidos. Toda la ciencia y el arte político se basa en este hecho primordial, irreductible”. (8) 

Pero también es necesario que la política integre el imperativo ético, como una disposición a obrar en una sociedad utilizando el poder público organizado para lograr objetivos provechosos para el grupo, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva. (9) Finalmente, para conciliar intereses, se impone que en la política se domine el arte de la negociación con la intención de resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad, subordinando el interés supremo del bienestar y la prosperidad de los habitantes en una nación. En MORENA nos enaltece el quehacer político, porque tenemos integrados estos conceptos, que como manantiales fluyen virtuosamente en nuestros principios, el estatuto y el programa político para lograr una nueva cultura política, superando las perversiones y desviaciones de los políticos corruptos, donde prevalecen el influyentismo, el corporativismo, el clientelismo, el faccionismo y el pragmatismo ramplón oportunista, y así recuperemos el imperativo de la Ética política, como la esencia del cambio democrático, que acabe con el régimen de oprobio que padecemos los mexicanos, para lograr nuestro principal objetivo: “Construir una sociedad libre, justa, solidaria, democrática y fraterna.” (10) 

Los políticos necesitamos, en nuestras conductas no seguir deformando estos conceptos fundamentales, debemos luchar contra el desprestigio de la actividad política, que como estrategia siguen fomentando las oligarquías dominantes del sistema capitalista neoliberal, que domina en el mundo, para aniquilar a los partidos políticos de izquierda o progresistas, metiéndonos en el falso debate de ciudadanos contra partidos. Bibliografías. 
1. Aristóteles. “Política”, editorial Gernika. 
2. Dusell, Enrique. “Política de la Liberación, Historia Mundial y Crítica” Editorial Trotta, Madrid. 
3. Maquiavelo, Nicholas. “El Príncipe”. Editorial Taurus, México. 
4. Weber, Max. “El Político y el Científico”, Ediciones Coyoacán, México 
5. Schmit, Carl. “El Concepto de lo Político”. Editorial Alianza, México. 
6. Duverger, Mauricio. “Los Partidos Políticos”. Ediciones del Fondo de Cultura Económica, México. 
7. Sartori, Giovanni. “La Política: Lógica y Método en las Ciencias Sociales”. Ediciones del Fondo de Cultura Económica, México. 
8. Gramsci, Antonio. “La Política y el Estado”. Editorial Península, Madrid. 
9. Villoro, Luis. “El poder y el valor. Fundamentos de una ética política” Ediciones del Fondo de Cultura Económica, México. 
10. Documentos Básicos de MORENA.

viernes, 6 de noviembre de 2015

MARIHUANA, LEGALIZANDO EL CONSUMO PERSONAL EN MEXICO

El tema distractor de esta semana en México, ha sido la decisión Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que de acuerdo a la nota periodística de la     Jornada, (http://www.jornada.unam.mx/2015/11/05/politica/003n1pol) “declaró la inconstitucionalidad de la ‘‘prohibición absoluta’’ del consumo de mariguana, al conceder un amparo –que beneficia exclusivamente a cuatro quejosos– para que consuman, siembren, cultiven, cosechen, preparen, posean y transporten la yerba para autoconsumo lúdico y recreativo”.

Rápidamente los políticos en el poder, desde el presidente,  Enrique Peña Nieto, su gabinete de seguridad y hasta su Secretaria de Salud, Mercedes Juan, reaccionaron tratando de imponer el mensaje: “el uso de la marihuana no se ha legalizado, tampoco autoriza su producción ni comercialización en México”, sin dejar de reforzar el mandato de la SCJN, que refuerza la necesidad del debate sobre la legalización del consumo personal de la marihuana. En tanto algunas de las personalidades del arte, la cultura, intelectuales y académicas, refrendaron sus posturas a favor de esta legalización, motivados por el beneplácito, por esta decisión de la SCJN, que como sociedad nos coloca en una etapa para el bien de  nuestro desarrollo social.
El manejo mediático de este tema, se integra a la distracción de los graves problemas nacionales, generadas por la corrupción, la desigualdad y sus lacras de pobreza, injusticia que han generado las “reformas estructurales” de este régimen peñanietista, que esta semana, vuelven a brillar con dos imposiciones de los politicos pripanistas: una de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, que aprobó la iniciativa presidencial para sustituir el Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado (Pensionissste) por una administradora de fondos para el retiro (Afore) que operará con el esquema privado; luego  el Senado aprobó, con el voto de PRI, PAN y PVEM, otorgar la Medalla Belisario Domínguez 2015, al empresario Alberto Bailleres, uno de los cuatro hombres más ricos de México, cuya fortuna, la hecho, inmerso en las prácticas corruptas de los gobiernos pripanistas, traficando influencias, recibiendo prebendas de los funcionarios y protegiendo su impunidad contra las injusticias y depredaciones ambientales en sus empresas mineras, como dijo Andrés Manuel López Obrador “son tiempos de decadencia”. Premiar a un hombre que se enriqueció sin escrúpulos y con los abusos del poder, generador de pobrezas y conductas mercantilistas deshumanizantes, es la mayor afrenta a Belisario Domínguez, quien fue víctima mortal de esos abusos del poder de los gobernantes y cuya medalla se instauro para reconocer las luchas trascendentes de las y los mexicanos, contra esos usos del poder ignominioso, los pripanistas están elevando a categoría trascendente el abuso del poder de los ricos, acorde con las políticas rapaces del neoliberalismo, que cada día nos degrada mas en el mundo.    

El tema de despenalizar o descriminalizar el consumo de marihuana en México, desde hace una década, había venido posesionándose como uno de los debates necesarios, en el marco de la infame tragedia que los mexicanos padecemos de violencia, homicidios y desapariciones, por la guerra absurda que el estado y sus gobernantes han declarado contra la delincuencia organizada inmersa en el narcotráfico,  con sus estrategias de militarización y sus lacras de cientos de miles de muertos y tragedias como las de Ayotzinazapa ,Tlatotaya y San Fernando, además de la violación persistente a nuestros derechos humanos fundamentales. Resalta además según los datos estadísticos de la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que en los pasados tres años han sido detenidas 253 mil personas por delitos contra la salud, lo que representa 73 por ciento por cargos penales de posesión y consumo de mariguana en México.
El año pasado, asistí al 16 Congreso Internacional de Adicciones, celebrado en Cancún, organizado por los Centros de Integración Juvenil, uno de los organismos de la sociedad civil, que en México ha destacado por sus acciones preventivas, de investigación y atención a las adicciones, y con sorpresa observé la prevalencia de posturas en contra del uso medicinal, lúdico y recreativo, no sólo inmerso en los discursos de los funcionarios de la Secretaria de Salud, en los estados y del Consejo Nacional Contra las Adicciones, sino hasta de respetables académicos y científicos que casi fanatizaban “por sus conocimientos científicos”, inmersos en sus investigaciones, sobre las maldades y perversiones de esta droga, hasta existió una mesa promotora y receptora de apoyos contra la legalización de la marihuana, en los cuatro días que duro este congreso. No hubo el ambiente de libertad, tolerancia a la diversidad y a la pluralidad que se requiere en un congreso académico-científico, para tratar estos temas; este es el mismo ambiente que se reproduce en los diferentes ámbitos de los grupos conservadores.

Así, el debate abierto sobre este tema, que debe prevalecer en todos los ciudadanos, principalmente a los políticos, legisladores, intelectuales, académicos, científicos, profesionistas, y artistas, debe tener por objetivo la visión de este problema, como un problema de Salud Pública, dejando la prevaleciente perspectiva de un tema asociado a las ciencias penales,  como ya lo había referido en este blog. Sólo el paradigma de las ciencias de la salud pública ofrece una visión holística, integral sin reduccionismos reforzadores de prejuicios, más lejos de intereses políticos, sustentados en la mentira o la pseudo moralidad, de gobernantes como Jaime Rodríguez Calderón, el “Bronco”, quien declaró a la prensa,  sobre esta decisión de la SCJN, “esta situación es el principio de la perversión.” “No estoy de acuerdo, nunca estaré de acuerdo en que se tomen decisiones así, porque ése es el principio de la perversión total”, proyectando con todo esplendor, la moralidad que parafraseaba así, la Santa Inquisición, en los tiempos más obscuros de la historia de nuestra humanidad, para justificar sus atrocidades, inmersas en sus torturas y asesinatos de los pervertidos. En el consumo de drogas, como la marihuana,  son necesarias acciones de regulación sanitaria, prevención, atención y rehabilitación integral  que el estado debe garantizar, más que moralizar y criminalizar sobre sus problemas.
Los políticos y mas los gobernantes, deben de tener muy claro que una de las  responsabilidad del Estado es aplicar políticas que garanticen no sólo el derecho a la salud de las personas y la comunidad, sino del respeto cabal a los derechos humanos fundamentales, hoy muy transgredidos por el gobierno, que le ha merecido llamadas de atención hasta de la ONU.

