viernes, 12 de febrero de 2016

LA MASACRE DEL PENAL DE TOPO CHICO


Ayer nos conmociono a todos los mexicanos, las hechos suscitados, donde fueron asesinados 49 personas, en el interior del Centro de Prevención y Readaptación Penal, ubicado en la tradicional zona del Topo Chico, al norte de Monterrey, Nuevo León, que constituye un territorio donde viven miles de ciudadanos, en un gran número de colonias y barrios en situaciones de marginación y pobreza e históricamente con altos índices de criminalidad; son terrenos y viviendas que sus habitantes han adquirido en las políticas sociales de los gobiernos, algunos regularizados, al haber sido posesionados por los movimientos urbanos populares de la década de los setentas del siglo pasado y que terminaron siendo las clientelas políticas de todos los partidos (PRI-PAN-PT-PRD-PANAL) que han estado integrados en los deferentes poderes en el estado

Es en esta zona, donde desde hace más de cuarenta años, he ejercido la medicina, desde mis tiempos de estudiante y luego como profesionista médico de la Secretaria de Salud, en los Centros de Salud, Nueva Morelos, Topo Chico, Clínica Tierra y Libertad, donde además he desempeñado funciones de director, y desde hace 12 años, en el Centro Comunitario de Salud Mental Tierra y Libertad. Ha sido también, mi área de activismo político, en el bregar de los años, con los diferentes movimientos sociales, organizaciones y partidos políticos, opositores al régimen de oprobio que los mexicanos hemos padecido.

Resulta que fue en este Penal de Topo Chico, donde acepte una plaza laboral de Médico, en el año de 1980, posterior a un motín de reos, que se había desarrollado el 27 de marzo, donde asesinaron  a su director, el Capitán Alfonso Domene Flor Milán y a tres de sus secretarias, murieron además algunos reos, oficialmente tres, la verdad nunca se supo. Me integré en el mes de junio, era un reto, el colega que me invitaba, me refería que ante los acontecimientos, ningún médico quería trabajar en ese penal, dure sólo seis meses, las realidades que afronte sobre el funcionamiento interno, inmerso en violaciones a los derechos fundamentales de los reclusos, con las lacras de las injusticias, corrupción e impunidad en todos los niveles, desde el director hasta los celadores, que se confabulaban con los delincuentes en la gobernabilidad del interior de sus territorios.

Hace casi 4 años, después de la tragedia del otro Centro de Reinserción Social ubicado en el municipio de Apodaca en nuestro estado de Nuevo León, donde murieron 44 personas y se fugaron 30 reos de alta peligrosidad, escribí en este mismo blog (http://drricardoaguilar.blogspot.mx/2012/02/las-tragedias-en-las-carceles-mexicanas.html) las problemáticas que persisten en el sistema penitenciario de nuestro país, referí lo que por sexenios de gobiernos, ha sido una de las políticas públicas, no sólo atrasadas sino ignominiosas de los gobernantes priístas y panistas que han estado en el poder. Lo peor que nos ha sucedido en Nuevo León, es que nuestro gobernante “independiente” actual, Jaime Rodríguez Calderón, siga con sus comportamientos y paradigmas del quehacer en la gobernabilidad, reproduciendo lo mismo que los pripanistas, después del engaño mediático que generó en su campaña electoral, que logro engatusar a connotadas personalidades progresistas e intelectuales de nuestra comunidad.

Si nuestra sociedad estuviera inmersa en la prevalencia de los imperativos legales, éticos y de justicia, todos los funcionarios inmersos en las responsabilidades de esta masacre, deberían de ser procesados no sólo por las leyes civiles, sino penales. Por dignidad, el gobernador no sólo debiera pedir perdón por sus graves omisiones, en estos meses iniciales de su mandato, sino transformar su personalidad y estilos de quehacer político, si no seguirán llevándonos a otras ignominiosas tragedias.

Refrendo lo que concluí en ese artículo: estos hechos abominables representan el paradigma de las tragedias derivadas de la corrupción, injusticia e impunidad, que padecemos en nuestra patria gobernada por políticos deshonestos, mediocres, perversos y cínicos.

El manejo mediático, con sus manipulaciones de esta tragedia, es uno de los ejemplos de esa peste, la de la “manipulación mediática”,  que les compartiré la próxima semana.

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