jueves, 8 de agosto de 2013

LA LEGALIZACION DE LA MARIHUANA EN MEXICO

El pasado domingo 5 de agosto, fui invitado a participar en el programa Cambios para debatir sobre la legalización de la marihuana, el cual dirige el Arq. Héctor Benavides y se transmitido por el Canal 12 de televisión en nuestra región, el cual puede ser reproducido en la página de Internet: http://www.telediario.mx/cambios/primer-mesa-de-dialogo . En mi calidad de médico, como especialista de la salud mental y con férreas convicciones en la lucha por lograr los mas altos niveles de desarrollo humano y social de nuestras sociedades y en el marco de mis convicciones políticas dirigidas a consolidar la democracia, la libertad y la justicia plena en su seno, debo confesar que no pude abstenerme de emocionalizar mis intervenciones ante algunas de las posturas de mis compañeros de esta mesa de debate, no se si es por las puertas de la cesantía, que están abriéndose en mi vida, que generalmente conducen al hartazgo ante las irracionalidades, con sus pocos umbrales de tolerancia o por la imperiosa necesidad de ser escuchado por los poderosos empresarios y políticos para intentar cambios en sus conductas que irremediablemente determinan nuestra situación económica, cultural, política, educativa y sanitaria de nuestros habitantes. Tratar este tema de la legalización de la marihuana, es necesario, pero no sólo este problema con esta droga, en el marco del grave problema que representan las adicciones y su asociación a las conductas del crimen organizado y la violencia social con todos sus rostros perversos que nos agobia desde el siglo pasado. Todos coincidimos en que es mas grave el daño social y sanitario que provocan las denominadas drogas legales, como el alcohol y el tabaco, cuyo abuso en conjunto, es decir, las sumas de las enfermedades en que contribuyen para su desarrollo (hepatitis, cirrosis hepática, cáncer, enfisemas, lesiones por violencia, accidentes, suicidios, etc...) lograrían convertirse en el primera causa de muerte en nuestro país. Lo más lamentable es que hasta la fecha las políticas públicas para la solución de estos problemas han estado inmersas en la simulación y la corrupción de los agentes responsables (funcionarios, empresarios, medios de comunicación) de lograr primero contener el avance, luego disminuirlo para finalmente disminuir sus impactos en la salud pública. En México no esta penalizada la portación de marihuana, si una persona trae 5 gramos, de conformidad con la ley vigente que fue reformada en el mes de abril del año 2009, no puede ser criminalizada, lo que sigue penalizado es el cultivo, su producción, transporte y su comercialización, esta medida no sólo no ha disminuido el consumo, sino se ha elevado y esto sigue debiéndose no sólo al crecimiento del crimen organizado sino además al deterioro de los factores determinantes de la salud mental y psicosocial de los habitantes, que como les refería a los compañeros de este mesa de debate, constituyen el fondo sobre el cual se cimientan las conductas adictivas. Existen tanto factores psicosociales asociados al consumo como factores de riesgo individuales en las personas, que la mayoría de las investigaciones científicas concluyen en que el consumo de drogas es un problema complejo y multifactorial, estos factores se pueden clasificar en dos grandes grupos, en el contexto donde se inserta el individuo, por un lado están los factores macrosociales o sociocomunitarios que remite al ambiente social e institucional mas amplio y que están relacionados con la estructura económica, legal y normativa y la dinámica sociocomunitaria; por otro lado están los factores microsociales que se refieren a los espacios de interacción personal directa que se da en la familia, los grupos escolares, laborales, amigos, clubs sociales, culturales, artísticos, por otra parte están los factores de vulnerabilidad que comprenden las características inherentes del sujeto relacionadas con su estado físico, biológico, genético, psicológico, afectivo que determinan las capacidades de ajustes, adaptación y afrontamiento ante los problemas de la vida. Como lo exprese en el programa están bien identificados y la realidad es que no hemos, como sociedad y menos los que ostentan el poder político y económico, desarrollar las acciones y estrategias dirigidas a la detección oportuna, la prevención y su fortalecimiento de estos factores inmersos en la calidad del desarrollo humano de las personas, mucho menos hemos logrado integrar los procesos de atención integral que logren eficazmente solucionar los problemas derivados, como este el de las adicciones. Quienes expresan su postura para legalizar no sólo el consumo, lamentablemente acuden a ejemplos de países como Canadá, Estados Unidos, Holanda o Dinamarca, países que paradójicamente tienen altos niveles de desarrollo humano y social, con historias de desarrollo cultural y político muy diferentes a países como el nuestro. Simplemente como lo señalé en el programa, al referir, uno de los participantes, el ejemplo de Canadá, ya quisiéramos tener el nivel de desarrollo económico, social educativo y sanitario de este país, que sin duda simplemente abonaría a la reducción no sólo de este problema sino de otros muchos. Son países donde sus gobiernos por décadas han invertido tan sólo en salud más del 10% de su producto interno bruto anual, en tanto nuestro país, los gobernantes nunca han querido rebasar el 6%. Sin duda me irritó el señalamiento, de uno de los participantes, de que con nuestras posturas lo que estábamos haciendo era apoyar a los grupos criminales que se dedican al trafico de estas drogas en nuestro país, perversamente desviaba el problema de fondo de que nuestra sociedad mexicana este inmersa en esa violencia e inseguridad generada por la delincuencia organizada, ese le decía, es un tema donde la responsabilidad ha sido y será de los gobiernos que no actúan con políticas de estado radicales para lograr imponer la legalidad y la seguridad en la sociedad. No existe ninguna historia de éxito de algún país que legalizando el consumo de la marihuana, su producción y comercialización haya reducido este problema de adicción ni mucho menos reducido la criminalidad. Desde luego que no se debe criminalizar a los consumidores ni a quien curse con una adicción, lo mínimo que podemos ofrecer es el apoyo para solucionar sus problemas, no sólo relacionados con el uso de la droga, sino los factores psicosociales ya señalados en los que esta inmerso. Como médico, en mis 35 años de ejercicio conozco muy bien los efectos perjudiciales sobre la salud física, mental y social en los consumidores, mas en los que por años han abusado, sin embargo no estoy de acuerdo en que se dramaticen esos efectos para estigmatizar a los consumidores, en este debate, como cualquier droga, indudablemente no es buena para la salud, creo que nadie la recomendaríamos para su consumo. Sus usos medicinales es otro tema, del que siguen emergiendo evidencias científicas como alternativa en algunas enfermedades, donde otros recursos terapéuticos muestran menos eficiencia. En fin, que bueno que se promueva y fomente el debate de estos temas en nuestra sociedad, ojala y se desarrollen en el seno de las instituciones sin perder el enfoque multidisciplinario científico, evitando reduccionismos conceptuales, dogmas y prejuicios, pero sobre todo sin caer en la manipulación de los oligarcas en desviar la atención de los problemas mas graves de nuestra patria, como la lacerante pobreza que nos agobia (mas del 80% de los mexicanos) derivada del modelo económico y político explotador y deshumanizante que insisten en imponernos con sus absurdas reformas como la de PEMEX.

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