sábado, 15 de septiembre de 2012

SER O NO SER DE MORENA

En el marco de la coyuntura histórica, actual que vivimos los integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA, tenemos que definir el futuro como organización política de izquierda para continuar en la lucha por el cambio verdadero de nuestra patria, cambio que está claramente contenido en el Proyecto Alternativo de Nación que hace mas de un año construimos y consensamos en el seno de nuestro movimiento.

Por eso la asamblea efectuada, el pasado domingo 9 de septiembre, en el Zócalo de la ciudad de México, a convocado a un Congreso Nacional a celebrarse el 20 y 21 de noviembre en esa misma ciudad, para fortalecer el Movimiento Regeneración Nacional y seguir luchando por la transformación democrática de México donde se definirá el futuro organizativo, como movimiento o partido político, así como los documentos básicos y los nuevos integrantes de los órganos de dirección a nivel nacional. Con este propósito, se iniciara desde este momento a estructurar la organización interna de MORENA, mediante la constitución de los órganos de dirección en los 31 estados y en el Distrito Federal, así como la ratificación, ampliación y elección de nuevos miembros para los Consejos y los Comités Ejecutivos Estatales, para lograr esto último se desarrollaran congresos distritales y estatales en todo el país, quienes democráticamente decidirán la elección y el rumbo de MORENA a seguir.

Para el efecto AMLO nos ha enviado una carta, solicitando cuidar mucho el proceso democrática de los congresos distritales para decidir si se mantiene como asociación civil o se convierte en un partido político, pero sobre todo cuidar mucho la elección de quiénes serán, en todos los niveles, dirigentes de nuestra organización. Dice AMLO:
“Para el cumplimiento de esta gran tarea es imprescindible contar con buenos dirigentes. Con mujeres y hombres sinceros, honestos, congruentes y trabajadores; dispuestos a luchar por causas más elevadas que sus propios intereses personales, por legítimos que sean.
De esto dependerá, en mucho, que MORENA mantenga y fortalezca su autoridad moral y política. Recordemos que nuestra organización no se mueve por la ambición al dinero ni por la búsqueda del poder por el poder.
Quienes formamos parte de MORENA, debemos guiarnos siempre pensando que venimos a este mundo a servir y no a que nos sirvan. Y que el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los demás.
MORENA es un espacio abierto para aquellos que busquen ser felices, dedicando su existencia a procurar el bienestar y la felicidad de otros.
Por eso les pido de manera especial y respetuosa que, al elegir a quienes nos representarán, lo hagamos con todo el cuidado que el caso amerita. No debe importar la clase social a la que pertenezcan nuestros dirigentes. Hay personas humildes con capacidad y de recto proceder, como también, no todo el que tiene es malvado.
Tampoco debemos equivocarnos ante la simulación, la palabrería hueca o el engaño de quienes se autodefinen de avanzada y solo buscan mejoría económica o acomodo político, bajo la máxima de que se puede triunfar a toda costa sin escrúpulos morales de ninguna índole.
Ser de izquierda, en nuestro tiempo y circunstancia, más allá de otras consideraciones, es actuar con honestidad y tener buen corazón.
Y algo más: nada de caciquismo, amiguismo, influyentismo, nepotismo, sectarismo, clientelismo, ninguna de estas y otras lacras de la política actual.
Afortunadamente llevamos tiempo juntos, nos conocemos y estoy seguro que elegiremos como nuestros representantes, no solo a las mujeres y a los hombres del más alto nivel moral, sino comprometidos y, subrayo, entusiastas y trabajadores.”

Difícil tarea que implica cambiar radicalmente la cultura del comportamiento político que está inmerso en la mayoría de los activistas y líderes tradicionales, que han estado en las redes de los partidos políticos, de todos los espectros izquierdas, centros y hasta derechas. No sòlo estaremos enfrentando a las oligarquías del poder político que alimentan mediante la corrupción y la cooptación sus estrategias de infiltración y dispersión de organizaciones y movimientos, como el nuestro sino toda una serie de hábitos y costumbres que han pervertido el sentido del quehacer político, que desde sus orígenes helénicos se pretendían supeditar a cultivar las virtudes de la justicia y el bien común, muy lejos de la palabrería hueca que hoy denosta los discursos de todos los políticos. Sobre todo en los antiguos militantes de la izquierda partidista que siguen enmarcando su praxis política anclados al pasado donde prevalecían los fundamentalismos y dogmas ideológicos generando pragamatismos sectarismos y oportunismos que hoy asfixian y limitan los procesos democráticos de nuestra nación.

Sin embargo este gran reto, es posible, si quienes bregamos en MORENA logramos perseverar en el activismo político con responsabilidad, integridad y congruencia, cumpliendo cabalmente con los valores y principios que están reiterados en nuestros documentos básicos, pero sobre todo si realmente integramos ese amor fraternal y solidario en las reuniones y asambleas que nos impulse a construir los consensos necesarios y no a destruirnos, como seguramente se conducirán quienes siempre han jugado el papel indigno, consciente o inconscientemente, de obstaculizar el desarrollo fortalecido y organizado de movimientos insurgentes como el nuestro.
El ejemplo más reciente lo vivimos en la asamblea convocada para iniciar los trabajos de MORENA en Nuevo Lèon, este 15 de septiembre, que se tuvo que suspender por las conductas indisciplinadas, irrespetuosas y beligerantes de algunos compañeros que lamentablemente siguen con estilos de trabajo muy alejados del ser tolerante, pero sobre todo sin los mínimos del necesario compañerismo fraternal y solidario que supuestamente nos debe distinguir a los activistas de la izquierda.

Son conductas cultivadas en sus militancias partidistas, que los ponen en la encrucijada de ser o no ser de MORENA e integrar la nueva cultura política que proponemos para lograr la transformación radical de nuestra sociedad, difícil para ellos, difícil para todos pero no imposible, sobre todo en estos tiempos donde escasea la verdad y la peste de la mentira y la simulacion aniquila los valores del ser en nuestra sociedad intentando destruirla como las peores epidemias que lo han intentado.

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