Ocuparse, en el oficio de maestro, requiere integrarse con
una gran mística de servicio, donde el objetivo supremo de la enseñanza, trasciende
sobre los satisfactores personales que se buscan ordinariamente en los
desempeños laborales, sobre todo los económicos y del mantener el éxito en la vida,
principalmente con sus indicadores del patrimonialismo cosificado en los bienes
materiales y en las capacidades del gasto en los servicios y productos del consumismo,
que nos ha impuesto el mercantilismo, que prevalece en nuestras sociedades, que
gobiernan con las políticas neoliberales como las que han imperado en nuestro
país, México.
Desde el siglo pasado, esas políticas neoliberales, han
estado precarizando la inversión financiera que el Estado debe mantener, no
sólo han estado obstaculizando el pleno ejercicio de los ciudadanos y
ciudadanas en su derecho a la educación, limitando los accesos a los diferentes
niveles y grados, desde la preescolar, primaria, secundaria, preparatoria y no
se diga la superior, sino a han querido imponer sus modelos mercantilistas y
deshumanizantes, con presuntas reformas educativas muy lejos de sus mismas
peroratas de la calidad y de la excelencia educativa.
En México, el Estado gobernado por los regímenes pripanistas
ha priorizado los usos políticos de la educación, para el control y dominación,
sobre los usos necesarios para lograr que la educación sea el motor del cambio,
para alcanzar los más altos niveles de desarrollo humano, social, cultural y político
que deberíamos tener de conformidad con nuestras grandes riquezas nacionales.
En el sexenio peñista, que vivimos, se han ufanado de haber
logrado una gran reforma educativa, donde lo que ha trascendido han sido sus
programas, acciones y estrategias dirigidas a tener ese mayor control y explotación
de los maestros y maestras, donde predominan cambios administrativos y
laborales, sin activar lo que debiera ser la profunda transformación del modelo
educativo, que prevalece en la enseñanza básica, menos en lograr la necesaria
reforma académica, que necesitamos en los niveles de enseñanza superior y de
postgrado. Ha sido una pseudoreforma impuesta autoritariamente, excluyendo a
los principales actores, maestros y maestras que a diario, superando
ancestralmente las carencias, desde los necesarios ambientes seguros y saludables
de las aulas, los bajísimo salarios y precarias prestaciones, así como los mínimos
materiales auxiliares para la enseñanza,
no dejan de ejercer su vocación y su mística de servicio con sus educandos.
Es una reforma que MORENA y sus simpatizantes, hemos decidido
derogar, y así lo ha reiterado AMLO, para implementar una vez que iniciemos el nuevo
gobierno, el proceso para la construcción de la anhelada reforma educativa, con
la participación de todos los maestros y maestras, intelectuales,
organizaciones de la sociedad civil, empresarios y académicos, que trascienda
por lograr imponer los cambios en el modelo de enseñanza y el derecho
incondicional de acceso a la educación en todos los niveles educativos.
Sera una reforma educativa que reconozca la gran vocación de maestros
y maestras mexicanas que a pesar de los múltiples obstáculos, que han padecido
por décadas, se han mantenido con su gran mística de servicio a nuestra patria, serán
tiempos donde reivindicaremos este derecho, negado históricamente por políticos
y funcionarios educativos que prefirieron integrase al sistema corrupto
imperante, alejándonos de los más altos niveles de desarrollo educativo y científico
que hoy se imponen en los países con los más altos niveles de desarrollo humano
del mundo.
Feliz día a todos y todas las maestras en este año 2018.
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