viernes, 30 de octubre de 2015

LAS AMENAZAS DE MORENA


A pesar de todos los obstáculos y ataques, que el régimen pripanperredista nos ha impuesto, en MORENA hemos logrado fortalecernos como un gran partido-movimiento de oposición en todo México, aun en estados como el nuestro, Nuevo León, donde logramos resistir la embestida de las deslealtades y traiciones de políticos, empresarios y “ciudadanos sin partido”, que no cesaron en sus conductas y posturas políticas, oportunistas, pragmáticas y demagógicas, solicitando nuestra integración a sus usos del poder, muy lejos de asumir nuestro imperativo de la ética política, donde la congruencia e integridad con los principios y valores por los que luchamos, constituyen nuestra máxima fortaleza.
Hoy somos el único partido de real oposición al régimen de gobierno, corrupto, autoritario, represor, asesino, criminal y generador de las grandes desigualdades y sus lacras de pobreza en nuestro pueblo, siguen los políticos del PRI, PAN Y PRD en su abominable pacto político impulsando sus políticas reformistas contra México, en tanto sus partidos paleros PANAL, PVEM y MC, no cesan en vivir de su oportunismo político, dejándose usar conforme a los intereses de la mafia en el poder que nos gobierna; también hay que señalar la integración de los políticos autodenominados “independientes”, como el “Bronco”, que cabalgando con la “ciudadanización del gobierno”, se han integrado a una de las estrategias de los oligarcas, hijos del salinismo, contra MORENA y nuestro dirigente Andrés Manuel López Obrador, alarmados por las encuestas que nos posicionan como la opción más viable para la presidencia de México en el 2018.  
Somos el principal objetivo del gobierno y sus partidos pactistas y paleros, todos sus funcionarios, testaferros, dirigentes, militantes, activistas, comunicadores, intelectuales, politólogos, periodistas y empresarios, a su servicio, seguirán difamando, calumniando, desvirtuando y en el extremo de sus infamias, reprimiendo y corrompiendo a los militantes de nuestro partido movimiento, como lo hacen todas las oligarquías, para detener los movimientos políticos opositores, que como MORENA avanza con un gran apoyo de la mayoría de la población.
A nivel nacional, ya iniciaron sus estrategias de infiltración en MORENA, principalmente con perredistas que abandonaron sus tribus, por ser marginados, sin beneficios de los usos del poder (como candidaturas, cargos, ni beneficios económicos), de sus grupos clientelares y corporativos, que han pervertido en ese partido. Ni que decir de los militantes vividores del Partido del Trabajo, que quedaron desempleados de sus estructuras burocráticas, una vez que han perdido el registro, algunos de ellos, sacaran sin escrúpulos, su oportunismo para hacerse del poder al interior de MORENA, como ya ha sido detectado en diferentes estados (Durango, Chihuahua, Guerrero, Nuevo León) de nuestra patria, donde aprovechándose de nuestra incipiente y generosa organización democrática, han logrado incrustarse en cargos ejecutivos, jamás alcanzados  en sus partidos de origen, menos en sus circunstancias, de apenas haber sido afiliados como militantes de MORENA, semanas antes de las elecciones internas para la renovación de las dirigencias en todos los niveles de nuestro partido movimiento.
Por fortuna son pocos, siguen identificados por la mayoría de la población y de quienes militamos en la izquierda, desde hace décadas, y en este movimiento progresista, desde la lucha contra el desafuero de AMLO, las campañas presidenciales,  el Movimiento de Regeneración Nacional y luego en la construcción de MORENA para lograr su registro nacional como partido político, sin faltar las tareas en las luchas contra las reformas estructurales de Peña Nieto, además de las tareas político-electorales en las pasadas elecciones, donde estos compañeros infiltradas hicieron campaña contra MORENA, haciendo gala de sus conductas facciosas, oportunistas, clientelares y corporativas del quehacer político, muy lejos de nuestra cultura política, con nuestro imperativo ético.
En MORENA, los infiltrados,  sólo serán una amenaza, porque la mayor fortaleza, que tenemos, es la férrea convicción, de la mayoría de los que militamos en este movimiento, en seguir construyendo la organización política más poderosa e incorruptible, en toda la historia de México. En todos los territorios, desde los distritos, municipios y estados, enfrentaremos a estos “izquierdistas”, distinguidos por sus activismos que buscan mantener sus “privilegios” y prebendas con los gobiernos a los que sirven, llegando a sumarse hasta con las tácticas y estrategias de la derecha, como algunos lo hicieron sumándose a la campaña electoral del BRONCO en Nuevo León.
 
