viernes, 21 de febrero de 2014

MORENA, RUMBO A LAS ELECCIONES DEL 2015


En el contexto de gobiernos pripanistas que han estado ejerciendo el poder político en las últimas décadas, los diferentes niveles de gobierno, desde el federal, el estatal y el municipal, en Nuevo León, con modelos políticos integrados en sus ineficaces planes estatales de desarrollo, permeados por las pésimas administraciones, infestados por la mentira y la corrupción que ha generado poco crecimiento económico, desarrollo urbano y social limitado, injusticia y una sociedad inmersa en la violencia social con las lacras de la inseguridad y pobreza, hoy enfrentamos el reto de lograr competir con Morena, como partido político, por lograr alcanzar ese poder por la vía electoral, en las próximas elecciones del 2015.
Los grupos políticos y económicos, integrantes de los poderes facticos, acostumbrados a imponer sus intereses en la selección de los candidatos, ya están a todo lo que dan tratando de influir en sus principales partidos, PRI y PAN, para imponer sus intereses y principales candidatos, creando espejismos, democráticos, de alternancia y de cambios, ante la mayoría de los ciudadanos nuevoleoneses, víctimas de la mala educación, la desinformación, la manipulación mediática, la explotación y el abuso en las constantes transgresiones de sus derechos humanos y sociales. El fondo sigue siendo el mismo, no están dispuestos a que lleguen personajes, menos partidos políticos transformadores con proyectos alternativos de gobierno que amenace sus intereses económicos, menos que el poder político logre ser ejercido por la soberanía del pueblo, sí, eso que debería integrar plenamente la cultura de la democracia en el seno de nuestra sociedad, eliminando la obscuridad medieval del autoritarismo y la gran corrupción prevaleciente de los gobernantes, que por décadas ha sido uno de los graves obstáculos para lograr los máximos niveles de desarrollo humano y social de sus ciudadanos, en congruencia con la gran riqueza cultural y patrimonial, de los recursos naturales y humanos que nuestro estado tiene.
En tanto los partidos y organizaciones progresistas y de izquierda, siguen marginados y acotados, sin unidad en la organización ni en la acción, dispersos, satisfaciendo sus intereses inmediatos y la mayoría anclados a sus desviaciones pragmáticas, clientelares, dogmáticas y corporativistas, que les mantiene los satisfactores de las migajas del poder político en los territorios donde prevalecen, donde impunemente reproducen los vicios de la clase gobernante. Así sus decisiones electorales, estarán sujetas al acecho de los candidatos desechados por los pripanistas y con sus inmersiones en estrategia mediáticas, que incluyen el contratar artistas, deportistas, periodistas, intelectuales, profesionistas, activistas sociales o ilusos narcisistas, para ser utilizados en estos tiempos electorales, sus metas no irán más allá de mantener sus ínfimas prebendas del poder, sobre todo con las posiciones plurinominales, los presupuestos públicos que se les otorga como partidos y demás prebendas que les permite ser beneficiarias y vividores del régimen de oprobio que padecemos.
MORENA, como partido político tendrá que enfrentar el dilema trascendental entre mantener su integridad, fortaleciendo sus decisiones políticas en congruencia, con sus principios y su programa político, o transgredirlos en aras del pragmatismo para crecer electoralmente, olvidando que somos más un movimiento, iniciando así el inevitable camino de la degradación, sumándose así a todo tipo de desviaciones y perversiones que ha prevalecido en todos los partidos políticos, dañando gravemente la credibilidad ciudadana y convirtiéndose en comparsas de los oligarcas y gobernantes.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de nuestro Consejo Nacional, ya ha sido claro, tenemos que mantener nuestra congruencia e integridad, debemos de estar alejados de toda forma de corrupción, pragmatismo y clientelismo del quehacer político, la honestidad es el eje fundamental de nuestras acciones, quien quiera aliarse con nuestro movimiento tendrá que sujetarse a nuestros ideales, no por interés electorero, del cargo, sino por convicción, por integración consciente, de sumarse a nuestra lucha transformadora que pretende lograr eliminar los regímenes de gobierno pripanistas que han estado obstaculizando el desarrollo social, económico y política de nuestra patria.
Afortunadamente, en el marco de la legislación electoral vigente a nivel de las elecciones federales, en el 2015, no podemos tener alianzas con ningún partido político,  por estar condicionado en nuestro registro legal, a obtener mínimamente el 3% del porcentaje de votación en las próximas elecciones del 2015, desafortunadamente a nivel de las elecciones estatales la legislación si lo posibilita, por lo que estaremos al acecho de los políticos oportunistas, ambiciosos y sin escrúpulos dispuestos a infestarnos para aniquilar nuestro movimiento, algunos pretenderán que olvidemos su pasado reiterativo de comportamientos ignominiosos aliados a los personajes más corruptos de la política, justificándose en sus dogmas y fundamentalismos del quehacer político, otros nos querrán convencer de sus concepciones de la real política, como si nuestras concepciones del quehacer político fueran simples fantasías, ideales y principios alejados de la realidad.

