Ayer 7 de abril, se conmemoro, una vez más el día Mundial de
la Salud, cuya finalidad es seguir promoviendo y fomentar la atención de los
gobiernos, en sus sociedades para la mejoría de la calidad en la atención
médica y la disminución de los padecimientos que les agobian. Celebrado desde
1950, con un tema de salud especifico, para una área de interés prioritario
para los integrantes de la OMS, este año intitulado “Vence a la Diabetes”, tratando de que se conjunten esfuerzos de
gobiernos y sociedades para intensificar la prevención, mejorar la atención, y
reforzar su vigilancia para el diagnostico y tratamiento oportuno, de esta
enfermedad considerada ya como una epidemia que como un tsunami sigue
imponiendo una gran carga de mortalidad y morbilidad en el mundo. De acuerdo a la OMS (http://www.who.int/features/factfiles/diabetes/facts/es/index7.html),
existen más de 348 millones de personas con diabetes en el mundo, de
estos un 50 al 80% de las muertes se deben a causas cardiovasculares,
convirtiéndose como una de las principales causas de enfermedad y muerte
prematura y lo que es peor, el 80% de las muertes por diabetes se registran en
países de ingresos bajos y medios, como el nuestro, el
grupo más afectado es el de 35 a 64 años, además de ser causa importante
de ceguera, amputación e insuficiencia renal, con grandes costos económicos en
sus tratamientos. El Instituto Nacional de Salud Pública (http://www.insp.mx/avisos/3652-diabetes-en-mexico.html), refiere que
desde el año 2000, la diabetes mellitus en México es la primera causa de muerte
entre las mujeres y la segunda entre los hombres. En 2010, esta enfermedad
causó cerca de 83 000 muertes en el país. A nivel nacional durante 2011, en 9 de
cada 100 personas no aseguradas que se realizaron una prueba de diabetes, ésta
fue positiva.
Si alguna prevalencia de
enfermedad, representa el fracaso de las políticas públicas sobre salud, esta
es una de las más representativas, primero porque una gran proporción de casos
son fácilmente prevenible, algunas medidas simples están relacionadas con el modo de vida, se han
revelado eficaces para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo2.,la
mas prevaleciente, el mantenimiento del peso normal, la realización de
actividad física periódica y una dieta sana pueden reducir el riesgo de
diabetes; segundo su tratamiento y seguimiento oportuno evita las principales
causas de discapacidad y muerte por esta enfermedad, ambas estrategias son
responsabilidad de la medicina preventiva. Por otra parte, la Diabetes, sigue
siendo el paradigma simbólico del modelo mercantilista que predomina en el
ejercicio de la medicina en nuestros países y del modelo económico imperante en
las políticas públicas, donde se priorizan las ganancias económicas sobre la
salud, como ha sucedido en los intentos de contención de la voracidad
empresarial, en sus ganancias por ventas de alimentos chatarra y los refrescos,
sobre todo en los niños, causantes de la prevaleciente obesidad, que en nuestro estado de Nuevo León, está
presente en más del 70% de su población, exponiendo el riesgo de padecer diabetes y que ya padece el
15% de la población.
En nuestro país, los políticos gobernantes siguen
aprovechando este día, con protagonismos que están más dirigidos a mejorar su
posicionamiento mediatico, simulando interés, exhibiendo alguna acción de su
gobierno en esta materia, o informando de sus políticas trascendentes sobre
salud de su gobierno, nada trascendente que logre lo fundamental: otorgar los
servicios de salud a sus habitantes satisfaciendo uno de sus derechos
fundamentales, que en México sigue siendo el gran pendiente de las políticas
públicas de los gobiernos y sus planes
nacionales de desarrollo, que nos ha dado un gran rezago, ubicándonos de
acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos, (OCDE) en el
último lugar, en términos de inversión, infraestructura y del sistema de salud
que tenemos. En el Panorama de la Salud 2015, un informe de la OCDE, registran
que en México el gasto total en salud per cápita y como porcentaje del PIB,
sigue siendo mucho más bajo que en casi todos los demás países de la OCDE y critican
el sistema de salud en México, afirmando que en el país “la calidad de la
atención generalmente es más baja que en la mayoría de los demás países“, es
necesario fortalecer el acceso a una buena atención primaria en México para que
disminuya la hospitalización innecesaria de personas con enfermedades crónicas,
como la diabetes.
