En el marco de la investigación efectuada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autonoma de Nuevo León que se centro en la explotacion sexual y el trafico de mujeres en el norte de México y que estima que las mafias mexicanas dedicadas a la trata de personas trafican cada año con 10.000 mujeres, las cuales son captadas en los estados del sur y centro de México para su explotación sexual en el norte del país, según este estudio coordinado por el académico de origen indio Arum Kumar; y debido a la particular deteccion de la existencia de resde de prostitucion y trata de balancas en Nuevo León reconocidas por su gobernador y el procurador de justicia en el Estado, el tema de la prostitución volvio al debate en nuestra sociedad con el interes de los medios de comunicacion.
A finales del año pasado había terminado de redactar un libro que titule: Prostitución, Analisis y Propuestas para un debate, que por problemas de financiamiento no logre imprimir y publicarlo comercialmente, intente que algunas editoriales lo publicaran pero por sus contenidos politicos, argumentaron unos o por razones del tema que no vende, decían otros no ha sido posible su publicación. En fin el texto es un ensayo que trata el problema de la prostitucion en nuestro país y simplemente informa de nuestra experiencia y la investigacion medico, psicologica y social que sobre la prostitucion femenina hicimos en la ciudad de Monterrey a principios del año 2000; asimismo analiza las politicas públicas que los gobiernos de los diferentes partidos en el poder durante los últimos veinte años que sólo han sido generadoras del crecimiento del problema fortaleciendo las redes criminales de corrupcion donde funcionarios públicos y proxanetas que se han logrado enriquecer impunemente sin que a la fecha hayan sido objeto de alguna accion legal trascendente; su discurso preferido siempre ha sido el de la necesidad de implementar acciones legislativas que paradojicamente poseen como instrumentos y estan facultados para realizarlas, simulan, mienten y engañan.
En el marco de las políticas sobre la sexualidad, la equidad de género y contra la violencia en nuestra sociedad el problema de la prostitución ha sido dolosamente evadido, continuando inmerso en la doble moral del conservadurismo homofóbico y misógino de los políticos y sus clases gobernantes que con discurso moralizante abordan y reducen al concepto reduccionista e ignorante del “mal necesario” y del “oficio mas antiguo del mundo”, en tanto en su comportamiento privado, intimo, se dejan seducir en los placeres hedonistas que genera el trabajo sexual y sus lacras de satisfactores económicos derivadas de la corrupción en que se encuentra por estar inmersa en los llamados giros negros, que los otrora traficantes y explotadores del sexo “proxanetas o lenones” han sabido integrar en la poderosa industria del sexo, la segunda a nivel mundial que genera más ganancias después del negocio de las armas y antes del negocio de las drogas; permitiéndoles así transmutarse en influyentes empresarios que se integran a las redes del poder manejándose impunemente en nuestra sociedad.
La gran fuente de ingresos económicos que genera el trabajo sexual en sus diferentes modalidades y su coexistencia con el abuso en el consumo de alcohol, tabaco y el abuso de las drogas, además del marco simulado artístico del espectáculo, fortalecen la simulada intervención de las autoridades en los niveles de gobierno que tienen responsabilidades en el marco jurídico o reglamentario, desarrollando acciones que cíclicamente se repiten en cada periodo de gobierno con la finalidad de presionar la colaboración de los diferentes agentes involucrados en los actos de corrupción y así darle la fluidez necesaria a este manantial de dinero que ha servido para el enriquecimiento de estos políticos.
En Monterrey, su área metropolitana y en general en México el debate se ha reducido a la necesidad de su reglamentación con fines sanitarios y desde finales de los años ochentas el negocio del sexo a tenido un notable incremento en sus diferentes modalidades y los gobernantes municipales de los diferentes partidos políticos en el poder han tenido una complicidad en su crecimiento conjuntamente con los llamados giros negros como los table dances, cabaret y salas de masajes que hoy proliferan asociados a la delincuencia organizada.
La simulación y sus lacras de corrupción han estado presentes lo mismo en gobernantes emanados de partidos políticos como el Partido Acción Nacional (PAN), que con su tradicional conservadurismo moral, paradójicamente desarrolló comportamientos políticos que lograron en menos de nueve años (1991-2000) no sólo duplicar los establecimientos dedicados a la prostitución sino además incrementar el numero de personas dedicadas a este oficio en sus diferentes modalidades.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no sólo le dio origen a nuevas modalidades de trabajo sexual desde los setentas sino además detono el crecimiento de los negocios dedicados a la prostitución a finales de los ochentas; además se sirvió del tema de la corrupción en la prostitución y los giros negros para lograr que su campaña electoral en alianza con partidos dizque de izquierda y progresistas como el Partido del Trabajo (PT) resultar victorioso (2003-2006).
Lamentablemente una vez en el poder la esperada atención política de estos problemas se esfumo en políticas simuladas del control sanitario para seguir usufructuando los manantiales de corrupción económica que no dejan de cesar hacía los políticos, paradójicamente ese partido el PT, producto de ese apoyo logró posiciones en áreas estratégicas que tienen que ver con la atención del fenómeno de la prostitución como son la Secretaria de Desarrollo Social y la Dirección de Salud Pública Municipal, sin trascender una sola acción de políticas públicas sobre el tema, sumándose al solapamiento de la corrupción que volvió a trascender en esa administración lo cual nuevamente genero su uso electoral que permitió al PAN recuperar el poder en el gobierno municipal de Monterrey con un alcalde muy cuestionado por prevalecer la corrupción en su administración.
Si algo ha caracterizado a los políticos en el debate sobre la prostitución en nuestro estado ha sido su hipocresía, su mezquindad, su notoria incapacidad intelectual sobre el tema y, sobre todo, el absoluto desprecio que tienen a la libertad de las persona, donde la manipulación del ciudadano con estrategias mediáticas y clientelares constituyen la base de sus estrategias en el mantenimiento de su poder político perverso que les ha permitido gobernar reproduciendo sus modelos oligárquicos feudales en Nuevo León.
Así Impunemente los lenones, proxenetas o padrotes y matronas dirigen sus actividades delictivas y en los últimos veinte años no ha existido una sola acción trascendente de las autoridades procuradoras de justicia tendientes a inhibir sus conductas explotadoras ignominiosas de las mujeres que exponen al trabajo sexual en la calle y en los establecimientos dedicados a esta actividad, como así lo definía el exiguo reglamento municipal que regulaba la prostitución en la Ciudad de Monterrey desde 1912, reformado en 1947 y en 1992 y que fue abrogado en el año 2002 para así dejar en mayor libertad a las autoridades municipales en los actos de corrupción; así desde los niveles más bajos de autoridad como son los policías de las dependencias municipales hasta los jueces y agentes procuradores de justicia a nivel estatal y federal distinguen el marco de abusos y explotación de la prostitución.
En el marco del movimiento feminista de nuestro estado y sus crecientes posicionamiento contra la violencia de las mujeres y la lucha por la equidad del genero, este tipo de violencia y sus redes de explotación con sus marcos delincuentiles no ha sido objeto ni siquiera de debate académico, mucho menos de acción trascendente que inhiba su degradante crecimiento a pesar de las leyes establecidas para luchar contra la violencia en las mujeres, para algunas feministas apoyar a las prostitutas en sus reivindicaciones les parece que es apuntalar la ideología patriarcal, al aceptar la existencia de la prostitución sin cuestionamiento la consideran como una forma de esclavitud sexual para las mujeres, en las que éstas sólo pueden ser víctimas o cómplices de los hombres, en general las prostitutas se han visto poco acogidas por las feministas desconociendo las realidades que enfrentan.
Para el feminismo la estigmatización de las trabajadoras sexuales es un elemento fundamental de la ideología patriarcal, es un instrumento de control para que las mujeres se atengan a los estrechos límites que aún hoy encorsetan la sexualidad femenina; ellas representan todo aquello que una mujer "decente" no debe hacer, su comportamiento sexual corresponde a las malas y pecadoras mujeres y su criminalización sirve para escarmentar en cabeza ajena, quizás de ahí deriva la pasividad del movimiento feminista en un estado cuna del conservadurismo moral, que con todo su poder ha combatido la libertad sexual de sus ciudadanos.
Nuestra experiencia profesional con mujeres agredidas físicamente, dedicadas a la prostitución, con riesgo de perder su vida y que acuden a los centros de procuración de justicia ha sido vergonzosa en un sistema con sus instituciones que fomentan doble violencia al ser humilladas y sojuzgadas en beneficio de sus agresores y de la supremacía masculina de la cultura machista que prevalece no sólo en nuestra sociedad sino lo más lamentable en las instituciones responsables de seguridad y procuración de justicia donde la mujer es indignamente degradada y violentada al esteriotipo de mujerzuela y puta por algunos servidores públicos incapaces de crecer profesional y humanamente.
La creación de organismos públicos para la atención de las políticas dirigidas a lograr la equidad de genero y facilitar el apoyo en la lucha contra la violencia de las mujeres, en los diferentes niveles de gobierno federal, estatal y municipal ha sido esperanzadora para desarrollar actividades que permitan políticas sociales y acciones contundentes de las autoridades para cuando menos inhibir el crecimiento de este problema de la degradante prostitución de las mujeres, sin embargo la realidad ha sido que han mostrado escaso o nulo interés y ni siquiera se han posesionado del tema para debatirlo sintonizándose en la complicidad de las políticas públicas a las que sirven directamente para no obstaculizar este negocio prospero.
Por otra parte la denominada acción de la sociedad civil y sus organizaciones no gubernamentales se ha limitado a estar actuando en la defensoría de los derechos civiles, humanos, por la salud sexual y reproductiva de algunas trabajadores sexuales promoviendo tímidos esfuerzos para lograr el debate acerca de la prostitución, algunas de ellas mas dedicadas a que en el marco de la diversidad sexual se acepte la prostitución masculina adhiriéndose al concepto de que ellos también tienen derecho a ejercer este trabajo sexual que no es exclusivo de las mujeres.
Las limitaciones organizacionales y su dependencia económica, por los financiamientos que reciben de los gobiernos, lamentablemente obstaculizan su capacidad de acción critica para estimular el debate posicionante ante la sociedad en su conjunto del problema de la prostitución y las soluciones mas adecuadas que permitan en una primera fase detener el crecimiento y en una última limitar al mínimo su prevalencia, lejos están de exigir tipificar como delito la compra de servicios sexuales así como demandar que la prostitución y la trata se consideren como una violación de los derechos humanos de las mujeres, y no sólo desde la perspectiva de la inmigración o de la lucha contra el crimen organizado como lo ha exigido El Lobby Europeo de Mujeres, durante la Conferencia de Ministros de la Unión Europea sobre Violencia contra las Mujeres, de febrero del 2002 en Santiago de Compostela.
Esperamos que a partir del conocimiento, el análisis y la reflexión propongamos algunos elementos mínimos que deberían prevalecer en las políticas públicas para coadyuvar en la solución de este problema que debería estar integrado a la agenda de los próximos gobiernos en los cuales mantenemos la esperanza que integraran la atención a este tema en el proceso de construcción de una sociedad plenamente libre, democrática y humanista que los mexican@s anhelamos donde la prostitución no debiera existir porque es una de las expresiones más deshumanizante del comportamiento humano.
La gran fuente de ingresos económicos que genera el trabajo sexual en sus diferentes modalidades y su coexistencia con el abuso en el consumo de alcohol, tabaco y el abuso de las drogas, además del marco simulado artístico del espectáculo, fortalecen la simulada intervención de las autoridades en los niveles de gobierno que tienen responsabilidades en el marco jurídico o reglamentario, desarrollando acciones que cíclicamente se repiten en cada periodo de gobierno con la finalidad de presionar la colaboración de los diferentes agentes involucrados en los actos de corrupción y así darle la fluidez necesaria a este manantial de dinero que ha servido para el enriquecimiento de estos políticos.
En Monterrey, su área metropolitana y en general en México el debate se ha reducido a la necesidad de su reglamentación con fines sanitarios y desde finales de los años ochentas el negocio del sexo a tenido un notable incremento en sus diferentes modalidades y los gobernantes municipales de los diferentes partidos políticos en el poder han tenido una complicidad en su crecimiento conjuntamente con los llamados giros negros como los table dances, cabaret y salas de masajes que hoy proliferan asociados a la delincuencia organizada.
La simulación y sus lacras de corrupción han estado presentes lo mismo en gobernantes emanados de partidos políticos como el Partido Acción Nacional (PAN), que con su tradicional conservadurismo moral, paradójicamente desarrolló comportamientos políticos que lograron en menos de nueve años (1991-2000) no sólo duplicar los establecimientos dedicados a la prostitución sino además incrementar el numero de personas dedicadas a este oficio en sus diferentes modalidades.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no sólo le dio origen a nuevas modalidades de trabajo sexual desde los setentas sino además detono el crecimiento de los negocios dedicados a la prostitución a finales de los ochentas; además se sirvió del tema de la corrupción en la prostitución y los giros negros para lograr que su campaña electoral en alianza con partidos dizque de izquierda y progresistas como el Partido del Trabajo (PT) resultar victorioso (2003-2006).
Lamentablemente una vez en el poder la esperada atención política de estos problemas se esfumo en políticas simuladas del control sanitario para seguir usufructuando los manantiales de corrupción económica que no dejan de cesar hacía los políticos, paradójicamente ese partido el PT, producto de ese apoyo logró posiciones en áreas estratégicas que tienen que ver con la atención del fenómeno de la prostitución como son la Secretaria de Desarrollo Social y la Dirección de Salud Pública Municipal, sin trascender una sola acción de políticas públicas sobre el tema, sumándose al solapamiento de la corrupción que volvió a trascender en esa administración lo cual nuevamente genero su uso electoral que permitió al PAN recuperar el poder en el gobierno municipal de Monterrey con un alcalde muy cuestionado por prevalecer la corrupción en su administración.
Si algo ha caracterizado a los políticos en el debate sobre la prostitución en nuestro estado ha sido su hipocresía, su mezquindad, su notoria incapacidad intelectual sobre el tema y, sobre todo, el absoluto desprecio que tienen a la libertad de las persona, donde la manipulación del ciudadano con estrategias mediáticas y clientelares constituyen la base de sus estrategias en el mantenimiento de su poder político perverso que les ha permitido gobernar reproduciendo sus modelos oligárquicos feudales en Nuevo León.
Así Impunemente los lenones, proxenetas o padrotes y matronas dirigen sus actividades delictivas y en los últimos veinte años no ha existido una sola acción trascendente de las autoridades procuradoras de justicia tendientes a inhibir sus conductas explotadoras ignominiosas de las mujeres que exponen al trabajo sexual en la calle y en los establecimientos dedicados a esta actividad, como así lo definía el exiguo reglamento municipal que regulaba la prostitución en la Ciudad de Monterrey desde 1912, reformado en 1947 y en 1992 y que fue abrogado en el año 2002 para así dejar en mayor libertad a las autoridades municipales en los actos de corrupción; así desde los niveles más bajos de autoridad como son los policías de las dependencias municipales hasta los jueces y agentes procuradores de justicia a nivel estatal y federal distinguen el marco de abusos y explotación de la prostitución.
En el marco del movimiento feminista de nuestro estado y sus crecientes posicionamiento contra la violencia de las mujeres y la lucha por la equidad del genero, este tipo de violencia y sus redes de explotación con sus marcos delincuentiles no ha sido objeto ni siquiera de debate académico, mucho menos de acción trascendente que inhiba su degradante crecimiento a pesar de las leyes establecidas para luchar contra la violencia en las mujeres, para algunas feministas apoyar a las prostitutas en sus reivindicaciones les parece que es apuntalar la ideología patriarcal, al aceptar la existencia de la prostitución sin cuestionamiento la consideran como una forma de esclavitud sexual para las mujeres, en las que éstas sólo pueden ser víctimas o cómplices de los hombres, en general las prostitutas se han visto poco acogidas por las feministas desconociendo las realidades que enfrentan.
