lunes, 18 de septiembre de 2017

DIA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO

El pasado 10 de septiembre se celebró una vez más el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que desde  el  año 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha promovido  con el  objetivo de  concientizar a nivel mundial que el suicidio puede prevenirse, en este año el tema central fue “Tomate un Minuto, Salva una Vida”.
Resulta que de acuerdo a la OMS “a nivel mundial cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone una tasa de mortalidad "global" de 16 por 100 000, o una muerte cada 40 segundos. En los últimos 45 años las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial. El suicidio es una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de 15 a 44 años en algunos países, y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años; y estas cifras no incluyen los tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado”.(http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs398/es/). La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en todo el mundo. Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo. Los factores de riesgo más importantes se correlacionan con las presencia de trastornos mentales, especialmente al depresión, que se incrementado en el mundo y nuestra sociedad, constituyéndose como una de las primeras causas de discapacidad en el mundo, luego le siguen los trastornos por abuso de alcohol, las conductas disruptivas destructivas presentes en el Trastorno Bipolar y la Esquizofrenia.

Lo patético es que si sumamos al suicidio, en las estadísticas mundiales y de nuestro país, las muertes causadas por los accidentes de vehículos de motor y lesiones, que son también agresiones que proceden de conductas violentas, tendríamos entonces que enfrentar la realidad de que vivimos los peores tiempos existenciales en nuestras sociedades donde la agresión es una variable que prevalece en nuestras relaciones humanas.
Lo peor es que juntos suicidios y accidentes de tráfico de vehículos de motor, son la primera causa de defunción en la edad más productiva del desarrollo humano, de los 15 a los 44 años, y en el caso de los jóvenes mexicanos  los jóvenes varones las tres principales causas de muerte son provocadas por agresiones (24.4%), accidentes de transporte terrestre (17.9%) y por lesiones auto infligidas intencionalmente (8.1%), todas ellas catalogadas como violentas.(http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2016/juventud2016_0.pdf).
 
Mas debe de alertarnos lo queya había señalado Luis Mora, responsable de género, derechos humanos y cultura de UNFPA (Fondo de Población de Naciones Unidas) en Nueva York, durante la presentación del Informe El Estado de la Población Mundial 2016. “En un rango más amplio de edad, para las chicas de entre 10 y 19 años el suicidio ocupa el segundo lugar, porque el primer puesto es para el VIH, debido a la desinformación que existe sobre salud sexual y al comercio y violencia sexual al que son sometidas".

Lo lamentable es que los gobernantes y políticos en el poder sigan sin privilegiar la atención en la salud mental, invirtiendo más recursos financieros y haciendo los cambios legislativos y normativos necesarios, que detengan estos graves problemas de salud pública, en el caso de Nuevo León se han agudizado  estos problemas, conformando una sociedad violenta donde los suicidios, las muertes por accidentes de tráfico y las muertes por lesiones se han establecido como algo ordinario en el imaginario cotidiano, más de quienes tienen el poder en las instituciones de salud, educación, seguridad pública, procuración de justicia, desarrollo social y en el desarrollo integral de nuestras familias.
Dos vivencias ejemplifican este desdén por la salud mental, nuestro equipo de trabajadores de la salud mental del CECOSAM, hemos estado proponiendo desde hace décadas programas y legislación en salud mental, esta última nos llevó a proponer una ley de salud mental para nuestro estado, así lo informamos a nuestras autoridades de salud, no hubo interés, tuvimos que acudir al Congreso del Estado y así tuvieron que interesarse, obligados por sus responsabilidades.

Resulta que hace dos años, en el marco de apoyos a los programas federales dirigidos a fomentar la calidad de la atención a los usuarios de la SSA, propusimos un Programa de Atención para la Prevención y seguimiento de las conductas suicidas, se trabajó en mesas de discusión, análisis y propuestas, fue consensado y enviado para su aprobación por las autoridades, no se aprobó, el pretexto no había recursos financieros y no fue considerado como prioridad pro las autoridades de salud a nivel nacional.
Lo más patético, fue que ante el diagnostico grave de este problema que hicimos sobre su situación en Nuevo León, donde el compañero encargado de los servicios de psiquiatría del Hospital Metropolitano, no dejaba de sorprendernos con su anecdotario de tragedias derivadas de las conductas suicidas que acudían a urgencias de esa unidad, carentes de una atención integral y de seguimiento de casos, nos propusimos como equipo de trabajo para hacerlo, aun sin este financiamiento y no hubo respuesta de las autoridades.
 
Modestamente seguimos nuestras estrategias y acciones para la prevención del suicidio en la atención de los pacientes y familiares, cultivando lo que en este día se ha recomendó promover y fomentar por los organizadores: “La vida es preciosa y a veces precaria. Tomarse un minuto para tender la mano a alguien puede cambiar el curso de su vida. Como miembros de la comunidad, es nuestra responsabilidad apoyar a las personas que puedan estar sufriendo. Acércate a las personas que lo necesitan y anímalas a hablar a su manera y a su ritmo. Ofrecer unas palabras de apoyo y escuchar sin juzgar puede hacer la diferencia. Es un mito que el hablar sobre el suicidio con alguien le da la idea o desencadena el acto; si uno es compasivo y escucha sin juzgar es más probable que ayude a reducir la angustia que a exacerbarla.”

Lo sabe bien Alicia de 86 años, referida para atención psiquiátrica de urgencia, por intento suicida a nuestra unidad, que la semana pasada atendimos y hoy está alejada del perverso suicidio.

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