domingo, 14 de julio de 2019

SOBRE LA FALTA DE MEDICOS EN MEXICO


Ayer en Paracho, Michoacán, el presidente Andrés Manuel López Obrador denuncio el déficit de doctores en el sector salud mexicano, que asciende a casi 200 mil, 123 mil médicos generales y 72 mil 700 especialistas, “Esta carencia, sostuvo, responde al rechazo que hacen las universidades públicas de jóvenes que quieren estudiar, saldo de la política neoliberal, porque se quería privatizar la educación, y agarraron de pretexto los exámenes de admisión para no mejorar la educación pública. El déficit de médicos existente en el sistema de salud nacional y la elevada tasa de rechazo de aspirantes que las universidades públicas presentan en la carrera de medicina, evidencia una situación tan paradójica y preocupante. En el país hay 2.4 médicos por cada mil habitantes, cuando el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es de 3.4, según datos de esa dependencia.

Son carencias e injusticias que desde el siglo pasado, hemos enarbolado en las luchas sociales, sobre todo estudiantiles, como fue en el movimiento por la autonomía y la reforma académica de la Universidad de Nuevo León, en el que participamos en 1969, donde demandábamos acabar con el elitismo, que les enaltecía, a los conservadores no solo en sus estrategias obstaculizantes, para impedir el ingreso a los hijos de obreros y campesinos, de las clases bajas y medias, con sus exámenes de selección y el incremento de las cuotas escolares, sino en sus contenidos curriculares retrógrados, reduccionistas y desvinculados de las necesidades de formación de los profesionistas y técnicos, para lograr con eficiencia y efectividad y una gran vocación de servicio contribuir a los máximos niveles de desarrollo humano y social de nuestro pueblo.

Logramos, primero la Autonomía de nuestra universidad, logramos luego eliminar los exámenes de selección de ingreso a las prepas y a las facultades, los más conservadores, caciques directivos de la Facultad de Medicina, no lo permitieron, así 730 alumnos que nos habíamos inscrito para ingresar a estudiar en esa facultad, fuimos rechazados, decidiendo el Consejo Universitario abrir otra escuela, que denomino “Facultad de Medicina “Aulas Anexas”. Así se inició nuestro movimiento, que demandaba el derecho a la educación y la salud de nuestro pueblo, en contra del modelo mercantilista y deshumanizante que imperaba en el ejercicio de la medicina, proponiendo una reforma radical a los planes de estudios, que subordinaban sus objetivos para lograr la formación de médicos muy integrados al ejercicio del modelo curativo, subsumidos en reduccionismos, lejos del modelo holístico, más de la medicina preventiva y comunitaria que los avances de las ciencias de la salud pública imponían en sus paradigmas en los modelos de atención primaria integral, para lograr mejorar la salud y la atención de las enfermedades que prevalecían en nuestro pueblo, agobiado entonces por las enfermedades infecciosas y otras fácilmente prevenibles.

Los caciques conservadores con el apoyo de los gobernantes lograron imponerse, violentamente, recuperaron su poder en la universidad, ahora autónoma, nuestra escuela fue desconocida legalmente, se nos retiró presupuesto, por lo que sumamos a nuestro movimiento la demanda, luego del reconocimiento legal. Nos mantuvimos, con el heroico esfuerzo del personal docente y directivo, que siguió colaborando sin cobrar honorarios, así continuamos el funcionamiento académico y administrativo, con una férrea convicción de nuestros objetivos y principios de lucha, con un nuevo plan de estudios que reformaba la enseñanza de la medicina, integrando las ciencias filosófico humanistas, administrativas y de la salud pública, junto al estudio de las tradicionales materias básicas biológicas y clínicas con la práctica de la medicina comunitaria y social y las clínicas-hospitalarias.

Ante la amenaza que nos convertimos para el régimen de oprobio, obligadamente, dejaron de imponer sus exámenes de selección en su Facultad de Medicina, así se mantuvieron, hasta que lograron cerrar nuestra escuela en 1986, imponiéndose a la fecha otra vez con sus exámenes de selección y sus planes de estudios tradicionales alienados a las políticas educativas neoliberales, como dice hoy AMLO.

En nuestra lucha, los políticos conservadores, nos espetaban que no se necesitaban más escuelas de medicina, que había muchos médicos en el país, que además nuestro plan de estudios era inadecuado para la formación de los médicos que se requerían, sin dejar sus prejuicios ideológicos sobre nuestras propuestas que tildaban de comunistas o socialistas por impulsar la medicina social y comunitaria, como estrategia fundamental de las políticas públicas del sector salud en México. Eran los tiempos en que sólo existíamos tres escuelas de medicina, dos públicas, una privada, de la UDEM, en Nuevo León, sus obstáculos siguieron a la fecha, siguen aplicando el examen de admisión en la Facultad de Medicina de la UANL, todo nuevo esfuerzo de abrir más escuelas de medicina, ha sido negado, por los caciques empoderados en los gobiernos federal y estatal, sólo se han logrado imponer, 2 escuelas de medicina privadas más, la del ITESM y la de la Universidad de Montemorelos. Todas ellas con planes de estudios tradicionales, sin las reformas que requerimos de la enseñanza médica que les permita lograr un ejercicio de la medicina más humanista, inmerso en la mística de servicio, con una visión integral, holística, más preventiva que curativa, donde las lacras del mercantilismo, inmersas en las ganancias económicas, los llevan a mentir, simular y engañar, pervirtiendo sus decisiones vitales en los procesos de salud y enfermedad de las poblaciones que se atienden.     

Entonces algunos políticos liberales en el poder al servicio del régimen de oprobio que nos apoyaban, nos refrendaban sus simpatías y lo justo de nuestras demandas de lucha, expresaban su postura de que nos estábamos adelantando más de 30 años, se equivocaron, han pasado 40 años y hoy nos enaltece la vigencia de nuestra lucha con nuestro proyecto alternativo de nación que nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador ha integrado en las políticas de salud, en el Plan Nacional de Desarrollo, donde no sólo se ha propuesto integrar la medicina social, como eje central de las políticas públicas del sector salud, para lograr hacer realidad el derecho a la salud, con cobertura universal a todos los mexicanos y mexicanas, con un modelo de atención primaria integral a la salud, sino además generar los recursos profesionales médicos y paramédicos, necesarios en las universidades e instituciones de enseñanza, acordes a esas políticas públicas y con grandes capacidades resolutivas, para que con eficiencia y eficacia solucionemos los problemas de salud y enfermedad que nos demanden. Si hay formación adecuada de los médicos, con una mística de servicio y reconocimiento del estado, con políticas salariales justas y de capacitación continua para su desarrollo profesional, se resolverá además la distribución de los médicos en el territorio nacional, más en las zonas urbanas, en tanto que en las zonas rurales más marginadas y desfavorecidas económicamente tienen poca disponibilidad de personal médico.

Es loable que AMLO, con el fin de enfrentar el déficit de médicos, proponga establecer acuerdos con las universidades públicas para otorgarles más presupuesto, etiquetado para que escuelas o facultades de medicina incrementen sus matrículas, más loable es refrendar que no se permitirá la corrupción ni se apoyarán cacicazgos en esas instituciones y que se termina con que hay universidades que están manejadas en el país por caciques.

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