Así los candidatos de Morena, que debiéramos ya de estar buscando, superando el abominable “tapadismo”, que ha prevalecido a satisfacción de los políticos del régimen corrupto, deben ser hombres y mujeres inmersos en la lucha por la libertad, la democracia y la justicia, políticos incorruptibles, sin ningún antecedente de tratos corruptos en las redes del poder, de complicidad con la injusticia, cumpliendo cabalmente con ser honestos; ser de probada lealtad, con fidelidad absoluta a los principios e ideales políticos en las luchas de izquierda y progresistas, a MORENA, en las luchas con AMLO y los dirigentes nacionales del movimiento, deben ser preparados,  con el conocimiento suficiente de las políticas públicas y de los problemas administrativos, políticos, económicos, sociales y culturales que le permita argumentar sus diagnósticos y fundamentar sus propuestas de conformidad con el nivel del encargo al que aspiran gobernador, diputado federal, local, o en el ayuntamiento.

viernes, 14 de febrero de 2014

EL ACOSO LABORAL


Para Myriam, víctima del mobbing.

El Acoso laboral es uno de los graves problemas de salud ocupacional que generalmente afecta el estado emocional de las victimas llegando a generar enfermedades que debieran ser consideradas como profesionales, por estar derivadas del ejercicio del trabajo, situación que si bien ha sido aceptada al menos por las legislaciones de algunos países europeos, como Suecia, Francia, Italia, España y Gran Bretaña, también ha sido persistente la resistencia de empresarios y empleadores a reconocerla como tal; en el caso de nuestro país han sido tímidos los avances legislativos para lograr erradicar este problema que se estima afecta del 10 al 15% de los trabajadores en los países desarrollados, y en sociedades como la nuestra, esta prevalencia puede llegar a duplicarse, por la persistente impunidad que existe en la impartición de la justicia y las condiciones de explotación que inmediatamente generan en la victimas el miedo a perder sus empleos o resultar con mayor daño patrimonial y en su salud, si se atreven a denunciar este problema exigiendo justicia.

El Acoso laboral prevalece más en el servicio público, o al menos es más conocido, que en las instituciones privadas, siendo las victimas preferidas los funcionarios, el personal contratado de las administraciones públicas, los profesores de las universidades públicas y privadas, los trabajadores de la enseñanza primaria, media o universitaria, informáticos, auditores, los trabajadores de la salud, cuidadores de guarderías y escuelas infantiles, es el sector de los servicios que resulta afectado en mayor proporción por esta tragedia.

Paradójicamente las victimas suelen ser personas con perfiles éticos, honradas, responsables, altamente capacitadas, empáticas, sensibles y sobre todo con un alto sentido de la justicia, es decir aquellas que integran rasgos de personalidad que deberían de ser generadores de mayor bienestar, crecimiento y desarrollo en su situación laboral, perfiles requeridos y referidos una y otra vez, desde décadas, como los más deseables en las filosofías de calidad para lograr desarrollos institucionales, recomendados una y otra hasta por los organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial y la Organización del Comercio Mundial (OMC).

Obviamente la situación depredadora de los derechos laborales, que tenemos en México impuesta por las oligarquías, siguen imponiendo sólo falsas esperanzas de abordar este problema, que hasta en las oligarquías partidistas se impone como acontece en las instituciones que en forma autónoma les ceden los gobernantes para mantenerlos acotados en el ejercicio del poder, como sucede en el Partido del Trabajo (PT), donde sus escuelas públicas, preparatoria, universidad y centros de desarrollo infantil, gozan de esa supuesta autonomía que les permite privilegios transgresores de las leyes laborales e institucionales.
 
En México, resulta que los oligarcas sólo aceptaron integrar en la impuesta reforma a la Ley Federal del Trabajo de 2012, la introducción de un artículo, 3 bis, en donde se definió al hostigamiento como “el ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en el ámbito laboral, que se expresa en conductas verbales, físicas o ambas”. Esta pésima conceptualización, lejos de facilitar una comprensión del fenómeno, dificulta el conocimiento del mismo en el medio laboral y su ulterior manejo en los tribunales, la subordinación tiene que ser real, existir y si no es evidenciada simplemente no existe el acoso, la impunidad se fortalece para los criminales.
 
Luego la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nuestro máximo tribunal emitió desde septiembre de 2012, un acuerdo general de administración mediante el cual se fijan “las bases para investigar y sancionar el acoso laboral y el acoso sexual en.” Ahí, los más altos juzgadores del país, definieron el acoso laboral como: Los actos o comportamientos, en un evento o en una serie de ellos, en el entorno del trabajo o con motivo de éste, con independencia de la relación jerárquica de las personas involucradas, que atenten contra la autoestima, salud, integridad, libertad o seguridad de las personas; entre otros: la provocación, presión, intimidación, exclusión, aislamiento, ridiculización, o ataques verbales o físicos, que pueden realizarse de forma evidente, sutil o discreta, y que ocasionan humillación, frustración, ofensa, miedo, incomodidad o estrés en la persona a la que se dirigen o en quienes lo presencian, con el resultado de que interfieren en el rendimiento laboral o generan un ambiente negativo en el trabajo”.

La aparente protección contra los acosadores, está ahí, aunque en realidad sigue siendo una ilusión, dispuesta a engañar y obstaculizar, por el prevaleciente criterio referido de la ley federal de trabajo, que sigue enmarcando las decisiones de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, donde los Tribunales burocráticos locales y federales siguen siendo instrumentos sujetos al capricho, olvido o injerencia de los diversos Ejecutivos en los estados, lo que ensombrece la esperanza; se suma además de que tanto la federación como las entidades federativas cuentan cada una con ordenamientos propios que regulan las relaciones de trabajo con sus servidores públicos.
 
Así, las autoridades seguirán despreocupadas por proteger unos derechos poco claros, supuestamente contenidos en normas incomprensibles que además no prevén sanciones específicas, dejan a todas las víctimas de mobbing en nuestro país sin la posibilidad de acceder efectivamente a la justicia, en tanto los acosadores que de conformidad con las ciencias de la conducta y criminología, padecen trastornos de personalidad donde sus dinamismos psicopatológicos giran sobre la necesidad insaciable de agredir, controlar, destruir, potencializados por el poder que les brindan los caciques o sus “esbirros”, en sus organizaciones desrreguladas fuera de la modernización, satisfaciendo sus frustraciones a través de la violencia psicológica sobre otros, compensando sus complejos y dando rienda suelta a sus tendencias más agresivas y antisociales. Recordemos que el fin último del acosador es el "asesinato psicológico" de la víctima, y el motivo principal encubrir la propia mediocridad, todo ello debido al miedo y la inseguridad que experimentan los acosadores hacia sus propias carreras profesionales.

Acabemos con estas lacras que atentan a los mejores trabajadores de las instituciones. 

