martes, 23 de diciembre de 2014

FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO 2015

El activismo y colaboración que he estado desarrollando con todos y todas los compañeros de MORENA en Nuevo León y en el marco del desempeño, primero como Integrante de la Comisión de Honestidad y Justicia, que desde hace unos meses, en el seno de la Asamblea Nacional Extraordinaria, de esta organización, fue transformada a desempeñarse como Comisión de Ética Partidaria, garante de la prevalencia de los principios y valores que nos enaltecen el ser y estar en este movimiento pacífico y renovador de la política en México, me ha generado una disminución de recursos y tiempos para lograr mantener las reflexiones en este blog, que me había establecido mantener mínimamente una vez a la semana.

La ausencia de recursos humanos y financieros de apoyo a estas actividades, que en MORENA hemos tenido, desde que bregamos en el movimiento, nos ha llevado a invertir nuestros pocos recursos, sobre todo económicos y de tiempo, derivados de nuestros oficios, a contribuir, para lograr sacar las tareas que permitan consolidarla como la mejor organización política, no sólo de México sino en América, como  movimiento y partido transformador que logre el cambio verdadero en el seno de nuestras sociedades inmersas en la injusticia, la corrupción y la antidemocracia.

Este año 2014, el gobierno peñanietista con  sus aliados, oligarcas económicos y partidistas, aliados en su ignominioso pacto, PRI, PAN, PRD , ha incrementado su desastroso daño a nuestra economía, nuestra seguridad, las libertades y a nuestra democracia, pero sobre todo al bienestar de nuestras familias, llegando hasta el hartazgo por sus corrupciones y sus complicidades con las redes delincuenciales, en las desapariciones, secuestros y homicidios colectivos como lo sucedido con los estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, que no sólo conmociono a nuestra sociedad, sino a todas las sociedades del mundo, aun los países que como Estados Unidos han, solapado a los gobiernos corruptos y criminales de los regímenes pripanistas.
Este estado de nuestra patria, ha incrementado nuestra desmotivación para estar en paz y en felicidad esta navidad, tienen razón los padres y familiares de las víctimas de estas tragedias atroces, no hay nada que celebrar, para ellos no habrá navidad, en nuestra tradición cristiana, sin embargo, son días en que tenemos que fortalecer el amor fraternal, solidario que con humilde bondad, nos debe seguir guiando en nuestras relaciones humanas, con el prójimo y en aras de contribuir a construir los cimientos de una sociedad, no violenta, donde convivamos en paz, con armonía y felicidad, que permita acabar con las lacras de la pobreza humana en todos sus expresiones desde la espiritual, intelectual, ética, hasta la económica, originadas en las ignominiosas desigualdades, que sobre todo han fomentado los oligarcas económicos, partidistas y religiosos.

Una y otra vez reafirmo mi convicción, de que como mexicanos y como integrantes de nuestra sociedad nuevoleonesa, no nos merecemos, de conformidad con las grandes riquezas, culturales, históricas, naturales, patrimoniales y productivas, que hemos tenido, todos y todas las mexicanas por siglos con nuestro trabajo, el actual grado de desarrollo humano y social con los niveles lacerantes de pobreza de la mayoría de los ciudadanos. Así lo he hecho y lo seguire comunicando y demandando, con empresarios, académicos, intelectuales, lideres politicos, activistas ciudadanos, funcionarios en los espacios donde me han permitido interaccionar a proposito de los hartazgos y sus deseos de contribuir al cambio de nuestra sociedad, con motivo de las próximas elecciones en nuestra sociedad. 

Todos y todas tenemos que lograr el renacimiento de nuestra patria, donde prevalezca la justicia, el respeto por la legalidad, la libertad, las convivencias pacíficas inmersas en el amor, las conductas solidarias y fraternales, la cultura democrática,  sin subordinaciones a ideologías ni religiones, con respeto a la diversidad, a la pluralidad, donde no tenga cabida la exclusión, la marginación, menos la represión criminal a los opositores, el individualismo, la competencia descarnada, el hiperconsumismo, pero sobre todo acabemos con el valor de uso en las relaciones humanas, donde sea más importante el ser y no el tener, que está siendo letal en las interacciones, contribuyendo a la deshumanización y la gran corrupción que prevalece en nuestra patria y la mayoría de los países de américa.

