viernes, 15 de julio de 2011

DINERO Y CRÉDITO: MODERNAS FORMAS DE DOMINACION

Un triunfo deportivo nacional, la obtención del campeonato mundial de selecciones SUB-17 de la selección mexicana, basta para recordarnos que los valores y principios enmarcados en la vocación y mística que los jóvenes tienen están muy alejados del poder corruptor del dinero que no tarda en ser sembrado en sus incipientes carreras de este deporte. Los editorialistas de este deporte no se cansan de repetir halagos a estos jóvenes enjundiosos confrontándolos con los pobres resultados que sus similares jóvenes integrantes de la selección mayor, incapaz de alcanzar en toda su existencia de los torneos mundialistas cuyas participaciones si han servido para las estrategias manipuladoras del poder mediático de los oligarcas y sus lacayos gobernantes. También aprovecharon para criticar la prevaleciente mediocridad en los diferentes ámbitos del desempeño de los mexicanos para lograr ser los mejores y destacar a nivel mundial, a pesar de tener las mejores circunstancias para lograrlo. Fue así como usaron este acontecimiento para apropiarse de los satisfactores que dan estas victorias a los ciudadanos, que les permitió desviar las atenciones de las crueldades paradojas de sus políticas públicas llenas de antivalores liquidadoras de vocaciones y místicas de servicio que alimentan la degradación psicosocial que mantiene la cruel violencia imperante en todos los niveles de las interacciones humanas de nuestra sociedad. Hasta el lacayo de las oligarquía, en funciones de presidente, que nos gobierna en México, se apropio de la victoria y estúpidamente expresó en su mensaje protocolario, con motivo de este suceso, “México, a partir de esta victoria, es otro”, proyectando una trascendencia que no corresponde con los grandes sucesos transformadores de la historia de nuestra patria y tratando de ocultar sus políticas de gobierno fracasado inmersas en la corrupción, la pobreza, el incremento de la desigualdad, el desempleo, la injusticia y su guerra contra la delincuencia con sus miles de muertos, desaparecidos y victimas inocentes.

Expresaba un joven locutor en la radio, ingeniero de profesión, una conclusión semejante sustentada en el sentido común: “Son jóvenes que no los mueve el dinero, tienen sus ambiciones naturales, quieren ser grandes futbolistas, sienten mas la responsabilidad de representar a nuestro país, con un orgullo muy intenso, no tienen los conflictos de los grandes integrantes de la selección nacional donde el brillo del individualismo es mas atractivo para el mercado de este deporte, donde el dinero es el atractivo principal”. Ciertamente dinero mata vocación y pasión en el oficio y aunque esta presente, la ambición del dinero, en estos mal denominados jóvenes del equipo SUB-17, porque de acuerdo a su etapa del desarrollo humano siguen siendo adolescentes, esta no a desbordado codiciosamente pervirtiendo sus valores y principios lo que les da mas fortaleza en su productividad y desempeño.

Esta es la segunda vez que un grupo de adolescentes obtiene para nuestro país el titulo mundial de este campeonato de selecciones SUB 17 a nivel mundial, el primer campeonato lo había conseguido la selección que nos represento en el año 2005, habría que analizar cual ha sido el curso de desarrollo, sobre todo de los que integraron fama y dinero, en estos deportistas integrantes de ese selccionado, donde sólo algunos de ellos han pasado a formar parte de la selección mayor, figurando como grandes estrellas de este deporte a nivel internacional, claro no al nivel de las ya conocidas figuras internacionales del fútbol; la realidad se impone con sus decrementos en sus rendimientos y capacidades a la medida que la ambición económica ha desbordado la pasión deportiva por la voraz codicia que despierta el dinero.