 
 

viernes, 23 de octubre de 2015

LA DEFORMACION DE LA POLITICA

Los políticos en el poder persisten en asumir conductas y posturas, que deformen el significado de esta actividad para seguir promoviendo y fomentando el rechazo y la confusión de nuestra sociedad, contra sus principales actores en los diferentes espectros ideológicos del quehacer político, no llegan ni a discriminar las diferencias entre el ser político y la militancia partidista.
Son conductas y posturas que están inmersas en la mentira, engañando, transgrediendo los principios y valores básicos, para el desarrollo saludable de los seres humanos, ya no digamos de sus propias ideologías, llegan al extremo de reconocer sus mentiras, sin inmutarse, vanagloriándose de sus “sinceridades”, como ha sido público en Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de nuestro estado de Nuevo León, en sus posturas, al afrontarlo con sus promesas de cambio, durante su campaña electoral, en sus ofrecimientos de eliminar impuestos, como la tenencia de vehículos o su lucha contra la corrupción, empezando con acciones trascendentes con el gobernador y sus funcionarios salientes, que no sólo fueron “ladrones”, sino endeudaron las finanzas estatales, con máximos históricos que serán un problema para la inversión financiera de esta administración pública, pero principalmente para el desarrollo de la política social en nuestro estado, en materia educativa, salud y combate a la pobreza.
El máximo político en el poder, Enrique Peña Nieto, sin el mínimo rubor, una y otra vez dice mentiras, sobre los beneficios para nuestra sociedad de sus ignominiosas reformas: energética, educativa, telecomunicaciones, financiera, política electoral, hacendaria, penal, que sólo han logrado incrementar la desigualdad, la lacerante pobreza, la prevalencia de la corrupción y la criminalidad, obstaculizando el desarrollo económico y social de nuestra patria. Sus mentiras como las de la tragedia de Ayotzinapa son derrumbadas, con la evidencia de la verdad, como la que acaba de informar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la ONU sobre la situación real del estado que guarda el respeto a los derechos humanos en nuestro país. Aun más la OCDE ha venido a decirle que sus realidades sobre el mejoramiento económico de los mexicanos, son mentiras, en tanto como país somos, de todos lo que la integran, el país como mas desigualdad y pobreza.
Asumo que, en este tipo de políticos, sus capacidades ideológicas, están limitadas por sus escasos niveles de desarrollo intelectual, político, académico y cultural, que sólo fue impactado por los conocimientos de sus profesiones, sin integrar los mínimos de las artes y la literatura, menos de las ciencias políticas, incapaces de recordar en público libros y autores que les hayan trascendido, y con una experiencia política limitada a los usos y costumbres del régimen autoritario del PRI, donde está su origen, sobre todo donde la moral en sus conductas, sigue siendo, como en los caciques, “un árbol que da moras”, donde el imperativo ético en la política se les ausenta.
Desconocen el significado de la política, sabrán que Aristóteles uso ese término en su obra, titulada justamente “Política” en el siglo V A.C, que esa palabra viene del griego politika, que es una derivación del término polis, que significa “civil, relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano”; desconocen que desde entonces las concepciones, sobre este término han evolucionado, tratando de superar paradigmas reduccionistas del saber, sobre esta actividad, que en la historia de la humanidad se había manifestado en las luchas por el poder y la dominación territorial imperial en las culturas milenarias de los persas y los chinos.
 
