Por primera vez el régimen priísta, que fue engendrado y mantenido por
los ideales del movimiento revolucionario de 1910, suspendió la ceremonia
oficial conmemorativa del pasado 20 de noviembre, día en que se inicio este
movimiento armado contra las injusticias de la dictadura del gobierno de
Porfirio Díaz y que, año tras año, les ha servido para celebrar y festejarlo como
el aniversario de la Revolución Mexicana
Cuando menos hay que reconocer la congruencia del régimen priísta, con sus fines, que
nos gobierna en contubernio con las fuerzas contrarrevolucionarias de los
poderes políticos y económicos, que han logrado ir desmantelando los ideales de
los próceres revolucionarios, desde los ideales democráticos de Francisco I.
Madero, hasta los principios demandantes de tierra y libertad de Emiliano Zapata
y Francisco Villa, sin olvidar las luchas por la defensa de los trabajadores de
Ricardo Flores Magon, que conjuntamente con muchos intelectuales influidos por
los ideales del liberalismo y el socialismo enriquecieron la lucha
revolucionaria, ideales que luego influyeron en las políticas públicas del
estado nacionalista y de bienestar concretadas por el presidente Lázaro Cárdenas
durante su sexenio presidencial en 1934-1940 y que fueron vigentes hasta el desmantelentamiento
que el capitalismo neoliberal inicio en
la década de los setentas, del siglo pasado imponiendo sus políticas económicas
depredadoras a nuestros países con sus títeres gobernantes.
Fueron muchos años de combates, millones de muertos, con sus múltiples
tragedias, que incluyeron el asesinato desde estos héroes de la revolución,
hasta las luchas intestinas por el poder con sus lacras de represión sangrienta
que también incluyeron el asesinato político de presidentes y personajes
amenazantes de los oligarcas contrarrevolucionarios, renuentes en la
construcción de una sociedad democrática con mejores niveles de desarrollo
social, económico y político que dejara atrás las lacras de injusticia,
explotación y pobreza en la que estaba inmersa la gran mayoría de la población,
mayormente la del zona rural.
Hoy en el sexenio actual, con su presidente Enrique Peña Nieto, pretenden
concretar el final de la lucha por la construcción de ese estado soberano,
nacionalista y de bienestar en complicidad con los oligarcas partidistas y
empresariales, imponiendo sus reformas políticas, económicas, hacendarias,
educativas, laborales, energéticas a satisfacción de los intereses del los lideres del capitalismo neoliberal que
domina el mundo desde los países imperialistas. Han logrado acabar con el
estado laico en contubernio con los poderes eclesiásticos, quienes se han
fortalecido en sus influencias sobre el ejercicio del poder por los
gobernantes.
Sus reformas economicas, una y otra vez, han sido generadoras de infimos niveles de desarrollo economico, que hoy estupidamente nos hacen tener menos crecimiento con paises como Haiti, sus soluciones hacía mas empleos con mejoras en la productividad sólo han logrado mas desempleo, empobrecimento y hambre en la mayoría de los mexicanos.
Han desmantelado la reforma ejidal que genero en justicia la tierra para
que los campesinos, explotados por los caciques y terratenientes, pudieran
trabajarla libremente y en colectividad lograran los mas altos niveles de
productividad y bienestar no sólo para sus familias sino coadyuvando con ese
fin con nuestra sociedad; hoy son estas zonas donde prevalecen los mas ínfimos niveles
de desarrollo humano y social con sus lacras de pobreza y marginación social.
Sus reformas educativas han logrado coadyuvar con las estrategias de
dominación y explotación de los depredadores lideres del capitalismo neoliberal
mundial sumiendo a las poblaciones en el analfabetismo y la ignorancia,
alimentando la pasividad, la proclividad a la manipulación y subsumiendo a
nuestra sociedad a niveles ínfimos de desarrollo social y humano
Las reformas laborales han empobrecido los ingresos económicos de los
trabajadores, con sus miserias salariales y la pérdida de prestaciones vitales
de la seguridad social, como el acceso a un sistema de jubilación y pensiones
dignas, así como el acceso oportuno y de calidad a los servicios de salud.
Las reformas energéticas no sólo han generado los costos mas elevados de
sus servicios públicos, sino han menoscabado sus capacidades productivas
generando en las empresas del estado burocracias institucionales inmersas en la
corrupción y pésimas administraciones, coludidas con los sindicatos
corporativizados por los gobiernos del régimen priísta y los panistas
empoderados. Hoy que en esta semana, han logrado imponer su reforma privatizadora
de PEMEX, apoyados por los panistas y la abominable izquierda de los chuchos
que dirige el perredismo, que se vendieron en el ignominioso pacto por México,
para legitimar a Enrique Peña Nieto y sus reformas espurias, simulando actualmente
su oposición, y con toda una campaña mediática
de mentiras no debemos dejar que logren concluir la muerte de los principios e
ideales revolucionarios que constituyen la esencia de nuestras aspiraciones en
la construcción de una nación democrática con los más altos niveles de
desarrollo humano y social de sus habitantes.
Los políticos partidistas que con sus diputados y senadores lograron
imponer estas reformas más que traidores, son unos simples criminales asesinos, dispuestos a matar cualquier ideal vigente
revolucionario, da vergüenza su cinismo festivo sobre lo que hicieron y que no
dudamos en lograr el desmantelamiento de sus reformas espurias y anacrónicas.
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