Me da vergüenza que en México tengamos funcionarios inmersos en responsabilidades sobre la política educativa del estado y evadan su responsabilidad por sus pobres desempeños y resultados y su complicidad siniestra con dirigentes sindicales que conjuntamente han creado un sistema educativo integrado por funcionarios y un magisterio donde prevalecen sus usos clientelares y corporativos de sus conductas políticas, con sus pobrezas intelectuales, su hedonismo, su pasividad, dependencia, intolerancia, los afanes de gloria, su ausencia de los problemas formativos del alumno, sus actitudes desechantes de los alumnos problema, su escasa conciencia social con la ausente solidaridad de los problemas sociales, su visión enciclopedista y memorista de los fines de la educación y su ausente creatividad que dan al traste con todos los avances modernos de la pedagogía, la didáctica y la integración de la tecnología de la informática a los proceso educativos que en otros países han transformado los modelos educativos de los educandos permitiendo alcanzar no solo altos niveles de desarrollo científico y cultural sino niveles elevados de desarrollo humano y social en sus sociedades.
El Presidente espurio que tenemos se ufana de los avances educativos, según él muy trascendentes como el hecho de que apenas alcanzamos el promedio de 8 años de escolaridad formal en los mexicanos y su Secretario de Educación pelele, Alonso Lujambio, embriagado de poder, inmediatamente refuerza y corifea señalando que ningún país del mundo hace lo que hace México en materia educativa y nos condena a que los grandes avances que se requieren tardaran muchos años en llegar porque se necesita tiempo para resolver los graves problemas educativos que enfrentamos. En tanto la lideresa eterna del SNTE, Elba Esther Gordillo, agradece los apoyos que le han permitido mantener su dictadura dirigente en el sindicato mas grande de Latinoamérica y mantener de rehén político por igual a priístas y panistas con su ejercito de “profes” comisionados y capacitados para actuar con éxito en los fraudes electorales a modo de los gobernantes y de los objetivos políticos del neoliberalismo; cínicamente nos vuelve a proponer, como cada periodo de gobierno, sus recetas reformistas solucionadoras de los problemas de la educación en México. El resto de los funcionarios y dirigentes de los estados soberanos y libres que integran nuestra patria guardarán silencios cómplices temerosos de perder las prebendas y canonjías que usufructúan de los grandes recursos que manejan en los presupuestos del estado, prestos a desviarlos para el uso en las campañas electorales de sus jefes.
El día del Maestro dijo el espurio Calderón “México necesita una educación moderna, equitativa, humanista, de calidad, que “iguale oportunidades de superación para los mexicanos”, pero que “impulse el crecimiento económico y acelere el desarrollo democrático del país” y en un escenario que simulaba un salón de clases, con escritorio y pizarrón, en el que se cancelaría el timbre postal conmemorativo del Día del Maestro, Felipe Calderón tomó un gis con los que se había inscrito “Felicidades Maestros”, para calificar con 10 a docentes. Cínico y desvergonzado cuando ni siquiera han querido incrementar a más del 8% del PIB nacional para el financiamiento de las políticas educativas que se requieren para mejorar la infraestructura material de las escuelas, el nivel de vida de los maestros y lograr un modelo educativo que solucione las graves deficiencias formativas de la educación que impactan el desempeño académico de alumnos y maestros. Calificar con un diez a los docentes, lidereados en el acto oficial por su cacique sindical: Elba Esther Gordillo es una burla más que les otorga, mas por que los integrantes de ese gremio han cumplido al pie de la letra sus compromisos de alienar cilentelar y corporativamente su quehacer magisterial para satisfacción de sus intereses políticos y económicos mas que para las necesidades educativas de las tareas del estado, donde con determinación lo apoyaron en el fraude electoral del 2006, sin los cuales no hubiera logrado su imposición como presidente espurio y que estos caciques sindicales recibieran a cambio los premios de los puestos públicos y los recursos del estado que han manejado además en forma corrupta e impune que les permite mantener, de acuerdo con los datos oficiales de la Secretaría de Educación Pública, un número de comisionados de ese sindicato de 15 mil 505, que la propia cúpula desmiente al informar que ese sindicato magisterial encabezado por Elba Esther Gordillo tiene contabilizados “60 mil comisionados como ATP (asesor técnico pedagógico)”; 3 mil 500 maestros con licencia –recurso que deben solicitar al contender por un puesto de elección popular y 5 mil comisionados sindicales; Además, hay entre 30 mil y 34 mil comisionados con cargos diferentes a las plazas que ocupan, por ejemplo, profesores que desempeñan el puesto de director o directivos que hacen las funciones de supervisor. Y otros mil maestros destinados a las secretarías de educación estatales. Según las fuentes, el número de comisionados puede llegar, en ciertos periodos, a cerca de 100 mil; todo un ejército poderoso para actuar perversamente en las elecciones en nuestro país.
