Desde
el 2015, que se inició el periodo de ejercicio de los compañeros que fueron
electos en los congresos nacionales y estatales, como encargados de funciones
directivas y secretariales, he estado insistiendo sobre la necesidad de que
asuman sus responsabilidades en las tareas, apegados a nuestro proyecto político
y documentos básicos, principalmente a los valores, que nos enaltecen en la
lucha contra la simulación, la mentira y el engaño en la política.
Llegué
a presentar un documento a la Comisión Ejecutiva Estatal de MORENA en Nuevo León,
en el mes de febrero del 2016, donde señalaba: “lo evidente que ha sido la
ausencia del trabajo político de la mayoría de los secretarios del CEE, en
contraste con sus ambiciones que les motivaba para llegar a sus cargos, mas con
sus protestas de cumplir y hacer cumplir con sus responsabilidades, que sabían
era de tiempo completo y con nuestra precaria situación económica, es tiempo
que no han logrado ni siquiera hacer el plan de trabajo total y de cada una de
las secretarias. Es urgente posicionarnos políticamente con nuestro
programa en los diferentes ámbitos, no sólo este de la seguridad
penitenciaria, sino además de la seguridad pública, donde persiste la violencia
de género, los asesinatos, secuestros, la transgresión a los derechos humanos,
a la administración pública, la ausente austeridad, la persistente corrupción,
las políticas sociales clientelares y asistencialistas, el precario sistema de
salud, educativo, de procuración de justicia y el modelo económico que nos han
impuesto con sus lacras del endeudamiento, generador de más desigualdad y
pobreza, etc, etc. Es cuestionable, además que ustedes, no hagan uso del poder
que se les confirió, para apoyar los diferentes movimientos ciudadanos,
sindicales y sociales existentes en el estado, más en defender de los
ataques de ese personaje, hacía nuestro líder Andrés Manuel López Obrador”.
Alertaba el grave daño a nuestro partido movimiento ante las conductas de la
mayoría de sus integrantes.
Entonces
la postura que prevaleció en el seno de esa reunión, donde se dio lectura, fue de rechazo total y de las clásicas
posturas emocionalizadas inmersas en la ira y la barbarie, con sus contenidos
precarios ideológicos de su ser político, llegando a afirmar estupideces, como el que yo estaba siendo en aliado del
abominable gobernador que tenemos en Nuevo León, para dañar a MORENA. Solicité
una copia del acta de esa reunión y el derecho a asistir a una sesión de ese órgano para debatir
contra sus argumentos, jamás se me otorgó, enaltecieron sus contravalores de
nuestro movimiento y sumaron uno más: la cobardía de quienes sólo son capaces
de calumniar y difamar en ausencia de quien es su objeto denostativo.
En
el mes de marzo del 2016, en el marco de la sesión del Consejo Estatal, después
de escuchar el informe obligado en voz del presidente del CEE, Edelmiro Santos
y el reforzamiento de sus percepciones de que todo estaba bien en el desempeño
de las funciones del CEE, tome la voz para volver alertar de lo mal que
estábamos, refrende lo que ya había comunicado a ese órgano, seguían sin planes
de trabajo ni el ejercicio de las responsabilidades de los encargados,
solicitándoles que simple y llanamente, si ya no quieren o pueden desempeñarse
que renunciaran. Había mucho que hacer para lograr el funcionamiento
institucionalizado de MORENA y posicionarlo como la mejor alternativa, no sólo
en nuestra sociedad sino en la denuncia y las
luchas de los ciudadanos contra el falaz, autoritario y corrupto
gobierno de Jaime Rodríguez Calderón.
Así,
con esta inercia, han seguido a la fecha, los integrantes de los órganos de dirección en
nuestro estado, no sólo siguieron solapando impunemente sus incumplimientos en
sus responsabilidades en el desempeño de sus encargos, al grado tal de que su
funcionamiento institucional, ha sido sustituido de facto por otros militantes
y simpatizantes de MORENA, situándonos
muy lejos de lo que el partido necesita en Nuevo León rumbó al 2018.
Tenemos
una vida orgánica casi ausente, de no ser por los intentos de sesión semanal
que desarrolla el CEE y las reuniones trimestrales del Consejo estatal, con la prevalencia de faltas de quorum, con
agendas circunscritas a informar, asambleas sin debates, sin construcción de
consensos, ni promoción de espacios de dialogo, que permitan fortalecer la conciencia política
morenista y con ello blindar convicciones contra las desviaciones y
perversiones de nuestro ser político. Ha prevalecido un activismo inmerso en tonterías
y conflictos personales, con sus tufos facciosos subsumidos en la ancestral subcultura
corrupta de los políticos pripanperredista, pleitos personales como el que no
logran solucionar los dirigentes principales, otrora aliados en la lucha por el
poder. El colmo ha sido la existencia de
eventos políticos difusores de nuestro proyecto alternativo de Nación y de AMLO, promovido y organizado por personajes
de dudosa probidad como el celebrado la semana pasada en el Hotel Ancira por el
Casinero Luis Carlos Urzúa. En tanto no hemos organizado como partido, para la
militancia y los simpatizantes un solo evento con este mismo objetivo, menos
nos hemos articulado al movimiento social opositor al gobierno denigrante del “bronco”
en nuestro estado. La precariedad política
de nuestros dirigentes los ha llevado a cometer torpezas, como cuando nos convocaron
a manifestarnos contra el “bronco”, en un evento organizado por organizaciones anti
morena, además de desacatar acuerdos de congresos nacionales y exhibir pobreza ideológica
en sus posturas políticas en los escasos foros y entrevistas a que son
invitados, más torpes son cuando abusando de su empoderamiento promueven su
influyentismo obstaculizando las actividades de los enlaces, las reuniones de
los órganos de dirección, como el Consejo Estatal, más vil es que estén ofreciendo
las próximas candidaturas electorales a cambio de servilismos a sus intereses
personales o de grupo mezquinos.
Estamos
a tiempo, es la última llamada, para corregir las desviaciones y perversiones
que nos han infestado, fortalezcamos el funcionamiento institucional de los
órganos de dirección de MORENA en Nuevo León, donde prevalezcan las asambleas y
todos los escenarios, que nos permitan
debatir, para construir consensos, con el respeto, el orden y la libertad, que
nos caracteriza en nuestra concepción de la democracia, superemos ya el
infantilismo político, que prevalece y que sólo beneficiara a los tradicionales oportunismos electorales
de los personajes más perversos de la política clientelar, corporativa,
asistencialista y del influyentismo
despótico con sus organizaciones partidistas, como los del PT, el PRD,
MC, las empresariales y las denominadas organizaciones “ciudadanas”, que ya están
muy activas, y donde de prevalecer nuestra debilidad partidista impondrán sus intereses,
contribuyendo en prospectiva a que nuestra vida partidista, siga con sus
debilidades para su beneficio y la complacencia de las oligarquías que
mantienen el régimen de oprobio que combatimos.
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