Hoy la política es una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos, donde el ejercicio del poder busca un fin trascendente, que debería ser alcanzar los máximos niveles de desarrollo humano y social de las personas. Por eso es fundamental integrar a la política como una ciencia, para gobernar, para estudiar el poder público, sustraído de la convivencia pública, del Estado o de sus instituciones, donde es fundamental la participación ciudadana al poseer la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para garantizar el bien común en la sociedad. Gramsci, expresó que el primer elemento, el pilar de la política, "es el que existen realmente gobernados y gobernantes, dirigentes y dirigidos. Toda la ciencia y el arte político se basa en este hecho primordial, irreductible”.
Pero también es necesario que la política integre el imperativo ético, como una disposición a obrar en una sociedad utilizando el poder público organizado para lograr objetivos provechosos para el grupo, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva. Finalmente, para conciliar intereses, se impone que en la política se domine el arte de la negociación con la intención de resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad, subordinando el interés supremo del bienestar y la prosperidad de los habitantes en una nación.
 
Los políticos necesitamos no seguir deformando estos conceptos fundamentales.

sábado, 17 de octubre de 2015

LA REFORMA DE SALUD EN MEXICO

Asistí como expositor a una mesa redonda sobre Política Social de Salud y su Reforma en México, invitado por la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Nuevo León; conjuntamente con otras tres compañeras, trabajadoras sociales, integradas en instituciones de nuestro sistema estatal de salud, expresamos nuestras reflexiones y propuestas sobre este tema y las problemáticas graves que sobre salud, nos siguen afectando a las y los mexicanos, donde el rol de la trabajadora social es muy trascendente en la gestión para solucionar estos problemas. De entrada, exprese que en el marco de los problemas económicos y políticos que el gobierno de Peña Nieto ha generado, por seguir inmerso en la corrupción, logrando crisis financieras y gran desconfianza e incredulidad política en la mayoría de la población, hace que su Reforma de Salud, anunciada y plasmada en su Plan Nacional de Desarrollo, pretendiendo lograr la cobertura universal de los servicios médicos, simplemente es inviable, no se realizara, sus funcionarios han iniciado su comunicación de la incapacidad para su financiamiento, por la crisis económica que vivimos. Así las reformas a la constitución y a las leyes seguirán esperando y con ello los graves problemas de cobertura, inequidad y calidad de los servicios de salud para nuestros habitantes. Una vez más el derecho a la salud, promovido y fomentado por la OMS, como uno de los derechos fundamentales del ser humano, desde la década de los sesentas del siglo pasado, seguirá esperando ser disfrutado cabalmente en nuestro país, aun seguirá inscrito como un derecho en nuestra constitución en el Artículo 4º., tímidamente, como el derecho a la Protección de la Salud, incorporado desde 1984 y que dio origen a la primera gran reforma de la nuestra Ley general de Salud, que sustituyó al viejo código sanitario que normaba las responsabilidades del estado en materia de salud pública. Resulta que desde entonces, la Ley General de Salud sólo ha tenido una reforma trascendente, dirigida al cumplimiento del estado para lograr incrementar la cobertura, fue en el 2003 cuando se integró el Sistema de Protección de Salud, que dio origen al Seguro Popular, ofreciendo un reducido paquete de 285 acciones en la prestación de servicios médicos, de las familias afiliadas a este sistema, dejando de lado la atención integral de todas las enfermedades. El resto de las reformas, que año tras año, los legisladores y funcionarios han hecho, ha sido para fortalecer derechos y acciones específicas sobre las finalidades de este derecho, en el marco de los programas de salud existentes en los diferentes planes sexenales de salud de los gobiernos, como en la atención a la salud mental, la salud sexual y reproductiva, la prevención de accidentes, la atención y prevención de las enfermedades transmisibles, el control sanitario, los medicamentos genéricos y la última en el mes de marzo de este año, que fue hecha para fortalecer