En tanto las políticas de salud de los
gobernantes, funcionarios, políticos, académicos y expertos de las ciencias de
la salud pública, se debaten entre lograr, reformas del sistema de salud
pública o sobre la seguridad social, que garantice la universalidad y equidad
en el acceso a los servicios requeridos de salud en México, es necesario
priorizar y jerarquizar la inversión financiera, en fortalecer la Atención Primaria a la Salud (APS), logrando
cuando menos que esta estrategia sea integrada en todos los niveles de atención a la salud,
donde cabalmente pueden desarrollarse todos los niveles de prevención, que urgen ser
fomentados en el marco de un modelo de atención médica integral, en todas las
unidades del sector salud, considero que en estos momentos es posible, en la circunstancias
financieras, legales y políticas de nuestro país y sus estados.
Esta
estrategia de APS que fue definida en la conferencia de Alma Ata en 1978, y que
comente en el artículo anterior, en este blog, estableció un avance para
superar los modelos biomédicos, centrados en la enfermedad que privilegian
servicios curativos, caros, basados en establecimientos de segundo y tercer
nivel por modelos basados en la promoción de salud y preventivos de la
enfermedad a costos razonables para la población. Fue una estrategia que desde
los ochentas fue refrendada en 1988 por Guillermo Soberon y Jesús Kumate en un
ensayo denominado “Salud para Todos, ¿utopia o realidad?”, (Edición del Colegio Nacional-
México- 1989), ambos fueron, ex -Secretarios de Salud de México, Soberon en el
periodo 1982-1988, y Kumate de 1988 a1994, quienes no lograron su cabal
implementación, fueron víctimas del poder de las políticas neoliberales,
en el desmantelamiento del estado de bienestar, obstaculizando las políticas de
desarrollo social, como las de salud, sumándose luego desde sus fundaciones a ese neoliberalismo, donde
hoy priorizan sus intereses económicos y políticos, influyendo importantemente
en las políticas de salud vigentes en México, que obstaculizan el disfrute del derecho a
la salud de todos y todas las mexicanas.
Resulta
que al revisar el Plan Estatal de Desarrollo 2016-2021 (PED), publicado desde el pasado 3 de abril, en la página
oficial del gobierno de Nuevo León, (http://www.nl.gob.mx/publicaciones/plan-estatal-de-desarrollo-2016-2021), observo como los elementos
diagnósticos, en el rubro de la salud de nuestra sociedad, muestran los
problemas que lamentablemente siguen sin ser correspondidos con propuestas,
donde las acciones y estrategias, integren cabalmente el paradigma de la salud
pública, donde el eje sea el enfoque holístico y la prevención deje de ser un
concepto reduccionista, sólo empleado como un terminó vacio, en la concepción
de la sabiduría popular prevaleciente “es mejor prevenir que lamentar.”
En
una atrevida síntesis de este tema de salud, contenida en ese documento,
resulta que nuestra sociedad nuevoleonesa, vive con la trágica realidad de ser
mayormente enfermiza por las infecciones respiratorias, digestivas y urinarias,
estas constituyen más del 82% de los motivos de consulta en las unidades del
sector salud. En tanto Las principales causas de muerte en la entidad son las
enfermedades del corazón (19.14 %), los tumores malignos (12.46 %), y la
diabetes mellitus (7.11 %), Nuestro estado ocupa el primer lugar en la prevalencia
de diabetes entre la población de 20 a 59 años de edad, el 75 % de los
pobladores sufren de sobrepeso u obesidad, que es el principal factor detonador
de las enfermedades crónico-degenerativas. El cáncer de mama y el Cervico-
uterino siguen siendo una de las primeras causas de muerte, en mujeres mayores
de 25 años. Nuevo León es uno de los estados con
mayor carga para tuberculosis (TB); en el
área metropolitana se registran el 91.6 % de casos, de los cuales 64.1 %
corresponden a hombres y 35.8 % a mujeres; el 83.6 % fueron casos nuevos con
localización pulmonar,
En
relación a los trastornos mentales, resulta que solo el 18 % de personas que
cursa con este padecimiento, del mas de 30% de las personas, que se estima
cursan con algún padecimiento, recibe el
servicio que necesita. En materia de adicciones, se observa que la problemática
continua prevalente en nuestra entidad; el 26.7 % de la población en el estado
consume tabaco (existen más de 1.2 millones de fumadores/as),del 70 % consume
bebidas alcohólicas, de los cuales el 28 % las toman cada fin de semana hasta
embriagarse. En cuanto a drogas ilegales, se ha encontrado que más del 55 %
inician su uso entre los 10 y 14 años y casi 40 % entre los 15 y 19. Las drogas
de inicio son tabaco, alcohol y mariguana, y las drogas de impactos son, en más
del 30 % de los casos, la mariguana, 25 % el alcohol y casi 20 % los
inhalables.
