viernes, 20 de enero de 2012

LA VISIÓN MARGINAL DE LA SALUD PÚBLICA

Se acaba de anunciar una gran inversión para la construcción de un nuevo hospital público en Nuevo León, del cuarto nivel de atención de altas especialidades, que según sus autoridades lograra satisfacer las necesidades de nuestra población y de los estados circunvecinos y complementara la red de servicios médicos especializado para la población abierta no derechohabiente y beneficiaria del seguro popular que actualmente recibe los servicios de segundo y tercer nivel de atención médica en el Hospital Universitario, el Hospital Metropolitano y el Hospital Materno Infantil. La Secretaría de Salud prevé iniciar además, durante el 2012, la construcción de dos nuevos hospitales generales con especialidades, estimándose una inversión inicial de mil a mil doscientos millones tan sólo en la construcción del hospital de cuarto nivel. Para la construcción de este nuevo hospital el Dr. Jesús Áncer Rodríguez, rector de la UANL, indicó que ya han dispuesto de un terreno adjunto al Hospital Universitario, anexo a su unidad de Oncología, para su desarrollo, lo cual expandirá este complejo de servicios médicos y hospitalarios en terrenos de la universidad, el rector adelanto que “pese al elevado costo que tendrá, el nosocomio está pensado para mantener la misma vocación social de su vecino, el Hospital Universitario”. Resulta que dicha inversión para fortalecer la atención hospitalaria llegaría a consumir casi tres mil millones de pesos, según informo el titular de la Secretaría de Salud, Dr. Jesús Zacarías Villarreal; cifra superior al presupuesto anual de los dos mil doscientos ochenta millones de pesos que fueron asignados para la salud en el presupuesto de egresos para este año 2012, que sexenio tras sexenio los gobiernos no destinan mas de el 4% del presupuesto general de sus egresos. Por su parte el gobernador Rodrigo Medina está muy interesado porque “con esto se consolidaría el sistema de salud público con un hospital de este cuarto nivel de muy alta especialidad”.

Al mismo tiempo Felipe Calderón ha inaugurado en Nuevo León, El Centro Médico Zambrano Hellion, de la institución de Tec Salud del Sistema Tecnológico de Monterrey, un complejo médico construido con inversión privada que brindara servicios asistenciales de medicina ambulatoria y hospitalaria a nivel privado y también destinado a brindar los servicios a los usuarios del seguro popular y que según ellos busca transformar la práctica de la medicina privada en el país. La primera etapa fue construida en una extensión de más de 47 mil metros cuadrados. Se destinó una inversión de 3 mil millones de pesos; el inmueble tienen una capacidad para 100 camas, actualmente iniciará con 60 y en los próximos meses tendrá operando a 200 médicos adscritos a los institutos, 150 personas laborando y 672 en el área de hospitalización, entre enfermeras, técnicos, camilleros y personal de salud, se espera que atienda a 50 mil pacientes al año, 10 mil de los cuales requerirían de hospitalización. Según ellos “a diferencia de otros centros médicos de medicina tradicional privada se ofrecen un conjunto de especialidades, que combinan con sus tres misiones: asistencia, docencia e investigación, áreas que están soportadas con un hospital. La estructura organizacional departamental típica de los hospitales es transformada a “institutos” que trataran de operativizar sus misiones en un nuevo (según ellos) modelo integral de atención médica, y como concepto nuevo para la medicina privada, dándole otra dimensión a la formación de médicos buscan así transformar la práctica de la medicina en nuestro país a través de modelos innovadores de atención clínica que beneficien a la comunidad. Esta ubicado en el sector residencial mas exclusivo del municipio mas rico de nuestro País, San Pedro Garza García y contara con grandes comodidades en sus habitaciones hospitalarias, hasta de tipo junior y master suites.

