Mañana 1 de Julio,
cumplimos un año, de lograr que más de 30 millones de mexicanos acudieran a
votar para darnos la victoria electoral en las elecciones presidenciales, con
Andrés Manuel López Obrador, quien obtuvo más del 53% de los votos, con la integración de una mayoría de morenistas como Diputados y Senadores
del Congreso de la Unión. El mensaje del pueblo fue claro y contundente, ese
día se fue a las urnas a rebelarse contra el régimen de oprobio y logramos
derrotar a los opresores que cabalgaban con sus candidatos testaferros de sus
partidos pripanperredistas.
Fue una batalla revolucionaria, pacifica, sin violencia,
donde enarbolamos la insurrección con sus reglas democráticas y legales, que se
sumó a las otras estratégicas batallas que desde la izquierda, iniciamos hace
tres décadas, por la vía electoral, mediante la organización y concientización,
donde experimentamos derrotas como la de 1989, en el Frente Democrático
Nacional, cuando se nos robó por primera vez la victoria presidencial de
nuestro candidato Cuauhtémoc Cárdenas, aunque también logramos arrebatar luego
el gobierno de la capital a las oligarquías, con el triunfo repetido, desde el
año de 1997, que llevo a las izquierdas a gobernar imponiendo la democracia,
las libertades, el desarrollo con bienestar y justicia que los gobernantes
neoliberales habían estado negando. Luego Con AMLO, gobernando la capital desde
el 2000, se potencializo nuestra fuerza y así iniciamos desde el 2003, la lucha
por un Proyecto Alternativo de Nación, que los oligarcas obsesivamente pretendieron
aniquilar, primero en la histórica batalla contra su desafuero y luego en las fraudulentas
elecciones del 2006 y 2012, donde nos robaron la presidencia.
Ese proyecto alternativo de nación, con sus ejes centrales,
nos sirvieron para integrar nuestras plataformas electorales en esas
elecciones, en la elección del 2018, fue convertido en el Proyecto de Nación
2018-2024 y luego integrado en la propuesta del Plan Nacional de Desarrollo,
que se debate a nivel nacional para su aprobación manteniendo la esencia de los
cambios, que necesitamos en los ejes centrales de las tareas del estado: Justicia,
Bienestar Social y Desarrollo económico, con todas las implicaciones de
acciones, que necesitamos para acabar con el estado corrupto, sangriento y
violento que nos impusieron las mafias del poder económico y político al
servicio del neoliberalismo capitalista deshumanizante.
Iniciamos así la Cuarta Transformación, donde han trascendido
los grandes golpes contra las estructuras corruptas, públicas y privadas, desde
la administración pública, la imposición de la austeridad republicana, el carácter
emancipador de los programas sociales de las políticas del bienestar, el
respeto de los derechos humanos y sociales y las estrategias frontales contra
la violencia generada por la delincuencia organizada y sus redes de complicidad
con los públicos y privados, que aliados con el conservadurismo fomentan y
promueven acciones de resistencia, contra los cambios libertarios, democráticos,
sociales, económicos, culturales y políticos, que lograran los altos niveles de desarrollo
humano y social de nuestra patria.
Avanzamos en la demolición del viejo régimen, estamos
construyendo uno nuevo, los derrotados, seguirán furiosos con sus campañas,
sobre todo mediáticas, toxicas, desinformando, engañando, obstaculizando los
cambios normativos, legales y éticos que implican las políticas renovadoras que
el pueblo ya decidió hace un año. Con la Cuarta Transformación, debemos de
mantener el rumbo, perseverar en las
estrategias y acciones políticas desde las bases, en los barrios, en las
colonias, en las instituciones civiles, laborales y académicas, hasta lograr
imponer nuestras propuestas, sin violencia, en forma pacífica, con nuestras
virtudes centrales enaltecidas por la honestidad: no mentir, no engañar, no
robar y nunca traicionar a nuestro pueblo.
La lucha sigue, sólo así honraremos a los miles de
compañeros y compañeras, no sólo los que votaron por MORENA, sino a los que se
nos adelantaron con su muerte, más a quien fueron víctimas de la represión sangrienta
del régimen de oprobio, en las guerra sucia con nuestras generaciones de izquierda,
siempre enaltecidos por nuestra consigna revolucionaria: Patria o Muerte, Venceremos
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