sábado, 4 de mayo de 2013

OTRO DÍA DEL TRABAJO, DE PROTESTA Y LUCHA

Mi padre fue un obrero combatiente contra las injusticias de los empresarios explotadores y abusivos, en los años setentas, del siglo pasado, cuando tenía mas de veinte años de antigüedad, donde trabajaba, resulta que fue electo democráticamente por sus compañeros trabajadores para ocupar el liderazgo formal como secretario general del sindicato de la compañía Peerles Tisa, entonces considerado como sindicato independiente, de los denominados “blancos”, que estaban corporativizados por la oligarquía del estado, tratando de blindarlos contra las temerarias ideologías del comunismo que les amenazaban gravemente en sus intereses. Su dirigencia y sus conductas justicieras y solidarias, no fueron del agrado de los directivos y al tener que renovarse el contrato colectivo del trabajo sucedió lo inevitable, la exigencia de mejores condiciones laborales justas, con mejoras al salario, incrementos de prestaciones y mejoría de las condiciones ambientales en el trabajo, sus propuestas fueron rechazadas tenazmente por los patrones y los trabajdores recurrieron al derecho de huelga.

Eran los tiempos de la guerra sucia en México, cuando esos patrones tenían sus grupos cuasi paramilitares, conocidos como “guardias blancas”, capaces de utilizar las técnicas más represoras dirigidas a los activistas opositores que incluían desde las amenazas, el secuestro, la tortura y hasta sus muertes; con la protección impune de los cuerpos de seguridad de los gobernantes del régimen priísta que dominaba dictatorialmente. Lograron reventar esa huelga, expulsaron a los dirigentes que encabezaba mi padre y se ufanaron de ofrecer migajas económicas que no se correspondieron con los establecidos por la ley federal del trabajo; las condiciones precarias económicas de sus familias les llevaron a aceptar esta compensación que las enmarcaron en los derechos laborales, fueron integrados, además, a las listas negras de los personajes que no debieran aceptar ninguna otra de las empresas al considerarlos “gente indeseable y peligrosa”. La mayoría de ellos luego se incorporo al trabajo independiente como taxistas, otros como pequeños comerciantes informales y lo más positivo fue su conciente integración a la lucha contra la injusticia de los regimenes de oprobio que desde el siglo pasado, los mexicanos hemos padecido. Mi padre y la mayoria de sus compañeros murieron años despues victimas de canceres asociados a factores de exposción a metales pesados con los que desempeñaban sus labores diarias en esa empresa, la seguridad social no tuvo capcidadad para hacer el diagnostico y el tratamiento oportuno de sus enfermedades.

Eran los tiempos, cuando el trabajo asalariado iniciaba la gran perdida histórica de su poder de compra, que luego en los ochentas se incremento hasta un 80% y en la actualidad ha pasado hasta más de un 100%, la seguridad social estaba en pleno apogeo con sus modelos de atención de medicina familiar. El dinero que ingresaba producto de la jornada normal y los denominados “tiempos extras” permitía satisfacer cuando menos las necesidades alimentarias, de vestuario y apoyo para la educación de los integrantes de las familias, que entonces eran en promedio mas de cinco hijos por familia, muy lejos estaba el logro de tener una vivienda digna y dinero para actividades culturales, deportivas, recreativas o de esparcimiento familiar. El consumismo apenas iniciaba la insaciable voracidad que hoy nos consume con el mercantilismo deshumanizante y depredador de nuestras vidas saludables.

Hoy resulta que los mexicanos tenemos en promedio los salarios más bajos que prevalecen en toda America, resulta irrisorio que economías como las de oros países como Costa Rica, Nicaragua, Uruguay, Bolivia, sus trabajadores tengan mejores niveles salariales comparados con nuestro país. Las reformas laborales que desde entonces, los gobernantes, nos han impuesto no sólo han deteriorado los ingresos económicos de los trabajadores y con ellos su poder de compra, sino además han menoscabado los derechos laborales, imponiendo convenios con sus condiciones ignominiosas en los contratos, deteriorando prestaciones, al grado que 90 por ciento de la población económicamente activa (PEA) en México carece de mínimas prestaciones, es decir, está al margen de la Ley Federal del Trabajo (LFT).

Hoy, gracias a la última reforma laboral de este gobierno priísta, se esta incrementando la contratación de jóvenes como empleados a cambio de retribuciones económicas ínfimas sin prestaciones sociales, lo que era antes la subcontratación laboral al margen de la ley, hoy es utilizada por los patrones abusivamente para explotar despiadadamente, sin contar a los miles de jóvenes egresados de licenciatura que son empleados como becarios , so pena de que si no ingresan, quedan sin antecedente de experiencia laboral y así se les dificulta el acceso al trabajo en las empresas.
Por si fuera poco prolifera el sindicalismo disfrazado, desde los líderes charros, hasta abogados empresariales que fungen como líderes obreros, sus organizaciones son modelos de control mafioso de los trabajadores a los que les garantizan la protección de su trabajo si ellos se someten a sus liderazgos ignominiosos, aceptando sus conductas autoritarias, corruptas e impositivas de contratos laborales beneficiosos de los patrones y precarios para el goce de los derechos del trabajador y sus familias inmersos en el derecho constitucional que siguen como letra muerta para nuestro pueblo.

Por eso este primero de mayo del 2013 nuevamente fue un día de protesta y de lucha contra la explotación y la amenazante extinción de los derechos del trabajador que amenazan los oligarcas de los imperios financieros del mundo, el ejemplo de mi padre es una de las mayores riquezas que me ha dejado para mi vida y que siempre me fortalece en los motivos para no declinar en las luchas contra la injusticia, la explotación y los regimenes de oprobio que padecemos en el mundo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario