En las últimas semanas de febrero, estuvimos inmersos en los
usos del poder clerical del Vaticano en México, con la visita del papa
Francisco (Jorge Mario Bergoglio), sus mensajes dirigidos contra la
corrupción, el autoritarismo, la discriminación, los abusos y la explotación de
los pueblos indígenas, el narcotráfico, la delincuencia, la injusticia y las
desigualdades con sus lacras de pobreza y precarización de la economía en las familias
que violentan y deshumanizan nuestra sociedad, lo mismo se dirigieron a los
personajes de la oligarquía de la iglesia en nuestro país, como a la de los
políticos, gobernantes y empresarios, que luego con el cinismo y desvergüenza
usaron protagónicamente, sin sentirse aludidos, mucho menos responsables de los
problemas religiosos, económicos, sociales, culturales y políticos que en las
últimas décadas se han incrementado obstaculizando el desarrollo humano y
social que nos merecemos. Sin duda el gran vacío en sus discursos, fue su
silencio contra la pederastia clerical, que prevaleció por décadas, con los
Legionarios de Cristo del padre Marcial Maciel, y que han seguido prevaleciendo
en algunas regiones del país; uno más fue la de los asesinatos colectivos con
la responsabilidad del estado mexicano, donde ha imperado la impunidad, la más
reciente contra estudiantes, realizados en el 2014 en Ayotzinapa, sin dejar de
señalar, los sucesos de Acteal, Salvárcar, San Fernando, Allende, Tlatlaya,
Tanhuato, Tierra Blanca y Apatzingán así como las más recientes del Penal de Apodaca, y Topo Chico en Nuevo León.
Para nada tocó, el problema central del paradigma de los usos
del poder del neoliberalismo, que prevalece en los gobernantes de nuestras
sociedades, sobre todo subdesarrolladas y de desarrollo económico medio, como
clasifican a nuestro país, tema señalado en su Carta Encíclica, Laudato si’:
Sobre el Cuidado de la Casa Común, donde refiere: “Si el Estado no cumple su
rol en una región, algunos grupos económicos pueden aparecer como benefactores
y detentar el poder real, sintiéndose autorizados a no cumplir ciertas normas,
hasta dar lugar a diversas formas de criminalidad organizada, trata de
personas, narcotráfico y violencia muy difíciles de erradicar. Si la política
no es capaz de romper una lógica perversa, y también queda subsumida en
discursos empobrecidos, seguiremos sin afrontar los grandes problemas de la
humanidad”, (disponible en internet en la página: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html.)
En México y en Nuevo León han sido los grupos económicos
quienes detectan el poder real, ya Andrés Manuel López Obrador, los ha descrito
en sus ensayos, como “La mafia que se adueñó de México.”,
siguen con sus simulaciones, desviaciones y perversiones, privilegiando sus intereses económicos, amenazándonos
no sólo con discursos empobrecidos, política y filosóficamente, sino con
estrategias inmersas en la manipulación mediática con sus lacras de la
mercadotecnia que ha llegado a penetrar y hacer sucumbir hasta los grupos
sociales más escolarizados y bregados en las luchas progresistas contra el ignominioso
conservadurismo y sus anclas que inhiben la libertad y el desarrollo humano.
El ejemplo más patético, lo estamos viviendo en Nuevo León,
con el experimento, de estos poderes facticos, que lograron manipular hasta
ciudadanos progresistas e intelectuales de izquierda, con el espejismo de la “ciudadanización
independiente del poder”, con su previa estrategia permanente de partidofobia y
ante el hartazgo de la población de los políticos y funcionarios corruptos, que
nos han gobernado, que ellos mismos
generaron y mantuvieron, incluyendo a Jaime Rodríguez Calderón. Este gobernante
“independiente”, a más de 7 meses de su triunfo y cuatro meses de gobierno, ha
mostrado sus incapacidades en el control político, administrativo, económico,
de la impartición de justicia y seguridad en el estado, pero sobre todo en
lograr que prevalezca el imperativo ético en sus conductas personales y de
gobierno. Su gobierno no sólo ha ejecutado políticas públicas diametralmente
opuestas a sus propuestas de su campaña política, mintiendo con cinismo,
extendiendo sus manipulaciones y engaños, sin escrúpulos y con despotismo. El
principal engaño, ha sido integrar su gabinete con personalidades de dudosa
probidad y honestidad, las mayorías beneficiarias y vividoras de la corrupción
de los gobernantes anteriores, como los depredadores ambientales, de las
empresas inmobiliarias, del transporte, de los servicios públicos, de la
industria de la construcción y de las proveedoras de bienes y servicios a los
gobiernos; como reforzaría hace unos días el alcalde de San Pedro, Mauricio
Fernández, algunos son empresarios, otros connotados ex –priistas y panistas, otros
más con la bandera de “ciudadanos independientes”, apartidistas. La corrupción administrativa de sus funcionarios y la aberrante tragedia del Penal de Topo Chico, son sólo el inicio de las consecuencias de su gobierno despótico.
Hoy con mucho bombo, presenta el gobierno de JRC, su plan de
restructuración administrativa, que no hace sino reforzar a quien está
sirviendo, consolidando su personalidad política sátrapa al igual que los
anteriores gobernantes (Medina, González Paras, los Clariond y los Rizo) y de
los que padecemos en el país, como los Peña Nieto, Moreira, Moreno Valle, los
Duarte, Ramírez Garrido y los Mancera, seguirán orientados a satisfacer las
necesidades financieras de los poderosos, sometiendo la economía a la política,
contrariando hasta la tesis del papa Francisco: “La política no debe someterse
a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma
eficientista de la tecnocracia. Hoy, pensando en el bien común, necesitamos
imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen
decididamente al servicio de la vida, especialmente de la vida humana.”; muy lejos, además de su llamado a una “nueva economía más atenta
a los principios éticos y para una nueva regulación de la actividad financiera
especulativa y de la riqueza ficticia”, más lejos de lograr su anhelo: “La
grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes
principios y pensando en el bien común a largo plazo”.
Son y seguirán siendo depredadores de la política, acaban
rápido con sus ilusionados seguidores, víctimas de los espejismos y su
manipulación mediática como salvadores de la sociedad, revolucionarios del
cambio y sus tonterías de una sociedad sin partidos políticos, enarbolando su
“independencia ciudadana”, encubriendo su verdadero rostro de estar al servicio
de las oligarquías conservadoras, fortaleciéndolas para que no se integren las
ideologías filosóficas, éticas, económicas y políticas que han logrado los más
altos desarrollos de las personas y sus sociedades, como sucede en los países
escandinavos, donde se han suprimido las brechas de desigualdad, las lacras de
la corrupción, pobreza, el hambre y la marginación social.
Son políticos y empresarios conservadores, perversos, sin escrúpulos,
mandones, que con sus paradigmas del uso del poder, seguirán obstaculizando el
logro de los más altos niveles de desarrollo humano que nos merecemos los
mexicanos y mexicanas.
Cuando menos, estos personajes muy inmersos en el
catolicismo, deberían de integrar las ideas y pensamientos del Papa Francisco,
nosotros simplemente validamos las razones
de nuestro activismo opositor que desde hace décadas tenemos contra este
régimen de oprobio, donde hoy hasta la iglesia coincide, en algunos temas, con
nuestra lucha con MORENA.