El último de los cuatro ejes estratégicos
generales del PED de Nuevo León, con el cual concluimos nuestro analisis en este blog, corresponde al gobierno productivo y de calidad, del cual
según sus autores, se precisa para operar todas las acciones y objetivos de
todas las estrategias contenidas en este plan que en este rubro establece como
necesidad: “fortalecer la acción del Estado con altos niveles de
responsabilidad, eficiencia y transparencia, a fin de realizar con efectividad
su papel de facilitador y promotor del crecimiento; de ente proactivo de la
equidad, la justicia social y la democracia; de responsable primordial de
salvaguardar la seguridad pública”
La gobernabilidad democrática requiere que
los servicios públicos que proporciona los funcionarios de los diferentes
niveles de gobierno sean capaces, honestos y logren estándares de calidad de
los mas altos, no sólo perceptibles al momento de los procesos de evaluación
interna, sino permanentes, donde diariamente el ciudadano se sienta satisfecho
por la eficacia y eficiencia del trato digno en la solución de sus problemas.
El problema recurrente, sexenio, tras
sexenio, inicia en la designación de los funcionarios integrantes del gabinete,
tanto del primer y segundo nivel, cuyos nombramientos no se corresponden con
las necesidades profesionales y de experiencia para el desempeño del puesto y
su designación esta más centrada en los intereses políticos del partido
gobernante para extender y fortalecer los usos del poder centralizado, mas que
el fortalecimiento de la instituciones públicas que logren contribuir a los mas
altos anhelados de desarrollo humano y social de muestra sociedad. Estos funcionarios extienden sus redes de
poder, reproduciendo este tipo de conductas transgrediendo derechos laborales,
sin el minino respeto a la ley del servicio civil de los servidores públicos.
Así hemos vivenciado el desempeño de funcionarios responsables de la educación, sin ser educadores, de salud
pública sin formación académica en este ámbito, directores del ISSTELEON sin
experiencia en seguridad social, directores de transito sin formación ni
experiencia vial, directores de Fomerrey sin formación en políticas de
vivienda, etc., etc…
Luego la organización administrativa del
gobierno se simula complementar con la formación de consejos consultivos de
participación ciudadana, juntas vecinales o comunitarias, y otras instancias de
participación y concertación que tienen por objetivo el fortalecimiento
institucional y son diluidas a legitimadores de la simulada integración
democrática de la ciudadanía en la gobernabilidad, hasta los integrantes de
estas instancias, son seleccionadas mediante decisiones verticales y
discrecionales de los funcionarios, sin procesos de selección ni participación
ciudadana que fortalezcan la cultura democrática.
Así uno de los principales retos de
productividad y calidad en este PED, que se ha enfocado para “Fortalecer la gobernabilidad
democrática y participativa, y la alineación de políticas intergubernamentales
orientadas al servicio del ciudadano” no ha logrado “privilegiar la política
como medio para dirimir diferencias y resolver conflictos en un marco de
reconocimiento a la realidad plural del estado y con apego a la legalidad”, el
ejercicio de la autoridad con “eficacia, eficiencia y responsabilidad social
para mantener el orden público y la estabilidad política”, se ha menoscabado
por el autoritarismo que satisface intereses partidistas y de las oligarquías
en el estado. Los ejemplos mas trascendente ha sido sus resistencias en aprobar
la ley de participación ciudadana, realizar las reformas a la ley estatal
electoral y los acuerdos cupulares para aprobar informes financieros de las
dependencias estatales y municipales, dictaminados con transgresiones, sin
seguir los procesos jurídicos correspondientes, así sus deseos de “ampliar los
cauces de la democracia participativa y lograr un mayor involucramiento de la
ciudadanía en la gestión pública”, quedan sólo en sus discursos políticos sin
lograr la necesaria “colaboración efectiva de los consejos de participación
ciudadana en las dependencias y entidades de la administración pública
estatal”.