 

sábado, 8 de febrero de 2014

LA ABOMINABLE PEDERASTIA CLERICAL


La corrupción de los valores en el mundo está en el máximo nivel de prevalencia, en los gobernantes, las oligarquías económicas y religiosas, en estas últimas la más abominable ha sido las degradadantes conductas de abuso sexual sobre sus feligreses, como se ha evidenciado, en los hechos investigados de las decenas de miles de niños que fueron brutalmente abusados por sacerdotes católicos que sistemáticamente han sido protegidos y encubiertos por las autoridades clericales, desde el vaticano hasta las arquidiócesis de los territorios donde se han desarrollado estos actos delictivos.
Si la pederastia resulta ser uno de los crímenes en las personas, que siendo simples civiles se desvían y pervierten en sus conductas sexuales abusando de los niños, se potencializa esa responsabilidad criminal de quienes empoderados en sus espíritus, manipulan creencias y dogmas de fe para satisfacer sus necesidades sexuales, de personajes como estos sacerdotes, cuyo ascetismo se debe distinguir por tener integradas las virtudes alejadas de los placeres mundanos sobre todo los relacionados al erotismo.

Lo más lamentable ha sido que los funcionarios eclesiales responsables de impartir la justicia clerical han reaccionado, como los políticos gobernantes mundanos de nuestras sociedades sumidas en la explotación y la injusticia, mintiendo, engañando, simulando y lo que es peor negando hasta sus propias bases ideológicas del ser en la religión cristiana, y cuando finalmente la evidencia los ha desbordado, se suman a los calificativos insultantes, de linchamiento, prejuiciados y tratando de lavarse las manos, como Judas el apóstol traidor de Cristo. El ejemplo más claro, lo represento el ex cardenal mexicano Juan Sandoval Iñiguez, que en estos días ha calificado de “Psicópata y Esquizofrénico” al máximo criminal de esta pederastia clerical, Marcial Maciel Degollado, sacerdote mexicano, ya fallecido,  fundador de los legionarios de cristo, en tanto, cuando hace tan sólo en la década de los noventas, cuando este personaje era acusado por sus víctimas, no sólo negaban, sino encubrían  los hechos criminales y hasta recurrían a la adulación de este personaje, que entonces en vida era acusado por sus víctimas españolas y de nuestra patria. Desde entonces han pasado tres papados, encabezados por Juan Pablo II, Joseph A. Ratzinger y el actual Jorge Mario Bergoglio sin que se hable claro de responsabilidades de los curas pederastas, mas han estado preocupados por la imagen de la iglesia católica que por hacer ejemplo de integridad y congruencia en el manejo de los valores cristianos, que si prevalecieran otra humanismo sería posible.
Esta semana la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de El Comité de los Derechos de los Niños dio a conocer su informe, luego de un largo proceso de investigación, que duro más de tres años, sobre la violación sistemática que la iglesia católica de los acuerdos establecidos en la Convención de los Derechos del Niño, donde “acusó  al Vaticano de mantener un “código de silencio” sobre décadas de sistemático abuso sexual de decenas de miles de niños y niñas por parte de sacerdotes católicos a los que ha protegido y encubierto pese a sus crímenes” yexige que la Iglesia católica “destituya inmediatamente” a todos los religiosos conocidos o acusados de haber cometido delitos sexuales contra menores para que enfrenten a la justicia civil; y donde denuncian “que están sumamente preocupados de que la Santa Sede no haya reconocido las dimensiones de los crímenes cometidos y no ha tomado las medidas necesarias ni para tratar el tema del abuso sexual de menores, ni para proteger a los niños de tales abusos; más bien ha adoptado políticas y prácticas que conllevan a la continuación del abuso y la impunidad de los perpetradores”.
Bien harían, dejar las mentiras atrás y reconocer que sin soluciones radicales ejemplares seguirán enfrentando la decadencia de sus instituciones y lo que es peor seguirán siendo cómplices de la corrupción imperante en las sociedades donde el cristianismo ha contribuido a la degradación de los valores humanos, sin no hacen caso ni a la ONU a quien le harán?