sábado, 20 de abril de 2013

EL NEFASTO CLIENTELISMO DE LOS POLITICOS

Que nos van a dar?, es la frase recurrente de los ciudadanos y ciudadanas, de todas las edades, mas en los adultos jóvenes, mas en las zonas de las clase baja, sobre todo en las de mas pobreza de las colonias marginadas, tanto de las desarrolladas por los programas oficiales de gobierno (Fomerrey, Infonavit), como de las insurgentes de losmovimientos urbano populares (Frente Popular Tierra y Libertad- Emiliano Zapata), así nos responden, cuando los invitamos a que se afilien a nuestro Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), frase que se repite con mas insistencia cuando les informamos que nos constituiremos en partido político nacional.

Naturalmente, comprendemos esa condición interesada en recibir algo, a cambio de su apoyo político, forma parte de la perversión que los políticos y los oligarcas han hecho de los valore inherentes a la justicia, la solidaridad y el bien común, que todos dicen pretender, priístas, panistas, perredistas y petistas, en sus luchas por el poder político, cuyos usos desvían en sus conductas clientelistas, integrando una comunicación típica con sus favorecidos, intentando ser como la de los grandes señores feudales, que no terminan sino como lo que son: caciques políticos que medran con la pobreza y la ignorancia de las personas. Son promotores de la perversidad del clientelismo afectando a las masas empobrecidas, donde el ciudadano, afectado por la práctica clientelar, llega incluso a ver, a quien la ejerce desde ese poder político y económico, como alguien que le está haciendo a él un gran favor, que lo ayuda “con algo” a paliar sus necesidades apremiantes, cuando en realidad lo que está haciendo es contribuyendo expresamente a mantenerlo en su miseria, participa así en esa relación clientelar en contra de sus más genuinos y estratégicos intereses. Estos personajes han hecho uso del clientelismo político para establecer, expandir y/o mantener su base social de apoyo que les genera los votos en sus campañas electorales.

“Yo les doy”, “yo les consigo”, “yo les apoyo”, son las frases que perseveran en las peticiones demandantes de solución de problemas que por décadas estos personeros del clientelismo, proporcionan a los ciudadanos en sus procesos de gestión, ante los gobernantes, los que con gusto les proporcionan como migajas del gran poder económico y político que han estado usando para mantener su régimen de gran injusticia, antidemocrático con sus lacras de hambre, pobreza, violencia e inseguridad en mayoría de los mexicanos. No integran en sus discursos, cuando solucionan los problemas de estos ciudadanos, sus peroratas ideológicas insurgentes del sentido de la justicia y la solidaridad que deriva de los usos adecuados del poder de gestión que los movimientos democráticos y libertarios logran organizadamente, fortaleciendo principios y convicciones de sus beneficiarios, y de que lo logrado para satisfacer sus mas mínimas demandas corresponden en la enarbolada lucha por la justicia para lograr la satisfacción de sus derechos sociales y humanos obstaculizados por gobernantes y oligarcas en el poder.

Hay de todo en sus conductas clientelares, desde la simple despensa con productos alimenticios básicos, las becas de apoyo educativo, proporcionar medicinas, equipos deportivos, regalos en días festivos (navidad, día de las madres, del maestro, de los niños), hasta adquisición de terrenos, créditos para viviendas, empleos, exenciones en le pago de impuestos, servicios públicos como la electricidad, el agua potables, el drenaje, materiales para sus viviendas, sin faltar las obras de pavimentación de sus calles, las plazas públicas, la construcción de escuelas desde guarderías, educación preescolar, básica hasta universidades, bueno hasta licencias permisionarias de taxis, transporte urbano, para el comercio público, con sus permisos para operar en los mercados ambulantes y fijos, donde además les brindan protección y seguridad para su funcionamiento. Su empoderamiento les permite hasta otorgar favores al solucionar problemas laborales, educativos, de salud hasta gestión de libertades por conductas criminales para sus clientelas.

Hace mas de cuarenta años cuando emergía en nuestro país el movimiento libertario por democracia y justicia, nadie de los que militábamos en la izquierda aceptábamos dadivas, nos integrábamos sin mas satisfacción que participar solidariamente al lado de nuestro pueblo oprimido y explotado, muchos rechazábamos toda forma de corrupción, algunos considerábamos una gran traición de los políticos de izquierda que eran cooptados por el régimen de oprobio que no dudò en masacrar, encarcelar y eliminar a quien no accedía a alienarse con sus políticas. Algunos ni siquiera aceptamos vivir en un terreno de los que en el movimiento urbano popular, los lideres consideraban expropiados para el usufructo del derecho a una vivienda digna de los compañeros, que con sus familias no tenían el elemental acceso a ese derecho, participamos al lado de ellos en sus trabajos colectivos para solucionar sus servicios básicos de sus viviendas, vivenciamos como el poder faccioso logro pervertir y desviar los principios y convicciones ideológicas de los lideres, en su momento lo señalamos, tuvimos que deslindarnos, luego trascendió a las bases de sus colonias que hoy son lamentablemente el ejemplo mas ignominioso de este clientelismo político en las izquierdas.

En la misma campaña electoral por la presidencia que realizábamos con nuestro candidato AMLO, algunos militantes de los partidos (PRD, PT y MC) que nos apoyaban a MORENA, fueron acusados de traidores y amenazados de perder sus prebendas si se integraban a nuestro movimiento, hoy que hemos iniciado la afiliación para lograr constituirnos en partido resulta que hasta en sus territorios han iniciado una campaña de amenazas y desprestigio contra todo aquel de sus territorios que se integre a nuestro movimiento, muy ejemplarmente destaca uno de sus murales en pleno centro de la colonia Tierra y Libertad, columna vertebral del PT, que dice “ No a la traición, la entrega, al engaño”.

Mantener nuestra férrea convicción de acabar con estas lacras de la política, nos lleva necesariamente a convertirnos en adversarios de los lideres de los partidos políticos que dicen ser progresistas y de izquierda, y que no están dispuestos a subsumir la ética política, son los que quieren seguir con sus pragmatismos corruptos de la política aliándose con el PRI o el PAN temerosos de perder sus prebendas, como lo ha dicho AMLO, “se venden por migajas infestadas por gorgojos”.

Acabar con ese clientelismo, dirigiendo sus actividades revolucionarias a fortalecer ideologías, principios y convicciones que sean el fundamento de sus conductas políticas y no por las dadivas y prebendas que reciben, será el gran reto de los partidos de izquierda y progresistas de nuestra patria en este siglo.



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