domingo, 27 de enero de 2019

EN MORENA: SIN CABAL INSTITUCIONALIDAD NO HABRA 4ª-TRANSFORMACION


Una de las lacras políticas que adoptamos, no sólo en la construcción de nuestro movimiento partido, sino mayormente, para asegurar la victoria por la vía electoral, sin violencia, pacíficamente, para lograr el poder presidencial y legislativo, en México, fue el pragmatismo, con sus lastres del influyentismo, clientelismo, corporativismo y sectarismo, transgresores de la democracia, los valores éticos y los principios fundamentales inmersos en nuestros documentos básicos.

Muchos de los que habíamos bregado por décadas, en las luchas opositoras, sobre todo con convicciones socialistas y liberales, estábamos claros que Morena sería el canal electoral, para decenas de millones de personas, que estaban en el hartazgo del régimen de oprobio y sus políticas neoliberales, convergiendo en destruirla, para construir una sociedad plenamente libre, democrática y donde imperara la justicia.

En Nuevo León y en muchas partes del país, ese prgamatismo se integró, en el 2012, en la tarea de  lograr, a como diera lugar, las asambleas constitutivas en los diferentes niveles, locales, federales, municipales y estatales. Así sin los quórums exigidos, menos la conciencia y convicciones cultivadas con la información y sus integradas identidades ideológico-políticas, iniciamos con una incipiente militancia, inmersa en el sistema de valores y creencias de la subcultura política de los partidos, al servicio de ese régimen, con las lacras del grupismo faccioso, sectario, subordinando intereses personales, con ambiciones y voracidades por el poder, muchos sin  escrúpulos, propio de los vivales de la politiquería.

Luego, además de prevalecer lo anterior, en las siguientes asambleas del partido, en el 2015, ya constituidos como partido político nacional, fue la imposición de la mayoría de candidatos y candidatas en el pasado proceso electoral del 2018, aprovechando la cuestionable alianza partidista “Juntos Haremos Historia”, cabalgaron personajes oportunistas, sin militancia, ni convicciones revolucionarias opositoras, con antecedentes, letales de nuestros principios, por sus activismos políticos partidistas inmersos en la corrupción al servicio de los gobernantes y las mafias del poder, a contentillo del régimen que por décadas hemos estado combatiendo.

Carentes de esa cabal institucionalidad, los militantes de MORENA seguimos sin desempeñar las responsabilidades como partido en el poder, dispersos, sin unidad, desinformados, sin transparencia, plan de acción, menos con escenarios de democracia participativa interna, con una perversa estrategia, de no lograr el funcionamiento de los órganos de dirección y conducción política, asfixiados por el mal del centralismo autoritario, ejercido por la dirección nacional del partido, sin liderazgos trascendentes, pusilánimes, con una impunidad descarada, prevaleciente en algunos dirigentes y militantes, además con funcionarios de partido, como los diputados de nuestro grupo legislativo en el congreso del estado, ejerciendo conductas políticas transgresoras de nuestros principios y programa político.

No se diga de las amenazas que en prospectiva representan, para nuestra propuesta revolucionaria de la Cuarta transformación, la integración de funcionarios, que ha iniciado en las instituciones y dependencias de la administración pública federal en el estado, algunos sin el perfil, sin convicciones ni conciencia política, con los principios e ideales de nuestro movimiento, ex priistas, panistas y oportunistas, que sólo se han apropiado del discurso anticorrupción y que no debemos olvidar su papel en el régimen de oprobio, porque sus cambios son sólo máscaras, para seguir ejerciendo sus virtudes del oportunista gatopradismo,  fortaleciéndose como nuestros adversarios de partido.

Ahora resulta que los grandes capitalistas y ex líderes del PRIAN que antes se nos oponían ferozmente. se han convertido en los oportunistas transformistas, que hoy en nombre de Morena, no solo en nuestro partido, sino en las instituciones, quieren imponer sus intereses, lo que obstaculizara los intentos reformistas, democratizadores y modernizadores de nuestro movimiento.