Así, desearles una navidad en paz y con felicidad y un próspero año 2015, no sólo es un deseo, sino un compromiso personal que reitero en mis convicciones de seguir luchando, para que juntos logremos los más altos niveles de desarrollo humano y social de nuestras sociedades, que sea muy visible en nuestras personas y nuestros familiares, con buenos niveles de ingreso económico, salud, educación, alimentación, seguridad, espiritualidad y el goce pleno de los placeres de la vida.
Espero, retomar normalmente el desarrollo de este blog, el próximo año, a pesar de las tareas político electorales inmersas en ese año 2015.     

martes, 9 de diciembre de 2014

SOCIEDADES ADORMECIDAS ANTE LA INJUSTICIA


Ante la tragedia de Ayotzinapa, en México, que hizo emerger nuevamente el tejido purulento de la podredumbre de nuestro sistema político, económico y social inmerso en el neoliberalismo, capitalista, revitalizando nuestras luchas  libertarias por el cambio verdadero de nuestra nación, observamos como la mayoría de nuestra sociedad mexicana permanece adormecida, sin reaccionar con la rebelión ante los gobernantes responsables.
No sólo han sido las victimas tradicionales de las clases bajas y marginadas, inmersas  en el clientelismo, el asistencialismo y el corporativismo  de políticos y funcionarios corruptos, que por décadas han sido mediatizadas y manipuladas en sus conciencias, sino ahora se suman la mayoría de los ciudadanos de  las clases medias a quienes el individualismo, el hiperconsumismo mercantilista y sus lacras de deshumanización han menoscabado los sentimientos fraternales y solidarios ante la injusticia y la explotación de sus congéneres. No se diga, la pasividad, que las clases intelectuales, de académicos, científicos, profesionistas, docentes, artistas y literarios han estado asumiendo, en su mayoría sólo con jugar el papel protagónico exhibicionista de su solidaridad, como uno más de su espectáculo, sin más trascendencia con el poder ignominioso de los gobernantes.

Las tragedias y actos de corrupción, que una y otra vez suceden en nuestro México, tan sólo uno de ellos, como los asesinatos y desapariciones, genocidas, han sido razón suficiente para que en otras sociedades reaccionen ante sus gobiernos y autoridades rebelándose, ahí están las revueltas que han impactado recientemente en, Egipto, Libia, Túnez, Venezuela, Bolivia, Brasil, Chile y más atrás en Sudáfrica y la India. En otro países, actos transgresores a la elemental ética de los políticos gobernantes, han sido utilizados para destituir y encarcelar a presidentes y primeros ministros como sucedió con Richard Nixon en USA,  Fernando Collor de Mello, en Brasil, con Alberto Fujimori en Perú, Miguel Ángel Rodríguez, en Costa Rica, con Silvio Berlusconi en Italia, al ex primer ministro, Ehud Olmert, de Israel y más recientemente a José Sócrates, ex presidente de Portugal.
Las multitudinarias marchas y mítines, los cercos, huelgas, toma simbólica, mensajes y voces que hemos  desarrollado en las últimas semanas, ante la tragedia de Ayotzinapa, no sólo no han logrado romper el cerco informativo impuesto por los medios de comunicación, al servicio del gobierno, sino que se han apropiado del tema con sus estrategias mediáticas de inhibición del daño a los gobernantes, con focalización de responsables en funcionarios de gobierno municipal, destruyendo la percepción del “crimen de estado”, respaldada y fundamentada por organismos internacionales de derechos humanos, como la ONU. La fundamentad exigencia de la RENUNCIA de Enrique Peña Nieto a la presidencia de México, que hemos hecho, sólo ha logrado mermar el índice de popularidad o aceptación en toda la población a los niveles más bajos en las últimas décadas, para un presidente en funciones.

Ante estas circunstancias, es comprensible la propuesta de los padres de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, desparecidos de pasar a otra etapa de la lucha, “usando las armas para quitar a la autoridades”, “entrarle con una revolución”, “armarse para quitarlos y poner a gente honesta, que vea por el pueblo y que trabaje bien, porque el mismo gobierno solapa a todos los delincuentes y asesinos, y eso los va tirar la gente”; sin embargo sumarse a la estrategia de violencia, generada por el mismo estado, sólo dañara más a los y las activistas opositores  de este régimen de oprobio que vivimos en México, sobre todo con gobernantes coludidos con delincuentes, dispuestos a reprimir con sus guerras sucias. En este momento, se necesita que  construyamos más organización política, en todos los niveles y sectores de la sociedad, capaz de potencializar permanentemente la indignación y el rechazo a los gobernantes criminales y corruptos, peros sobre todo que logre generar una mayor conciencia social de todos y todas los ciudadanos, capaces de despertar a la mayoría, del adormecimiento ante la injusticia y la corrupción prevaleciente.
Así, en cada territorio del país, conforme a sus particularidades históricas y culturales, lo que urge es impulsar esta organización de los ciudadanos, capaz de construir la conciencia ciudadana, donde  prevalezca la indignación y la rabia que ha vencido a la resignación y al miedo, donde  la fraternidad y la solidaridad generen la fuerza a los individuos, capaz de vencer las mentiras, la insensibilidad, el cinismo y el autoritarismo de los políticos y funcionarios pripanperredistas que están en el ignominioso pacto con Enrique Peña Nieto.

En Morena, estamos muy claros de nuestra participición activa y su trascendencia histórica, en medio de la deslegitimación de los políticos y partidos, sin duda lograremos que en nuestra sociedad los y las ciudadanas sean más libres, participativas, honestas, pacificas, productivas, solidarias, pero sobre todo con altos grados de bienestar en sus vidas que nos permita alcanzar los más altos niveles de desarrollo humano y social en correspondencia con la grandeza de nuestra patria.