viernes, 19 de agosto de 2011

EL MERCANTILISMO EDUCATIVO, LACRA SOCIAL

Estamos en pleno siglo XXI, viviendo el octavo mes del año 2011 y empiezan a pulular las grandes ofertas educativas en las escuelas y universidades privadas que proporcionan servicios educativos desde los niveles preescolares hasta las especialidades, licenciaturas, maestrías y doctorados en nuestro estado; todos usando sus mejores estrategias de mercadotecnia con sus técnicas publicitarias engañosas dirigidas a las victimas de un estado incapaz de proporcionar la cobertura plena de los buenos servicios educativos que requieren sus ciudadanos para disfrutar su derecho a la educación, otras victimas serán los que están deslumbrados por el reconocimiento internacional que organizaciones institucionales les otorgan en sus costosos servicios de acreditación para el uso mercadotécnico de su prestigio y en algunos casos sus franquicias; para otros será el estatus de excelencia que pregonan con sus costosas cuotas escolares.
El prevaleciente lucro en la enseñanza ha pervertido los métodos y técnicas de la pedagogía, obstaculizando la integración de los avances de las ciencias de la educación, ocasionando que proliferen miles de escuelas privadas y que funcionen sin reunir las condiciones sanitarias, ambientales ni de seguridad, ni los recursos humanos y materiales que garanticen la educación de calidad que pregonan en sus promocionales. Son instituciones donde por décadas se ausentado la función reguladora y supervisora eficiente y eficaz de las autoridades de la Secretaría de Educación Pública, en el marco de las normas y leyes que definen sus atribuciones, y que han estado sujetas mas a la manipulación de los intereses económicos y políticos de los gobernantes y sus funcionarios, sexenio tras sexenio; los ejemplos mas abominables se han dado en el trafico de influencias que logran que estos personajes terminen siendo dueños de instituciones educativas privadas o formando asociaciones civiles simuladas, dizque sin fines de lucro, donde no sólo lograran los beneficios derivados de la franquicia que representa la autorización legal que el estado les proporciona para su funcionamiento sino la posibilidad de acceder a los apoyos fiscales y económicos que el gobierno proporciona para sus funcionamiento educativo. Lo más ignominioso es la exposición al riesgo de las tragedias con los niños en las autorizaciones para su funcionamiento de las denominadas guarderías, escuelas de educación inicial y preescolar que no reúnen el requisito sanitario y de seguridad necesario para su función.

Son escuelas donde la preocupación dominante es la ganancia económica, extendiendo su función ideológica de la educación neoliberal, que desdeñan las áreas de enseñanza filosóficas y de las ciencias sociales despolitizando contenidos para desensibilizar a sus estudiantes en las acciones solidarias de los problemas sociales, algunas transgrediendo flagrantemente el necesario laicismo para la formación integral del educando, otras vanagloriándose de su educación eminentemente cristiana y que no esconden su adoctrinamiento en una de las concepciones religiosas de la humanidad; la mayoría lejos de la necesaria formación humanista cabal donde no sólo se logren los objetivos curriculares de sus planes y programas de estudio sino que, conforme a cada nivel educativo en el que trabajan logren articular los contenidos necesarios que permitan impulsar el desarrollo humano y social; de tal forma que el educando, profesionista o el técnico finalmente no sólo destaque por sus conocimientos, habilidades y destrezas de su oficio sino por poseer una amplia cultura general y un profundo humanismo con las virtudes de ser fraternal, solidario, tolerante, plural, democrático y ético en sus roles sociales.

