viernes, 22 de enero de 2016

LA INFINITA CORRUPCION (2)


En tanto siguen emergiendo algunas de las justicias contra la corrupción,  como los informes generados por los malos manejos administrativos y desfalcos a la finanzas de la ex alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, y la del ex – gobernador de Coahuila, Humberto Moreira detenido por las autoridades españolas, la semana pasada, ubicado como el gobernador que en México, más ha endeudado un estado, con más de treinta mil millones de pesos, con evidentes robos y malos manejos, de los cuales fue exonerado por las autoridades federales y su hermano, actual gobernante de ese mismo estado, el cáncer de la corruptelas se ensaño con todo en la elección del pasado domingo en el estado de Colima. Parece que la corrupción en México no tiene fin, tenemos un presidente no sólo inmerso en ella sino que con cinismo llega a expresar que está en nuestra “naturaleza como mexicanos”. Son políticos que se ufanan de su poder político y económico, identificados por sus familias, como los distinguidos apellidos Alemán, Avila Camacho,  Hank Gonzalez, Salinas de Gortari, Peña Nieto, Beltrones, Moreira, Paras, Medina y muchos más de los emporios que se estructuran como caciques en nuestra patria.
Sigo con mis vivencias, una vez que fui reinstalado en la SSA, fui invitado en 1992, a asumir la dirección del Centro de Salud Urbano Nueva Morelos, que brindaba servicios de atención médica  a población abierta en el primer nivel, con diez módulos integrados por un equipo de médico, enfermera y promotora de salud; y en él segundo nivel de atención con especialidades de Medicina Interna, Pediatría, Ginecología, odontología y Rehabilitación Física, además de contar con radiología y un laboratorio clínico, distinguido en su calidad de sus procesamientos de los exámenes a los pacientes.  Era un centro muy difícil de dirigir, que tan sólo en un periodo de un año, había tenido 3 directores que habían renunciado y por lo tanto dificultado la operatividad de los programas de salud. Logre durar 5 años en esa función, que tuve que abandonar  finales de 1997, solicitando una licencia sin goce de sueldo, para desempeñar la función de regidor electo en el ayuntamiento de Monterrey, N. L.  

En esa función, logre corregir las desviaciones, el influyentismo, las omisiones, pero sobre todo mejorar las relaciones de todos y todas las compañeras de trabajo, superando los crónicos conflictos, sobretodo en sus interacciones que tenían, producto de lo que yo denominaba la psicopatología ambiental institucional, que prevalece en nuestras dependencias públicas. Destacare sólo tres vivencias inmersas en transgresiones de las normas, de que fui objeto por las autoridades superiores, una, fue el abuso de poder al no integrarme las compensaciones salariales correspondientes al desempeño del cargo, el cual tuve que desempeñar recibiendo un salario como cualquiera de los compañeros médicos, no de director; otra fue el acoso constante descalificando y denostando mi persona y  en el desempeño de mi función, que llego al extremo de presionar e intimidar a el jefe administrativo de este centro, para que fuera acusado de “malversación de fondos financieros”, lo cual me informo con lealtad y valentía, el compañero, y conjuntamente afrontamos ante la autoridad superior responsable, la Dra. Angelina Patrón, jefa de la jurisdicción Sanitaria, quien al ser evidenciada reculó y dejó de acosar. Finalmente resulta que sin guardar las formas, respetando las normas, en el mes de agosto de 1997, acudió una comisión integrada por representantes de la autoridad para dar posesión como nuevo director de ese centro, a una colega médica, respetuosamente les solicite que hiciéramos el procedimiento conforme a las normas, se negaron, iracundo, los expulse de mi oficina, en defensa de  mi honor, acudí además, con el Secretario de Salud, quien sensiblemente reconoció la injusticia, solicitó disculpas y así continúe, en esa función, hasta finales de octubre, de ese año, para   desempeñarme como regidor de Monterrey.

