Como una muestra más, de lo lejano que está, de asumir cabalmente
el imperativo ético en las políticas públicas, sobre todo en su administración
del gobierno de nuestro estado de Nuevo León, se han sumado las declaraciones
de su gobernador, Jaime Rodríguez Calderón (JRC), de rechazo e ingratitud, a
quienes hemos manifestado nuestro desacuerdo con los funcionarios que integran
su gabinete, que persisten en mantener dos cargos públicos, abultando sus
ingresos y contrariando sus ofrecimientos, de cumplir de tiempo completo en el
desempeño de sus responsabilidades. Estos mismos funcionarios, estuvieron resistiéndose
a integrar el imperativo ético y legal que está muy claro en nuestra Constitución
Política del Estado libre y Soberano de
Nuevo León, sus declaraciones se sumergieron en la típica confabulación, de
quienes una vez evidenciados, en una conducta desviada, tratan de enfrentar con
discursos falaces y recurrentes sobre la “politización “ de este asunto, y
confrontando a otros servidores, como los diputados del congreso, denunciando
estas mismas transgresiones, en algunos de ellos.
EL ARTICULO 141, de nuestra Constitución es muy claro “Queda
prohibido desempeñar a la vez dos o más cargos o empleos remunerados del
Estado, de los Municipios, o de uno y otros, o cualesquiera de ellos con uno de
la Federación, sean o no de elección popular, con excepción de los relativos a
la instrucción pública y beneficencia. Tampoco podrán desempeñar a la vez dos
cargos de elección popular.”
Ha sido uno de los artículos que tiene el espíritu de los
constituyentes, de promover y fomentar la vocación y la mística de servicio de
los funcionarios públicos, decididos por la voluntad soberana del pueblo, trata
además de contener las voraces ambiciones de los políticos, que aspiran a
enriquecerse patrimonialmente y que históricamente, se han convertido en una
casta que hoy con su poder económico, pululan en todo el país, sumándose con
sus cacicazgos, a los poderes facticos del régimen de oprobio que padecemos, obstaculizando
nuestro desarrollo democrático, social y humano.
Cierto es que estos funcionarios, no son los únicos que
existen, como ya lo ha señalado su jefe ejecutivo JRC, aunque confuso, sobre lo
que es la función como instrucción pública y el desempeño en otro cargo sea
administrativo, directivo o jefes de departamentos en otras instituciones
públicas, como es la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde se presenta el conflicto
de intereses de la mayoría de los funcionarios detectados. Por mucho tiempo
esta ha sido uno de las estrategias de corrupción, de los gobernantes
pripanistas, cooptando a las personas, encubriendo estas transgresiones, que
con sus niveles intelectuales, académicos, científicos, artísticos y culturales
pudieran desempeñar su libertad política, afectando sus intereses y su
gobernabilidad en las políticas públicas.
Mas riesgo, hemos tenido quienes hemos bregado como
opositores, a estos regímenes de gobierno corrupto, como no nos sometemos, o según
ellos eufemísticamente, no nos “integramos”, no logramos sus percepciones materialistas
del éxito en nuestra vida laboral y profesional, mucho menos en la política.
Así lo vivencie cuando siendo electo regidor en la administración del R.
Ayuntamiento de Monterrey en el periodo 1997- 2001, solicité licencia sin goce
de sueldo a los empleos y cargos públicos que desempeñaba en la Secretaria de Salud
y en la Preparatoria Emiliano Zapata de la Secretaria de Educación, para
cumplir cabalmente con lo dispuesto en la legislación, significaba disminuir
mis ingresos económicos en más del 50%, eran los tiempos de los bajos salarios
de los regidores, lo tuve que hacer buscando ser congruente y responsable, en mi
desempeño como regidor presidente de la comisión de salud, lo que me dio fortaleza, además para
mis posturas permanentes contra la corrupción de esa administración pública. Sí,
jamás acepte las propuestas corruptas, de seguir gozando de los salarios
institucionales, que de los diferentes niveles de gobierno, ofrecían persistentemente,
era el modus vivendi de la mayoría de los políticos.
Una investigación profunda, no dudo que provocaría una crisis
operativa, que sería temporal, por la ausencia de estas celebridades al
servicio del estado, pero habría mayor bienestar en la administración, porque
emergerían plenamente los trabajadores al servicio del estado, que transgredidos
en sus derechos laborales y por el infausto servicio civil de carrera, no han
sido justamente reconocidos en sus capacidades, experiencias y sobre todo en la
posesión de esa mística y vocación que férreamente ha resistido los regímenes gobernantes
corruptos que han prevalecido en nuestro estado.
Urge que el imperativo ético se integre a la administración
pública del gobierno del cambio que se ofreció a la ciudadanía de Nuevo León, imponer
el orden en el respeto a las leyes, a las normas y los principios se
fundamental, sumando austeridad, transparencia y participación ciudadana, sólo
así acabaremos con el lastre de la corrupción que padecemos los mexicanos.
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