sábado, 30 de julio de 2016

PSIQUIATRIZAR LA POLITICA

Algunos militantes de MORENA en Nuevo León, ante los problemas internos de compañeros, que han generado conflictos relacionales, afectando la unidad en la acción política, indispensable para el fortalecimiento institucional y organizativo de nuestro movimiento, han estado solicitando la presencia de psiquiatras, que coadyuven a la solución de esos conflictos, lo que constituye una postura muy cuestionable, partiendo del principio que la psiquiatría no debe usarse con fines políticos.

El uso de la psiquiatría con fines políticos, desde el siglo pasado, es una de las prácticas perversas y ha sido una de las estrategias del control social de las disidencias, en la represión a las transgresiones de la libertad del ser humano y en el marco de la diversidad sexual, de los regímenes totalitarios, autoritarios, antidemocráticos y fascistas que han gobernado en el mundo. Lo más abominable han sido los abusos cometidos en el siglo pasado, basándose en una pretendida eugenesia (eufemísticamente llamada entonces "eutanasia"), que llevaron en la Alemania nazi a la esterilización y exterminio de muchos enfermos mentales. Luego, como fue señalado por la mayoría de los médicos y psiquiatras que asistimos al VIII Congreso Mundial de Psiquiatría en 1989, celebrado en Atenas, Grecia, la psiquiatría se prestó a ser utilizada perversamente por parte del poder político, con sus razones ideológicas o creencias religiosas, en formas de abuso claramente contrarias a los derechos humanos, como ocurrió en la mayoría de los estados afines a la Unión Soviética, Republica China, las dictaduras de los países sudamericanos, Argentina, Chile, Perú, entre otros, que con estas estrategias, buscaban más el control social, que la cura de los enfermos, hasta entonces, el estigma de la enfermedad mental, sometía al paciente en la marginación y exclusión del disfrute de sus derechos civiles, sociales y políticos. Eran los años donde la Psiquiatría enfrentaba un movimiento mundial, que le cuestionaba no sólo como ciencia, especialidad de la medicina, en su función social, sino como transgresora permanente de las libertades y derechos de los pacientes, logrando reformas a la sistemas de salud, que se fijaron como meta el desmantelamiento de las instituciones manicomiales y carcelarias que prevalecían en todo el mundo.

Hoy, seguimos enfrentando, este estigma sobre los enfermos mentales y luchamos por la dignificación de los pacientes, donde precisamente, uno de los más grandes obstáculos culturales ha sido el abuso de la terminología psiquiátrica para descalificar, insultar, ofender, menospreciar, burlarse de las personas, con las que no congeniamos o son adversarios a nuestros intereses personales, económicos, políticos e intelectuales.

En el mundo y más en países como el nuestro, ha sido usual, que los políticos intenten descalificar a sus opositores, etiquetándoles por sus posturas políticas como esquizofrénicos, paranoides, bipolares, narcisistas, psicópatas, autistas, retardados mentales o bien descalificando sus conductas políticas, como producto de sus depresiones y abusos en el consumo de alcohol u otras drogas; los ejemplos más recientes los encontramos en los medios, por ejemplo en referencias a los ex - presidentes Vicente Fox y sus usos del Prozac, el Alcoholismo de Felipe Calderón y hasta la Demencia que le etiquetaron a Miguel de la Madrid por sus declaraciones sobre los errores de otros políticos gobernantes de su partido PRI. El hecho de que un político curse con algún trastorno de salud mental, de los existentes en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS, no lo descalifica de su derecho de ejercer sus libertades y creencias ideológicas, ni lo exenta de sus responsabilidades políticas,  administrativas, civiles o penales;  lo que los políticos adversarios deben evidenciar, es, en su caso, la irracionalidad de sus conductas y el daño sobre el bienestar y el bien común de los ciudadanos, recurriendo a la denuncia y procesamiento ante las instancias correspondientes.  Las alteraciones en la orientación, sensopercepcion, cognoscitivas, emocionales, conductuales y psicomotoras, en personas que cursan con un trastorno psiquiátrico, sin tratamiento adecuado, son muy evidentes y alteran los comportamientos, debiendo ser objeto inmediato de atención, por su seguridad y la de sus familiares y desde luego inhabilitan para la toma de decisiones, en el tiempo que dura la crisis.

