sábado, 25 de abril de 2020

LA SOCIEDAD DE LA BARBARIE EN TIEMPOS DEL COVID -19

En este tiempo de la pandemia, la sociedad se conmociona ante las conductas deshumanizantes, que van desde las posturas de los comerciantes al considerarnos sólo consumidores, como clientes, como una oportunidad de negocio, usando la mentira para vender productos milagros, contra el Covid-19, hasta las conductas violentas que promueven contra el personal de salud, que ha llegado hasta salvajismos, como los intentos de homicidio de enfermeras.
 
Resulta que el pasado martes, en Palacio Nacional, donde cotidianamente se presenta el reporte más reciente del Covid-19 en la conferencia vespertina, la compañera Fabiana Zepeda Arias, coordinadora del área de enfermería del IMSS, se dirigió a quienes agreden al personal de salud y les refirió: “nosotros podemos salvar sus vidas. Somos personas. Abandonamos nuestras casas, nuestras familias, nuestra vida en los hospitales. Y es así, porque decidimos ser lo que somos”, luego lamentó entre sollozos que “el uniforme de enfermera que viste desde hace 27 años, ahora se lo tenga que quitar para no ser lastimada en la calle. ¡No los vamos a infectar! Siéntanse tranquilos, déjennos cuidarlos, dijo llorando”. Fabiana que tiene a su cargo 131 mil enfermeras y enfermeros del IMSS en todo el país, recordó que a pesar del llamado de distintas instituciones para evitar la discriminación y la agresión al personal de salud, no han cesado. https://www.jornada.com.mx/2020/04/21/politica/007n1pol
 
Sus palabras deberían cimbrar la conciencia de todos y todas las mexicanas, que deben contribuir a acabar con las múltiples conductas perversas que han venido prevaleciendo, en esta etapa de la pandemia, alejadas de los valores humanistas tradicionales básicos en todos los niveles, desde los personajes más empoderados económica, política y religiosamente, hasta los simples ciudadanos que siguen con posturas individualistas, desconfiados, desempatizados, carentes del amor fraternal y solidario en tiempos de crisis.
 
Algunos se preguntan, cómo es que nos volvimos tan salvajes?, sin duda fue cuando se impuso el pensamiento dominante del capitalismo salvaje en nuestra sociedad contemporánea, con sus lacras de mercantilismo, individualismo, hiperconsumo y la degradación de los valores humanistas, llegando a la perversión de identificar la riqueza con dinero, donde la corrupción se legitimo como estilo de vida, necesario para el éxito, encumbro las glorias del ser humano en el tener, no en el ser, con la perversión de los motivos y objetivos de la existencia humana. 
 
La supremacía de sus poderes económicos y políticos en nuestros países, los llevo a imponer sus modelos y paradigmas, con sus concepciones del bienestar y desarrollo social y humano, marginando desde las ciencias hasta los análisis éticos, filosóficos y axiológicos. Así, promovieron todas las formas de privatización, lograron magistralmente modelar el cerebro humano con su neuromarketing, dejamos de ser considerados siquiera como personas, pasamos a ser clientes, hasta en los servicios públicos, en los deberes fundamentales de los estados, como el derecho a la educación y la salud, donde hoy enfrentamos las consecuencias por la falta de la infraestructura sanitaria mínima necesaria.
 
Fueron sus procesos educativos impuestos, los que llevaron a desarrollar sistemas de creencias y aprendizajes inmersos en pensamientos y mentalidades dirigidas al hedonismo que genera la satisfacción inmediata del placer, como bien supremo, aniquilando el saber,  predominando el valor de cambio pragmático de los conocimientos, no del pensar, menos del escepticismo, ni que decir de las ausencias de la ética y las humanidades como bases formativas del ser humano, en todos los niveles educativos. No sólo lograron que no avanzáramos en las coberturas de escolaridad básica y la formación de oficios y profesiones, necesarios para lograr los más altos grados de desarrollo social, sino además llegaron en sus mercantilismos educativos, no sólo a degradar la formación integral que se requiere sino a generar la adulación por los títulos nobiliarios, llegando a generar doctorados y títulos subordinados a sus intereses mercantiles, el que paga manda, con insuficiencia en conocimientos elementales, cultura básica y humanismo.
 
En la salud, se exhibe la barbarie que significa la consideración de los seres humanos como entes físicos, consumidores, como clientes, como oportunidad de negocio, y el condicionar servicios, equipos y medicamentos a las utilidades, que por décadas hemos estado combatiendo invocando a la medicina social como eje central de las políticas públicas de salud, obteniendo como respuesta de los gobiernos, la represión, marginación y exclusión del sistema de salud. No sólo no dejaron que se multiplicaran las escuelas formadoras de recursos técnicos y profesionales de la salud, sino además reprimían todo intento de reformas en los planes y programas de estudios, algunas como nuestra escuela de medicina del Instituto de Ciencias de la Salud, en la década de los ochentas del siglo pasado, fue eliminada por ser trinchera contra la educación mercantilista y deshumanizante de la medicina que nos infesto ese capitalismo salvaje.
 