El hecho es que en esta etapa del desarrollo humano, todos anhelamos brillar con un protagonismo místico donde predominan ideales del ser muy alejados de las corruptelas que genera el dinero, llegamos a desdeñar su valores impuestos como determinante en la vida, transpiramos los sentimientos fraternales y solidarios que nos hacen únicos con nuestros grupos de pares, vivimos y sentimos con facilidad los problemas y el sufrimiento de los demás, no solo somos sentimentales sino idealistas, aspiramos a triunfar sin mas aspiración que el reconocimiento de la familia y la sociedad pero sobre todo con el anhelo de lograr superar los sufrimientos de la injusta desigualdad y pobreza, inmersas en las múltiples tragedias que están inmersas en las historias personales de la mayoría de los famosos deportistas de nuestra patria. Otros, los que proceden de familias que no tienen problemas ni carencias, de las clases medias altas y altas serán motivados mas por los afanes de gloria, sin desdeñar el anhelado enriquecimiento para el gozoso disfrute de sus estereotipadas conductas que proyectan su pertenencia elitista.
El espejismo fácil del enriquecimiento se siembra sin dificultad al llegar la juventud, los pervertidores de valores están al acecho en sus doctrinas reproductoras del éxito, el cual sólo se concibe al alcanzar un estatus económico, privilegiando el ser con el tener riquezas y donde los bienes materiales desplazan a los valores humanos, integrándolos al proceso de deshumanización que hoy lamentamos constituyéndose en el germen de las sociedades corruptas, inseguras y violentas que vivimos. No importa el tipo de institución educativa, lo mismo se da en la escuelas públicas y privadas, aun mas en aquellas que se apartan del laicismo necesario para lograr los fines de la educación humanista, democrática, tolerante e incluyente, como sucede cada vez mas frecuente hasta en los niveles de educación básica en nuestro estado y que ostentosamente se publicitan en proporcionar valores en la formación de sus educandos con sus comportamientos transgresores cotidianos de la tolerancia y la transfiguración de los sentimientos fraternales y solidarios en conductas caritativas asistencialistas. Algunas de ellas se ufanan del egreso de personalidades que se han convertido en grandes dirigentes del mundo financiero, empresarial y de gobiernos, claro sin mencionar que su trascendencia ha estado inmersa en la producción de conductas irracionales de injusticia, explotación, corrupción y la gran desigualdad social con sus lacras de pobreza que padecemos en el mundo y particularmente en sociedades como la nuestra. Han sido personajes muy alejados de su formación enriquecida por los valores del cristianismo que es la que mayormente prevalece en nuestra sociedad.
El anhelo de lograr los satisfactores del bienestar y la prosperidad, a través del enriquecimiento con los bienes materiales. es compensado con la instrumentación de la estrategia infalible, muy usada en la jerga de las técnicas de mercadotecnia, donde los “sueños se pueden convertir en realidad” a través del crédito; así se dan los espejismos del poder “tener” todo lo que la ilusión aspira, una gran casa, sus muebles, los equipos sofisticados electrónicos, sin faltar el vehiculo de transporte familiar y los insumos individuales para uso y aquellos que consumimos para satisfacer necedades alimenticias, que nos darán sentido de pertenencia a tono con el snobismo de las marcas que compensan esas carencias de la autoestima que veníamos construyendo sin perversiones en la primera infancia, aunque la mayoría se enfrenta a la lucha permanente por tener que pagar los adeudos crediticios que le han generado la ficción de estar muy bien por vivir con el disfrute de estos satisfactores banales en el desarrollo humano.

Promover y fomentar el endeudamiento ha sido una de las estrategias mas eficientes para mantener la preocupación en la solución de estos adeudos, que como drogas invaden a las personas creando sistemas de adicción, promoviendo conductas recurrentes que se ciclan motivadas en las fantasías de alcanzar la felicidad y el bienestar mediante el consumismo mercantilista de bienes materiales y servicios que los mercadologos doctrinarios de la publicidad aprovechan en sus estrategias cada vez mas enriquecidas por el avance del conocimiento científico de las neurociencias, sobre los mecanismos neurobiológicos de los circuitos satisfactores del placer en el ser humano. Así es como las personas inmersas en el crédito permanentemente tienen que enfrentar los problemas económicos para solucionar sus adeudos, con desviaciones y aberraciones que les impide lograr los mejores satisfactores de las necesidades humanas relacionadas con la buena alimentación, el ambiente saludable y confortable de sus hogares, el desarrollo cultural y la integración de las artes y el deporte en el seno de la familia y no se diga a la buena educación de sus hijos. El mayor tiempo de sus vidas transcurre buscando lograr los satisfactores que Abraham Maslow jerarquizaba como básicos para la sobrevivencia ubicados en la base de su pirámide, donde se encuentran las “necesidades básicas” o “necesidades fisiológicas”, que incluyen la alimentación (comer y beber), la respiración, la eliminación (orinar, defecar, sudar, etc.), el descanso y el sueño y, en general, el mantenimiento involuntario e instintivo de las funciones corporales que hacen posible la vida. El siguiente nivel es el de las “necesidades de seguridad y protección” que se refieren a la obtención de seguridad, orden y estabilidad. Así las personas están muy alejados de lograr satisfacer en plenitud las necesidades de aceptación social, autoestima y la necesidad de autorrealización, que le permita estar más consciente de la verdad, la justicia, la armonía, la bondad tal modo que pueden explorar y alcanzar su completo potencial humano, con sus ideales del ser que son los que contribuyen a lograr máximos del desarrollo humano. No se diga el impacto que tiene en dedicar su persona y sus tiempos a desarrollar conductas solidarias y fraternales con los problemas sociales, comunitarios de su entorno que no le producen “dinero” para solucionar sus problemas del crédito y de su percepción del buen vivir que ha integrado en el seno de su personalidad y que es reforzado diariamente por el bombardeo del manejo mediático que el cine, la televisión, el radio, el Internet realizan en el marco de sus contenidos deportivos, entretenimiento, publicitario y hasta sus barras informativas e infantiles.
Para blindar estas estrategias los modelos económicos de los grupos gobernantes del neoliberalismo, más los denominados por la iglesia católica como capitalismo salvaje, integran sus políticas deshumanizante generadoras de carestía, bajos salarios, desempleo, poca inversión en el desarrollo social con coberturas deficientes en la solución de los problemas de salud, educación, y vivienda, entre otros, generando un circulo vicioso, virtuoso para ellos, de explotación y manipulación que mantiene a la mayor parte de la población alienada alejada de la necesaria libertad que potencializa la productividad de las riquezas que genera el humanismo.
El endeudamiento mediante los espejismos del crédito se ha constituido en la mejor estrategia de dominación no sólo sobre los ciudadanos sino de las sociedades de los países en vías de desarrollo, más efectiva que el uso de sus fuerzas militares.

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