la regulación del ejercicio de actividades profesionales en las ciencias y técnicas medicas y paramédicas. Con firmeza exprese que la “crisis financieras”, que los gobernantes han generados en sus pésimos desempeños, no han sido la causa real, para lograr la anhelada cobertura universal en salud en México, reitere que han sido sus modelos económico, políticos y del desarrollo social que les ha guiado en sus decisiones, sobre la salud de los mexicanos, son los modelos impuestos por el neoliberalismo que por décadas mi generación ha padecido, han sido políticos que simple y llanamente no les ha interesado cumplir con este derecho fundamental para todos los mexicanos. Señale que los principales problemas en las políticas de salud de los gobernantes, es que en primer término sus inversiones en salud, han sido raquíticas, desde los años sesentas del siglo pasado la inversión no ha pasado del 7% del PIB, actualmente el gasto total en salud del PIB del estado es de 3.1%, en tanto la inversión privada es de 3.3%, juntos apenas suman el 6.4%, muy por debajo de los EUA, Canadá y Cuba que invierten más del 10% de su PIB. Luego el modelo de atención a la salud, que prevalece es el de la medicina curativa, que es muy costoso y poco eficiente en la reducción de las cargas de morbilidad y mortalidad de la población; el modelo que debería prevalecer es el de la medicina preventiva donde las ciencias de la salud pública han demostrado una y otra vez su eficacia y eficiencia en el bienestar de las sociedades. Por si fuera poco los diferentes niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, y las instituciones públicas prestadoras de servicios de salud como la SSA, el IMSS, ISSSTE, DIF, SEDENA, PEMEX, Hospitales Universitarios no logran integrarse en un sistema único, abonando a la fragmentación, inequidad y desigualdad con derechos diferenciados y servicios de salud con niveles heterogéneos para sus usuarios, donde además prevalecen los grupos de poder, que subordinan sus intereses económicos y de control político, que por décadas han usufructuado usando las instituciones públicas para sus fines. Finalmente señale el grave problema de la corrupción que los funcionarios del sector salud persisten en que prevalezca, elevando los costos de inversión en la obra pública y las adquisiciones de medicamentos, equipos e insumos necesarios para la atención medica en los hospitales, clínicas y centros de salud. La lucha sigue, llame a los trabajadores sociales a seguir siendo gestores del cambio, para que logremos hacer realidad el derecho a la salud y logremos su universalidad, es decir que abarque a todas las personas, independientemente de su condición social, se ejerza en equidad, sin discriminación por motivos de raza, color, genero, religión, posición económica, ideología política y sin pago de cuotas por los usuarios; y finalmente con calidad y calidez en los servicios que se brinden a toda la población.

lunes, 12 de octubre de 2015

DIGNIFICAR LA ATENCIÓN A LA SALUD MENTAL

Celebramos, el pasado 10 de octubre, otro día mundial de la salud mental, que nuevamente fue desatendido por políticos y comunicadores sociales en nuestro país y en nuestro estado, tal vez porque era sábado, para algunos su día de descanso, otros inmersos en sus rituales sabáticos religiosos, que les impide integrase en las actividades mundanas. En esta ocasión el lema escogido por la OMS fue “Dignidad en Salud Mental”, que según sus expertos “tiene por objetivo hacer conciencia de lo que puede hacerse para asegurar que personas con problemas de salud mental puedan seguir viviendo con dignidad, a través de la política de derechos humanos orientados y el derecho, la formación de profesionales de la salud, el respeto por el consentimiento informado al tratamiento, inclusión en procesos de toma de decisiones y campañas de información pública”.

Hoy, invertir en salud mental por los gobiernos se ha vuelto una de las prioridades, tan sólo los trastornos mentales y los trastornos ligados al consumo de sustancias son la causa de cerca del 23% de los años perdidos por discapacidad en toda la población mundial. En México tenemos adicionalmente, el gran problema de la violencia social y familiar, además  de la corrupción generalizada que prevalece en toda las sociedad, destruyendo los valores básicos en las interacciones humanas y con ello contribuyendo a menoscabar la salud mental de las personas.

