A mitad de su sexenio como presidente de México, Enrique Peña
Nieto, ha vuelto a mostrar sus habilidades para seguir dañando nuestro país, según
él, fortaleciendo su administración gubernamental, haciendo cambios en su
gabinete, anunciados la semana pasada, para “consolidar el esfuerzo” llamando a
los nuevos funcionarios a “desempeñarse invariablemente con respeto a la ley.
Actúen con honestidad, rectitud y ética en el servicio público. Ustedes,
al igual que todos los integrantes del gabinete del Gobierno de la República,
tienen que ser ejemplo de responsabilidad, profesionalismo y compromiso con
México", les dijo Peña Nieto.
Son nombramientos, que en su mayoría, se suman a los estilos
de dirección de los políticos y los poderes facticos de los empresarios, que
medran en el régimen de oprobio, que padecemos los mexicanos, sirviendo sólo al
fortalecimiento de su cleptocracia y plutocracia, con la que nos gobiernan en
nuestra patria. No aprueban ni siquiera el perfil profesional y los
antecedentes de experiencias para lograr sus desempeños técnicos, que rigurosamente
saben exigir los plutócratas en sus corporativos, eso sí, se privilegian las
lealtades políticas al servicio del poder peñanietista y sus aliados en el ignominioso
pacto por México, por eso no importan si han sido del PRD, PAN o del PRI.
Imagine que puede lograr un Secretario de Educación, como el
designado Aurelio Nuño, sin el mínimo perfil ni experiencias docentes, pedagógicas,
didácticas en su vida, luego con cinismo, declara que su principal objetivo será
la “capacitación con excelencia” de los profesores que integran el magisterio
público nacional. También está el caso de José Antonio Meade, que de funcionar como
secretario de Relaciones Exteriores, pasa a ser Secretario de Desarrollo Social,
sin estar inmerso en el conocimiento y experiencia necesaria de los paradigmas
del desarrollo humano y los problemas de la pobreza no sólo del mundo sino de
nuestro México; ni hablar de la ausente carrera de Claudia Ruiz Massieu, como
experta en ciencias políticas y relaciones internacionales, que ha sido
nombrada secretaria de Relaciones Exteriores y cuyo antecedente de mayor peso político,
es que su padre José Francisco Ruiz Massieu, fue asesinado siendo Secretario General del Comité Ejecutivo
Nacional PRI en 1994 durante el régimen salinista.
Este gobierno de Peña Nieto sigue distinguiéndose como un
gobierno corrupto y ladrón, el y sus secuaces siguen amasando grandes fortunas,
nuestra economía sigue subordinada a sus intereses, sus reformas a incrementar
el saqueo, la explotación y la depredación de nuestro territorio nacional.
Estos modelos de decisión de los presidentes pripanistas, inmersos
en la cleptocracia, una y otra vez se reproducen, integrándose en todos los
niveles de gobierno, simplemente desdeñan la meritocracia (capacidad, experiencia,
trayectoria), en la selección de los nuevos funcionarios, jerarquizan el interés
político de que los nuevos funcionarios garanticen el férreo control de las
instituciones, la lealtad a sus intereses corruptos y el blindaje a sus
impunidades.
Lo más ignominioso es el silencio de los servidores públicos,
integrados en el servicio civil en esas instituciones, que una y otra vez son
pisoteados en sus derechos, proclives a declinarse e inclinarse, en esas
cadenas de mandos, cuyos cambios impulsan estos testaferros al servicios de las
cleptocracias, subestimado sus libertades y derechos laborales que por meritos
en sus trayectorias deberían de escalar en sus funciones públicas.
Es un silencio, que sumado al de los políticos progresistas,
profesionistas, académicos, científicos e intelectuales, sólo abona a que siga
establecido y se fortalezca el ejercicio del poder basado en el robo, la
corrupción y sus derivados, como el influyentismo, el clientelismo politico, el
corporativismo, el peculado, donde quedan impunes los actos delictivos por la corrupción
imperante en todos los sectores del poder judicial, legislativo, ejecutivo y en
todo el sistema político y económico.
En Nuevo León, los integrantes para la transición y el
próximo gobernante Jaime Rodríguez Calderón “el Bronco”, se encuentran en el dilema entre
seguir fortaleciendo la confabulación de la cleptocracia y la plutocracia o
iniciar su desmantelamiento dando paso a la meritocracia, que sin duda es uno
de los elementos fundamentales de todo gobierno democrático.