viernes, 6 de noviembre de 2015

MARIHUANA, LEGALIZANDO EL CONSUMO PERSONAL EN MEXICO

El tema distractor de esta semana en México, ha sido la decisión Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que de acuerdo a la nota periodística de la     Jornada, (http://www.jornada.unam.mx/2015/11/05/politica/003n1pol) “declaró la inconstitucionalidad de la ‘‘prohibición absoluta’’ del consumo de mariguana, al conceder un amparo –que beneficia exclusivamente a cuatro quejosos– para que consuman, siembren, cultiven, cosechen, preparen, posean y transporten la yerba para autoconsumo lúdico y recreativo”.

Rápidamente los políticos en el poder, desde el presidente,  Enrique Peña Nieto, su gabinete de seguridad y hasta su Secretaria de Salud, Mercedes Juan, reaccionaron tratando de imponer el mensaje: “el uso de la marihuana no se ha legalizado, tampoco autoriza su producción ni comercialización en México”, sin dejar de reforzar el mandato de la SCJN, que refuerza la necesidad del debate sobre la legalización del consumo personal de la marihuana. En tanto algunas de las personalidades del arte, la cultura, intelectuales y académicas, refrendaron sus posturas a favor de esta legalización, motivados por el beneplácito, por esta decisión de la SCJN, que como sociedad nos coloca en una etapa para el bien de  nuestro desarrollo social.
El manejo mediático de este tema, se integra a la distracción de los graves problemas nacionales, generadas por la corrupción, la desigualdad y sus lacras de pobreza, injusticia que han generado las “reformas estructurales” de este régimen peñanietista, que esta semana, vuelven a brillar con dos imposiciones de los politicos pripanistas: una de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, que aprobó la iniciativa presidencial para sustituir el Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado (Pensionissste) por una administradora de fondos para el retiro (Afore) que operará con el esquema privado; luego  el Senado aprobó, con el voto de PRI, PAN y PVEM, otorgar la Medalla Belisario Domínguez 2015, al empresario Alberto Bailleres, uno de los cuatro hombres más ricos de México, cuya fortuna, la hecho, inmerso en las prácticas corruptas de los gobiernos pripanistas, traficando influencias, recibiendo prebendas de los funcionarios y protegiendo su impunidad contra las injusticias y depredaciones ambientales en sus empresas mineras, como dijo Andrés Manuel López Obrador “son tiempos de decadencia”. Premiar a un hombre que se enriqueció sin escrúpulos y con los abusos del poder, generador de pobrezas y conductas mercantilistas deshumanizantes, es la mayor afrenta a Belisario Domínguez, quien fue víctima mortal de esos abusos del poder de los gobernantes y cuya medalla se instauro para reconocer las luchas trascendentes de las y los mexicanos, contra esos usos del poder ignominioso, los pripanistas están elevando a categoría trascendente el abuso del poder de los ricos, acorde con las políticas rapaces del neoliberalismo, que cada día nos degrada mas en el mundo.    

El tema de despenalizar o descriminalizar el consumo de marihuana en México, desde hace una década, había venido posesionándose como uno de los debates necesarios, en el marco de la infame tragedia que los mexicanos padecemos de violencia, homicidios y desapariciones, por la guerra absurda que el estado y sus gobernantes han declarado contra la delincuencia organizada inmersa en el narcotráfico,  con sus estrategias de militarización y sus lacras de cientos de miles de muertos y tragedias como las de Ayotzinazapa ,Tlatotaya y San Fernando, además de la violación persistente a nuestros derechos humanos fundamentales. Resalta además según los datos estadísticos de la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que en los pasados tres años han sido detenidas 253 mil personas por delitos contra la salud, lo que representa 73 por ciento por cargos penales de posesión y consumo de mariguana en México.
El año pasado, asistí al 16 Congreso Internacional de Adicciones, celebrado en Cancún, organizado por los Centros de Integración Juvenil, uno de los organismos de la sociedad civil, que en México ha destacado por sus acciones preventivas, de investigación y atención a las adicciones, y con sorpresa observé la prevalencia de posturas en contra del uso medicinal, lúdico y recreativo, no sólo inmerso en los discursos de los funcionarios de la Secretaria de Salud, en los estados y del Consejo Nacional Contra las Adicciones, sino hasta de respetables académicos y científicos que casi fanatizaban “por sus conocimientos científicos”, inmersos en sus investigaciones, sobre las maldades y perversiones de esta droga, hasta existió una mesa promotora y receptora de apoyos contra la legalización de la marihuana, en los cuatro días que duro este congreso. No hubo el ambiente de libertad, tolerancia a la diversidad y a la pluralidad que se requiere en un congreso académico-científico, para tratar estos temas; este es el mismo ambiente que se reproduce en los diferentes ámbitos de los grupos conservadores.

Así, el debate abierto sobre este tema, que debe prevalecer en todos los ciudadanos, principalmente a los políticos, legisladores, intelectuales, académicos, científicos, profesionistas, y artistas, debe tener por objetivo la visión de este problema, como un problema de Salud Pública, dejando la prevaleciente perspectiva de un tema asociado a las ciencias penales,  como ya lo había referido en este blog. Sólo el paradigma de las ciencias de la salud pública ofrece una visión holística, integral sin reduccionismos reforzadores de prejuicios, más lejos de intereses políticos, sustentados en la mentira o la pseudo moralidad, de gobernantes como Jaime Rodríguez Calderón, el “Bronco”, quien declaró a la prensa,  sobre esta decisión de la SCJN, “esta situación es el principio de la perversión.” “No estoy de acuerdo, nunca estaré de acuerdo en que se tomen decisiones así, porque ése es el principio de la perversión total”, proyectando con todo esplendor, la moralidad que parafraseaba así, la Santa Inquisición, en los tiempos más obscuros de la historia de nuestra humanidad, para justificar sus atrocidades, inmersas en sus torturas y asesinatos de los pervertidos. En el consumo de drogas, como la marihuana,  son necesarias acciones de regulación sanitaria, prevención, atención y rehabilitación integral  que el estado debe garantizar, más que moralizar y criminalizar sobre sus problemas.
Los políticos y mas los gobernantes, deben de tener muy claro que una de las  responsabilidad del Estado es aplicar políticas que garanticen no sólo el derecho a la salud de las personas y la comunidad, sino del respeto cabal a los derechos humanos fundamentales, hoy muy transgredidos por el gobierno, que le ha merecido llamadas de atención hasta de la ONU.

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