El desmantelamiento del modelo del estado de bienestar que se inicio hace más de cuarenta años y que ha disminuido el financiamiento de los gobiernos para el desarrollo de su responsabilidad en la función educativa a provocado que miles de estudiantes de bachillerato y educación superior al ser rechazados, por las escuelas y universidades públicas, y no tener cabida opten por continuar sus estudios en estas instituciones privadas donde una vez que ingresan son victimas de la simulación y el chantaje con maestros que en su mayoría ejercen el subempleo, son victimas del desempleo, no tienen formación ni experiencia docente, la practica empirista sustituye a la necesaria capacitación docente con abordajes metodológicos derivados de la ciencias pedagógicas; luego son mal pagados, su escasa remuneración (es absurdo que sigan pagando 50 a 100 pesos la hora clase en promedio en los niveles medios y superiores de la enseñanza) se suma a desgastar la poca mística de servicio, el tedio invade y su ejercicio docente nada tiene que ver con las técnicas didácticas mas avanzadas en la enseñanza de los diferentes ámbitos del conocimiento. Si se trata de enseñar a estudiantes de leyes, no importa que no seas abogado o domines la ciencia jurídica, si tienes titulo con eso basta; si se trata de enseñar química no importa que no seas químico, hasta un trabajador social puede enseñar esta ciencia básica; enseñar ingles basta con que el maestro sea profesionista y domine en algún grado este idioma. Por cierto es en las escuelas de nivel medio superior donde siguen haciéndose barbaridades en la asignación de maestros de conformidad a las áreas de la enseñanza, este parece ser una de las anormalidades muy visibles que no le importan a los directivos y autoridades de las escuelas con lo cual están contribuyendo al desastre de la educación en nuestro país. En fin, la línea directiva mercantilista que prevalece es mantener cautivo al estudiante como cliente, para los directivos es un gran error que en los primeros semestres se les expulse mediante reprobación académica, siempre hay que equilibrar los primeros resultados en sus calificaciones de tal forma que se construyan espejismos de posibilidades de avanzar en sus estudios; si el alumno estuvo mal en el rendimiento académico hay que balancear sus promedios de calificaciones de tal forma que apruebe el numero de materias necesarias para inscribirlo en el siguiente grado y así cubra las cuotas correspondientes. Lo importante es cubrir las demandas económicas de la institución, hasta la asistencia física en la prevaleciente educación personalizada en el aula tradicional de enseñanza puede ser eximida para que la persona obtenga la acreditación correspondiente y hasta la obtención del titulo en el grado correspondiente a la profesión que dice estudiar; no se diga de la calidad en el cumplimiento de las tareas necesarias para lograr los objetivos de aprendizaje en su enseñanza. Estos fraudes académicos están fuera del alcance de la función supervisora de las autoridades educativas.

Tratándose de equipamiento en las instalaciones de estas escuelas, es absurdo que la mayoría de las escuelas privadas de nivel medio, medio superior y superior no cuenten con laboratorios para la enseñanza de las ciencias básicas como la biología, la química y la física y otras que se dedican a la enseñanza de algunas de las ciencias de la salud como sucede en la mayor parte de las escuelas de enfermería. Ni que decir de las ausentes biblio-hemerotecas, fundamentales como herramientas de apoyo a los procesos de enseñanza para los educandos, que son simuladas por la exigible existencia en algún espacio de la escuela con algún numero mínimo de libros relacionados como bibliografía para el nivel de educación correspondiente; prevalecen estudiantes que nunca lograron ni siquiera a aprender a usar un microscopio típico y sus libros de texto fueron suplidos por las prevalecientes mal llamadas antologías (que ni siquiera se elaboran con los requisitos metodológicos de las técnicas de investigación documental) cuyos contenidos son limitados a los objetivos de una enseñanza curricular muy rigida.

La educación mercantilista ha privilegiado la preocupación dominante en las escuelas y universidades sean las calificaciones, los títulos, los grados, los créditos, los diplomas; sus valoraciones del conocimiento solo existen si están consignados en un certificado final, en vez de la adquisición del saber, la integración de la sabiduría, el conocimiento amplio y profundo, el incremento de la capacidad de juicio y desde luego las habilidades y destrezas que permiten el desempeño exitoso profesionalmente. La obtención fácil de constancias, certificados, diplomas y títulos se han convertido en estrategias para la obtención de clientela en estas instituciones de educación pública y privada, en las primeras se privilegia en los educandos disciplinados, acríticos del prevaleciente autoritarismo en sus escuelas; en las segundas a quienes satisfacen las demandas económicas y administrativas; ambas contribuyen a aniquilar las motivaciones intrínsecas para estudiar y consecuentemente su publicitada calidad de la educación que siguen usando en el vacío simulador de sus discursos públicos.

Quienes nos hemos desempeñado en puestos directivos y hemos bregado profesionalmente en el ejercicio de la docencia hemos constatado lo pobre y poco confiable que resulta la información que proporcionan las calificaciones, los certificados, los diplomas, títulos y grados obtenidos para la correspondencia con el desempeño en ámbitos docentes y laborales profesionales; tenemos que recurrir a evaluaciones diagnosticas para enfrentar necesidades de capacitación para el desempeño de sus actividades porque de lo que se trata es no desperdiciar las habilidades y conocimientos de las personas, aun de las que carecen de diplomas o "papeles" porque se han formado lejos del mercantilismo educativo que constituye una de las lacras sociales inhibitorias del desarrollo social y humano.

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