Tengamos
claro, pululan los personeros opositores partidistas, empresariales y
mediáticos, que están haciendo una intensa campaña de descalificación de
nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, en su estrategia de lograr que
deje su cargo, para así lograr su objetivo del golpe de estado, cuyas acciones
iniciaron desde que logramos la victoria electoral del 2018.
Hoy
enarbolan más sus protestas, descalificando las estrategias y acciones del
gobierno, contra la pandemia del coronavirus y su plan para reactivar la
economía, una vez que pase la crisis, por el COVID-19. Usan sus empleados-directivos
de las cámaras empresariales, que presionan con sus declaraciones pesimistas
sobre su fracaso económico y la
exigencia de que el gobierno de la República, les de suficientes fondos para
apoyarlos, enarbolando el rescate, no de sus grandes empresas sino de las medianas
y pequeñas, con la abierta descalificación del ejercicio del poder presidencial,
demandando que AMLO renuncie.
Sus medios de comunicación,
no dejan de utilizar todos los días y cada hora, las grandes empresas de radio,
televisión, prensa y las redes sociales, con sus periodistas, editorialistas,
articulistas y locutores, desarrollando una intensa campaña de descalificación
de nuestro Presidente de México, integrando mentiras y juicios falaces, con
parámetros económicos, políticos, físicos y hasta mentales, generando miedo,
angustia, temores, mediante la percepción de que el país va rumbo a un abismo y
que AMLO nos llevara a todos a la ruina.
Son las cúpulas del sector
privado, beneficiarias de los regímenes corruptos de los gobiernos pripanistas
neoliberales, que hoy han sido dañadas por nuestro gobierno de la 4T, por las
acciones estratégicas contra la corrupción, la prevalencia del estado de
derecho, la justicia y el bienestar social, que en tiempos de crisis, como la
que vivimos hoy, acrecentaban sus riquezas económicas como beneficiarios de los
planes oportunistas que los gobiernos les privilegiaban, desde los gobiernos
neoliberales de los ochentas, del siglo pasado, con Miguel de la Madrid, luego
los ignominiosos y cínicos de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox,
Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que no dudaban en ovacionarlos, por los
millonarios fondos económicos del gobierno, obtenidos, en su mayoría,
endeudándose con el FMI, dirigidos a
recates financieros (el más abominable fue le FOBAPROA), para beneficiar a los
bancos y sus empresas, valiéndoles madre la mayoría de los mexicanos en pobreza
y la clase media.
Sus
peroratas de crecimiento económico, bienestar social, generación de empleos,
los llevo a hundir nuestra economía, disponiendo de las reservas nacionales, con
el grave endeudamiento externo que padecemos, desplomado el producto interno
bruto, delirando en sus promesas de convertir nuestro país como uno de primer
mundo, logrando sólo mayor pobreza, el desmantelamiento del estado de
bienestar, mas en el sector salud y educativo, precarizando sus instituciones,
que hoy son uno de los obstáculos que estamos superando para enfrentar la
crisis del COVID 19.
Hoy,
ante otra crisis que tenemos y la respectiva pandemia, como no están integrados
en el plan económico del gobierno, recibiendo el apoyo financiero que esperaban
disponiendo de multimillonarias cantidades hacia sus empresas, ni siquiera
estímulos fiscales, exenciones de impuestos, están rabiosos contra AMLO y la 4T
por lo que debemos tener claro que seguirán desbordando todo su poder
económico, político y mediático en su perverso objetivo, mas en estos tiempos
de la pandemia del COVID 19, de lograr quitar a nuestro presidente, consumando
su objetivo golpista de estado, que iniciaron desde el año pasado para imponer
a uno de sus títeres, serviles a sus intereses neoliberales.
Tienen
toda la razón de estar molestos, iracundos, encorajinados, porque les han
quitado sus privilegios y de ya no elogiar las acciones de nuestro gobierno,
enalteciendo a nuestro presidente AMLO y a la 4T, lo mas repudiable es que su
ira perfile rostros de violencia de la barbarie contra nuestro Estado Mexicano,
en lo más extremo de la inmoralidad, tratando de saciar sus intereses
económicos mercantilistas, inmersos en la perversión deshumanizante.
La
realidad que no han entendido es que hoy el poder es del pueblo, que no somos
tontos y que la gran mayoría de los mexicanos y mexicanas seguimos luchando por
acabar con el régimen de oprobio, donde siguen medrando.
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