jueves, 31 de marzo de 2016

SOBRE LA ÉTICA DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS DEL GOBIERNO EN NUEVO LEÓN


Como una muestra más, de lo lejano que está, de asumir cabalmente el imperativo ético en las políticas públicas, sobre todo en su administración del gobierno de nuestro estado de Nuevo León, se han sumado las declaraciones de su gobernador, Jaime Rodríguez Calderón (JRC), de rechazo e ingratitud, a quienes hemos manifestado nuestro desacuerdo con los funcionarios que integran su gabinete, que persisten en mantener dos cargos públicos, abultando sus ingresos y contrariando sus ofrecimientos, de cumplir de tiempo completo en el desempeño de sus responsabilidades. Estos mismos funcionarios, estuvieron resistiéndose a integrar el imperativo ético y legal que está muy claro en nuestra Constitución Política del Estado libre y  Soberano de Nuevo León, sus declaraciones se sumergieron en la típica confabulación, de quienes una vez evidenciados, en una conducta desviada, tratan de enfrentar con discursos falaces y recurrentes sobre la “politización “ de este asunto, y confrontando a otros servidores, como los diputados del congreso, denunciando estas mismas transgresiones, en algunos de ellos.

EL ARTICULO 141, de nuestra Constitución es muy claro “Queda prohibido desempeñar a la vez dos o más cargos o empleos remunerados del Estado, de los Municipios, o de uno y otros, o cualesquiera de ellos con uno de la Federación, sean o no de elección popular, con excepción de los relativos a la instrucción pública y beneficencia. Tampoco podrán desempeñar a la vez dos cargos de elección popular.”

Ha sido uno de los artículos que tiene el espíritu de los constituyentes, de promover y fomentar la vocación y la mística de servicio de los funcionarios públicos, decididos por la voluntad soberana del pueblo, trata además de contener las voraces ambiciones de los políticos, que aspiran a enriquecerse patrimonialmente y que históricamente, se han convertido en una casta que hoy con su poder económico, pululan en todo el país, sumándose con sus cacicazgos, a los poderes facticos del régimen de oprobio que padecemos, obstaculizando nuestro desarrollo democrático, social y humano.

Cierto es que estos funcionarios, no son los únicos que existen, como ya lo ha señalado su jefe ejecutivo JRC, aunque confuso, sobre lo que es la función como instrucción pública y el desempeño en otro cargo sea administrativo, directivo o jefes de departamentos en otras instituciones públicas, como es la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde se presenta el conflicto de intereses de la mayoría de los funcionarios detectados. Por mucho tiempo esta ha sido uno de las estrategias de corrupción, de los gobernantes pripanistas, cooptando a las personas, encubriendo estas transgresiones, que con sus niveles intelectuales, académicos, científicos, artísticos y culturales pudieran desempeñar su libertad política, afectando sus intereses y su gobernabilidad en las políticas públicas.

Mas riesgo, hemos tenido quienes hemos bregado como opositores, a estos regímenes de gobierno corrupto, como no nos sometemos, o según ellos eufemísticamente, no nos “integramos”, no logramos sus percepciones materialistas del éxito en nuestra vida laboral y profesional, mucho menos en la política. Así lo vivencie cuando siendo electo regidor en la administración del R. Ayuntamiento de Monterrey en el periodo 1997- 2001, solicité licencia sin goce de sueldo a los empleos y cargos públicos que desempeñaba en la Secretaria de Salud y en la Preparatoria Emiliano Zapata de la Secretaria de Educación, para cumplir cabalmente con lo dispuesto en la legislación, significaba disminuir mis ingresos económicos en más del 50%, eran los tiempos de los bajos salarios de los regidores, lo tuve que hacer buscando ser congruente y responsable, en mi desempeño como regidor presidente de la comisión  de salud, lo que me dio fortaleza, además para mis posturas permanentes contra la corrupción de esa administración pública. Sí, jamás acepte las propuestas corruptas, de seguir gozando de los salarios institucionales, que de los diferentes niveles de gobierno, ofrecían persistentemente, era el modus vivendi de la mayoría de los políticos.

Una investigación profunda, no dudo que provocaría una crisis operativa, que sería temporal, por la ausencia de estas celebridades al servicio del estado, pero habría mayor bienestar en la administración, porque emergerían plenamente los trabajadores al servicio del estado, que transgredidos en sus derechos laborales y por el infausto servicio civil de carrera, no han sido justamente reconocidos en sus capacidades, experiencias y sobre todo en la posesión de esa mística y vocación que férreamente ha resistido los regímenes gobernantes corruptos que han prevalecido en nuestro estado.

Urge que el imperativo ético se integre a la administración pública del gobierno del cambio que se ofreció a la ciudadanía de Nuevo León, imponer el orden en el respeto a las leyes, a las normas y los principios se fundamental, sumando austeridad, transparencia y participación ciudadana, sólo así acabaremos con el lastre de la corrupción que padecemos los mexicanos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario