jueves, 15 de mayo de 2014

LAS TRAGEDIAS DEL ALCOHOLISMO


Conmocionados por la muerte de mi cuñado, Héctor Luis Hernández, de 56 años, hermano menor de mi esposa, una persona muy amado y apreciado por toda la familia, sus compañeros de trabajo y sus amigos, trabajador jubilado del Instituto Mexicano del Seguro social, que lamentablemente fue llevado a los servicios médicos de urgencia, por primera vez, a atenderse de uno de los efectos mortales que el abuso crónico en el consumo de alcohol provoca: sangrado gastroesofágico. Ingresó al  Hospital General del IMSS en su ciudad de Monclova, el pasado 10 de mayo, donde le diagnostican, además la temible cirrosis hepática, origen de la patología que lo hace perder grandes volúmenes de sangre con su muerte inmediata a las pocas horas de ingresar.
La Historia de “PITO”, como cariñosamente le decíamos, es paradigmática de la deficiente atención preventiva y curativa de esa enfermedad llamada alcoholismo que tenemos en México, en todos los ámbitos, desde el médico hasta el psicosocial, a pesar de estar inmerso la mayor parte de su vida, paradójicamente como un trabajador por la salud en la seguridad social. Su tragedia del alcoholismo la llevo en silencio, ocultando su enfermedad y los primeros síntomas, que hacía muchos años, se habían venido presentando después de los abusos reiterados en el  consumo   de alcohol. Su alegría y su generosidad, presente en sus convivencias donde se manifestaban sus habilidades en la música, con su voz y la guitarra, irradiaba esa felicidad, que obnubiló  el interés fraternal de familiares y amigos, dirigidos a la atención solidaria de los abusos en el consumo de alcohol, así la enfermedad lograba avanzar, camuflada, no conocían el deseo o la necesidad compulsiva de beber alcohol o la dependencia física hacía el alcohol, quedando percibido, sólo como un alcoholismo social; ese de convivencia, que una y otra vez nos bombardean los publicistas de las empresas dedicadas a la elaboración, producción y distribución de las bebidas alcohólicas, principalmente de la cerveza, a quienes les importa un bledo la salud de nuestra población.
Nunca fue objeto de intervenciones por los diferentes programas de prevención y fomento de la salud, pregonados por el sistema de salud pública con el objetivo de lograr una vida saludable, lo más lamentable, fue que ni siquiera de los programas dirigidos en este ámbito por la institución en que era trabajador, el IMSS, pionera y vanguardia en nuestro país de la salud y seguridad social de los trabajadores. Una simple revisión médica preventiva hubiera detectado precozmente el daño hepático y evitar sus consecuencias fatales que terminaron con su vida. Los factores de riesgo genético, familiar, psicológico, laboral, socioeconómico, existenciales y biológicos ahí estuvieron por muchos años, sin ninguna intervención médica o psicosocial.  
Más lamentable, es que las capacidades profesionales en la atención médica de urgencias en ese hospital general del IMSS, esten limitadas por las carencias crónicas presupuestales y de recursos para la salud, que siguen obstaculizando que los mexicanos recibamos la anhelada atención médica de calidad, como un derecho fundamental, lejos de las visiones asistencialistas y caritativas que persisten en los gobernantes de nuestro país, mas vergonzosas hacía los derechohabientes de las instituciones de seguridad social, abominables cuando se trata de personas que como “PITO”, no sólo cotizaron, pagando sus cuotas, para lograr la atención a su salud, sino entregó su vida laboral a esa institución de seguridad social.
Héctor murió porque los médicos, no lograron detener la hemorragia, el hospital no contaba con los especialistas cirujanos gastroesofágicos,  ni con médicos que con destreza pueden lograr la contención de las hemorragia, mediante el manejo de drogas, taponamientos, ligaduras, o cirugía de emergencia, ni siquiera estaba disponible el balón taponante de las várices esofágicas que ha sido ampliamente usado desde los sesentas, del siglo pasado; sumándose las limitaciones para mantener los niveles de volumen sanguíneo, con las soluciones coloides más cristaloides que se requieren en estos casos, y los paquetes de transfusión sanguínea necesarios que lograran la estabilización hemodinámica, que es la meta inicial y principal de cualquier paciente que se presente con estas hemorragias. 
Consumir alcohol es tan grave como el consumir drogas ilegales,  su consumo se encuentra directamente relacionado con accidentes de tráfico, peleas, suicidios con cuyas muertes sumadas a las derivadas de las enfermedades hepáticas, como la cirrosis, representan la principal causa de mortalidad en las edades más productivas del ser humano, de los veinte a los cincuenta años.
Los hospitales del sector salud desde la SSA hasta los del IMSS y el ISSSTE siguen siendo el paradigma de las pésimas administraciones de sus funcionarios inmersos en la corrupción y  las carencias crónicas de los recursos humanos y materiales necesarios para lograr solucionar los graves problemas de salud de los mexicanos con calidad y calidez.
Los logros en mejorar el sistema de salud, que los gobernantes una y otra vez han estado ufanándose, desde hace décadas en sus informes y sus peroratas discursivas sexenio, tras sexenio han servido sólo para seguir reproduciendo sus mentiras, las realidades que proyectan la verdad ya no pueden ser contenidas ni manipuladas por la desinformación de sus estrategias de comunicación.
El alcoholismo, como grave problema de salud pública en México, sigue siendo evadido por las autoridades, su origen si bien es multifactorial, requiere  la urgente disposición de todos logrando armonizar los intereses económicos con la salud y el desarrollo social, si realmente queremos ser una sociedad integrada a la modernidad o seguir sólo satisfaciendo más los intereses económicos incrementando las ganancias de los empresarios del alcoholismo, que es los más nefasto  que nos ha sucedido.
Que en paz descanse nuestro hermano Hector Luis Hernández, su trágica muerte es una de las miles de los mexicanos que cursan con esta grave enfermedad sin la atención adecuada.

2 comentarios:

  1. en paz descanse amado tio.

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  2. Muchos conocidos, y mis propios hermanos tienen ese vicio, Dios los cuide y les haga ver el epligro para que dejen el alcoholismo... buena reflexion, saludos Doctor...

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