miércoles, 13 de mayo de 2015

LOS BANQUEROS Y EL DESARROLLO HUMANO


Por siglos, los banqueros se han enriquecido sin límites, apoyados por políticas de Estado inmersas en modelos económicos que privilegian sus ganancias, multiplicando el dinero, esquilmando sin escrúpulos a los gobernantes y en gran medida a la gran mayoría de los ciudadanos y ciudadanas, aun en las crisis financieras que ellos han provocado en su dominante sistema capitalista, hoy cabalgando en el neoliberalismo, con sus economistas que, como alguna vez referí, saben multiplicar y restar muy bien, pero siguen sin dominar ejemplarmente la suma y la división de las ganancias económicas para acabar con las graves desigualdades de nuestras poblaciones.
Su objetivo principal de sólo multiplicar sus ganancias, lleva integrado el germen fatal anti solidario, para el desarrollo humano y social, que aniquila los principios y valores trascendentales del humanismo, necesarios en nuestras interacciones, sus peroratas de productividad y competitividad, en todos los ámbitos de sus negocios se ciñen al beneficio económico que se obtendrá, nada les importan las condiciones de explotación y los abusos sobre los derechos laborales, sociales y humanos, pero sobre todo la salud de las y los ciudadanos, inmersos en sus procesos mercantilistas.

Las ganancias económicas se multiplican fomentando el hiperconsumismo en nuestras sociedades, en su endiosado mercado libre, sometiendo a los seres humanos al salvajismo del tener y no del ser, desvirtuando los principios y valores más elementales de la convivencia humana, como la honestidad y el amor fraternal y solidario. Su histórica voracidad por multiplicar sus fortunas, siglo tras siglo se fortalece, importándoles un bledo las lacras de la pobreza, con sus hambrunas y cíclicas epidemias de enfermedades que han llegado a diezmar a nuestras sociedades en vías de desarrollo, en nuestro continente americano, ni que decir de las sociedades africanas y asiáticas.

Por décadas los banqueros del capitalismo neoliberal, nos han impuesto su visión del desarrollo humano, subordinado a lograr la prosperidad económica, con sus modelos de políticas inmersas en el mercantilismo depredador de los factores del bienestar de nuestras poblaciones, generando desde los daños graves a nuestra ecología, hasta las elementales funciones de los Estados, para generar los óptimos niveles de salud, seguridad social, educación, empleo, alimentación, vivienda y el goce pleno de los más elementales derechos sociales y humanos. Sin escrúpulos han llegado al extremo de utilizar nuestros recursos financieros y patrimoniales, que administran los gobernantes, para ser rescatados de sus burdos comportamientos delincuenciales, inmersos en los fraudes y el tráfico de influencias de los denominados delitos de “cuello blanco”, ahí están los denominados rescates financieros presentes y del pasado, que nos suman para seguir endeudados los ciudadanos y ciudadanas ahora y en nuestro futuro. Tan sólo en este siglo, esos mecanismos han sido brutalmente reforzado con las “inyecciones” billonarias o trillonarias de dinero efectuadas por los bancos centrales, especialmente de EU, UE, y Japón, que en esta forma someten nuestras políticas económicas a sus salvajes intereses conformando ese capitalismo salvaje, que hasta el conservadurismo de los cardenales y papas del vaticano han  reconocido como uno de los grandes obstáculos para el desarrollo civilizado de nuestra humanidad.
Lo peor de todo es que el mundo del dinero de los banqueros, es un engaño, no hay tal dinero en efectivo, su gran capital es dinero fiduciario, es decir, dinero basado en una confianza que conlleva un atroz engaño. La confianza referida la otorga el Estado, que mantendrá la validez inscrita en un papel sin valor intrínseco. Nadie se negará a recibir los billetes del país con los que paga cualquier cosa un connacional, o los billetes reconocidos como divisas internacionales. La globalización neoliberal abrió las compuertas a la creación de dinero, como nunca en el pasado, con otra práctica común y cotidiana de los bancos: no requieren los depósitos de nadie, para otorgar créditos a diestra y siniestra, creando así dinero en montos inimaginables a partir de nada, de absolutamente de nada, y con eso ganan cifras indescriptibles.

Este mecanismo genera las conductas corruptas del mundo financiero, donde logran desde la  manipulación del crédito hasta la venta interbancaria de paquetes de créditos llamados incobrables, generando las graves burbujas financieras que cíclicamente nos dañan en todo el mundo, son sus crisis financieras, que luego los Estados intervienen con sus apoyos a través de los denominados rescates de sus rapiñas inescrupulosas.
Hasta que los Estados procedan a desmantelar estos procesos y quitar a los bancos, el poder de crear este tipo de dinero y retome su función de crear y garantizar el dinero necesario para la intermediación comercial y la inversión necesaria, logrando cumplir su objetivo la banca central pública, se lograra mejorar las economías, haciendo a un lado todas las “chapuzas” que cotidianamente cometen los banqueros, y quedándonos exclusivamente con las funciones de intermediación que requieren los mercados, debe ser creado un servicio público que cubra esa necesidad en todo el mundo.

La multiplicación del dinero es una práctica común y corriente de los banqueros privados, su mayor parte es dinero bancario que engaña, en los hechos sus billetes, son papeles de valor intrínseco insignificante, con valores fundamentados en otros papeles (acciones, bonos, hipotecas, créditos, etc.), donde sus ganancias llegan a alcanzar cifras indescriptibles, mas  con la globalización neoliberal que abrió las compuertas a la creación de dinero, como nunca en el pasado, con otra práctica común y cotidiana de los bancos, donde no requieren los depósitos de nadie, para otorgar créditos a diestra y siniestra, creando espejismos de riquezas patrimoniales y capacidades de hiperconsumo a los ciudadanos hasta en sus necesidades más fundamentales para su la alimentación y atención a sus enfermedades. Así, el crédito se ha convertido a su vez en una de las estrategias más modernas para someter a los estados y esclavizar a los humanos, convirtiéndolos en adictos a las deudas, haciéndolos dependientes de las cadenas de los banqueros organizados e integrados en sus organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, sus estrategias mediáticas dirigidas al hiperconsumismo y sus políticas militaristas complementan sus dominios imperialistas.
Es una rapiña sin fin, que sólo los Estados verdaderamente soberanos e independientes pueden intentar acabar, como ya han iniciado países como Venezuela, Bolivia, Brasil, China, Vietnam, Islandia, empezando por quitar a los bancos el poder de crear el dinero, la manipulación del crédito y sus voraces ganancias y asumiendo sus bancos públicos centrales la función necesaria de crear el dinero necesario para la inversión necesaria y la intermediación comercial, algo muy distante en nuestro México.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario