jueves, 12 de enero de 2012

EL AMOR y LA POLITICA

Desde que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) comunico su propuesta conceptual de lograr convertir a México en una republica amorosa, el tema del amor y la política fue retomada por analistas, editorialistas y articulistas desde diferentes perspectivas políticas, filosóficas, poéticas y hasta religiosas; con algunas expresiones de la necesaria exclusión del amor de la política como la referida por el poeta Javier Sicilia, dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, quien argumento que la lucha por el poder en la política excluye al amor mismo como elemento vinculante constructivo. AMLO ha referido que el amor, la honestidad y la justicia son los tres ejes fundamentales que cultivando, exaltando y difundiendo en el quehacer político podrán lograr, sin excluir otros valores inherentes a el desarrollo social, económico y político de las sociedades que logren el cambio verdadero que se traduzca en el bienestar, la felicidad y la prosperidad de todos y todas las ciudadanas de nuestra patria.
Desde la perspectiva religiosa en la cultura monoteísta, el amor suele mencionarse y ser apoyado por Dios, como es el caso del Islam, el Judaísmo y el Cristianismo, el amor es pregonado como virtud del ser, en todas ellas, con el inherente sufrimiento para alcanzar la virtud del estado iluminado representado por su dios. Los analistas han recurrido mas a correlacionarlo con el paradigma que predomina en occidente, de acuerdo a la cultura judeocristiana, destacando la inmersión del amor en los valores cristianos del amor inmanente que trasciende y fundamenta la generosidad, el desinterés, la bondad y el sacrificio que alimentan los sentimientos fraternales y solidarios del ser humano que implican renuncia y desinterés en sus acciones, sin pedir nada a cambio. Amar a Dios con todo el corazón, mente y fuerza (sobre todas las cosas) y amar al prójimo como a uno mismo son las dos cosas más importantes en la vida para los buenos cristianos. El amor es interpretado bajo una concepción altruista, basada en la compasión y la colaboración. Algunos han hecho objeto de burla o diatriba este discurso de AMLO, mostrando su intolerancia y su inmadurez por la cerrazón a la pluralidad y el respeto a libertad de expresión inherente a sus valores cristianos. No se trata de reducir la conceptualización del amor en la política desde su perspectiva religiosa, menos en el marco de los dogmas y fundamentalismos que imperan en las religiones y que han sido fuente de justificación de las conductas más irracionales y violentas en el curso de su pasado y presente histórico con sus lacras de guerras y genocidios que han imperado en nuestra humanidad.
Desde la perspectiva filosófica el tema ha estado enmarcado en el eurocentrismo derivado de las concepciones helénicas incorporando las ideas de sus clásicos pensadores como Platón, Sócrates y Aristóteles que fomentaron la concepción de un amor desapasionado el cual incluye la lealtad a los amigos, la familia y la comunidad, y requiere virtud, igualdad, y familiaridad en su Philia. Ha estado ausente en estos análisis las culturas milenarias de oriente enriquecedoras de las filosofías de la liberación de los pueblos, como las de filósofos chinos del confucianismo, que siglos atrás ya conceptualizaban el amor como benevolente y virtuoso, que deberían buscar todos los seres humanos y reflejarlo en su vida moral, es universal hacia todos los seres y no sólo hacia los amigos o familia, sin consideración de la reciprocidad.
Otros denominados politólogos serviciales del régimen argumentan excluir el amor como principal conducta en la gobernabilidad del estado fundamentándose en el florentino Maquiavelo a quien los políticos conservadores han interpretado como dogma como enarbolador del necesario miedo que los gobernantes deben cultivar en sus gobernados para facilitar sus decisiones en sus feudos, a lo que politólogos, como Giovanni Sartori han criticado por este mal entendido conceptual que se ha hecho de lo obra del florentino y que les ha sido transmitido por los aduladores antidemócratas serviles a los regimenes de los políticos conservadores pripanistas.
En general se ha excluido de estas reflexiones la perspectiva de las artes, donde el amor es una de las fuentes de inspiración que va mas allá de la percepción sentimental común de “sentirlo” y se considera que trasciende hacia una forma consiente capaz de motivar, generar y fortalecer la creatividad en sus diferentes expresiones de la literatura, el teatro, la pintura, la escultura, la música, la danza, el cine y el resto de las artes visuales, ha sido sobre todo el amor romántico el que ha trascendido hasta provocar su sello distinguido en la generación de toda la época renacentista que en el curso de la historia se ha destacado como la mas creativa y floreciente en las artes para la humanidad.
Desde la perspectiva de las ciencias de la conducta el amor es una emoción que fluye y necesita ser expresada, es energía categorizada como un sentimiento enmarcada en las funciones afectivas y sensoperceptivas, con sus bases neurobiológicas y sus redes articuladas en circuitos complejos definidos en el cerebro por los neurocientíficos, así el amor hay que sentirlo para registrarlo en el activismo electrofisiológico y de imágenes con la tecnología avanzada que contamos. Por eso el amor no es sólo una actitud o una disposición como otros valores como la honestidad y el respeto, si bien este último consiste en la disposición de las personas a reconocer y aceptar que los otros existen tal como son y es la base de todo vinculo y la condición previa para ingresar a la fase amorosa relacional con los otros. Para Erich Fromm el amor es un arte y, como tal, una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión, elección y actitud, la mayoría de la gente identifica el amor con una sensación placiente. Fromm considera, en cambio, que es un arte, y que, en consecuencia, requiere esfuerzo y conocimiento el amor fraternal, es un sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar. El amor al prójimo nace a su vez del uso de la facultad de la mente de empatizar, dicho amor al prójimo equivale al amor fraternal y al amor predicado en la Biblia. Desde su punto de vista, la mayoría de la gente cae en el error de que no hay nada que aprender sobre el amor, motivados, entre otras cosas, por considerar que el principal objetivo es ser amado y no amar. Para Abraham Maslow que sitúa al amor en el estrato de afiliación, entre el de seguridad y el de reconocimiento, dentro de su jerarquía de las necesidades humanas, el “amor significa ser plenamente comprendido y profundamente aceptado por alguien”, el amor implica una sana y afectuosa relación entre dos personas, así en la psicología humanista se considera que el amor es indispensable para conseguir una autoestima saludable y que es imposible la salud psicológica, a no ser que lo esencial de la persona sea fundamentalmente aceptado, amado y respetado por otros y por ella misma.

