martes, 13 de octubre de 2009

FELICIDADES A LOS COLEGAS MEDICOS

El próximo 23 de octubre se celebra en nuestro país el día del Médico, obviamente en reconocimiento a la trascendente función social y humanista que representa el ejercicio de la medicina en nuestra sociedad y su contribución al desarrollo integral humano de sus habitantes.
Hace 38 años, el 13 de octubre, iniciamos en el Estado de Nuevo León un movimiento por la reforma académica de la enseñanza de la medicina que fue conocido popularmente como el "movimiento de las Aulas Anexas de Medicina", generado inicialmente por el elitismo en la enseñanza de la medicina en la universidad pública que obstaculizaba sistematicamente el acceso mediante un absurdo examen de selección que sólo permitia el acceso de una minoría que se sujetaba a un diseño curricular ausente de las ciencias sociales, humanistas y con aprendizajes mínimos en la salud pública y la medicina preventiva; los médicos que se formaban se ensoberbiaban en el conocimiento enciclopédico que adquirían y las capacidades míticas curativas que poseían; en tanto al enfrentar la salud con las comunidades la realidad los ubicaba al desecharles este enciclopedismo y exigir las realidades diagnosticas que exigían las enfermedades infecciosas comunes y la desnutrición imperante que prevalecia en esa época.
Lamentablemente nuestro movimiento reformista fue obstaculizado no sólo por el conservadurismo de la derecha que caracteriza a los grupos de poder, incluyendo los médicos, quienes no dejaban de etiquetar nuestro movimiento como "comunista" por nuestra lucha por la medicina social; paradojicamente también la izquierda dogmática y fundamentalista interpretaba nuestro movimiento como instrumento de la burguesía al servicio del sistema, ya que el "reformismo evitaba las necesarias crisis del capitalismo que son la antesala de la revolución socialista".
Pues bien contra toda esta posición, logramos en 16 años de existencia (1971-1987), formar siete generaciones de Médicos con un total de 223 médicos de mas de mil aspirantes que tuvimos, con un programa académico que se gestó como resultado de la necesidad imperiosa de transformar el ejercicio de la medicina y convertirla en un elemento promotor del desarrollo comunitario, donde pensamos que el médico como profesionista debe modificar su formación en beneficio del pueblo, y para ello precisa de un cambio de mentalidad, dicha formación no puede ser solamente en el aspecto curativo, ni tampoco en el social con exclusividad, sino que debe abarcar todos los aspectos haciendo énfasis en la Medicina Social como fundamento primordial para ele ejercicio en cualquiera de sus áreas. Enfatizamos que el elemento humanista forma con el técnico científico una triada insoluble para el ejercicio de la medicina donde los elementos sociales constituyen el cimiento más importante para la formación del futuro México. Elementos que encuentran una estrecha relación con las estructuras psicológicas y socioeconómicas de su vida cotidiana.La formación de estos nuevos profesionistas es algo que compete a la enseñanza de la medicina. Este apartado de la educación incluye: La capacitación científico-técnica constituida por un aspecto informativo acera de los diferentes elementos científicos y metodológicos que puedan ser utilizados como herramientas en su labora cotidiana y le permitan así el ejercicio del segundo aspecto que es el asistencia y de investigación como parte culminante de sus intereses y motivaciones. La Formación de una diferente cosmovisión que incluya un nueva mentalidad médica la cual se integra con la participación personal en la que a través de la capacitación y el servicio se llega a un compromiso mental para consigo mismo y la comunidad, a traves de este proceso llega a identificarse con la población y sus necesidades permitiéndole así la comprensión de sus penurias, sentando así las bases para la planeación de su actividad como médico. Es la mentalidad que se transforma en el proceso mismo de su ejercicio y se hace participe y necesaria para su desarrollo y ejecución. El aspecto formativo es, el resultado de toda su labor en el aula, el laboratorio, la comunidad, los grupos humanos, la familia, los ámbitos de trabajo y educación. Da como resultado una mentalidad con las siguientes características:
Una motivación al servicio.
Una moral social que permita comprender que no es el único en la administración de la medicina y que precisa del trabajo en equipos; que le permita orientarse por los valores colectivos y no por el afán de lucro. Una auto imagen que permita desligarse de los motivos intrapersonales y abandone el afán de gloria como compensación a sus conflictos; que deseche el afán pragmático del éxito, la ciencia no reconoce este valor.
Una clara delimitación de su papel en el sentido de que la salud es un derecho y la medicina no puede administrarse por caridad sino con un profundo conocimiento y comprensión.
Un conocimiento científico-humanista amplio, profundo y actualizado que le permita brindar lo mejor de la cultura y la ciencia y emplearlo adecuadamente en la investigación para provecho de la población misma.
La ira de la barbarie de quienes se oponian a nuestro movimiento logro que nuestra escuela no admitiera mas alumnos y fuera cerrada por presentar estas propuestas que como referimos en el artículo anterior hoy continuan como el absurdo en pleno de Siglo XXI donde los programas de estudio de la mayor parte de las escuelas y facultades de medicina de nuestro país continúen con una estructura curricular donde los diferentes ámbitos del conocimiento filosófico, humanista, social y psíquico sigan siendo marginadas de la formación integral del médico aun cuando los avances científicos sobre el ser humano han probado una y otra vez que el proceso salud-enfermedad está conformado por dinamismos de interacción continua entre los niveles biológicos, psíquicos, afectivos y sociales.
Nuestra formacion como medicos egresados de esta institucion fue posible a la generosidad bondadosa de nuestros maestros que identificados con nuestra lucha se solidarizaban impartiendo sus catedras sin cobrar un sólo peso, con una practica docente rigurosa y puesto que oficialmente los diferentes ambientes clínicos y hospitalarios nos rechazaban, tenian la osadía de integrarnos como practicantes poniendo en riesgo su situacion laboral; desarrollamos ademas un red de medicina comunitaria para la enseñanza, tanto en el medio urbano como rural donde sus habitantes organizados apoyaban para la solucion de los problemas más apremiantes de salud pública.
Finalmente para ser reconcidos y ejercer legalmente la profesión las autoridades condicionaron la no admisón de más alumnos, como si lo que hacíamos fuera una amenaza social, en tanto las presiones familiares y sociales se incrementaban puesto que la primera generacion a la cual yo pertenezco, habíamos terminado los estudios curriculares en 1976 y faltaba el internado de pregrado y luego el servicio social que sólo se hacía en instalaciones del Sector Salud Oficial del gobierno tuvimos que ceder para finalmente terminar y presentar nuestro examen profesional que fue hasta 1981, otorgandonos el titulo y la cedula profesional correspondiente.
Esto no basto para que la ira de la barbarie continuara en el estado, el grupo médico en el poder en la Universidad Autonoma de Nuevo León no permitiría que ingresaramos a cursar estudios de postgrado y cuando por alguna razon lograbamos ingresar eramos expulsados facistamente como los judios en los campos de exterminio. Logramos vencer obstaculos muchos logramos integrarnos laboralmente a las instituciones del sector salud (IMSS, SSA,ISSSTE) y algunos especializarnos y hacer estudios de postgrado a pesar de las circunstancias; felizmente me toco ser un alumno de la primera generacion y ser el último director electo de esta escuela cuyo nombre oficial fue el Instituto de Ciencias de la Salud.
!Felicidades a mis colegas!

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