Lo
más lamentable es la situación de salud de los Jóvenes, sus principales causas de defunciones, son
los homicidios, que actualmente representan el 32.4 %, seguido de accidentes, con
14.9 % suicidios con 7.6 %, y VIH/sida, con el 3.2. El 11.2 % de los jóvenes
neoleoneses fuma a diario, el 53.9 % ingiere bebidas alcohólicas 22 y el 55.6 %
de los pacientes farmacodependientes que se atendieron en instituciones de
salud públicas eran jóvenes de entre 15 a 24 años, una de cada tres mujeres embarazadas
atendidas por Sistema de Salud de Nuevo León son adolescentes (12-19 años), constituyendo
un grave problema de salud sexual y reproductiva.
En este PED, en el tema de salud se refiere como objetivo
general: “Promover en la población de
Nuevo León la corresponsabilidad de crear una nueva cultura de vida saludable,
facilitando el acceso oportuno y equitativo de los servicios de salud pública,
atención médica y protección contra riesgos sanitarios, bajo estándares de
eficiencia y calidad.” Luego se plasman 3 estrategias, con 31 líneas de acción,
sin ninguna referencia al fortalecimiento pleno de la cobertura total en la
atención primaria a la salud en el marco de un modelo integral de atención médica
donde la participación organizada de la comunidad sea armonizada con la
definición ciudadana que enarbola el gobernante actúa, finalmente en su
presentación de indicadores, integran uno sólo: prevalencia de escolares con
sobrepeso, donde se pretende lograr al 29%, sigo conmocionado por la ausencia
de los otros indicadores importantes de los problemas de salud referidos en ese
diagnostico, quizás si se plasmen en el programa sectorial que obliga la ley.
En
fin, los problemas de nuestra salud pública en Nuevo León, mostrados en este
documento, que en sus ediciones anteriores, la mayoría de ellos se repiten,
siguen mostrando el fracaso del modelo de atención a la salud que ha prevalecido,
donde predomina mas la medicina curativa sobre la medicina preventiva, es algo,
por lo que desde los setentas del siglo pasado, hemos luchado proponiendo
incluso reformas trascendentes en la planes y programas de estudios de los
diferentes profesionales y técnicos que luego integran los equipos de salud en
las unidades, clínicas y hospitales del sistema de salud.
Es esta
atención primaria, que enfatiza las acciones en la medicina preventiva y la participación
activa organizada de la comunidad, que no hemos logrado en México, por los
intereses políticos y económicos inmersos en los planes y programas de los
gobernantes, Urge
rediseñar los programas que hasta ahora no han funcionado, en cada nivel de
atención, primero, segundo y tercero se pueden desarrollar todos los niveles de
la anhelada prevención. Por ejemplo en el primer nivel se pueden desarrollar
acciones de prevención primaria, secundaria y terciaria, tal es el caso de la
prevención terciaria en cuanto a acciones de rehabilitación en el primer nivel
de atención.
Este
documento legal del PED, según nuestro gobierno tiene la Visión: “Hacer de Nuevo León un estado
líder con niveles sostenibles de desarrollo económico, social, humano y
ambiental, garantizando así el bienestar de todos sus habitantes. Esto se
logrará a través de una ciudadanía comprometida e instituciones eficaces
que muestren respeto a la legalidad en
todas sus acciones. El desempeño en lo económico, social, humano y ambiental
será comparable al de países desarrollados.”
Visión que
corre el riesgo de convertirse en Ilusión, si nos comparamos con los países desarrollados,
donde el desempeño tan sólo en salud pública ha logrado que la esperanza de
vida se ubique en promedio en 80 años, donde sus gobiernos han disminuido
notablemente los problemas de las enfermedades infecciosos y no se diga las
lacras de pobreza y violencia social que padecemos, invierten hasta el 10% de
su PIB, cuando nosotros no alcanzamos ni el 3%, pero lo más importante donde
tienen Servicios Nacionales de Salud que garantizan la universalidad, integralidad, solidaridad y la redistribución,
principios básicos en sus políticas sanitarias.
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