Ese pragmatismo ha sido una amenaza letal que ha obstaculizado el funcionamiento organizado, institucional, inmerso en el funcionamiento responsable, apegado a las convicciones revolucionarias, transformadoras, contenidas en nuestros documentos básicos, que acordamos como la esencia de nuestro ser político en este movimiento, que iniciamos, desde principios de este siglo y donde coincidimos con AMLO y la mayoría de los dirigentes nacionales, para darle continuidad en este frente de batalla, los que desde el siglo pasado, bregamos en las luchas y movimientos sociales para acabar con el régimen de oprobio que hoy estamos iniciando.

Morena tiene que volverse ya, un partido político formal donde el funcionamiento institucional sea cabal, organizado, sin simulaciones, congruente con su programa, valores y principios, este es el eje fundamental de las exitosas transformaciones revolucionarias históricas, este es el principal reto para lograr que nuestro Proyecto Alternativo de Nación se haga realidad, solo así lograremos encauzar las formas de representación que refuercen el pluralismo alcanzado, además de ser capaces de otorgar flexibilidad y firmeza a las nuevas formas del intercambio político y el ejercicio del mando que la Cuarta Transformación exige.




viernes, 18 de enero de 2019

SALUD MENTAL Y LOS MEDIOS DE COMUNICACION

Los avances en políticas de salud mental en nuestras sociedades, que se han venido fortaleciendo con la implementación de leyes, programas y algunas mejoras en el financiamiento sobre este rubro, deben complementarse con cambios necesarios en los medios de comunicación, en sus formas de ver e interpretar los hechos que integran sus contenidos informativos, donde contextualizan la enfermedad mental.
 
El gran poder que ejercen los medios de comunicación, influyendo en la percepción de la realidad de las personas, provocando emociones, conductas, creencias y juicios sobre la interpretación del mundo que nos rodea, es uno de los factores determinantes de los comportamientos saludables en las relaciones humanas, que lamentablemente en México, como en muchos países del mundo, siguen transmitiendo explícita, abrupta y en forma sutil, la imagen errónea y negativa de la enfermedad mental, contribuyendo a perpetuar estereotipos, prejuicios y falsas creencias, lejos de la realidad, que impone el conocimiento científico, que perjudica de manera directa a los derechos de las personas con problemas de salud mental y a su entorno.

Es frecuente en sus contenidos de noticias y reportajes, de sus barras informativas, que en los hechos, donde existe presunción de responsabilidad de un enfermo psiquiátrico, suelen en sus titulares, sintetizar la información de manera incorrecta, simplista, con un carácter alarmista y morboso, sobre todo cuando ha existido violencia, como sucedió en los hechos trágicos de un colegio privado, de nuestro estado, donde un adolescente balaceo, lesionando a compañeros y asesinando a su maestra, incriminado prematuramente, de tener un trastorno psiquiátrico. Este tipo de noticias, por su efecto de correlación ilusoria, hace que se perpetúen ideas, como que las personas con un trastorno mental son violentas, agresivas y peligrosas, y que actúan de forma irracional, lo que está comprobado que es falso. En otros casos se confunden las causas reales de una agresión o conducta violenta relegándola a un problema psiquiátrico cuando muy probablemente sea debido a problemas socio-económicos, violencia de género, educacionales, etc.
Otra forma es la perpetuación de prejuicios y concepciones erróneas, como cuando se refieren a estadísticas de prevalencia de las enfermedades mentales o en los casos que presentan, intitulan el padecimiento y su contenido noticioso no contribuye para normalizar la imagen de la enfermedad mental, reproduciendo prejuicios de incapacidades y la visión estigmatizadora de la enfermedad mental, son noticias donde el periodista, parece no haberse documentado, ni que haya recurrido a distintas fuentes de información como seguramente haría con cualquier otra temática. También es frecuente el uso inapropiado de términos del ámbito de salud mental en otros contextos, como cuando existen noticias que no hacen referencia directa a la salud mental, especialmente en artículos de opinión o en sección de deportes y cultura (donde la línea divisoria entre información y opinión no es tan precisa), usan elementos y terminología psiquiátrica para describir situaciones, personas o cosas que no tienen nada que ver. Por ejemplo, en el caso de la esquizofrenia, se usa a menudo para adjetivar una situación caótica, irracional, extravagante expresiones como “es esquizofrénico lo que propone el gobernante” o “se está generando psicosis, es una verdadera locura por las compras..”. Desde hace algunas décadas se ha integrado el uso inadecuado del Trastorno Bipolar, donde los comportamientos impulsivos inmersos en cambios en el estado de ánimo de artistas, deportistas y políticos, son dirigidos a descalificarlos y etiquetarlos en perversos propósitos. En estos casos, el uso inapropiado y peyorativo de estos términos hace que las personas que sufren estos trastornos puedan sentirse ultrajadas, a la vez que en muchas ocasiones contribuye a perjudicar la imagen social de las personas con un trastorno mental. Ni que decir de las prevalecientes ilustraciones o imágenes presentadas, que de manera obscena aparecen en los medios, cuando abordan cualquier tópico relacionado con la enfermedad mental, donde aparecen personas que suelen presentarlos en actitudes pasivas, sin ningún tipo de interacción social, transmitiendo sensación de lástima, soledad, aislamiento, con la mirada perdida, tendidos en el suelo tapándose la cara o en largos pasillos

