martes, 26 de agosto de 2014

TECNOLOGIA Y GENERACIÓN DE IDIOTAS


Circula en las redes sociales  la frase de  Albert Einstein: “TEMO EL DIA QUE LA TECNOLOGIA SUPERE  NUESTRA INTERACCION HUMANA  EL MUNDO TENDRA UNA GENERACION DE IDIOTAS”, que a principios del siglo pasado expresó, a propósito de los avances científicos y tecnológicos visionarios,  que el conceptualizaba  sobre nuestro mundo, en el marco de  sus descubrimientos que sentarían las bases de la física estadística y la mecánica cuántica  en las ciencias.
Pues bien,  estas redes sociales de internet han generado el mundo virtual feliz, donde prevalece ya  la superación de la interacción humana por la tecnología inmersa en los Facebook, MySpace, Twitter y los mensajes de texto, por referir los más usados en nuestras sociedades, que han logrado que las relaciones humanas estén inmersas en graves deficiencias afectivas, existenciales y racionales en sus comunicaciones generando un mundo más violento, con más trastornos en las salud mental y sociales, mayor deshumanización con sus lacras del hipercosumismo del mercantilismo atroz, pero sobre todo la proclividad exitosa de lograr ser objeto de manipulación de los virtuosos oligarcas que con sus poderes mediáticos nos gobiernan en nuestras naciones.

Si en el siglo pasado la estrategia ideal, para lograr esa virtuosa manipulación, fue integrada en sus sistemas educativos públicos dirigidos a mantener el  analfabetismo, con los bajos niveles de escolaridad de la población, que luego han extendido a la estrategia actual de sumar el analfabetismo funcional de los educandos, aun la de los miles de profesionistas con sus licenciaturas, maestrías y doctorados; hoy se han fortalecido con este uso de las redes generadoras de interacciones sustentadas en el desconocimiento de los más elementales conceptos de las ciencias básicas, asumiendo creencias y en algunos casos fanatismos que liberan emociones inhibiendo el pensamiento racional que ha sido la base del desarrollo evolutivo de la especie humana y de nuestro planeta.
Observe, como en esas redes, se da la pobreza en los contenidos del saber y del pensar, que aniquilan el amor fraternal y solidario entre los humanos,  por ejemplo, en sus comunicaciones que expresan sus posturas sobre los problemas sociales más trascendentes que en nuestro mundo se están presentando y que en las últimas semanas amenazan la paz, la seguridad y la salud de nuestro planeta, como son los hechos de la ignominiosa guerra que el ejército israelí desarrolla contra el pueblo palestino, reproduciendo el holocausto del que fue víctima por los nazistas alemanes, hoy  están transgrediendo los más elementales  derechos humanos y sociales de este pueblo,  y generando comunicados y mensajes idiotas, que evidencian desconocer  la historia y el origen de los conflictos de estos pueblos, alimentando posturas de etnocidio y de exterminio, sustentándose en fanatismos religiosos  y proponiendo el uso infame de las bombas nucleares.

Otro ejemplo, han sido las comunicaciones que en las redes ha generado la epidemia provocada por la Enfermedad del  Ébola, sobre todo en el contexto de las necesidades de atención solidaria a los habitantes de los países africanos con mayor prevalencia, como Liberia, Sierra Leona,  el Congo, Zaire  y de los tratamientos al personal sanitario que ha resultado infectado, algunos, regresando a sus países de origen, para recibir atención médica adecuada, que ha generado también mensajes  de exterminio, marginación, etnocidio y genocidio contra los habitantes expuestos a esa enfermedad, lo más patético fueron los mensajes de ciudadanos americanos que exigían rechazar el ingreso a su país a un médico y dos misioneros repatriados para su atención en los Estados Unidos.

Observemos como la interacción humana, en el seno de la familia, los grupos sociales diversos en la escuela, el trabajo y hasta en las reuniones recreativas y/o de entretenimiento se reducido en la comunicación del lenguaje, de los sentimientos, de nuestros pensamientos, cara  a cara, las personas se integran más a sus mensajes de texto, el Facebook, bloqueando su participación activa en las secuencias necesarias que les permita vivenciar su existencia humana, con sus valores y sus sentimientos  como persona.   No sólo las redes sociales en internet han impactado en la calidad de la interacción humana, sino también siguen contribuyendo al  hedonismo virtual, ramplón,  el que hace el elogio de la propiedad, de la riqueza, del tener, del hiperconsumo global, llegando a sustituir el máximo goce del placer existente en las relaciones humanas que se integra en el arte de amar. No por algo, la depresión es una de las enfermedades con mayor prevalencia en el mundo y se estima que en los próximos años constituya la primera causa de enfermedad y pérdida de años de vida saludable de nuestra humanidad.
No nos integremos a la generación de idiotas a las que Einsten  temía, el mejor antídoto es cultivar las relaciones interpersonales, ejerciendo el arte de amar en todas nuestras actividades, pero sobre todo cultivando el saber del conocimiento que día a día evoluciona con el desarrollo de las ciencias, manteniendo un escepticismo saludable, que nos permita ser críticos, propositivos y activos en la transformación de las realidades de nuestra vida y de nuestras sociedades.  

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