Así que generación, tras generación fue inmersa en insuficiencias afectivas, cognoscitivas, intelectuales, psicomotoras, humanistas y  éticas que facilitaron el predominio del cerebro emocional, ese que logro el éxito del neuromarketing, sobre el racional, con las lacras de la violencia y ese salvajismo de la ira de la barbarie que hoy lamentamos, pero que nos llevara a repensar y construir las bases de las profundas reformas que exige una nueva vida inmersa en los valores humanistas que dejamos.

domingo, 19 de abril de 2020

LAS ESTUPIDECES EN TIEMPOS DE PANDEMIA COMO EL COVID-19

En la historia de la humanidad se registran las conductas mas inverosímiles, que van de la estupidez a la locura, de las personas durante las diferentes epidemias, como la de la peste negra, las gripes, viruela, cólera, el sida, la influenza y otras muchas más,  generadoras de gran miedo, enojo, pánico, zozobra, angustia, inmersas en desinformación, creencias, prejuicios, mitos y  tabúes de cada sociedad, conforme a su desarrollo social, cultural, económico y político.
 
En México estamos viviendo una transición de cambio de régimen político, con un programa de gobierno que pretende acabar con el modelo neoliberal del capitalismo salvaje, que se nos impuso, por décadas, generador de la deshumanización y el mercantilismo mas depredador de los principios y valores básicos para el desarrollo humano, las relaciones sociales y la convivencia donde predomine el amor fraternal y solidario, con sus manantiales de progreso de los máximos niveles de bienestar, en salud, educación, empleo, alimentación, vivienda y las economías familiares, que logren disminuir las injusticias, desigualdades y la lacerante pobreza de la mayoría de los mexicanos y mexicanas. 
 
Así, las políticas públicas de nuestro gobierno nacional, que dirige nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, han sido dirigidas letalmente para acabar con la corrupción, afectando gravemente los voraces intereses económicos y beneficios de las elites políticas y empresariales, acostumbradas a ser beneficiarios  de los miles de millones de pesos, que en el pasado fueron origen de muchas de sus fortunas, con sus ostentosos patrimonios y estilos de vida soberbios y dispendiosos.
 
Resulta que hoy, estas elites, ante la pandemia trágica del Covid-19, que estamos viviendo han estado aprovechándose de la forma más perversa y abominable implementando estrategias con múltiples acciones políticas y mediáticas, usando la televisión, el radio, la prensa y las redes sociales del internet, facebook, instagram, twiter, whats up y demás, para potencializar su lucha oposicionista contra AMLO y la 4T, llegando al máximo grado de exhibir su golpe de estado mediático, con sus pretensiones de lograr la destitución de nuestro presidente, instaurar su régimen de oprobió antidemocrático. Sus miles  de comunicaciones diarias, inmersas con plenitud en las desgracias del oportunismo político y la mentira, tratan de sumar a la desinformación, los prejuicios y las falaces creencias de los ciudadanos, para generar las conductas y emociones mas retrogradas en el seno de nuestra sociedad, obstaculizando criminalmente las necesarias medidas de prevención y atención sanitarias que impidan la gran capacidad de generar enfermedad y muerte por el coronavirus.
 
Son persistentes sus estupideces reiteradas, de considerar el fracaso de las decisiones no sólo sanitarias sino de las económicas y políticas, tratando de generar inseguridad, incertidumbre, pánico en la población, sin faltar su promoción de acciones solidarias, disfrazadas de altruismo, donde disponen de algo de sus fondos financieros mal habidos, con programas de apoyo económicos, alimentarios y de atención a las víctimas; algunas ignominiosas, como la de los políticos gobernantes, alcaldes, diputados y celebridades, engendros del régimen de oprobio, que pretendemos acabar, repartiendo despensas, geles, cubrebocas y otros materiales sanitizantes, con sus imágenes “alegres” regocijadas de satisfacción, que para los que conservamos los valores humanistas, nos resultan repulsivos y hasta asquerosos, imposibles de no considerar, como hasta de las peores tragedias y desgracias, se valen para sacar ventajas y saciar sus infernales instintos ególatras.
 
No han logrado integrar en sus mentalidades retrogradas que nuestro pueblo ya cambio, que ya iniciamos una revolución pacífica, que ya se manifestó y fue contundente en exigir el cambio de régimen en las pasadas elecciones, que sigue y seguirá nuestro hartazgo contra la corrupción, las injusticias y sus lacras de desigualdad, pobreza, pero sobre todo de las criminales mentiras en sus pretensiones de seguir manipulando y explotando al pueblo.
Por eso hoy como nunca tiene vigencia una de nuestras frases combativas “La Verdad nos Hará Libres”

 

 

 

martes, 7 de abril de 2020

LUCHEMOS CONTRA EL GOLPE DE ESTADO EN MEXICO

Tengamos claro, pululan los personeros opositores partidistas, empresariales y mediáticos, que están haciendo una intensa campaña de descalificación de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, en su estrategia de lograr que deje su cargo, para así lograr su objetivo del golpe de estado, cuyas acciones iniciaron desde que logramos la victoria electoral del 2018.
 
Hoy enarbolan más sus protestas, descalificando las estrategias y acciones del gobierno, contra la pandemia del coronavirus y su plan para reactivar la economía, una vez que pase la crisis, por el COVID-19. Usan sus empleados-directivos de las cámaras empresariales, que presionan con sus declaraciones pesimistas sobre su fracaso económico y la exigencia de que el gobierno de la República, les de suficientes fondos para apoyarlos, enarbolando el rescate, no de sus grandes empresas sino de las medianas y pequeñas, con la abierta descalificación del ejercicio del poder presidencial, demandando que AMLO renuncie.
Sus medios de comunicación, no dejan de utilizar todos los días y cada hora, las grandes empresas de radio, televisión, prensa y las redes sociales, con sus periodistas, editorialistas, articulistas y locutores, desarrollando una intensa campaña de descalificación de nuestro Presidente de México, integrando mentiras y juicios falaces, con parámetros económicos, políticos, físicos y hasta mentales, generando miedo, angustia, temores, mediante la percepción de que el país va rumbo a un abismo y que AMLO nos llevara a todos a la ruina.
Son las cúpulas del sector privado, beneficiarias de los regímenes corruptos de los gobiernos pripanistas neoliberales, que hoy han sido dañadas por nuestro gobierno de la 4T, por las acciones estratégicas contra la corrupción, la prevalencia del estado de derecho, la justicia y el bienestar social, que en tiempos de crisis, como la que vivimos hoy, acrecentaban sus riquezas económicas como beneficiarios de los planes oportunistas que los gobiernos les privilegiaban, desde los gobiernos neoliberales de los ochentas, del siglo pasado, con Miguel de la Madrid, luego los ignominiosos y cínicos de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que no dudaban en ovacionarlos, por los millonarios fondos económicos del gobierno, obtenidos, en su mayoría, endeudándose con el FMI, dirigidos a recates financieros (el más abominable fue le FOBAPROA), para beneficiar a los bancos y sus empresas, valiéndoles madre la mayoría de los mexicanos en pobreza y la clase media.
Sus peroratas de crecimiento económico, bienestar social, generación de empleos, los llevo a hundir nuestra economía, disponiendo de las reservas nacionales, con el grave endeudamiento externo que padecemos, desplomado el producto interno bruto, delirando en sus promesas de convertir nuestro país como uno de primer mundo, logrando sólo mayor pobreza, el desmantelamiento del estado de bienestar, mas en el sector salud y educativo, precarizando sus instituciones, que hoy son uno de los obstáculos que estamos superando para enfrentar la crisis del COVID 19.
Hoy, ante otra crisis que tenemos y la respectiva pandemia, como no están integrados en el plan económico del gobierno, recibiendo el apoyo financiero que esperaban disponiendo de multimillonarias cantidades hacia sus empresas, ni siquiera estímulos fiscales, exenciones de impuestos, están rabiosos contra AMLO y la 4T por lo que debemos tener claro que seguirán desbordando todo su poder económico, político y mediático en su perverso objetivo, mas en estos tiempos de la pandemia del COVID 19, de lograr quitar a nuestro presidente, consumando su objetivo golpista de estado, que iniciaron desde el año pasado para imponer a uno de sus títeres, serviles a sus intereses neoliberales.
Tienen toda la razón de estar molestos, iracundos, encorajinados, porque les han quitado sus privilegios y de ya no elogiar las acciones de nuestro gobierno, enalteciendo a nuestro presidente AMLO y a la 4T, lo mas repudiable es que su ira perfile rostros de violencia de la barbarie contra nuestro Estado Mexicano, en lo más extremo de la inmoralidad, tratando de saciar sus intereses económicos mercantilistas, inmersos en la perversión deshumanizante.
La realidad que no han entendido es que hoy el poder es del pueblo, que no somos tontos y que la gran mayoría de los mexicanos y mexicanas seguimos luchando por acabar con el régimen de oprobio, donde siguen medrando.