sábado, 13 de abril de 2013

FILANTROPIA PERVERSA

De acuerdo a Wikipedia, “el término filantropía designa, en general, el amor al género humano y a todo lo que a la humanidad respecta, particularmente en una forma constructiva expresada en la ayuda desinteresada a los demás, por lo que filantropía significa “amor a la humanidad”. Refiere además que “los donativos a organizaciones humanitarias, personas, comunidades, o trabajando para ayudar a los demás, directamente o a través de organizaciones no gubernamentales con fines no lucrativos, así como lo es el trabajo de voluntario para apoyar instituciones que tienen el propósito específico de ayudar a los seres vivos y mejorar sus vidas, son considerados actos filantrópicos, siempre y cuando no estén movidos por intereses” (http://es.wikipedia.org/wiki/Filantropia).

Así, en la conducta filantrópica se debe desbordar el amor fraternal y solidario hacía la humanidad mediante donaciones financieras y el trabajo voluntario, desinteresadamente, sin fines de lucro, sin ganar, ni sacar provecho de estas acciones. Resulta que cada vez es mas frecuente el cinismo de algunos empresarios y personajes de las elites económicas en su proclividad a exhibir estos “valores humanistas”, mediante supuestas conductas solidarias, gastando sus dineros, en la solución de los graves problemas nacionales, en países como el nuestro, inmersos en la pobreza, el hambre, las enfermedades y las discapacidades, la mala educación que derivados de los malos gobiernos y un estado que sigue siendo rehén de los modelos económicos y políticos generadores de desigualdad e injusticia; que paradójicamente, estos personajes generan como poderes fácticos del sistema capitalista neoliberal y sus lacras del mercantilismo deshumanizante que nos subsume en el nefasto individualismo y consumismo utilitario, para sus fines.

Son filántropos perversos porque corrompen los valores humanistas, aparentan, simulan, ser motivados por este generoso amor fraternal y solidario hacia la humanidad, tratando solucionar estos problemas despojados de sus fines de lucro, inmersos en sus personalidades con los que cotidianamente guían sus conductas en sus operaciones mercantiles,;supuestamente son caritativas, bondadosas, dando, despojándose de sus recursos económicos sin esperar nada a cambio. Para cumplir con las leyes, sobre todo hacendarias, forman organizaciones como asociaciones civiles, de beneficencia privada y las más socorridas, sus fundaciones.

Sus intereses humanistas están muy alejados de la realidad, los gastos que invierten para desarrollar sus programas filantrópicos no sólo los deducen de sus cargas impositivas fiscales, donde de por si tienen un régimen de privilegios, sino además logran hacer gestión eficaz de recursos económicos, que el estado dispone para el desarrollo de políticas sociales dirigidas a la solución de los mismos problemas, obteniendo sumas importantes de dinero, que ellos dicen administrar sin afanes de lucro, logrando su circulo virtuoso inmerso en su afanes mercantilistas, al ganar-ganar en todas sus actividades.

No importa sus niveles de enriquecimiento, lo mismo desarrollan esta tipo de filantropía, los hombres más ricos del mundo como los multimllonarios Bill Gates y Carlos Slim, hasta otros personajes empresariales modestamente ricos como Claudio X. González Laporte, en nuestro estado están personalidades como Lorenzo Zambrano, y los herederos de las fortunas de los industriales Alberto Santos, Roberto Garza Sada, Javier y Roberto Garza Lagüera, Maíz García, Lobo Morales y los Gutiérrez Muguerza, hoy envueltas en graves conflictos por los pleitos multimillonarios de esas fortunas, que en opinión de la empresaria Cristina Sada Salinas, expresó, en entrevista con la periodista Sanjuana Martínez, publicada el pasado mes de febrero del presente año, (http://www.jornada.unam.mx/2013/02/24/politica/008n1pol), que en Monterrey, estos magnates son proclives hacer “un poquito de filantropía, que al lado de las fortunas existentes es mínima”. Damos las migajas, remata Cristina Sada, comparando las aportaciones de magnates como Bill Gates.

