Gobernar
basado en mentiras, manipulaciones, corrompiendo y ejerciendo represión policiaca
y hasta militarizada, hacia los adversarios políticos, ha sido el estilo de
Enrique Peña Nieto, como presidente de México, quien no sólo le ha dado
continuidad a los regímenes panistas, que durante doce años, padecimos con
Vicente Fox y Felipe Calderón, sino se ha recargado para darle continuidad al
nefasto régimen del príismo, que padecimos los mexicanos desde mediados del
siglo pasado, con sus políticas autoritarias y reformistas a modo de servir a
los intereses del capitalismo financiero internacional, integrados en el
neoliberalismo más depredador que la humanidad ha conocido en la historia
contemporánea.
Inicio
corrompiendo a los líderes opositores, no sólo de los principales partidos
políticos opositores, del PAN y del PRD, sino de las organizaciones y
movimientos sociales, para consolidar su estrategia manipuladora mediática y
modeladora del reformismo en sus políticas, sumándolos al Pacto por México,
como corifeos de sus canticos esperanzadores, de ahora sí lograr
transformaciones de fondo que lograran la modernidad de México y así mejorar
las condiciones económicas, sociales, culturales y políticas, para eliminar la
desigualdad, la injusticia, la inseguridad y la lacerante pobreza de la mayoría
de los mexicanos.
Para
los que hemos persistido en la izquierda y los movimientos progresistas, luchando
contra la corrupción, bregando por la ética en la política, nos resultó
ignominioso y abominable que políticos de la izquierda, otrora radicales,
combatientes insobornables de estos regímenes nefastos, victimizados por la
guerra sucia, hoy estén actuando como colaboradores de este gobierno
peñanietista, traicionado los más elementales valores de la ética en la
política, sus transgresiones se sumaran al muro de la infamia que
históricamente ha contribuido los procesos revolucionarios de nuestra patria.
No
les ha bastado, para corregir sus desviaciones y perversiones políticas, la
exhibición que el régimen peñanietista les ha hecho como sobornables, corruptos
e incapaces de reasumir autonomía política, por su dependencia actual con el
gobierno, más en su ciclo de evolución de sus vida, al que pertenecen la
mayoría de estos líderes, donde paradójicamente se está en posición de ser más
autónomo, más libre, más independiente, más cultivador de las virtudes del ser
humano, sobre todo de mantener lo que Emiliano Zapata nos legó: Ser hombre de
principios.
Los
peñanietistas y sus aliados, seguirán y inmersos en la complicidad de las
políticas reformistas estructurales a modo del neoliberalismo depredador, que
suman 11 hasta el momento, donde destacan la laboral, educativa, fiscal,
seguridad, telecomunicaciones, política y la última del sector energético
nacional, la más ignominiosa que modifico de manera radical el régimen
petrolero y de electricidad, vendiendo nuestros recursos naturales y las
industrias nacionales al mejor postor de los capitalistas neoliberales del
mundo.
Sus
mentiras seguirán colapsando nuestro desarrollo económico, con crecimientos que
no pasan del 3% anual, por el prevaleciente desempleo, Además, 6 de cada 10
trabajadores laboran en la economía informal, finanzas públicas con déficit
fiscal, que tan sólo de enero a julio de
este año de 339 mil 923 millones de pesos, mientras en el mismo periodo del año
pasado fue de 123 mil 746 millones; ni que decir de la deuda externa incrementada a 76 mil 154 millones
de dólares, al mismo tiempo, la deuda
interna sumaba a julio de este año, 4 billones 134 mil 361 millones de pesos y
a diciembre del año pasado se situaba en 3 billones 893 mil 929 millones.
Sus efectos sobre el poder
adquisitivo de los trabajadores sigue registrando una pérdida de 7.24% anual,
contribuyendo a incrementar el precio de la canasta básica alimenticia que
desde 1987 a la ha subido al 4 mil 773
por ciento, con sus lacerantes consecuencias en la prevalencia del hambre, la
malnutrición y desnutrición de millones de ciudadanos, principalmente en niños,
mujeres y ancianos; sin contar que los efectos en la economía familiar siguen
afectando la precarización del consumo de servicios de salud, educación, vestido,
entretenimiento y el gasto sobre los servicios públicos de telefonía,
electricidad, gas, agua y drenaje e internet.
Sus
mentiras seguirán con la depredación de nuestra ecología, dañando gravemente el
ecosistema no sólo los causados por los desastres naturales, derivado del
embate cíclico de huracanes, sismos y sequias, sino de las desastres producidos
por la explotación rapaz de nuestros, bosques, mares, ríos, lagos y terrestres,
como las minas donde han generado tragedias impunes como sucedió con el derrame
de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado a los ríos Sonora y
Bacanuchi, procedente de la mina Buenavista del Cobre en Cananea, perteneciente
al Grupo México, cuyos dueños han gozado de una increíble impunidad en los
regímenes pripanistas, el ejemplo mas ignominioso fue la tragedia de los
mineros en Pasta de Conchos. Greenpeace, destaca que el 70 por ciento de los
ríos presentan algún grado de contaminación en México.
En
materia de seguridad y de combate a la delincuencia, el gobierno
peñanitistas sigue vanagloriándose de la
disminución de los actos criminales, sobre todo de los homicidios violentos, no
informa de su estrategia mediática de ocultamiento informativo de estos actos
criminales de la delincuencia organizada, sus deformaciones estadísticas
persisten en mostrar avances, en tanto es público y notorio que se mantiene el
lastre de los miles de ciudadanos mexicanos desaparecidos, un elevado número de
secuestros y el incesante registro de muertos en circunstancias violentas, con la
cínica impunidad de personajes del narcotráfico integrados como poderes
facticos en el ejercicio del poder político de los gobernantes en estados como
Michoacán, Tamaulipas, Sinaloa, Guerrero y Nuevo León
Por
otro lado la corrupción de los poderes públicos ha llegado a extremos de
cinismo, como lo evidencian las denuncias de cooptación de los integrantes de
la cámara de diputados y senadores con los denominados bonos y apoyos a sus
funciones, por sus prestaciones en apoyo a la aprobación de las reformas del
peñanietismo, no se avisora la existiendo a fondo de una política
anticorrupción, seguirá la simulación y la impunidad de este lastre que daña no
sólo gravemente la administración pública y los fondos financieros disponibles
que pueden solucionar los problemas estructurales de las políticas sociales,
educativas, de salud, de combate a la pobreza, los de seguridad pública y la infraestructura
de obra pública necesaria que permita solucionar los problemas de comunicación
terrestre y aeroportuaria de nuestra patria. México sigue ubicado entre los países con altos índices de
corrupción, de acuerdo con los indicadores de gobernabilidad del Banco Mundial,
nuestra nación cayó cinco puntos en el control de ese flagelo según un análisis
en 212 países, las instituciones públicas mexicanas encargadas de su
erradicación se encuentran “debilitadas, sin dientes para atacar los sectores
más opacos, como las licitaciones de obras públicas y la adquisición de
insumos”.
El
peñanietismo, ante sus evidentes mentiras, seguirá apostando a sus estrategias
mediáticas de manipulación de la mayoría de los ciudadanos, con un exorbitante
gasto en publicidad en la radio, la televisión, los periódicos y las redes
sociales de internet, sus estrategias goobelianas, de mentir una y otra vez,
hasta que se integren como verdad en las masas, prevaleciente en el fascismo
alemán, seguirán siendo privilegiadas en el ejercicio y el mantenimiento de su
poder político.
En
MORENA combatimos frontalmente las mentiras y la deshonestidad de los
gobernantes y funcionarios, más las estupideces del quehacer político que
personajes como Enrique Peña Nieto persisten en reproducir, a dos años de
asumir su función como presidente, ya vemos cuánta razón tenía Carlos Fuentes
al expresar que si esta persona llegaba a ser presidente, era lo peor que nos
podía suceder a los mexicanas.
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