Lo que no tengo duda, es que la salud mental de la mayoría de los políticos deja mucho que desear, no representan modelos ideales del ser, porque prevalecen en el seno de su personalidad, conductas deshonestas, simuladoras, manipuladoras, inmersas en la mentira y el engaño, sin principios, inmersos en fines pragmáticos en los usos del poder, sin escrúpulos, con sus narcisismos generando disonancias cognoscitivas, que los hacen proclives a desdeñar no sólo su salud mental sin hasta de sus familias. Los de mas riesgo, son los políticos con ideologías sustentadas en fundamentalismos de teorías económicas, políticas o religiosas que llegan a  fanatizarse generando las tragedias mas cruentas de la historia de la humanidad, como han sido los asesinatos masivos en USA, Europa, Medio Oriente y nuestra patria, en estos años.
Lo que no debemos, es seguir fortaleciendo los mitos y prejuicios que prevalecen sobre la enfermedad mental, menos sus asociaciones con la locura, la violencia y la criminalidad que prevalece en nuestro medio, no solo los políticos deben de dejar psiquiatrizar las conductas de sus adversarios, todos en nuestros ámbitos familiares, laborales, culturales y académicos debemos de evitar ese uso degradante, por nuestra salud mental.

En todo caso para solucionar los problemas en organizaciones e instituciones políticas, o de cualquier tipo, existen estrategias dirigidas, además a su desarrollo organizacional en el marco de la psicología laboral, con sus diferentes modelos teóricos, que se pueden adaptar a las creencias ideológicas de cada partido. Finalmente, lo que sucede en MORENA Nuevo Leòn, es porque los actores, inmersos en esos conflictos, no se han definido, en Ser o no Ser, de conformidad con nuestros documentos básicos que nos dan identidad, integrándose plenamente a la cultura política subsumida a la ética, la solución es política no psiquiátrica.

viernes, 22 de julio de 2016

PSICOLOGOS, PSICOTERAPEUTAS Y SALUD MENTAL


Los problemas de salud mental, que prevalecen incrementándose, en nuestra población, hoy enfrentan las necesidades de atención basadas en modelos integrales, que eviten los reduccionismos, con sus fragmentaciones del conocimiento, y que desde luego estén sometidos al rigor de su fundamentación científica y de la ética, sean de las ciencias de la conducta y de la neurociencias, pero sobre todo que las personas que ejercen actividades terapéuticas, tengan niveles adecuados en su propia salud mental y en su caso estén siendo responsables, en sus procesos de atención, cuando padecen trastornos o cursan con conflictos que afectan sus emociones en su vida actual.

Una de las estrategias, integradas como requisito en la formación profesional, de algunos de los psicólogos y psicoterapeutas, como los psicoanalistas, consiste en el denominado análisis didáctico de los aspirantes a ejercer estas especialidades, que además de lograr el aprendizaje profesional de la técnica, mediante la transmisión didáctica de los aspectos centrales del modelo teórico, tiene un objetivo terapéutico, donde las personas identifiquen y solucionen sus conflictos conscientes e inconscientes, de modo que estos no actúen, como impedimentos o trabas en el futuro trabajo terapéutico con sus propios pacientes. Lamentablemente, esté requisito, no prevalece, con el rigor necesario, en todas las escuelas e instituciones formadoras de psicólogos, psicoterapeutas y hasta en los cursos de especialidades de  los psiquiatras. Así, sí no logramos ese objetivo, no podemos mejorar la calidad de vida de las personas que acuden, pacientes o clientes, cambiando conductas, actitudes, pensamientos y afectos, los extremos de estas deficiencias son una de las causas de las conductas desviadas y perversas que transgreden la ética y que observamos en “terapeutas”, que cursan con neurosis, trastornos de personalidad, adicciones, violencia familiar, algunos violentan a sus pacientes, otros prevalecen con sus consejerías “morales”, unos más, los usan para sus satisfactores económicos, sexuales y/o afectivos, llegando a los extremos de contraer matrimonio, la mayoria reduciendo su visión existencialista de los mejores niveles de desarrollo humano, a sus modelos precarizados inmersos en el mercantilismo, sus conflictos y los dogmas morales de sus religiones. Muy lejos de respetar los derechos de los pacientes, transgrediendo no sólo su dignidad y la de los pacientes, sino la imagen de nuestras identidades como trabajadores de la salud mental.  

Otro de los problemas es la deficiente integración de la experiencia, durante sus prácticas profesionales en los procesos de atención a los pacientes, por la insuficiente supervisión en sus actos profesionales en las áreas de sus desempeños, sobre todo en el caso de los psicólogos, en las denominadas prácticas y en su servicio social, donde parece ser que la importancia es el cumplimiento con los tiempos establecidos como requisitos en sus programas de estudio, más que en el reforzamiento del aprendizaje y la experiencia clínica que se debe adquirir en esas etapas. El problema se complica en la formación de los psicoterapeutas, lo que en esencia debería ser un profesional de la salud, una vez que ha cursado el nivel de licenciatura, en las áreas de psicología, medicina y trabajo social, resulta que algunos de los programas de formación, ofertados por las instituciones, aceptan y les otorgan diplomas y títulos a personas de cualquier licenciatura y hasta carrera magisterial, afectando las características necesarias para que los candidatos a psicoterapeutas adquieran una formación completa que permita una competencia profesional teórico-práctica, en estas áreas de la salud mental. La habilitación para el desempeño terapéutico en salud mental requiere de un proceso de entrenamiento guiado por profesionales con más capacidad y experiencia, refrendados por sus altos grados de formación en los enfoques y conceptos teóricos del modelo que se trate, en la actualidad existen cientos de psicoterapias, aunque sólo menos de cuarenta modelos son reconocidos por las asociaciones internacionales de psicoterapia, como la European Association of Psychotherapy (EAP)

El problema se ha incrementado en las últimas décadas con la proliferación de escuelas e instituciones universitarias, públicas y privadas, que ofrecen las carreras de psicología y  capacitación en psicoterapia, con deficientes diseños curriculares, donde llegan a ausentarse, objetivos de aprendizaje sobre los conocimientos básicos de las ciencias de la conducta y de las neurociencias, en algunos casos se llega a dar capacitaciones en psicoterapia, acreditando a profesionistas sin formación, ni relación profesional con las áreas de las ciencias, no sólo de la conducta, las neurociencias, sino de la salud. Aunque este tema está a debate en las políticas de regulación de los psicoterapeutas en los países desarrollados, unos, como Suiza, Alemania e Italia, regulan la psicoterapia como actividad a la que pueden acceder sólo psicólogos y médicos; en tanto Austria, Finlandia, Francia y Suecia. Holanda, la  regulan como una actividad multiprofesional, donde simplemente incorporan los objetivos de aprendizaje básicos sobre las ciencias correlacionadas al modelo teórico de psicoterapia que se pretende ejercer.

En fin, tenemos tres grandes pendientes, para mejorar la atención de la salud mental de nuestra sociedad en México, mas en Nuevo León, una es la de actualizar los planes de estudio en la formación de los psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras; otra es, integrar estrategias de regulación de los psicoterapeutas y psicólogos dedicados a la atención de los pacientes con problemas y/o trastornos de salud mental, que desde luego no atenten contra sus libertades y derechos,  y finalmente: legislación nacional y estatal sobre la atención a la salud mental, que defina los derechos y responsabilidades de todos los que nos involucramos en la atención de los pacientes, sobre todo que los dignifique y proteja en el ejercicio de sus derechos humanos y sociales  

viernes, 15 de julio de 2016

MUNCIPIOS INMERSOS EN LA CORRUPCIÓN, EN NUEVO LEÓN


Estamos a casi 10 meses, de que tomaron protesta las nuevas administraciones de los Ayuntamientos de nuestro estado, sin que a la fecha, se observen cambios trascendentales en sus políticas públicas, para lograr gobernar en forma austera, eficaz en sus tareas y  detener las lacras de la corrupción, que año tras año, han estado impunes, con las consecuencias desastrosas, en el estado actual de las funciones que se establecen como responsabilidad, en nuestra constitución,  de este nivel de gobierno.
Tienen especial interés, los municipios que conforman el área metropolitana de Monterrey, donde viven más del 85% de la población de todo nuestro estado. Hay que reconocer la excepción, en el combate a la corrupción, al municipio de Monterrey, donde el nuevo alcalde, Adrian de la Garza, en congruencia con su profesión de abogado y ex – Procurador de Justicia del gobierno medinista, ha denunciado a su antecesora Margarita Arellanes, aunque más parece un ajuste de cuentas político de los priístas contra los panistas, ante los embates del panismo contra el gobernante Jaime Rodríguez Calderón (JRC). El hecho es que la mayoría de los alcaldes, a pesar de sus quejas, de haber recibido administraciones en bancarrota, llenos de irregularidades y presunciones de ilícitos, aun de ex funcionarios,  de sus mismos partidos, siguen sin hacer acciones claras y concretas contra las malas administraciones que recibieron, lo que los lleva ser cómplices, por omisión, de sus antecesores.

