viernes, 15 de julio de 2016

MUNCIPIOS INMERSOS EN LA CORRUPCIÓN, EN NUEVO LEÓN


Estamos a casi 10 meses, de que tomaron protesta las nuevas administraciones de los Ayuntamientos de nuestro estado, sin que a la fecha, se observen cambios trascendentales en sus políticas públicas, para lograr gobernar en forma austera, eficaz en sus tareas y  detener las lacras de la corrupción, que año tras año, han estado impunes, con las consecuencias desastrosas, en el estado actual de las funciones que se establecen como responsabilidad, en nuestra constitución,  de este nivel de gobierno.
Tienen especial interés, los municipios que conforman el área metropolitana de Monterrey, donde viven más del 85% de la población de todo nuestro estado. Hay que reconocer la excepción, en el combate a la corrupción, al municipio de Monterrey, donde el nuevo alcalde, Adrian de la Garza, en congruencia con su profesión de abogado y ex – Procurador de Justicia del gobierno medinista, ha denunciado a su antecesora Margarita Arellanes, aunque más parece un ajuste de cuentas político de los priístas contra los panistas, ante los embates del panismo contra el gobernante Jaime Rodríguez Calderón (JRC). El hecho es que la mayoría de los alcaldes, a pesar de sus quejas, de haber recibido administraciones en bancarrota, llenos de irregularidades y presunciones de ilícitos, aun de ex funcionarios,  de sus mismos partidos, siguen sin hacer acciones claras y concretas contra las malas administraciones que recibieron, lo que los lleva ser cómplices, por omisión, de sus antecesores.

Primero, refrendaron las clásicas organizaciones administrativas municipales, que siguen siendo verticales, autoritarias, obesas e ineficientes, llegando a duplicar funciones, muy eficaces sólo para dar satisfacción a los desempleados políticos de sus militantes partidistas, afectados por el dizque nuevo gobierno independiente de JRC, en los poderes del estado. En la integración de sus gabinetes, además de no subordinar el perfil profesional y/o técnico para el desempeño de los directivos, prevaleció  el influyentismo, el nepotismo y el amiguismo en los nombramientos de los funcionarios de mandos altos y medios, desde secretarios, subsecretarios, directores de organismo municipales, persistiendo con sus altos sueldos y sus privilegios para sus desempeños.

Luego, elaboraron sus planes de desarrollo municipal, con sus acostumbradas simulaciones de consultas, ausentándose la participación democrática de los ciudadanos en sus barrios y colonias, y más de los expertos profesionales de sus territorios, contratando además, con los habituales costos estratosféricos, los gabinetes de consultoría privados, que finalmente hicieron de la mayoría de estos planes, copias de los planes de los ayuntamientos anteriores, en sus diseños, contenidos, y claro ajustando metas, a contentillo del alcalde en funciones, aun peor sin ningún debate profundo en el seno de sus ayuntamientos, donde los regidores de oposición brillan por su ausencia.   
En estos primeros meses, han prevalecido sus conductas dirigidas a incrementar las finanzas de sus tesorerías, gestionando incrementos en los fondos federales y estatales, aumentos de sus capacidades de endeudamiento, incrementos del impuesto predial, amenazas de embargos a incumplidores, creación de nuevo impuestos, como el estúpido pago que pretenden, para que los ciudadanos paguemos por el alumbrado público, las nuevas multas en el reglamento de tránsito, sus clausuras de negocios, para reacomodar los acostumbrados “moches”, sobre todo de los establecimientos dedicados a la venta de alcohol, giros negros, casinos, y anuncios publicitarios, reacomodándose, además con los intereses de las empresas inmobiliarias, hambrientas de los permisos, de las secretarias de desarrollo urbano municipal, para seguir sus construcciones depredadoras de la ecología.

Continúan además, sus gastos mediáticos, en sus obsesivos posicionamientos de sus imágenes, en los medios, no sólo gastan en los "apoyos económicos" a los reporteros de las principales fuentes y en la compra de espacios noticiosos e inserciones pagadas de sus "actos de gobierno",  llegando a transgredir la dignidad de niños, enfermos, adultos mayores, discapacitados, usando sus imágenes “asistencialistas”, en vez de avergonzarse, de no hacer soluciones de fondo a sus derechos humanos y sociales como gobernantes. Los municipios tienen la capacidad financiera y jurídica para hacer realidad, mínimamente  el derecho a la alimentación, educación y la salud de sus habitantes y a una vida digna de adultos mayores, discapacitados y madres solteras. Desde luego si no prevaleciera la corrupción, derivada de la impunidad ante el robo, la irresponsabilidad de sus funcionarios en sus desempeños y el mal uso del patrimonio de sus municipios.
Así, Monterrey y su zona metropolitana, siguen distinguidas por la gran contaminación ambiental, la prevalencia de las malas vialidades, destrozadas por los baches, el pésimo alumbrado público, con sus calles, puentes y pasos peatonales, inmersas en la basura, la suciedad, con la insalubridad de los puesteros, sobre todo en Monterrey, Guadalupe, Apodaca y Escobedo, donde las centrales de la CTM, CROC y CNOP, están muy protegidos en su impunidad, por sus contribuciones de sus clientelas políticas; sumemos los contaminantes anuncios publicitarios, sin faltar la proliferación  de sus giros negros, salas de masajes, table dances, prostíbulos, casinos y establecimientos dedicados a la venta de alcohol, pero sobre todo prevaleciendo la inseguridad, a pesar de la militarización de los mandos altos, con la prevalencia de las redes delincuenciales, donde seguimos siendo víctimas de los robos, secuestros, desparecidos y cobros de piso, por los grupos delincuenciales y sus cárteles dominantes en cada municipio.

Ojalá y los alcaldes superen las mediocridades del ser político, por la ausencia de los valores de la ética, en sus conductas como gobernantes de este nivel de territorio, sólo así lograremos el anhelado municipio libre y democrático, sin corrupción de sus funcionarios.

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