El reconocimiento de esa “realidad plural”
sólo será vigente cuando logremos “establecer un diálogo permanente con todos
los sectores sociales y las expresiones políticas y religiosas, con base en la
tolerancia y el respeto de sus derechos, así como diseñar mecanismos que
permitan la viabilidad de sus propuestas”, sin marginaciones ni exclusiones por
el peso de la representación del sector u organización que lo propone sino por
su trascendencia en coadyuvar al desarrollo social y humano de nuestra
sociedad. Esa misma realidad plural se ve obstaculizada por las tareas de los
medios de comunicación, que siguen sin aspirar a su democratización, y la
inversión financiera excesiva del gobierno en publicidad destinada más a los
posicionamientos de los políticos funcionarios que informar y evaluar
oportunamente las acciones y programas del gobierno que logren ese “sistema de
intercomunicación con la comunidad “
Este ejercicio del poder sin integrar la
cultura democrática se la que limita el fortalecimiento de las relaciones
institucionales en los diferentes órdenes de gobierno, poderes del estado y los
organismos autónomos, menoscabando las capacidades creativas, innovadoras “al
diseñar, proponer e implementar políticas públicas, programas y servicios concurrentes
y complementarios” y en el “fortalecimiento de las instituciones mediante la
principios de transparencia, integridad y honestidad en la gestión de los
recursos públicos y en la prestación de servicios” que pretenden en este PED.
Esto se extiende en las relaciones que el poder ejecutivo tiene con el
Honorable Congreso del Estado donde su “estricto respeto a la pluralidad
política”, sigue privilegiando el manejo bipatrdidista, cupular PRI-PAN,
descalificando y minimizando a los partidos de oposición, principalmente de
izquierda, facciosamente se imponen con sus aplanadoras mayorías, reduciendo
esa pluralidad al dialogo autoritario e impositivo de sus acuerdos políticos,
con sus visiones reduccionistas de los grandes problemas sociales que les llevan
a crear leyes que fragmentan los recursos y la acción interdisciplinaria en la
solución de problemas. El poder judicial sigue anquilosado a la perniciosa e
ignominiosa subordinación con el gobernante en turno, dependiente del entramado
de intereses económicos y políticos de la oligarquía en el estado, sin
independencia ni autonomía para lograr la modernización en la procuración de la
justicia en el estado. Esta misma
situación se extiende a organismos autónomos del estado para fortalecer el
estado de derecho y las relaciones institucionales como la comisión estatal de
derechos humanos y con la comisión de transparencia.
Otro de los problemas trascendentes es la
deficiente integración de la ética en los funcionarios públicos que obstaculiza
a su vez el desarrollo de la cultura ciudadana para el respeto de la legalidad,
los valores cívicos y sociales, así como la protección de los derechos humanos
en la entidad, convirtiéndose en fuente de corrupción. La ética en este PED, no transverzaliza a los programas estratégicos,
se reduce a líneas de acción que pretenden:
“Fomentar en los servidores públicos la importancia social de la práctica
de los valores y principios éticos en el desempeño de sus funciones, impulsando
la difusión del Código de Ética entre los servidores públicos, Incorporando en
los programas y eventos de formación y desarrollo profesional de los servidores
públicos, los temas orientados al fomento de la ética, responsabilidad social,
rendición de cuentas, transparencia, legalidad y cultura de la calidad, entre
otros y mejorando los programas de evaluación y monitoreo del desempeño de los
servidores públicos, así como los de estímulos y reconocimientos al mérito.”
Así, si no se integra plenamente la mística
de servicio, subsumiendo la ética, la corrupción prevalece como uno de los
graves problemas, que en este PED sólo se reconoce como uno de los retos a
“combatir”, nada dicen de los daños que las conductas corruptas han provocado
financieramente, afectando las inversiones en obra pública, pero mas importante
en educación y salud, se estima que si se hubiera evitado el daño económico de
la corrupción en nuestro estado, en las últimas cuatro décadas, ese dinero sería suficiente para que
actualmente estuvieran integradas las redes de caminos y carreteras, mas
modernas, así como los hospitales, clínicas, centros de salud y escuelas
públicas bien equipadas capaces de proporcionar la cobertura universal del
derecho a la salud y la educación de todos los nuevoleoneses, con los efectos
trascendentes que se tendrían en el desarrollo social y humano de nuestra
sociedad.
Este PED integra en sus acciones
estratégicas contra la corrupción, la contraloría social de la acción pública
que incluye la creación de una “Contraloría Ciudadana conformada por personalidades
y académicos reconocidos por su solvencia moral, que realizará un seguimiento,
a través de un sistema de semáforo, de la naturaleza de las quejas de la
ciudadanía acerca de los funcionarios públicos, y de la medida en que dichas
quejas son debidamente atendidas”, el
desarrollo de un Sistema de integridad y calidad, con el propósito de prevenir,
inhibir y sancionar conductas irregulares por parte de los servidores públicos,
ofrecer servicios de calidad e impulsar la eficiencia administrativa y finalmente,
El Combate a la corrupción donde se impulsará la implementación de un modelo
eficaz para el combate frontal a la corrupción, así como el establecimiento de
disposiciones jurídicas orientadas a desincentivar la comisión de actos de
corrupción. Es fecha que siguen pendientes la consolidación de su propuesta de
un “sistema estatal que regule y fortalezca la participación ciudadana en la
gestión pública, la autogestión y el desarrollo de la comunidad, en áreas de
seguridad pública, procuración de justicia, desarrollo sustentable y desarrollo
social, entre otras”.
Para lograr eficazmente este combate a la
corrupción este PED se propone además “fortalecer los mecanismos de planeación,
transparencia y rendición de cuentas, fomento a la ética y responsabilidad del
servidor público, la evaluación institucional del desempeño y la racionalidad
de la gestión gubernamental en concordancia con la legislación en la materia”. En
el marco de la planeación, seguimiento y evaluación no se ha logrado
desarrollar un sistema participativo que integre no sólo a los ciudadanos sino
a los trabajadores de las diferentes instituciones operadoras de los planes y
programas sustantivos del gobierno, sus indicadores no son ni siquiera
consensados en base a estimaciones estadísticas realistas, se definen
verticalmente y algunos siguen careciendo de la alineación y congruencia con
programas y acciones interinstitucionales entre dependencias del mismo sector
así como similares con programas federales y dependencias municipales, el
problema se incrementa con los ajustes
que estos indicadores demandan conforme a los cambios que las circunstancias
económicas y sociales imponen. Así la evaluación institucional queda sujeta a
los intereses políticos y económicos
discrecionales de los funcionarios con las transgresiones y desviaciones que
impunemente generan el fondo sobre el cual se desarrolla la corrupción pública.
Luego los procesos de auditoria y los de
verificación de la gestión gubernamental son procesados por organismos
contralores que carecen de autonomía y de los recursos humanos, materiales y
tecnológicos que les impide coberturas amplias para el desarrollo de conductas
preventivas y correctivas y así lograr mayor efectividad y eficiencia de las
acciones y metas en los planes de desarrollo. Por eso se recurre a focalizar
las auditorías y verificaciones ordinarias en dependencias y procesos
seleccionados que generalmente representan áreas de interés por la
trascendencia de la denuncia pública de presuntos actos de corrupción, como ha
sucedido con proveedores de bienes o servicios y en las desviaciones de
beneficiarios de de programas asistenciales, apoyos agropecuarios, de fomento
económico y de empleo. Ahí están los casos emblemáticos de corrupción en el
issteleon y en la dependencia del control vehicular.