¿Que tienen en común estos hechos?, sin duda el disfraz de acciones humanistas enarbolando vocaciones altruistas y solidarias con las necesidades de la salud de nuestra sociedad, que están mas enmarcados en los intereses económicos y políticos de la filosofía humanista ramplona del neoliberalismo y sus leyes ignominiosas del libre mercado que los gobernantes generan a satisfacción de los grupos dominantes donde prevalece la irracional idea de y del mas primitivo nivel de que el beneficio económico adquiere preferencia sobre cualquier resultado.
Así, no se entienden este tipo de decisiones en las políticas de salud pública, sino en el marco del desden que los funcionarios del régimen imperante han tenido por la ciencia de la salud pública que les llevaría a priorizar la inversión financiera en la anhelada medicina preventiva, la cual sólo es integrada en su importancia sólo en sus discursos, cuando emergen los problemas de salud pública graves como ha sido el caso de las epidemias que emergen trágicamente. Mas aun sus expertos en planeación de servicios de salud toman decisiones de esta magnitud financiera de los recursos públicos, cuando son observables las necesidades de inversión de este tipo de recursos financieros para lograr la cobertura plena universal con servicios de calidad para los usuarios del primer, segundo y tercer nivel en los hospitales, clínicas y centros de salud que conforman el sistema publico de salud, donde subsisten no sólo escasez de camas hospital y consultorios de medicina general y especialidad sino además las carencias en el mantenimiento preventivo y correctivo de sus instalaciones, algunos en condiciones sanitarias deplorables, equipadas deficientemente, desfasados tecnológicamente, atrapados en el problema crónico del desbasto de insumos de laboratorio, medicinas y auxiliares para el tratamiento de enfermedades y no se diga de la integración de los recursos profesionales de las áreas medicas y paramédicas necesarias para lograr brindar una atención médica humanista, ejercer los modelos de atención integral que sólo son referencia en los planes y programas de salud sexenales y no se diga de esa pregonada “calidad en los servicios” que los organismos financieros internacionales han venido impulsando desde el siglo pasado y que en nuestro país sólo ha servido para desviar los escasos recursos que el estado invierte destinándoles financiamientos para su ineficiente operatividad.

En Nuevo León la SSA cuenta con más de cuatrocientas cuarenta unidades de consulta ambulatoria, distribuidas territorialmente en todo el estado, con sus diferentes denominaciones, desde casas de salud hasta centros de salud, seis unidades de especialidades médicas y ocho hospitales; sin contar la situación suigéneris del Hospital Universitario, que es administrado autónomamente por la Facultad de Medicina y financiado con recursos públicos federales para proporcionar cobertura de atención del segundo y tercer nivel de atención; se cuenta además de veintisiete centros para la atención de las adicciones (CAPAS y Centros Nueva Vida). Los trabajadores derechohabientes tienen en el IMSS: 45 unidades de medicina familiar, 4 hospitales generales que también proporcionan atención de medicina familiar, 4 hospitales generales de zona que brindan servicios del segundo y tercer nivel de atención y seis hospitales de especialidad exclusivos para la atención del tercer nivel. El ISSSTE cuenta con un hospital general para proporcionar atención en el segundo nivel y servicios de medicina familiar y un hospital regional de segundo y tercer nivel. Los trabajadores de la educación (SNTE- Seccion 50) cuentan con un hospital que les brinda servicios de segundo y tercer nivel de atención, además de unidades de medicina familiar, en tanto los burócratas estatales y maestros de la sección 21 del SNTE cuentan con cobertura de una clínica del ISSTELEON y otra del Sindicato de Trabajafores del Estado (STASE) que les proporciona servicios de atención ambulatoria de primer y segundo nivel de atención, en tanto sus necesidades de segundo y tercer nivel hospitalario son cubiertas por mecanismos de subrogación a hospitales privados. Existe el Hospital militar regional que proporciona servicios a los militares, para los trabajadores de Petróleos Mexicanos esta el Hospital General Cadereyta. El Hospital Municipal de Monterrey y el de San Nicolás de los Garza dispone de servicios de hospitalizacion general y de consulta ambulatoria proporcionando servicios de primero y segundo nivel de atención con excepción de atención ginecobstetrica y quirúrgica de especialidad, cuyas necesidades de sus trabajdores son subrogadas a instituciones privadas. En suma existe una infraestructura básica en unidades de salud para población asegurada y no asegurada en Nuevo León ansiosa de recibir recursos jurídicos y financieros capaces de lograr la implantación de un modelo integral de atención médica que logre la cobertura universal de toda la población en los tres niveles de atención donde se logren los anhelados objetivos de la ciencia de la salud pública y dejar de estarnos lamentando de los grandes costos que genera los gastos para la atención de las enfermedades como la malnutrición, diabetes, hipertensión, cardiopatías, el cáncer, accidentes, alcoholismo y violencia que hoy se ubican como las causas de mas del 83% de las muertes en nuestra sociedad. Una gran proporción de los recursos se destina a los servicios curativos, pasando por alto las actividades de prevención y promoción de la salud, que podrían reducir en un 70% la carga de morbilidad y mortalidad general.
Se requiere simplemente actuar de conformidad a las múltiples recomendaciones que sobre políticas y financiamiento hace la OMS para sociedades como la nuestra, donde el estado debería lograr primero la anhelada cobertura universal de salud cubriendo los niveles de atención básicos de primer, segundo y tercer nivel de atención a la salud mediante un sistema de salud innovador que logre integrar una red de infraestructura de todas sus unidades, centros de salud, clínicas y hospitales capaces de proporcionar servicios médicos de prevención, fomento y rehabilitación de la salud accesibles sin trampas ni obstáculos burocráticas para todos los neoleoneses donde todas las personas deben tener acceso a la atención de salud de acuerdo con sus necesidades e independientemente de su capacidad de pago, lo mismo de las zonas urbanas como de las zonas rurales hasta de las regiones mas marginadas. Unidades donde simplemente cualquier ciudadano pueda acudir y recibir la atención medica preventiva y restauradora de lo que solicite, de cualquier tipo en forma integral con eficiencia y eficacia, donde se respete cabalmente, sus derechos humanos, la equidad de genero y donde la ética de los profesionistas y personal paramédico y administrativo de las unidades sea subsumida ordinariamente en esa horizontalidad de valores que han sido propuestos como estrategias necesarias para lograr los objetivos de los programas sociales.
Imaginemos, no que el afiliado al seguro social o popular tenga acceso a las cómodas habitaciones de estos centros médicos privados, menos a las suites, no simplemente a ya no mas recibir los rechazos ignominiosos para recibir atención médica, hasta en urgencias y que el paciente la reciba en la unidad clínica u hospitalaria mas cercana al evento estresante; que los profesionistas y pacientes tengan el tiempo suficiente para la evaluación y el tratamiento integral del problema del paciente, que sean cosas del pasado la saturación del numero de consultas y que los tiempos de espera disminuyan sensiblemente, mas en las consultas de especialidad y en la programación de intervenciones quirúrgicas, diagnosticas (laboratorio, radiografías, tomografías, resonancias) rehabilitatorias (terapias físicas, metabólicas, quimioterapias, radioterapias. Etc..), y no se diga para quienes la medicina genómica sólo asoma para sus propósitos de investigación. Una atención donde el paciente no sufre por la no existencia de los medicamentos e insumos para la recuperación de la salud (vendas, férulas, sondas, etc..) donde el personal del equipo de salud le motive y sea motivado por las instituciones, mas por las actividades de prevención que las curativas sobre sus pacientes, donde la investigación sea un habito continuo para la mejora de los procesos de atención, donde sea realidad el expediente único integrado electrónicamente en la anhelada red que los gobiernos han invertido sin lograr la plena cobertura en todo el sistema de salud. En suma un sistema de salud capaz de prestar los servicios necesarios en toda la gama de necesidades que nos plantean los problemas de salud y las emergentes enfermedades dejando atrás el abandono de algunos ciudadanos con trastornos neurológicos, psiquiátricos, genéticos, metabólicos, hasta ortopédicos y de cirugías reconstructivas y los marginados, herederos usufructuarios de desnutrición, depresión, carencias de toda índole y duelos no elaborados, donde los niños marginados vienen al mundo en condiciones precarias llevadas al extremo: servicios médicos inaccesibles, escasa o nula atención prenatal (cuando no iatrogénica), alta incidencia de complicaciones peri y transnatales, inadecuado aporte nutricional y, para agravar aún más la situación, llegan a un hogar donde privan el ruido y el hacinamiento. La mayoría de ellos crecen entre una madre deprimida y un padre ausente, o bien alcohólico y violento, condenándolos al grito y al silencio, a la dolorosa experiencia de la marginalidad sin recibir la atención adecuada y que hoy son las victimas silenciosas del modelo imperante de atención médica curativa y mercantilizada que predomina en detrimento del modelo paradigmático que impone la ciencia de la salud pública victima de los grandes intereses económicos y políticos de los grupos dominantes.

