lunes, 23 de diciembre de 2013

LOS PROBLEMAS DE MORENA EN NUEVO LEÓN


La organización del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), en nuestro estado, ha sido obstaculizada por las resistencias al cambio en los comportamientos políticos, que se contemplan en los documentos básicos y que implican la transformación radical de la cultura política, de los dirigentes y protagonistas, tanto al interior como al exterior de la organización. Simple y llanamente, no hemos logrado integrar la ética política y la democracia plena en el desempeño de nuestras tareas, que constituyen los ejes centrales de nuestro sentido de ser, políticamente, para lograr nuestro proyecto de nación al que aspiramos.
 
A nivel nacional, persisten las tendencias centralistas con sus rigideces e imposiciones en sus decisiones, que no permiten afrontar las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales que fundamentan el comportamiento político, propio de cada región,  decidiendo estrategias y acciones, algunas de ellas fortaleciendo intereses protagónicos y facciosos, menoscabando liderazgos y autonomías, generando graves deficiencias en la eficacia y efectividad de las diferentes tareas políticas. En nuestro estado los compañeros designados como “enlace” y/o “comisionados” nacionales para fortalecer la referida eficiencia y eficacia política en el desarrollo de las tareas políticas han vivenciado los problemas centrales, sin lograr soluciones a los conflictos derivados de ese faccionismo que prevalece y que ha dañado gravemente las relaciones armoniosas entre dirigentes y protagonistas, necesarias para lograr las metas políticas de Morena en Nuevo León.

A nivel estatal, siguen prevaleciendo la impunidad, las falta de respeto y consideración elementales entre dirigentes y algunos de los protagonistas, derivadas de los comportamientos facciosos, que sin reserva se expresan, por sus actores, con los supuestos apoyos de dirigentes y comisionados nacionales de MORENA. Prevalece la impunidad, porque muchos de los Consejeros y algunos de los secretarios integrantes del Comité Directivo Estatal, no han enfrentado sus responsabilidades en el desempeño de los encargos por los que desaforadamente compitieron, no sólo no asisten a las reuniones estatutarias sino no cumplen con las funciones cotidianas que les corresponden; a ellos se han agregado los recién electos dirigentes de los comités municipales, en asambleas donde predominó la pobre asistencia de militantes de Morena con las lacras de  la simulación y el pragmatismo ramplón de la política que derivo en pleitos, donde los interesados nunca entendieron que no eran puestos, sino encargos, lo que ha generado abortos de algunos de los dirigentes municipales recién fecundados y el virus letal de la ausente vida orgánica política de Morena en sus territorios.  

Las faltas de respeto y consideración han generado graves conflictos personales entre los dirigentes y consejeros, dañando letalmente la unidad en la acción política de Morena, hasta las figuras formales de autoridad son denostadas y violentadas en el ejercicio de sus funciones, muy alejadas del principio central de morena como organización política que establece la prevalencia del respeto que debe emerger de las relaciones fraternales y solidarias con los y las compañeras protagonistas, mucho mas con los ciudadanos que son victimas atroces del sistema corrupto que prevalece aniquilando estos valores esenciales en las relaciones humanas.     

El problema mas grave es la deshonestidad que se proyecta en las prevalecientes mentiras en el desempeño de responsabilidades que generan simulación y perversas manipulaciones con el afán de satisfacer intereses personales o grupales; han sido las mentiras el instrumento perfecto del régimen de oprobio que vivimos, los mexicanos para manipular y mantener la debilidad de la acción de las masas hacía las necesarias conductas de protesta que logren los cambios revolucionarios.

El fracaso para el desarrollo de la asamblea estatal constitutiva de Morena en Nuevo León, el pasado 8 de diciembre, para convertirse en partido político nacional simple y llanamente se debió a la prevalencia de conductas deshonestas en el quehacer político de dirigentes, consejeros y activistas de todo el estado. La firme percepción de esta prevalencia no excluye el reconocimiento de los compañeros que visiblemente trataron cunado menos de cumplir honestamente con las tareas y responsabilidades que les fueron encomendadas, sobre todo el comité organizador de este evento. La tarea era muy simple, una y otra vez se insistió en focalizar el objetivo: lograr la asistencia de los más de 3000 ciudadanos que con su presencia legitimaran el desarrollo y los acuerdos de la asamblea, simple, porque bastaba que entre dirigentes estatales, municipales, consejeros y destacados activistas sumáramos 100 personas responsables que lográramos la meta.   La mayoría no pudimos vencer los infestados virus del protagonismo, con los que el sistema político  mexicano ha logrado enfermar la cultura política para denostarla y generar antipatías hacía el activismo en y con los políticos, mas con aquellos que, como nosotros, estamos intentando organizarnos como partido político.

El 19 de enero del próximo año, tenemos otra oportunidad de lograr el objetivo, venciendo estas y otras adversidades que estamos acostumbrados a vivir quienes mantenemos la férrea convicción de promover y fomentar la congruencia y la integridad con los principios e ideales que protestamos cumplir y hacer cumplir con MORENA.

    

No hay comentarios:

Publicar un comentario