Para el feminismo la estigmatización de las trabajadoras sexuales es un elemento fundamental de la ideología patriarcal, es un instrumento de control para que las mujeres se atengan a los estrechos límites que aún hoy encorsetan la sexualidad femenina; ellas representan todo aquello que una mujer "decente" no debe hacer, su comportamiento sexual corresponde a las malas y pecadoras mujeres y su criminalización sirve para escarmentar en cabeza ajena, quizás de ahí deriva la pasividad del movimiento feminista en un estado cuna del conservadurismo moral, que con todo su poder ha combatido la libertad sexual de sus ciudadanos.
Nuestra experiencia profesional con mujeres agredidas físicamente, dedicadas a la prostitución, con riesgo de perder su vida y que acuden a los centros de procuración de justicia ha sido vergonzosa en un sistema con sus instituciones que fomentan doble violencia al ser humilladas y sojuzgadas en beneficio de sus agresores y de la supremacía masculina de la cultura machista que prevalece no sólo en nuestra sociedad sino lo más lamentable en las instituciones responsables de seguridad y procuración de justicia donde la mujer es indignamente degradada y violentada al esteriotipo de mujerzuela y puta por algunos servidores públicos incapaces de crecer profesional y humanamente.
La creación de organismos públicos para la atención de las políticas dirigidas a lograr la equidad de genero y facilitar el apoyo en la lucha contra la violencia de las mujeres, en los diferentes niveles de gobierno federal, estatal y municipal ha sido esperanzadora para desarrollar actividades que permitan políticas sociales y acciones contundentes de las autoridades para cuando menos inhibir el crecimiento de este problema de la degradante prostitución de las mujeres, sin embargo la realidad ha sido que han mostrado escaso o nulo interés y ni siquiera se han posesionado del tema para debatirlo sintonizándose en la complicidad de las políticas públicas a las que sirven directamente para no obstaculizar este negocio prospero.
Por otra parte la denominada acción de la sociedad civil y sus organizaciones no gubernamentales se ha limitado a estar actuando en la defensoría de los derechos civiles, humanos, por la salud sexual y reproductiva de algunas trabajadores sexuales promoviendo tímidos esfuerzos para lograr el debate acerca de la prostitución, algunas de ellas mas dedicadas a que en el marco de la diversidad sexual se acepte la prostitución masculina adhiriéndose al concepto de que ellos también tienen derecho a ejercer este trabajo sexual que no es exclusivo de las mujeres.
Las limitaciones organizacionales y su dependencia económica, por los financiamientos que reciben de los gobiernos, lamentablemente obstaculizan su capacidad de acción critica para estimular el debate posicionante ante la sociedad en su conjunto del problema de la prostitución y las soluciones mas adecuadas que permitan en una primera fase detener el crecimiento y en una última limitar al mínimo su prevalencia, lejos están de exigir tipificar como delito la compra de servicios sexuales así como demandar que la prostitución y la trata se consideren como una violación de los derechos humanos de las mujeres, y no sólo desde la perspectiva de la inmigración o de la lucha contra el crimen organizado como lo ha exigido El Lobby Europeo de Mujeres, durante la Conferencia de Ministros de la Unión Europea sobre Violencia contra las Mujeres, de febrero del 2002 en Santiago de Compostela.
Esperamos que a partir del conocimiento, el análisis y la reflexión propongamos algunos elementos mínimos que deberían prevalecer en las políticas públicas para coadyuvar en la solución de este problema que debería estar integrado a la agenda de los próximos gobiernos en los cuales mantenemos la esperanza que integraran la atención a este tema en el proceso de construcción de una sociedad plenamente libre, democrática y humanista que los mexican@s anhelamos donde la prostitución no debiera existir porque es una de las expresiones más deshumanizante del comportamiento humano.
El libro esta a disposción en formato PDF gratuitamente sólicitalo a mi e-mail: ag_card@hotmail.com