En Nuevo León y en México, tenemos décadas que los gobiernos han dirigido sus políticas a la privatización de la financiación y administración de los servicios de salud, ha imperado el ejercicio de la medicina mercantilista. Durante décadas se han privilegiado los beneficios económicos en costosos convenios de subrogación y en la depreciación patrimonial de las familias por los altos costos que invierten para lograr una atención adecuada a sus enfermedades, que no reciben en el sistema de salud publico; los mas beneficiados han sido los grupos de poder integrados en las instituciones del sector salud, resistentes al cambio, con sus visiones patrimonialistas, pero sobre todo, se han beneficiado mas a las redes de clínicas, hospitales privados y los proveedores de equipos y servicios subrogados como los de farmacia y hasta los de lavandería, aseo y vigilancia que hoy obstaculizan el derecho al trabajo digno de los trabajadores sindicalizados del sector salud. Se ha dañado gravemente el ejercicio de la ciencia de la salud pública y su paradigma holístico para el abordaje integral del proceso salud-enfermedad de nuestra sociedad. No permitamos más el desplazamiento de la importancia de la salud pública como ciencia y su énfasis en la medicina social y preventiva que solo asoman en las retóricas de los políticos cuando emergen los graves daños a la salud de nuestro pueblo.

Digamos no a las políticas que promueven y fomentan el mercantilismo de la medicina, obstaculizando el derecho a la salud e inoculando el germen de la deshumanización en nuestra sociedad.

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