sábado, 29 de noviembre de 2014

MORENA Y SUS CANDIDATOS PARA LAS ELECCIONES DEL 2015.


El fin de la semana pasada, el 22 de noviembre, en el municipio de Cárdenas, Tabasco, Andrés Manuel López Obrador, reiteró que en MORENA, como partido, no se lucha por cargos, ni se trata de sacar provecho en lo personal. “No es el quítate tú porque quiero yo”, es la lucha por transformar a México. En este sentido, sostuvo que el poder atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos. “Hay quienes nomás se suben a un ladrillo y se marean el poder atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos. “Hay quienes nomás se suben a un ladrillo y se marean”, parafraseo.
Pues bien, resulta que en el proceso de búsqueda de los mejores perfiles para asumir estas tareas político electorales en nuestro estado de Nuevo León, desde quien asumirá nuestra lucha por la gubernatura, las diputaciones locales, los ayuntamientos, con sus respectivas alcaldías y las diputaciones federales, ha sido visible la emergencia de quienes insisten en sacar provecho en lo personal, algunos atontados, otros enloquecidos, evidentemente mareados por el empoderamiento político, natural del que se han posesionado una vez que ya logramos el registro como partido político nacional.
Así se dio en uno de los primeros ejercicios democráticos, que tuvimos en MORENA, en  esta búsqueda de consensos sobre perfiles, en el marco de posesionar a quien podría desempeñar mejor la tarea hacia la búsqueda de la gubernatura para nuestro movimiento en el estado, que desarrollamos en una interminable y agotadora sesión pública, donde asistieron los principales consejeros y activistas, fue reproductora de los antivalores y de estas posturas, que lamentablemente me ha tocado vivenciar en los dos principales partidos de izquierda, en nuestro estado, PT y PRD, en los últimos 4 sexenios, donde he participado con sus cúpulas dirigentes en Nuevo León y en el seno de sus órganos encargados de procesar democráticamente estas tareas partidistas.
Obnubilados en su razón, por las evidentes alteraciones emocionales enmarcadas en sus conflictos de personalidad oposicionistas y desafiantes, cabalgando en el sectarismo y con un tufo faccioso, algunos de los compañeros protagonistas no quisieron aceptar la solicitud reiterada a privilegiar la construcción de consensos basados en el análisis de perfiles y capacidades para afrontar con el mayor éxito posibles las próximas tareas político electorales, algunos hasta frívolamente, otros incongruentemente se auto proponían, enalteciendo sus virtudes, fantaseando, impregandos de soberbia persistieron en imponer sus posturas, llegando al extremo de faltar al respeto y la consideración debida no sólo a sus adversarios, sino hasta las figuras del maestro Bernardo Batiz y Bertha Lujan, integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, que gentilmente acudieron comisionados para desarrollar este  ejercicio democrático, tratando de construir el consenso para definir quien deberá ser el promotor de la soberanía nacional en el estado, que luego pudiera ser nuestro candidato a la gubernatura.     

Finalmente, luego de mas de siete horas de tolerar este ambiente, quedaron sólo dos propuestas serias, una la del compañero presidente en funciones del Comité Ejecutivo Estatal, Rogelio González Ramírez y otra la de la compañera Irgla Guzmán, encargada de la secretaría de la mujer del mismo órgano de dirección, con un pasado muy cuestionable en su desempeño y con deficientes capacidades y recursos para asumir esta principal tarea.
Luego, al no haber consenso, se acordó que la mesa directiva del Consejo Estatal de nuestro estado, procediera a entrevistar a cada consejero, para que eligiera entre estos dos compañeros, logrando una mayoría relativa, más del 54% de los votos, el compañero Rogelio Gonzalez, de inmediato actuando como grupo faccioso, el grupo de compañeras y compañeros persistieron en sus posturas oposicionistas, con el alegato de que no se había logrado el consenso de mas del 70% del apoyo de los consejeros y lograron influir al Comité Ejecutivo Nacional para que este decidiera el desarrollo de una encuesta en el estado que definiría finalmente quien sería el PSN en el estado; una lamentable decisión que no sólo afectara las finanzas del partido sino además abonara a la crisis de unidad, que los grupos sectarios persisten en mantener con sus posturas irreductibles, a satisfacción del perjudicial faccionismo que es repudiado en nuestros documentos básicos. Así lo hice saber al CEN, insistiendo en el daño que este tipo de decisiones hace en nuestro estado, abonando a que persistan estas posturas de un grupo facccioso, que en el seno del PRD, donde antes militaban en alguna de las tribus, este mismo tipo de estrategias los llevaron fracasar reiteradmente en las tareas politico electorales, llegando al extremo de lograr el .56% del total de la votacion, cuando uno de ellos fue candidato a la gubernatura en el 2003, en nuestro estado.
En fin, lo que debería haber iniciado como un ejercicio pleno democrático, racional, sin exclusiones, marginaciones ni descalificaciones, para lograr elegir los mejores prospectos de candidatos, para cada uno de los niveles de elección el próximo año 2105, resulta que ha iniciado  congestionado de estos elementos infames de la cultura política prevaleciente en todos los partidos políticos mexicanos, que paradójicamente son el eje fundamental que buscamos transformar en nuestro movimiento partido: MORENA.
Necesitamos seleccionar a todos nuestros candidatos y candidatas buscando los mejores perfiles, invulnerables no sólo a la corrupción, sino a que el poder los atonte, los enloquezca, que no los mueva la ambición del poder por el poder, sino para servir al pueblo. En MORENA necesitamos ciudadanos, hombres y mujeres libres, honestas, con capacidad, responsabilidad y con una clara identidad con nuestra lucha para asumir nuestro programa político en sus encargos.
Todos los que militamos en MORENA, tenemos el deber  de sujetarnos escrupulosamente al respeto de las normas y principios establecidos en el estatuto, las leyes y reglamentos que rigen estos procesos electorales y donde debe imperar la racionalidad, la ética política, sin las lacras del pragmatismo, el centralismo autoritario y del faccionismo ignominioso generador de las perversiones y desviaciones en las organizaciones y los partidos políticos.

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