Así poco les importa solucionar los problemas de nuestra educación pública, nada dirán del grave problema que durante décadas han provocado por sus conductas políticas en la educación de los mexicanos, no asomara un mínimo de vergüenza porque en pleno siglo XXI no hemos logrado ni siquiera la cobertura universal plena de proporcionar acceso a la educación básica de todos y todas los niños de nuestra patria, menos pensaran que sus parches a las malas políticas educativas que tratan de solucionar la ausente escolaridad básica de los adultos ni han solucionado el analfabetismo y si han contribuido a expandir el denominado analfabetismo funcional que persiste en la mayoría de los adultos y los jóvenes que terminan su educación formal hasta en los niveles profesionales. Según el CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de Política Social) en sus estimaciones hechas a propósito de los resultados del censo del 2010, el pasado 3 de mayo, concluye que El 19.4 % de toda la población mayor en México, se encuentra con rezago educativo, es decir 21 millones de mexicanos que no han logrado cubrir la educación básica; destacando los estados de Veracruz, Guerrero, Michoacán, Chiapas, Oaxaca con rezago educativo entre el 26 y el 32% de su población; en tanto las entidades de alto ingreso como el DF, Nuevo León y Coahuila tienen este rezago entre el 9 y el 12%, calculan que existe a nivel nacional hasta 30 años de atraso para lograr solucionar este rezago. En resumen los mexicanos tenemos, en promedio, una escolaridad de 8 años, un rezago educativo de 33 millones de personas y que sumen casi seis millones quienes no saben leer ni escribir. Destacan además que actualmente sólo el 94.7 por ciento de la población de seis a 14 años asiste a la escuela, aunque cifras del UNICEF refieren que en el país un millón de niños no acuden a la escuela y cerca de 3.3 millones trabajan en ambientes de riesgo; Para el INEGI en las comunidades indígenas el panorama es peor, ya que sus cifras revelan que sólo 14% de esa población logra terminar la primaria.
El último reporte del INEA refiere que existen seis millones de mexicanos en condición de analfabetismo, 10 millones más que no concluyeron la primaria y otros 17 millones de jóvenes y adultos que truncaron sus estudios en la secundaria. El número de personas adultas que carecen de competencias mínimas necesarias en escritura, lectura y cálculo elemental; así en México, cuatro de cada 10 personas mayores de 15 años están en situación de “rezago educativo”, esto es que no concluyeron estudios de educación básica: son analfabetas, no terminaron la primaria o la secundaria. según estimaciones de la propia Secretaría de Educación Pública. Por si fuera poco el Instituto Nacional de Evaluación para la Educación (INEE) ha revelado que la mitad de los alumnos de preescolar y siete de cada 10 que asisten a la secundaria “no lograron los propósitos educativos planteados en el currículo nacional” y sólo tienen “nociones” generales o realizan “procedimientos estereotipados”.Estos menores acumulan un “déficit” educativo que es difícil de superar. En el documento “El derecho a la Educación en México. Informe 2010”, se refiere a lo que se ha llamado “analfabetismo funcional” acumulado entre los más de 25 millones de niños de educación básica en el país, sin calificarlo de esa forma. Un 70 % de los adolescentes que egresan de la secundaria “no están alcanzando los propósitos educativos planteados en el currículo nacional. Se puede decir que este es el tamaño de la deuda que el sistema educativo mexicano tiene con sus alumnos de educación básica”.Las consecuencias de que los niños se formen con estos ni veles deficitarios están no sólo en el logro escolar y las evaluaciones que se realizan al sistema educativo en nuestro país, sino que “tiene fuertes implicaciones” en la vida adulta. Para ellos, el “déficit en sus aprendizajes les dificultará apropiarse de herramientas formales, (para) adquirir y analizar información relacionada con la toma de decisiones en la vida real y comunicarse de maneras variadas y efectivas”, detalla este informe.
Así poco les importa que el derecho a la educación se este cumpliendo en México donde seguimos con la ausente cobertura, los deficientes modelos de enseñanza, la ausente integración de la modernidad tecnológica y científica a los procesos educativos pero sobre todo lograr los objetivos de la educación que nuestra constitución integra en su artículo tercero, en el marco de las responsabilidades del estado mexicano.
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