viernes, 27 de enero de 2017

LA TRAGEDIA DE LOS ADOLESCENTES 2


Existe una frase célebre que se le atribuye al poeta Ovidio y que dice “No se desea lo que no se conoce” y aplica en relación a lo que he observado de la mayoría de los opiniones y posturas de nuestra sociedad nuevoleonesa, sobre le tragedia que tuvimos la semana pasada, referida en este blog; me refiero al ausente conocimiento de la importancia de la salud mental para que los seres humanos logren, parafraseando a los expertos de la OMS, el bienestar, materializando sus capacidades y sean capaces de ser productivos, alcanzando sus metas, afrontando el estrés normal de la vida y contribuyendo al desarrollo en su comunidad, de acuerdo al último consenso sobre el concepto de salud mental que plasmaron en su Plan de Acción en Salud Mental  2013-2020 para el mundo.  

Prevalece el desconocimiento de nuestra sociedad, de la importancia de la salud mental, como fondo generador de los comportamientos saludables, que se ausenta en la violencia y los actos criminales, como en este caso, persiste no sólo en la ciudadanía en general, sino en académicos, profesionistas, intelectuales, políticos, funcionarios y gobernantes, donde sus reflexiones están inmersas en el reduccionismo teórico conceptual, una vez que se les informa, que conocen, entonces se integran al consenso de la importancia de la salud mental de nuestra población.

Propuse a los productores del Programa de Televisión Cambios, que dirige el Arquitecto Héctor Benavides, de la empresa multimedios, que se abordara el análisis de esos hechos criminales, desde esta perspectiva, invitándome para participar el domingo pasado, intitulando el tema como “Violencia y Redes Sociales”. En el curso del programa, los expositores insistían en percepciones parciales sobre lo ocurrido, unos haciendo énfasis en el abuso y mal uso de las redes sociales, insistiendo en la responsabilidad de la familia, de los padres, por la falta de supervisión y comunicación con sus hijos, otros sobre la falta valores y de atención de los padres y los grupos sociales, en relación a las necesidades que los niños y adolescentes nos plantean en sus problemas emocionales, de conducta y de la escuela, desdeñando la importancia de escucharlos y de brindar apoyo para la solución de sus problemas, otros más expresaban como este hecho trágico nos hacia salir del letargo, que como sociedad tenemos, ante la infame violencia que las últimas décadas nos ha desbordado.

Con algún grado de molestia les exprese que se ausentaba la salud mental, en sus posturas, enfatizando el deficiente estado en que nos encontrábamos, con las altas prevalencias de los trastornos psiquiátricos, como la depresión que agobia ya  ha niños y adolescentes, que además debiéramos tener claro que en estos hechos, como en todo fenómeno de violencia, el análisis es multifactorial, interdisciplinario y que el enfoque del método de la salud pública es el más indicado, así lo han recomendado por décadas los expertos de la OMS, integrándolos en sus Informes anuales de Violencia que desde el 2001, año tras año han elaborado, surgiendo resolutivos con este tipo de enfoques que incluyen estrategias y líneas de acción para contener y disminuir todo tipo de violencia que prevalece.

Reiteré que el único responsable, en estos y otros hechos violentos, ha sido el Estado, con sus gobernantes y funcionarios incapaces y corruptos que por décadas hemos padecido, los cuales no sólo no han incorporado el conocimiento de las ciencias en sus desempeños, privilegiando enfoques inadecuados en la solución de estos problemas, como lo han estado haciendo en este tema, dirigiéndose más al desarrollo de estrategias y acciones enmarcadas en la criminología, que en la salud pública y específicamente en la salud mental; simple y llanamente desdeñan las políticas públicas para el bienestar de la población, como la salud y la educación, no invierten los recursos financieros que el estado debe hacer en estos ámbitos fundamentales del desarrollo humano, cuya calidad es determinante en la prevalencia de los comportamientos saludables del ser humano.

Les compartí la experiencia que tuvimos en los años de 1986 y 1987, cuando desde el Centro de Estudios e Investigaciones Médico-Sociales, un grupo de profesionistas integrado por Psiquiatras, Psicólogos, Médicos y Trabajadores sociales,  desarrollamos una Unidad de Psiquiatría y Tratamiento para los menores infractores del estado de Nuevo León, donde privilegiamos la investigación científica y atención integral de las conductas criminales en que se involucraban los niños y adolescentes de esa época, logrando junto con la Texas Youth Comission (TYC) de EU, identificar perfiles con los indicadores médicos, psicológicos, psicométricos, sociales, culturales y psicopatológicos que nos sirvieron de base para hacer una propuesta de atención integral a los menores infractores en nuestro estado, con programas que incluían acciones y estrategias bien definidas en los procesos de atención a esta problemática; como suele suceder, el Estado no sólo no mostro interés, sino al cambiar el gobierno, los nuevos funcionarios desecharon el trabajo hecho, que había tenido reconocimiento internacional, no sólo por la TYC, sino en los Congresos internacionales donde presentábamos las investigaciones y las propuestas.

Hoy  la triste realidad es que los niños y adolescentes, en nuestro estado de Nuevo  León, con problemas de conducta, como los infractores, los que están abusando de drogas, alcohol y otras substancias o los que cursan con conductas disruptivas o emocionales, no tienen las instituciones que les garanticen la atención para su rehabilitación, menos sus derechos fundamentales, plasmados en nuestras leyes como ya lo había señalado  en el blog anterior.

Por eso propusimos, un grupo de médicos, psiquiatras, psicólogos, criminólogos una Ley de salud mental para nuestro Estado, desde noviembre del año pasado, en el Congreso del Estado, que consideramos fundamental para que obligue al Estado invertir en salud mental para todos y todas los ciudadanos, donde sea realidad el derecho a la atención de la salud mental y nos ayude a terminar con la grave violencia que nos agobia desde hace muchos años.

El apoyo de los especialistas hacía este proyecto, en este foro fue lo más trascendente y apreciado, en ese programa.

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