domingo, 7 de agosto de 2016

IGNORANCIA E INTOLERANCIA SEXUAL

Esta semana, en mi estado de Nuevo León, algunos legisladores y asociaciones de padres de familia han manifestado su desacuerdo con los contenidos sobre educación sexual, en los libros de texto que proporciona la Secretaría de Educación a los estudiantes de educación básica, un desacuerdo que se ha radicalizado en sus propuestas de destrucción de estos libros, cortándole las hojas que contienen dicho material o quemando los libros.

Son las mismas conductas del conservadurismo radical, que desde mediados del siglo pasado, los oligarcas en el poder han apoyado; siguen sin cambios contra la educación sexual de los niños y adolescentes en su proceso de formación educativa, a pesar de los avances científicos que sobre la sexología han existido, desmitificando, desprejuiciando el comportamiento sexual de moralismos, perversiones y desviaciones, pero sobre todo contribuyendo al mejoramiento de la política sexual en el mundo, que se ha fortalecido mas en los países con mas altos niveles de desarrollo humano; sobre todo los nórdicos, donde en la década de los sesentas, se fortaleció la educación sexual de los niños, generando el rechazo de estos conservadores, que pululan en todo el mundo, llegando a exagerar en sus pronósticos sobre el incremento de la "degeneración sexual" que dañaría fatalmente a sus sociedades.

Lo mas estúpido, de estos actores, fue escucharles posturas como: "le educación sexual no debería existir en los niños", "poner en contacto con esto, sólo provocara promiscuidad y daños en los niños", hasta uno de los principales medios de comunicación, intitulo como reportaje especial "Existe la sexualidad infantil?, sin dejar de subrayar lo mas estúpido: "quemar esos libros". Como si en mas de sesenta años, el mundo no ha cambiado y estamos inmersos como ignorantes, imbéciles, sujetos  a sus nefastos intereses y sistemas de creencias, ahogados por sus fundamentalismos judeocristianos que ni siquiera asoman a la modernidad de sus dirigentes en sus iglesias, que han llegado a reconocer sus errores en las conductas perversas de sus ministros de culto, como las que realizo el fundador de los legionarios de cristo, Marcial Maciel abusando sexualmente de sus niños creyentes, que entre paréntesis fue su legado, producto de los apoyos de estos conservadores católicos de Nuevo León, donde su silencio prevaleció contra estas perversiones criminales, convirtiéndose en cómplices de este tirano inmoral.

Me ha extrañado el silencio de los maestros, los profesionistas organizados de la salud, intelectuales, académicos y políticos progresistas, sobre todo de los movimientos que enarbolan las luchas por la libertad y el respeto a la diversidad sexual como la comunidad lésbico-gay, los movimientos feministas; siento un silencio cómplice a contentillo de funcionarios y empresarios, por los apoyos que reciben en sus financiamientos y procesos jurídicos, en el desempeño de sus ONG's, o bien para no ser objeto de represión en sus incentivos de sus roles profesionales institucionales, espero estar equivocado y que los próximos días dignifiquemos la defensa por el derecho a la educación sexual de los niños y adolescentes de nuestro estado. 

Desde principios de los años setentas, del siglo pasado, fuimos un grupo de médicos nuevoleoneses, que impulsamos la educación sexual en los diferentes niveles educativos, priorizábamos la necesidad de que se incluyera en la educación básica y la Sexología e Higiene Sexual en los planes de estudio de las escuelas formadoras de Médicos, Educadores, Psicólogos, Trabajadores Sociales. Así fomentamos y participamos en muchas de las conferencias como expositores temáticos, observábamos la gran prevalencia de prejuicios y tabúes sobre las conductas sexuales, prevaleciendo la falta de conocimiento y desinformación en estas áreas profesionales, inmersos en moralismos, no faltaron las descalificaciones inquisitorias diabólicas hacia nuestras personas, que afrontábamos con tolerancia y prudencia.

De la misma forma en todo el país se crearon grupos de trabajo sobre esta tema, que fueron el embrión organizacional de las decenas de organizaciones de sexología, salud sexual y movimientos feministas, que hoy existen en todo el país. Lamentablemente nuestra propuesta de que la sexología se integrara como una ciencia básica en las ciencias para la enseñanza de la medicina, psicología, enfermería y trabajo social, no prosperó y se convirtió sólo como una área de especialidad. Sólo logramos que en la escuela de medicina del Instituto de Ciencias de la salud todos sus estudiantes llevaran este curso que duraba un año como parte fundamental de su formación médica.

Sin duda, con las posturas que persisten en asumir, estos conservadores sobre la educación sexual de los niños, sólo están contribuyendo a seguir obstaculizando que transitemos hacia la modernidad, alcanzando los mas altos niveles de desarrollo humano y social que nos merecemos como sociedad, su ceguera prevalecerá sin reconocer los daños a la salud sexual que sus posturas han generado, sobre todo en el gran incremento de las conductas sexuales no responsables, como el embarazo no deseado, sobre todo de las adolescentes, los abusos sexuales, sobre todo en niños en nuestras instituciones y comunidades y que sean victimas de los traficantes y no sólo de los empresarios vividores de la pornografía y el trabajo sexual sino de los que explotan la ignorancia y prejuicios como los mercaderes de las disfunciones sexuales o los que ofrecen recuperar virginidades con  cirugías reparadoras.




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