Las dependencias de la Administración Pública
de Nuevo León no logran poner a disposición de los ciudadanos eficazmente sus
informes periódicos de la gestión pública, mucho menos cuando esta es
solicitada por otra autoridad, menos cuando el ciudadano y/o las organizaciones
de la sociedad civil tratan de coadyuvar en el combate a la corrupción, y si
este proceso de investigación documental se dificulta y se recurre a la burocracia de la Comisión de Acceso a la Información Pública
de Nuevo León, resulta que no logra cumplir con su función de facilitar
oportunamente la información pública que requieran, simplemente porque sus
funciones siguen subordinadas al poder centralista del gobernante en turno. En
síntesis la modernización de los procesos de información, rendición de cuentas
y las políticas de transparencia de los gobernantes para lograr el combate
frontal de la corrupción ha sido uno de los grandes pendientes de todos los
PED, hasta el presente.
En el contexto del manejo financiero, se
sigue sin lograr el mejoramiento de la capacidad financiera del estado,
obstaculizado por la deficiente recaudación y fiscalización tributaria, la
falta de austeridad, la racionalización del gasto hacía inversiones productivas
y el grave endeudamiento que los gobernantes han hecho los últimos sexenios.
Las aspiraciones de “Fortalecer las finanzas estatales mediante la reingeniería
de procesos y la modernización tecnológica de los mismos” no se han logrado
satisfacer y lamentablemente recurren a
“Alternativas de financiamiento para proyectos estratégicos” donde
pretenden “Desarrollar esquemas innovadores de financiamiento y asociatividad
para proyectos estratégicos”, Adoptando esquemas de financiamiento público
privada, para proyectos de inversión para mejorar la infraestructura
estratégica y la calidad de los servicios públicos, que implican desarrollar esquemas jurídicos y administrativos
para desconcentración, descentralización o concesión, que permita ampliar la
cobertura y mejorar el suministro de bienes y servicios públicos, con la
participación de capitales privados, de lo cual no significa otra cosa que
privatizar servicios públicos que han sido responsabilidad exclusiva del
estado.
Finalmente el gobierno productivo y de
calidad que se propone en el PED tiene como objetivo central “Proporcionar servicios gubernamentales
modernos, eficientes y de calidad centrados en las necesidades y expectativas
ciudadanas”, donde sus estrategias centrales de “Generar un modelo único de
gestión de calidad y mejora continua en la administración pública estatal”,
“Fomentar la innovación en las dependencias y entidades de la administración
pública estatal para mejorar la prestación de los servicios, la eficiencia y la
cobertura, y reducir costos”, y la Certificacion
los principales procesos estratégicos del gobierno, mediante estándares tipo
ISO y de otros modelos a mas de tres años de gobierno no han logrado
consolidarse para lograr la plena satisfacción del usuario. Los trámites y
servicios al ciudadano como los del Registro Público de la Propiedad y del Comercio
y el Catastro, la obtención de licencias y permisos, desde las del uso de vehiculos, desarrollo urbano, alcohol, siguen esperando el profesionalismo con los menores
tiempos de gestión, donde sigue prevaleciendo el abuso de gestores confabulados
con los funcionarios en los beneficios económicos de esa actividad. El Programa
insignia de esta administración “Nuevo León Unido”, sólo ha logrado imponerse
como instrumento publicitario de una aspiración de este cuyo “objetivo de este
programa es articular los esfuerzos públicos, sociales y privados en beneficio
de la comunidad, especialmente de sus segmentos de menor desarrollo, para
atender oportuna e integralmente sus requerimientos”.
Imaginemos que este PED lograra su visión
que conceptualiza en este ámbito del PED “El Gobierno del Estado prevé que en
2015 Nuevo León contará con un gobierno competitivo e incluyente, que
privilegiará la participación social corresponsable y la coordinación efectiva
entre los tres poderes y órdenes gubernamentales, en un marco de respeto al
estado de derecho; que será líder en el desempeño de políticas públicas
orientadas a la satisfacción de las necesidades de la ciudadanía y que brindará
servicios gubernamentales accesibles y de calidad a través de servidores
públicos profesionales y honestos, comprometidos con la transparencia y la
rendición de cuentas”.
Sin duda, de alcanzar esta paradigmática
visión, nuestro salto al desarrollo social y humano que anhelamos, sería tan
grande como el que los astronautas simbolizaron al pisar la luna en los
sesentas del siglo pasado.
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