miércoles, 7 de mayo de 2014

LOS TRABAJADORES DE LA SALUD


A propósito del día del trabajo, celebrado el pasado primero de mayo, en nuestro país, los trabajadores de la salud de las instituciones públicas que estamos inmersos en el sector salud de nuestro país, ya sea trabajando en la seguridad social (IMSS, ISSSTE, ISSSTELEON) o en las dependencias de la Secretaría de Salud, somos un de los grupos laborales que además que enfrentamos los mayores riesgos sobre la salud, en nuestro desempeño laboral, estamos inmersos en las carencias crónicas de los recursos materiales y humanos por el escaso financiamiento y la ineficiencia de las administraciones públicas, que sexenio, tras sexenio son cambiadas, generando inestabilidades en el desempeño de las funciones, perdiendo tiempos valiosos para avanzar en nuestras metas, por el necesario proceso de adaptación institucional organizacional de los nuevos directivos.

Son los trabajadores de la salud, los que han sido ubicados, según investigaciones de la OMS y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como uno de los mayores grupos en los que prevalece el riesgo suicida, son los que más logran el suicidio, conjuntamente con los militares y el personal dedicado a la seguridad pública, además de estar expuestos a otros factores de riesgos físicos, químicos, biológicos, ergonómicos y psicosociales que de modo abierto o encubierto afectan a los profesionales que prestan servicios de salud, sobre todo en los médicos y enfermeras. El 87 por ciento de las enfermedades de los médicos son relacionadas con el trabajo, destacando el estrés y las enfermedades que de él se derivan (hipertensión, complicaciones coronarias, alteraciones emocionales, gastritis, colitis), abuso en el consumo de alcohol, tabaquismo y adicción a algunas drogas y las enfermedades mentales como ansiedad y depresión. Estos problemas de salud reducen su expectativa del promedio de vida, afectando además su curso de vida con calidad se ve agobiada por el estrés laboral y los escasos tiempos que dedica al esparcimiento, la recreación y la convivencia familiar, algunos por las dobles o triples jornadas laborales, que le permiten integrar ingresos económicos para mantener el estatus económico y los satisfactores del bienestar, sobre todo las inversiones en educación, salud, alimentación, vivienda, el gasto en servicios públicos para el y sus familias la mayoría integrado en las clases medias. Las principales causas de esos problemas de salud son el exceso de trabajo, su precarización económica, la inestabilidad laboral, muy incrementada por las carencias de bases y el incremento de los contratos por honorarios, el deterioro salarial de los médicos, que frecuentemente deben cumplir hasta tres jornadas laborales para completar su ingreso; y por último esta la inseguridad que prevalece en nuestro país.

En México los trabajadores de la salud tenemos grandes diferencias salariales y de prestaciones, que llegan a ser de más del 50% en relación al personal médico y paramédico, que sirve en la SSA y en el ISSSTE en comparación a los mismos trabajadores del IMSS y no se diga en relación a las prestaciones en el régimen de jubilación o por pensiones, cuyas diferencias económicas llegan a oscilar hasta mas del 70%. Esto es sólo uno de los ejemplos del paradigma persistente en la percepción de las políticas públicas que sobre salud tienen los gobernantes mexicanos que por décadas han persistido en desdeñar la inversión en las sustanciales acciones de la medicina preventiva, fundamental para mejorar los mas altos niveles de salud pública, con sus resultados desastrosos del gran gasto que representan hoy las enfermedades crónico degenerativas y tumorales, para su atención, que hoy prevalecen en México. Hoy los sistemas de salud pública, como el de Inglaterra, están dirigiendo los estímulos económicos, hacia el personal medico que se distinga por ejercer la prevención, más por sus acciones en los actos curativos, sobre todo los quirúrgicos, el ahorro de los costos en esas atenciones a permitido fortalecer su sistema de salud pública.

 Los factores propios de la organización del trabajo en el sector salud, con los aspectos que generan la satisfacción del trabajador, así como en su identificación como ser social, se han ido deteriorando, generando conflictos relacionales y en el desempeño, menoscabando místicas de servicio. Algunos de estos factores que son del área psico-social organizacional y en gran medida condicionante de estrés dentro del personal sanitario se suman a los tiempos de trabajo, el trabajo por turnos, el poco tiempo de descanso, el contenido incrementado del trabajo y la remuneración entre otros componentes. El trabajo a turno así como el trabajo nocturno son frecuentes e importante factor de riesgo psico-somático al romper, este modelo de organización, con los ciclos biológicos y sociales del trabajador. Siendo una importante causa de fatiga y desgaste psíquico. El contenido propio del trabajo (vida-muerte) así como el multiempleo son importantes estresantes para el trabajador de la salud. Últimamente se ha destacado la presencia del llamado Síndrome de Burnout definido como un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y bajos sentimientos de realización personal, que se observa básicamente entre trabajadores cuyo objetivo de trabajo son las personas entre el personal sanitario.

En suma los trabajadores de la salud no estamos exentos de las crisis, que las reformas laborales de los gobiernos neoliberales han impuesto, precarizando nuestra existencia.

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