En suma el amor en sus diferentes manifestaciones desde el dirigido a la pareja, hacia la familia, la naturaleza, la sociedad, el arte, la belleza, en la mayoría de los casos implica un gran afecto por algo que ocasiona felicidad o placer al que ama. No se puede amar por decreto, como tampoco se puede sentir la rabia y el odio, la tristeza y otros placeres por indicación de otros. Las emociones se sienten o no se sienten. El amor es paradójico porque, se tiene que sentir en una atmósfera de libertad y, a la vez, es la emoción que más compromete al ser humano porque se demuestra con hechos que tienen que ser en libertad. ¿Libertad para qué?, Libertad para elegir. Una persona siente amor cuando tiene la necesidad de hacer feliz a un otro a través de ciertos actos los cuales implican una cuota de generosidad, renuncia y desinterés o ausencia de especulación, esta fundamentado en una concepción altruista, basada en la bondad, compasión y la colaboración que fortalece los sentimientos fraternales, es pues inherente a la solidaridad humana hoy cegada por le deterioro de los valores como no lo refiere magistralmente José Saramago en su gran obra: “Ensayo sobre la Ceguera” donde reflexiona sobre la ética del amor y la solidaridad actual de nuestras sociedades depredadas por el capitalismo neoliberal que sitúa a la sociedad dentro del marco de un proceso de producción donde el amor se convierte en un elemento más de dicho proceso, las empresas analizan al ser humano y buscan la forma de extraer de él la mayor cantidad de consumo, no dudando en utilizar el amor y el sexo como reclamo de un modo desnaturalizado y grotesco: la empresa evoca en el consumidor sentimientos amorosos y de deseo, pero su fin último no es buscar el amor ni el sexo por parte del consumidor, sino su dinero y su trabajo.

En fin, como vemos el amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista religiosos, filosóficos y científicos, integrarlo como estrategia política para lograr la construcción de una nueva sociedad es un acierto de nuestro movimiento MORENA mas allá de las descalificaciones del conservadurismo y sus actores atrapados en las redes de intereses de las oligarquías beneficiarias de los poderes fácticos.

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