Vivir con dignidad, ha sido uno de los grave problemas, no sólo de las personas que padecen alguno de los trastornos de salud mental, sino de los que por alguna razón acuden con alguno de los trabajadores de la salud mental, sin necesariamente padecer alguna enfermedad, en nuestras sociedades en desarrollo, ya que ha persistido el estigma promovido culturalmente de que para acudir con un psiquiatra o psicólogo se necesita estar “loco”, así las personas tienen que ocultar ante sus propios familiares y más en sus entornos laborales sus consultas con estos profesionistas.

Mas grave ha sido que miles de personas que padecen alguna de las enfermedades mentales, como la depresión, ansiedad, esquizofrenia, demencias, trastorno bipolar, sean transgredidos en sus derechos humanos. No sólo se les niega el derecho a la atención de su salud, con procesos de atención integral, de calidad, con personal calificado, sino además cotidianamente las sociedades persisten en discriminarlos, estigmatizarlos y marginarlos, llegando hasta el abuso físico y emocional en las unidades de atención, desde los centros de salud hasta los centros de internamiento y los hospitales.
En nuestro país, ha sido crónico el problema persistente de las instituciones de internamiento, donde siguen prevaleciendo los modelos manicomiales del siglo pasado, carcelarios, donde llegan a privar de la libertad hasta por intereses económicos a pacientes, que una y otra vez son fuente de denuncias y reportajes obscenos en los medios. Si bien han existido avances, en la mejoría de ese maltrato deshumanizante con sus crueldades, con violaciones que incluyen la coerción física, la reclusión y la privación de las necesidades básicas y la intimidad, nos falta mucho por llegar a eliminar ese trato indignante, porque a los políticos, que nos han gobernado, no les ha interesado legislar e invertir financieramente sobre la salud mental de toda la sociedad.  Somos uno de los muchos  países en el mundo, que no  contamos con un marco legal que proteja debidamente los derechos de las personas con trastornos mentales, menos contamos con la inversión financiera mínima, del estado, para dar cobertura de atención a la salud mental en toda la población.

Luchar por la dignificación de la atención a la salud mental, ha sido uno de nuestros principales propósitos de nuestra existencia, desde hace más de treinta años, no sólo hemos sido críticos sobre el desinterés y la desatención de estos problemas, hemos hecho llegar a los gobernantes de nuestro estado, cada sexenio, propuestas que incluyen los fundamentos, las estrategias y las acciones necesarias para lograr un sistema integral de atención a la salud mental, la violencia y las adicciones, con pocos resultados.
 
Lo mejor que hemos logrado es el proceso de gestión que concluyo en el desarrollo del primer Centro Comunitario de Salud Mental Comunitaria de la SSA,  de nuestro estado de Nuevo León, donde desde hace 12 años, hemos estado bregando en esta lucha por la dignificación del enfermo mental y la prevención y fomento de la salud mental, porque tenemos la plena conciencia que la salud mental es el fondo sobre la cual se integra la salud física, social y existencial de la humanidad y que debe ser uno de los derechos inalienables de todos los seres humanos.    

En el marco de estas deficiencias, debo reconocer, el avance programático que la atención a los problemas de salud mental que en Nuevo León, que se recibió en los últimos seis años, incrementándose las unidades de atención a la salud mental a través de los CAPAS, una Unidad Psicosocial en Cadereyta,  y que las 8 Jurisdicciones Sanitarias de la SSA,  tengan en algunos de sus Centros de Salud personal que otorga atención en Salud Mental, creando una infraestructura de servicios, que puede servir para logara el anhelado modelo de atención integral a la Salud Mental de toda la población, ojalá que con las nuevas autoridades lo logremos, en ellos esta acabar con la segmentación de los servicios, incrementar los precarios recursos financieros, innovar con legislación especifica para la atención en salud mental, pero sobre todo lograr un modelo de atención integral mas sustentado en la prevención, fomento y rehabilitación de la salud mental, que en el desfasado y costoso modelo curativo de las enfermedades mentales.