En nuestro país, la ceremonia oficial del Día Mundial de la
Salud, el presidente Enrique Peña Nieto, encabezó ayer la ceremonia donde se
firmó el Acuerdo Nacional hacia la Universalización de los Servicios de Salud, un
pacto mas, que según él, lograra un sistema universal de salud, de manera
gradual por medio de la portabilidad de servicios, entre las instituciones del
sector, una simulación mas, que se suma a las realidades cotidianas del sistema
nacional de salud, seguirá segmentado en sus operaciones, sin los recursos
financieros y los marcos legales necesarios que logren el anhelado derecho a la
salud de todos los mexicanos y mexicanas. El problema de la diabetes y la
obesidad sólo fue referido en su problemática, ninguna política trascendente de
salud especifica en el marco de la prevención y su atención. En Nuevo León,
brillo por su ausencia el tema tanto en los medios oficiales como públicos.
El esfuerzo de la ONU, para lograr cobertura universal en
salud, data desde los acuerdos de AlmaAta.” (http://www.promocion.salud.gob.mx/dgps/descargas1/promocion/1_ declaracion_deALMA_ATA.pdf),
celebrados a finales de los setentas del siglo pasado, que fijo como lema
“Salud para Todos en el año 2000”, se pretendía cuando menos, lograr cobertura
universal en el primer nivel de atención, hasta la fecha la universalidad de la
atención médica para todos los habitantes, sigue siendo uno de los grandes
pendientes no sólo en México, sino en el mundo. Lejos estamos, cuando menos de
lograr la meta de “salud para todos”, de esa Conferencia Internacional sobre
Atención Primaria de Salud de Alma-Ata, organizada por la OMS/OPS y UNICEF, donde
concluyeron subrayando la importancia de la atención primaria de salud como
estrategia para alcanzar un mejor nivel de salud de los pueblos, acordando que “La
atención primaria forma parte integrante tanto del sistema nacional de salud,
del que constituye la función central y el núcleo principal, como del
desarrollo social y económico global de la comunidad. Representa el primer
nivel de contacto de los individuos, la familia y la comunidad con el sistema
nacional de salud, llevando lo más cerca posible la atención de salud al lugar
donde residen y trabajan las personas, y constituye el primer elemento de un
proceso permanente de asistencia sanitaria. La atención primaria forma parte
integrante tanto del sistema nacional de salud, del que constituye la función
central y el núcleo principal, como del desarrollo social y económico global de
la comunidad.
Es esta atención primaria que no hemos logrado en México, por los
intereses políticos y económicos inmersos en los planes y programas de los
gobernantes, desde entonces, se han incrementado las brechas sanitarias
existentes, con sus desigualdades en la atención de los usuarios, en un modelo
de atención, donde predominan los intereses mercantilistas, donde la salud se pervierte
convirtiéndose en una mercancía, las clases más beneficiadas económicamente
tienen fácil acceso a los servicios privados, en tanto las clases bajas dependen
de los subsidios del estado.
Si las políticas de salud continúan así y se sigue sumando la
deficiente integración de los gobiernos, servidores públicos y los diferentes sectores
de la sociedad, sobre todo la sociedad civil, el sector empresarial y los
medios informativos seguiremos lejos, de lograr los esfuerzos por prevenir y
tratar la diabetes, que serán importantes para alcanzar la meta del Objetivo de
Desarrollo Sostenible 3, consistente en reducir la mortalidad prematura por
enfermedades no transmisibles en una tercera parte para el año 2030.
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