viernes, 30 de agosto de 2013

VEJEZ INDIGNANTE EN MEXICO

El pasado 28 de agosto fue celebrado el día del adulto mayor, los días previos sirvieron para que los medios de comunicación y las dependencias públicas de los funcionarios de los diferentes niveles de gobierno fueran inmersos en las tareas de difusión y atención para conmemorar este día, que trata desde 1982, a partir de la primera asamblea internacional dedicada al envejecimiento de la población en la ONU,  de favorecer la toma de conciencia sobre el valor de la prolongación de la vida y la necesidad de favorecer sociedades cada vez más integradoras y justas para todas las personas adultas mayores, inicialmente connotado como día del anciano, luego en la década de los noventas fue cambiado como el Día Internacional del Adulto Mayor. Resulta que sus actividades, sobre todo las integradas a la difusión, no pasaron de seguir persistiendo en sus frivolidades y el asistencialismo, reducido a eventos impregnados de recreación y entretenimiento que mostraran el interés oficialista para cumplir, para la foto, con este día en México.
 
El retrato mas ignominioso, en este día, es destacado por las fotos y videos sonrientes de Enrique Peña Nieto, con los adultos mayores en el evento central del gobierno federal, que lamentablemente se realizo en un casino del municipio de Apodaca, del área metropolitana de Monterrey, en nuestro estado, donde encabezó este acto oficial por el Día Internacional del Adulto Mayor, con adultos mayores que fueron acarreados, desde distintos municipios, los adultos mayores fueron llevados en camiones al lugar, so pena de no recibir las dadivas habituales de que son objeto en sus programas oficiales, sobre todo motivados en la necesidad de tributar agradecimiento por recibir la mísera pensión para adultos mayores que reciben los mayores de 65 años de las y los beneficiarios reciben apoyos económicos de 525 pesos mensuales para sobrevivir en la pobreza que padecen, que su gobierno solidariamente decreto para ellos, siempre y cuando no reciban ingresos por concepto de pago de jubilación o pensión de tipo contributivo. Resulta que las longevas y alegres mujeres neoleonesas, en ese evento, no ahorraron sonrisas, a pesar de las incomodidades de su larga espera, de mas de cuatro horas, donde algunos alcanzaron un lonche con alguna bebida, aunque los organizadores hablaban de que les fue ofrecido un almuerzo, sin embargo después de esperar durante horas, algunos optaron por retirarse, afectados por que estuvieron desde temprana hora a la espera y sin comer.
 
En tanto ese presidente de México, país que por su importancia económica en la generación de riqueza, esta ubicado como la undécima economía del planeta, en vez de utilizar el evento para hablar de la importancia del desarrollo de políticas orientadas al incremento de la calidad de vida de las poblaciones de adultos mayores, muy lejos de las ventajas que gozan las personas de edad, en los países desarrollados; y aun mas lejos de propuestas que lograran trascender para solucionar los graves problemas como la pobreza. Según el INEGI , de acuerdo con el Censo Nacional de Población 2010, hay 10.5 millones de personas adultas mayores, de las cuales 3.5 millones de adultos mayores se encuentran en condición de pobreza y 3.3 millones son viudas o solteras los cuales son principalmente indígenas y mujeres. Enrique Peña utilizó este evento para insistir en sus posturas represoras y coercitivas inmersas en las reformas energética, educativa y hacendaria, sumándose a los discursos intransigentes, que abonan al encono contra la oposición sobre todo en relación a la reforma educativa donde insistió: “y déjenme decirles que en este esfuerzo no vamos a cejar. No vamos a claudicar. Vamos firmes y decididos a que se materialicen las reformas educativas que aseguren educación de calidad, resalto una y otra vez a los medios de información nacional y local.
 
El hecho es que en los adultos mayores de nuestro país siguen prevaleciendo los graves problemas que atentan contra su vida digna, que sólo ha sido una perorata para los discursos de los políticos, la mayoría están sin sistemas de protección social, capaces de proporcionarles los recursos económicos mínimos que les permita cuando menos el acceso a condiciones alimentarías saludables, menos les permite el gasto para vivir en una vivienda confortable, en las actividades recreativas, de esparcimiento, ni que decir del acceso a procesos educativos, culturales y afrontar las demandas especiales de salud que existen en esta etapa de la vida.
 
Desde hace décadas he percibido que la llegada a esta etapa de la vida, en muchos adultos mayores, ha significado el inicio del camino hacia la muerte, donde la prolongación de la vida implica el deterioro de su bienestar, donde la emergencia de las dolencias y las quejas se integran como algo inherente a esta etapa del desarrollo humano, donde la pasividad y el conformismo son alimentadas por el agobio de la experiencias traumáticas de las vivencias, con sus injusticias, y la lucha por la sobrevivencia económica que injustamente son generadas por los gobernantes y oligarcas insensibles sobre el la necesidad de lograr los mas altos niveles de desarrollo humano y social de nuestra sociedad. Han sido las victimas de las políticas públicas que siguen sin garantizar cuando menos su buena alimentación, el acceso a servicios de salud con calidad y calidez, con su trato humanista en las enfermedades como la diabetes, el cáncer, la hipertensión, las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, con los bajísimos ingresos de sus jubilaciones, pensiones, los sistemas laborales excluyentes, viviendas indignas, sin acceso a la educación para quienes desean seguir capacitándose y sin acceso a las artes y la cultura gratuitamente.
 
El gran pendiente de nuestra sociedad sigue siendo lograr un nivel de vida digno para nuestros adultos mayores, se necesitan urgentemente políticas públicas que logren construir mecanismos de protección social y de salud a largo plazo para lograr un desarrollo humano integral de los adultos mayores, brindándoles todas las oportunidades necesarias para alcanzar ese nivel de vida digno Lograr que los adultos mayores tengan una vida digna es lograr que nuestra propia dignidad prevalezca como valor en nuestras vidas, si no luchamos por transformar esas realidades ignominiosas que viven, seguiremos contribuyendo a liquidar el amor fraternal y solidario en nuestras sociedades.

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