En ese mismo periodo, contribuía con las dirigentes del Frente Popular Tierra y Libertad en la construcción del Partido del Trabajo y en sus procesos de autogestión, educativas y de salud, quienes me solicitan encargarme de dos de sus proyectos: la Prepa Emiliano Zapata y la creación y funcionamiento de un Hospital general de cien camas. En el primer caso, les hice el proyecto institucional administrativo y académico, hasta los diseños de los logos, formatos oficiales, el plan de estudios y los programas iniciales correspondientes, una vez que lo aprobaron, me ofrecieron me desempeñara “oficialmente” como Secretario Académico, puesto que la dirección, estaba reservada para uno de sus dirigentes, acepte, por mis principios solidarios, ya que nunca, en mis activismos políticos, andaba tras los cargos. Así, desde su creación en 1991, dirigí todo el proceso de selección de personal, evitando el influyentismo, el nepotismo y la omisión de normas necesarias para la integración como personal, sobre todo en la función docente, exigiendo escrupulosamente se cubrieran los requisitos académicos y administrativos. La inmersión del proyecto en la política, no logro que prevaleciera todas mis propuestas, los compañeros dirigentes inocularon el germen del nepotismo, del influyentismo y del clientelismo político, con sus lacras de corrupción, que incluyeron el uso discrecional de los recursos materiales y económicos, con sus desvíos, que luego me llevaron a separarme de esa institución y luego de su partido político en el año 2001, después de haberme ausentado por tres años, para desempeñarme como regidor, tiempo en que se acentuaron las desviaciones y perversiones en los procesos administrativos, académicos y políticos. Debo registrar la muerte de un compañero, el psicólogo Armando Zurita, como uno de los catalizadores de mi renuncia, al ser presuntamente victimado en el marco de las disputas del poder nepotista, corrupto que prevalecía en esa escuela, su muerte y el homenaje póstumo hipócrita, que sus presuntos victimarios, le organizaron, fue el escenario para que protestara iracundamente, discursé ante todos, defendiendo el honor y la injusticia de ese hecho en el recinto del auditorio de la prepa, molestando a sus dirigentes, que luego me requirieron para hacerme la propuesta ignominiosa, de pedirme no seguir desempeñando mis funciones académicas y docentes, por el tiempo necesario que se necesitara para solucionar las conductas perversas de los presuntos responsables, que encabezaba Guadalupe Rodríguez, de la familia en el poder; ignominiosa porque se me ofrecía, además seguir disfrutando el salario y las prestaciones económicas sin trabajar, al no aceptar, fui suspendido y cesado. Ahí estoy, en defensa nuevamente de mis derechos y el honor,  denuncie ante el tribunal de arbitraje del estado y tras un proceso de 2 años, ordeno mi reinstalación plena, como continuaban sus perversiones del poder, mejor renuncie, exigiendo se me otorgaran los derechos laborales que correspondían, así logre un justo convenio  con la Secretaría de Educación del Estado.

En tanto, el proyecto hospital, fue también víctima de la corrupción, en su proceso de construcción y equipamiento, algunos de los fondos financieros fueron desviados a las campañas políticas, hasta del partido gobernante PRI, el avance logrado en la construcción del edificio, fue aprovechado sólo para funcionar como un clínica ambulatoria de salud.  

Fue en ese mismo periodo (1989-2000), que formando parte de la “dirección colegiada” del Partido del Trabajo en el Estado, vivencie en todo su esplendor las lacras del clientelismo, el corporativismo y el pragmatismo oportunista de sus conductas políticas, desde la obtención de beneficios como dádivas, favores, promesas o ventajas por, sus gestorías ante los gobiernos, hasta el incremento del patrimonio de los lideres,  con significativo excesos del disfrute de viajes, hasta con sus familias, incongruentes con sus ingresos legítimos. El estado logró cooptar y controlar este partido opositor de izquierda con su virtuosa estrategia de proporcionar el manejo autónomo, impune del manejo administrativo y los recursos financieros de los programas de vivienda, transporte, educación, obras públicas y demás asistencialistas. Mi negación al disfrute de sus logros revolucionarios: terrenos urbanos, ejidales, placas de taxis, créditos blandos, comercio ambulante protegido, el no pago de impuestos, servicios públicos, el suministro de las dadivas asistencialistas de los programas del gobierno, despensas, materiales de construcción y demás obsequios que se sumaban a los recursos económicos ilícitos del gobierno, sobre todo para las campañas políticas; sumado a la critica que les expresaba, de las desviaciones y perversiones del quehacer político, congruente con los principios y convicciones ideológicas que enarbolábamos, ya me había resultado amenazante, mas, cuando se me selecciono para integrar la Comisión de Garantías y Controversias a nivel nacional, órgano de ese partido responsable de vigilar y ejercer la justicia interna partidaria, ante las transgresiones legales y éticas, sí, ese fue el último encargo, cuando fue inevitable mi postura de renunciar a su partido. Sus principales dirigentes hoy disfrutan de las riquezas económicas y patrimoniales, integradas en sus personas y sostenidas en el imperio de instituciones educativas, de salud, asistenciales y desde luego de  su partido; riquezas inimaginables no sólo en el marco los años de pobreza económica, que todos los izquierdistas padecimos en el siglo pasado, sino además en el contexto de sus profesiones y oficios, del que alguna vez dependían sus ingresos económicos. Sin duda lo que más les molestó, fue expresarles en forma iracunda que no se confundieran con mi tolerancia y la prudencia ante su abominable corrupción, que podían echar habladas descalificadoras de mi persona, pero jamás encontraran signos de corrupción en mi vida, visibles en nuestro estado económico y patrimonial familiar, que ha estado sustentado en el trabajo profesional de mi esposa y mi persona como trabajadores de la salud.

El mayor espacio de mi vida, que enfrente la corrupción pública, fue cuando me desempeñe como regidor electo del H. Ayuntamiento de Monterrey en el periodo 1997-2000, cumplí con todos los requisitos, solicitando además las licencias sin goce de sueldo en los empleos públicos, en mis plazas, como médico en la SSA y como docente y secretario académico de la Prepa E. Zapata de la Secretaria de Educación, algo inusual en quienes ocupan estos cargos, sólo continúe en mi ejercicio privado y apoyando un Centro de Estudios e Investigaciones Médico-Sociales A.C., en forma honoraria. Además de ser un regidor de oposición, al gobernante Partido Acción Nacional, fui designado como presidente de la Comisión de Salud de ese ayuntamiento. Fue un espacio que me permitió denunciar y exhibir la corrupción de los funcionarios públicos, principalmente del alcalde, quien en el ejercicio de sus funciones se distinguió por la aceptación de sobornos, dadivas, beneficios ilícitos, aprovechamientos dolosos, extorsiones, favoritismos  nepotismo, tráfico de influencias, negociaciones incompatibles y manejos indebidos de los procedimientos públicos, cientos de hechos, que en su momento denuncie e informe en el seno de las reuniones del ayuntamiento, quienes por aplastante mayoría exoneraban de responsabilidades al alcalde y ante la denuncia pública, gozaban de la protección del gobernador Fernando Canales Clariond, compañero del partido PAN. Una y otra vez fluían sus propuestas, mediante sus testaferros de cooptaciones económicas, para silenciarme, hasta amenazas en mi seguridad y la de mi familia, robos en mi consultorio, en mi vivienda familiar, con claros mensajes; hasta de lenones,  empresarios beneficiarios y líderes sindicales vividores de los denominados giros negros, dedicados a los espectáculos, la prostitución, los casinos y los establecimientos dedicados a la venta de alcohol, que sin el menor recato ofrecían miles de pesos por apoyar aprobar las licencias que otorgaba el ayuntamiento para su operatividad legal. Al iniciar, un solo ejemplo que denuncie, con la evidencia correspondiente, nos da la magnitud económica del daño a las finanzas municipales, resulta que el alcalde anterior, Jesús Hinojosa Tijerina, en su último día del ejercicio autorizó  que se exentaran para su pago una gran cantidad de multas, de este tipo de giros negros, tan sólo había logrado recolectar, y así exhibí, doscientos recibos que sumaban decenas de millones de pesos que el municipio dejó de cobrar. Estas conductas sumadas a las cuotas exigidas por todos los alcaldes anteriores a esas personas, para brindar protección en sus ilícitos funcionamientos, por otorgar las licencias, participar en la obra pública, en las adquisiciones, brindar servicios, etc., etc., ha hecho el enriquecimiento ilícito con impunidad de los alcaldes de Monterrey. Se me ofreció seguir pagándome sin trabajar, en los trabajos donde había solicitado licencias, darme honorarios profesionales mediante facturas apócrifas, aprobar presupuesto para la asociación donde colaboraba, aprobado por el ayuntamiento y blindado para que nadie lo quitara en el futuro, hasta futuro promisorio político en el partido político gobernante, sin contar las sumas económicas que se ofrecían individualmente, por un voto o una ausencia en la sesión del ayuntamiento. Pongo tan sólo un ejemplo, los gestores que buscaban la autorización del permiso para el funcionamiento del Casino Caliente, que rechazamos, ofrecían la compensación de sesenta mil pesos por cada regidor que apoyáramos, este fue sólo uno de los negocios destacados de los cientos de giros negros de esa época. No falto el lenon,  auto designado “empresario de la industria del sexo”, ofreciera además viajes de placeres locales, nacionales y al extranjero, según él necesarios para que conociera el fenómeno de la prostitución, para el mejor desempeño de mi función como presidente de la comisión de salud.  El hecho es que mis posturas públicas contra la corrupción me llevaron  a posicionarme ante la ciudadanía en forma positiva, tanto que cuando el PT, enfrenta la necesidad de definir quién era su militante mas posicionado para seleccionar el candidato a la gubernatura en el 2000, la empresa contratada les informó en un acto público celebrado en el Club de Leones, que yo encabezaba ese posicionamiento, iracundos los dirigentes reprobaron ese resultado, ordenando a la empresa no difundirlo, ya se habían dado los sucesos que he relatado. En ese contexto los dirigentes del PT, me ofrecieron, en esa elección, colocarme de regidor plurinominal en el municipio del área  metropolitana de Guadalupe, molesto les rechace su propuesta ilegal en el marco de la nueva ley que exigía tener el domicilio en el municipio correspondiente, con cinismo me garantizaban conseguir la domiciliación en ese municipio.

Finalmente seguí mi proyecto profesional sobre salud mental comunitaria, gestionamos la construcción y operatividad de un Centro de Salud Mental Comunitaria en la SSA desde el 2003 a l fecha, donde además de ser pioneros en este ámbito, resistimos y combatimos los actos de corrupción, convencidos de que la honestidad es uno de los atributos imprescindibles no sólo para alcanzar los máximos niveles de desarrollo humano sino la adecuada salud mental de las personas.

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