Un caso emblemático de esta perversion de la filantropía, lo describió, el periodista y escritor Luis Hernández Navarro, en su columna del periódico la Jornada, el pasado mes de febrero, del presente año, (http://www.jornada.unam.mx/2013/02/19/opinion/021a1pol), ahí hace referencia del empresario Claudio X. González Guajardo, ex presidente de la Fundación Televisa, que fundó además entre otras organizaciones filantrópicas, Teletón, Lazos, México Unido y Únete. Es presidente actual de Mexicanos Primero, y ha recibido muchos honores por su “alta calidad humanista”, Luis, dice “le gusta presentarse como un empresario y activista social que lucha por elevar el nivel educativo de los mexicanos”. Su lema es “¡más educación, menos política!”; sin embargo, su actividad central es la política. Un solo ejemplo: en julio de 2004, el diputado Omar Ortega Álvarez denunció en tribuna la donación irregular de 44.7 millones de pesos que la Lotería Nacional hizo a la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación (Unete), una de las organizaciones que González Guajardo preside”.

Los casos mas ejemplares de este tipo de filantropía no la han venido dando los tres grandes monopolios de las comunicaciones en México: en telefonía, el magnate Carlos Slim, en Tv. Azteca, Ricardo Salinas y Televisa de Emilio Azcarraga, con sus fundaciones entre otras formas de organización. Sus actividades filantrópicas los mismo van dirigidas a apoyar a discapacitados, donde destaca Televisa, con su teletón anual para expandir sus coberturas, hasta la atención de hambrunas, viviendas en zonas pobres, indígenas, apoyos educativos y quirúrgicos en personas marginadas. Dicen solidarizarse para el desarrollo humano con bienestar, paradójicamente no integran sus responsabilidades derivadas de sus modelos mediáticos, que día tras día son inhibidores de ese anhelado desarrollo, perdidos en la mercantilización deshumanizante de sus medios, con sus programaciones de entretenimiento estúpidizantes y sus noticiarios y programas de opinión desinformantes y manipulatorios de la verdad, sin contar su ausente democratización.

Para ello cuentan con eficientes equipos de contadores y licenciados capaces de encubrir sus ilegalidades en el manejo financiero y de sus desviaciones que pervierten sus actividades inmersas en sus instituciones que tienen de todo tipo, desde aquellas dedicadas a brindar educación en todos los niveles, desde la elemental, hasta niveles universitarios con postgrados de excelencia educativa, hasta instituciones de salud con sus clínicas, hospitales, internados y centros de rehabilitación para la atención de enfermedades y discapacidades, sin olvidar sus instituciones asistenciales para los niños huérfanos, sin hogar y los ancianos; bueno hasta organizaciones deportivas dicen poseer en sus tareas filantrópicas. Inmersas en la corrupción, gozan del tráfico de influencias y de la impunidad que gobernantes y funcionarios les proporcionan, aun en delitos criminales como en las que se realizaron en las conductas denunciadas de abuso sexual, pederastia y trafico de infantes en el sexenio del presidente espurio Fecal.

El caso mas abominable de solidaridad con estos problemas, informado esta semana, ha sido la integración de el distinguido apoyo del corporativo empresarial de la Pepsico y Quaker de México, que junto con Nestlé, recientemente se incorporaron a la denominada Cruzada Nacional del Hambre, programa insignia del gobierno de EPN, porque por años, ellos han sido generadoras del problema de la mala alimentación con sus lacras de desnutrición y hambre, subordinando sus intereses mercantilistas contra la salud nutricional de nuestra población, aunque dicen que colaboraran incorporando productos innovadores, orientados a combatir la desnutrición, investigado y desarrollado por científicos mexicanos, claro que no refieren los costos económicos de su apoyo solidario.

Acabar con estas perversiones de la filantropía es una necesidad urgente, sobre todo en países como el nuestro, donde la corrupción amenaza seguir reproduciéndose y extendiéndose en nuestra sociedad.

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