Primero, refrendaron las clásicas organizaciones administrativas municipales, que siguen siendo verticales, autoritarias, obesas e ineficientes, llegando a duplicar funciones, muy eficaces sólo para dar satisfacción a los desempleados políticos de sus militantes partidistas, afectados por el dizque nuevo gobierno independiente de JRC, en los poderes del estado. En la integración de sus gabinetes, además de no subordinar el perfil profesional y/o técnico para el desempeño de los directivos, prevaleció  el influyentismo, el nepotismo y el amiguismo en los nombramientos de los funcionarios de mandos altos y medios, desde secretarios, subsecretarios, directores de organismo municipales, persistiendo con sus altos sueldos y sus privilegios para sus desempeños.

Luego, elaboraron sus planes de desarrollo municipal, con sus acostumbradas simulaciones de consultas, ausentándose la participación democrática de los ciudadanos en sus barrios y colonias, y más de los expertos profesionales de sus territorios, contratando además, con los habituales costos estratosféricos, los gabinetes de consultoría privados, que finalmente hicieron de la mayoría de estos planes, copias de los planes de los ayuntamientos anteriores, en sus diseños, contenidos, y claro ajustando metas, a contentillo del alcalde en funciones, aun peor sin ningún debate profundo en el seno de sus ayuntamientos, donde los regidores de oposición brillan por su ausencia.   
En estos primeros meses, han prevalecido sus conductas dirigidas a incrementar las finanzas de sus tesorerías, gestionando incrementos en los fondos federales y estatales, aumentos de sus capacidades de endeudamiento, incrementos del impuesto predial, amenazas de embargos a incumplidores, creación de nuevo impuestos, como el estúpido pago que pretenden, para que los ciudadanos paguemos por el alumbrado público, las nuevas multas en el reglamento de tránsito, sus clausuras de negocios, para reacomodar los acostumbrados “moches”, sobre todo de los establecimientos dedicados a la venta de alcohol, giros negros, casinos, y anuncios publicitarios, reacomodándose, además con los intereses de las empresas inmobiliarias, hambrientas de los permisos, de las secretarias de desarrollo urbano municipal, para seguir sus construcciones depredadoras de la ecología.

Continúan además, sus gastos mediáticos, en sus obsesivos posicionamientos de sus imágenes, en los medios, no sólo gastan en los "apoyos económicos" a los reporteros de las principales fuentes y en la compra de espacios noticiosos e inserciones pagadas de sus "actos de gobierno",  llegando a transgredir la dignidad de niños, enfermos, adultos mayores, discapacitados, usando sus imágenes “asistencialistas”, en vez de avergonzarse, de no hacer soluciones de fondo a sus derechos humanos y sociales como gobernantes. Los municipios tienen la capacidad financiera y jurídica para hacer realidad, mínimamente  el derecho a la alimentación, educación y la salud de sus habitantes y a una vida digna de adultos mayores, discapacitados y madres solteras. Desde luego si no prevaleciera la corrupción, derivada de la impunidad ante el robo, la irresponsabilidad de sus funcionarios en sus desempeños y el mal uso del patrimonio de sus municipios.
Así, Monterrey y su zona metropolitana, siguen distinguidas por la gran contaminación ambiental, la prevalencia de las malas vialidades, destrozadas por los baches, el pésimo alumbrado público, con sus calles, puentes y pasos peatonales, inmersas en la basura, la suciedad, con la insalubridad de los puesteros, sobre todo en Monterrey, Guadalupe, Apodaca y Escobedo, donde las centrales de la CTM, CROC y CNOP, están muy protegidos en su impunidad, por sus contribuciones de sus clientelas políticas; sumemos los contaminantes anuncios publicitarios, sin faltar la proliferación  de sus giros negros, salas de masajes, table dances, prostíbulos, casinos y establecimientos dedicados a la venta de alcohol, pero sobre todo prevaleciendo la inseguridad, a pesar de la militarización de los mandos altos, con la prevalencia de las redes delincuenciales, donde seguimos siendo víctimas de los robos, secuestros, desparecidos y cobros de piso, por los grupos delincuenciales y sus cárteles dominantes en cada municipio.

