Existe una frase célebre que se le atribuye al poeta Ovidio y
que dice “No se desea lo que no se conoce” y aplica en relación a lo que he
observado de la mayoría de los opiniones y posturas de nuestra sociedad
nuevoleonesa, sobre le tragedia que tuvimos la semana pasada, referida en este
blog; me refiero al ausente conocimiento de la importancia de la salud mental
para que los seres humanos logren, parafraseando a los expertos de la OMS, el
bienestar, materializando sus capacidades y sean capaces de ser productivos,
alcanzando sus metas, afrontando el estrés normal de la vida y contribuyendo al
desarrollo en su comunidad, de acuerdo al último consenso sobre el concepto de
salud mental que plasmaron en su Plan de Acción en Salud Mental 2013-2020 para el mundo.
Prevalece el desconocimiento de nuestra sociedad, de la
importancia de la salud mental, como fondo generador de los comportamientos
saludables, que se ausenta en la violencia y los actos criminales, como en este
caso, persiste no sólo en la ciudadanía en general, sino en académicos,
profesionistas, intelectuales, políticos, funcionarios y gobernantes, donde sus
reflexiones están inmersas en el reduccionismo teórico conceptual, una vez que
se les informa, que conocen, entonces se integran al consenso de la importancia
de la salud mental de nuestra población.
Propuse a los productores del Programa de Televisión Cambios,
que dirige el Arquitecto Héctor Benavides, de la empresa multimedios, que se
abordara el análisis de esos hechos criminales, desde esta perspectiva, invitándome
para participar el domingo pasado, intitulando el tema como “Violencia y Redes
Sociales”. En el curso del programa, los expositores insistían en percepciones
parciales sobre lo ocurrido, unos haciendo énfasis en el abuso y mal uso de las
redes sociales, insistiendo en la responsabilidad de la familia, de los padres,
por la falta de supervisión y comunicación con sus hijos, otros sobre la falta valores
y de atención de los padres y los grupos sociales, en relación a las necesidades
que los niños y adolescentes nos plantean en sus problemas emocionales, de
conducta y de la escuela, desdeñando la importancia de escucharlos y de brindar
apoyo para la solución de sus problemas, otros más expresaban como este hecho trágico
nos hacia salir del letargo, que como sociedad tenemos, ante la infame violencia
que las últimas décadas nos ha desbordado.
Con algún grado de molestia les exprese que se ausentaba la
salud mental, en sus posturas, enfatizando el deficiente estado en que nos encontrábamos,
con las altas prevalencias de los trastornos psiquiátricos, como la depresión
que agobia ya ha niños y adolescentes,
que además debiéramos tener claro que en estos hechos, como en todo fenómeno de
violencia, el análisis es multifactorial, interdisciplinario y que el enfoque
del método de la salud pública es el más indicado, así lo han recomendado por décadas
los expertos de la OMS, integrándolos en sus Informes anuales de Violencia que
desde el 2001, año tras año han elaborado, surgiendo resolutivos con este tipo
de enfoques que incluyen estrategias y líneas de acción para contener y
disminuir todo tipo de violencia que prevalece.
Reiteré que el único responsable, en estos y otros hechos violentos,
ha sido el Estado, con sus gobernantes y funcionarios incapaces y corruptos que
por décadas hemos padecido, los cuales no sólo no han incorporado el
conocimiento de las ciencias en sus desempeños, privilegiando enfoques
inadecuados en la solución de estos problemas, como lo han estado haciendo en
este tema, dirigiéndose más al desarrollo de estrategias y acciones enmarcadas
en la criminología, que en la salud pública y específicamente en la salud
mental; simple y llanamente desdeñan las políticas públicas para el bienestar
de la población, como la salud y la educación, no invierten los recursos
financieros que el estado debe hacer en estos ámbitos fundamentales del desarrollo
humano, cuya calidad es determinante en la prevalencia de los comportamientos
saludables del ser humano.
Les compartí la experiencia que tuvimos en los años de 1986 y
1987, cuando desde el Centro de Estudios e Investigaciones Médico-Sociales, un
grupo de profesionistas integrado por Psiquiatras, Psicólogos, Médicos y Trabajadores
sociales, desarrollamos una Unidad de Psiquiatría
y Tratamiento para los menores infractores del estado de Nuevo León, donde privilegiamos
la investigación científica y atención integral de las conductas criminales en
que se involucraban los niños y adolescentes de esa época, logrando junto con
la Texas Youth Comission (TYC) de EU, identificar perfiles con los indicadores
médicos, psicológicos, psicométricos, sociales, culturales y psicopatológicos que
nos sirvieron de base para hacer una propuesta de atención integral a los
menores infractores en nuestro estado, con programas que incluían acciones y
estrategias bien definidas en los procesos de atención a esta problemática;
como suele suceder, el Estado no sólo no mostro interés, sino al cambiar el
gobierno, los nuevos funcionarios desecharon el trabajo hecho, que había tenido
reconocimiento internacional, no sólo por la TYC, sino en los Congresos internacionales
donde presentábamos las investigaciones y las propuestas.
Hoy la triste realidad
es que los niños y adolescentes, en nuestro estado de Nuevo León, con problemas de conducta, como los
infractores, los que están abusando de drogas, alcohol y otras substancias o
los que cursan con conductas disruptivas o emocionales, no tienen las
instituciones que les garanticen la atención para su rehabilitación, menos sus
derechos fundamentales, plasmados en nuestras leyes como ya lo había señalado en el blog anterior.
Por eso propusimos, un grupo de médicos, psiquiatras, psicólogos,
criminólogos una Ley de salud mental para nuestro Estado, desde noviembre del año
pasado, en el Congreso del Estado, que consideramos fundamental para que obligue
al Estado invertir en salud mental para todos y todas los ciudadanos, donde sea
realidad el derecho a la atención de la salud mental y nos ayude a terminar con
la grave violencia que nos agobia desde hace muchos años.
El apoyo de los especialistas hacía este proyecto, en este
foro fue lo más trascendente y apreciado, en ese programa.