Ojalá y los alcaldes superen las mediocridades del ser político, por la ausencia de los valores de la ética, en sus conductas como gobernantes de este nivel de territorio, sólo así lograremos el anhelado municipio libre y democrático, sin corrupción de sus funcionarios.

viernes, 8 de julio de 2016

CLIMAS Y SALUD MENTAL


A iniciado el verano con sus climas más calurosos, del año en nuestra región norestense de México, y particularmente en nuestro estado de Nuevo León, donde durante el día superan los 40 grados centígrados y en la noche los 30 grados, son altas temperaturas, que sin duda influyen en el estado emocional y las conductas de las personas, integrándose como uno de los factores de riesgo en la prevalencia de agresividad y violencia en nuestra sociedad.
Aunque no tenemos estudios, actualizados, de los investigadores psicosociales de nuestras universidades del estado, sobre este tema, desde el siglo pasado, a principios de la década de los ochentas, en el marco de las investigaciones que desarrollábamos sobre conductas criminales en los menores de edad, en la Unidad de Psiquiatría que dirigíamos en el Consejo Tutelar para Menores,  una de las variables que persistían, era el incremento en las estadísticas, de las conductas delictivas asociadas a violencia en el comportamiento criminal. En esos tiempos estimábamos que estos calores del verano, se correlacionaban con el aumento del comportamiento agresivo y las conductas criminales, incluyendo la violencia familiar, que en ese tiempo emergía como uno de los más graves problemas psicosociales que luego sería objeto de políticas públicas, en el marco del fortalecimiento del respeto a los derechos fundamentales y la equidad de género en el seno de nuestra sociedad.
Viene al caso esta reflexión, porque al revisar mi e-mail, me encontré con una comunicación en la página de psiquiatría.com (http://www.psiquiatria.com), que informa del desarrollo de un modelo, hecha por un equipo de científicos, que trata de explicar porque las tasas de violencia son mayores en las aéreas territoriales cercanas al ecuador y que parte de este simple hecho: “de que las temperaturas altas pueden estar correlacionadas con un comportamiento agresivo”. Los investigadores han bautizado este nuevo modelo como CLASH (por su siglas en inglés, Climate Aggression and Self-control in Humans (Agresión Climática y Autocontrol en Humanos) y lo han descrito en un artículo online publicado en la revista Behavioral and Brain Science. El modelo CLASH indica además que no sólo las altas temperaturas conducen a un comportamiento más violento, sino también lo hacen aquellos climas, que tienen una menor variación de una estación a otra y sus científicos creen que “este modelo puede ayudar a explicar el impacto del clima sobre las tasas de violencia de distintas zonas del mundo”. El hecho es que están convencidos de que el clima define la cultura de las sociedades, de manera muy importante, sobre todo en las diferentes formas de violencia y agresión que prevalecen en sus ciudadanos, inmersos en estrategias de vida rápida, centradas menos en el futuro, orientadas hacia el presente, lo que les dificulta el autocontrol, reaccionando de manera más rápida de manera agresiva o incluso con violencia. Otros estudios han detectado, que no solo se incrementan las conductas violentas, con sus expresiones del comportamiento criminal, la violencia familiar y escolar, sino además algunos de los trastornos psiquiátricos como la ansiedad y los ataques de pánico, las crisis maniacas del espectro del trastorno bipolar, brotes psicóticos y los abusos de alcohol, tabaquismo y otras drogas.
A estos cambios de temperatura estacionales se deben sumar otros factores de riesgo, como las condiciones ambientales de hacinamiento en las viviendas, la escasez de aéreas verdes para el esparcimiento y las actividades deportivas, la contaminación por el ruido, la polución ambiental, pero sobre todo los estresores derivados de la pobreza, que obstaculizan  angustiosamente, que los integrantes de las familias, logren satisfacer sus necesidades básicas, de alimentación, vestuario adecuado, atención a sus necesidades educativas y de salud y de los servicios públicos, sobre todo para el uso racional del agua y la disposición de excretas.
La lucha por la sobrevivencia con mejores grados de bienestar, en estas épocas nos lleva a desarrollar esfuerzos, no sólo tratando de tener climas agradables contra el sofocante calor, sino conductas que logren mejorar el autocontrol, con un incremento de la tolerancia a la frustración, evitando integrarnos a las interacciones violentas, generados por cualquier persona, en cualquiera de los ámbitos familiares, laborales, institucionales y de la urbanidad, donde compartimos el espacio público, especialmente en los sistemas de transporte de pasajeros y en eventos deportivos, artísticos y recreativos.
El mejor alcaloide para nuestro hipotálamo, atormentado por el inclemente calor y exacerbado en sus esfuerzos por regular nuestra temperatura interna, que nos permita el funcionamiento adecuado de todos nuestros órganos y el disfrute placentero de la vida, sigue siendo el amor, que le depositemos generosamente.