En suma, los medios de comunicación tienen que dejar de utilizar los términos ofensivos, inexactos y anticuados, que perpetúan la ignorancia y conducen al estigma: enfermo mental, trastornado, perturbado, psicópata, loco; que etiquetan a los individuos sustantivando su condición: esquizofrénico, depresivo, maníaco, anoréxica, psicótico, bipolar, etc... Los términos que enfatizan la parte negativa y condiciones severas: enfermedades mentales/psiquiátricas, así como los ofensivos: manicomio, psiquiátrico, que contribuyen a la estigmatización: reclusión, internamiento, encierro. No debe haber más titulares alarmantes o morbosos que incluyen el tema de salud mental de manera gratuita para captar la atención del lector, no mencionar los problemas de salud mental, si éstos no son relevantes para la correcta comprensión del hecho noticioso. Evitar las Imágenes que transmitan discapacidades, aislamiento social, improductividad o que despierten compasión o rechazo, evitar aquellas informaciones, que hayan perjudicado los derechos de las personas o asociaciones del ámbito de la salud mental o su imagen pública; omitir información o proporcionar información sesgada, que perpetúe falsos vínculos entre enfermedad mental y conductas violentas o ilegales; dejar de usar términos psiquiátricos como adjetivos en otros contextos: esquizofrénico, paranoico, depresivo, anoréxico, etc.
El poder de los medios para mantener y perpetuar concepciones erróneas es una realidad, que tenemos que corregir para lograr mejorar la salud mental de nuestros habitantes y los más altos niveles de desarrollo humano y social de nuestros estados.

domingo, 13 de enero de 2019

ELIMINAR EL NEOLIBERALISMO DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS EN MEXICO

Desde los años sesentas, del siglo pasado, cuando estábamos inmersos en el activismo por lograr la Autonomía real de nuestras universidades públicas, desarticulándolas de sus dependencias de los gobernantes del poder ejecutivo, quienes imponían rectores, directores y definían los modelos administrativos y académicos, que debían prevalecer en las funciones sociales, culturales, de enseñanza e  investigación científica, enarbolábamos también, la lucha por la construcción de una universidad pública, que se desempeñara plenamente, donde prevaleciera su función social y cultural, para lograr los más altos niveles de desarrollo social y humano de nuestro pueblo, con la libertad de catedra, la participación democrática, la equidad y los procesos de autogestión como ejes de solución para la solución de los problemas de los universitarios.

Impulsábamos la reforma de la universidad, que decíamos debía ser democrática, científica y humanista. Las actividades de la universidad deben ser: la investigadora, la docente, la de extensión universitaria y la de labor social. Las funciones de la universidad han de ser: históricas ( en la transformación y conservación del acervo de conocimientos científicos), formativas (al desarrollar en sus integrantes la conciencia metodológica y social que permite la libre determinación del pensamiento), sociales (en cuanto concierte el trabajo individual en una profesión, que ha de considerarse como labor social), cognoscitivas (en cuanto hace del conocimiento verdadero la meta principal de su actividad) y técnicas (en cuanto favorece la habilidad y el ejercicio del trabajo profesional.
Promovíamos que la universidad debería estar abierta a todas las corrientes del pensamiento, fomentando un dialogo constructivo dentro de la forma de comunicación y el respeto universitarios, como una intercomunicación de conciencias, hecha sobre la base del rigor cognoscitivo y metodológico, que permita la elevación del pensamiento y no se estanque en el simple juego caótico de las ideas o de la universidad sometida a las doctrinas dominantes, en turno, de acuerdo con las modas intelectuales o los intereses de grupos políticos dominantes.
Eran los tiempos, de lucha contra el sistema social que vivíamos, inmerso en el autoritarismo, la injusticia y las ausentes libertades con sus lacras de antidemocracia y sin el respeto mínimo al ejercicio de nuestros derechos humanos y sociales, donde predominaba el elitismo en las escuelas y facultades de las universidades, donde solo ingresaban, quienes según ellos eran los mejores estudiantes, con sus lacras de influyentismo y filtros económicos, con sus necesidades de recursos económicos exigentes de cuotas económicas, lejos del alcance de las clases bajas y medias, que sumado a sus políticas de bajo financiamiento, obstaculizaban el acceso a la educación preuniversitaria y a los grados de licenciatura con sus postgrados.

Fuimos estigmatizados como comunistas y en su guerra sucia, contra nuestra oposición al régimen, los gobernantes represores y los oligarcas, desarrollaron toda una estrategia de dominio y control, que los llevo a lograr simular el ejercicio de la autonomía universitaria, eliminando temporalmente los exámenes de selección, enarbolando nuestras demandas de modernidad y sus reformas universitarias, hasta llegar a ufanarse de sus excelencias académicas, investigaciones y de la función social y culturalque les enaltecía. Nada trascendía en sus gatopardismos, en sus retrógrados contenidos académicos ni de sus investigaciones, lejos del vanguardismo científico, que avanzaba en el mundo, menos de sus conductas represoras hacia alumnos, personal académico y administrativo, que osaran ejercer sus libertades y exigencias de derechos, nos expulsaban con gran facilidad, fortalecidos en su autonomía y con la complicidad de los funcionarios impartidores de justicia,  lo que interiormente les facilitaba el control y esa paz interna que pregonaban ante los gobernantes del régimen de oprobio que vivíamos.
En la década de los ochentas llego la imposición del modelo neoliberal, con sus peroratas de modernidad, de lograr mejorar nuestro desarrollo socioeconómico, disminuyendo desigualdades y las lacras de la pobreza, con el imperio del libre mercado y su globalización mundial, con sus valores de fomento de la libertad individual, subordinando los éxitos al desarrollo económico y patrimonial de las personas y de las sociedades, integrando la competitividadcon sus tesis de calidad, mercantilizando hasta las instituciones de enseñanza, marginando las ciencias filosófico-humanistas de los procesos de enseñanza, en todos los niveles, desde la básica, hasta la de postgrado, atentando letalmente contra la ética y degradando el saber a los usos consumistas, buscando el  adormecimiento de las conciencias críticas y libertarias, enalteciendo el tener, acumular riquezas materiales, el simular ser y la explotación del otro, como el estilo de vida en las personas exitosas.

El neoliberalismo les reforzó su tesis de que sólo los mejores debían ingresar a sus universidades, entonces fue que eliminaron el pase automático, que existía en universidades como la UANL y que había logrado que los estudiantes ingresaran sin el examen de selección a las prepas y facultades; también que encarecer el servicio educativo, cobrando altas colegiaturas, no sólo sería otro obstáculo en sus pretensiones elitistas, sino daría mayor valor a su estatus universitario. La inserción de la búsqueda de la Excelenciaen sus paradigmas de calidad les llevo a las fiebres de las certificaciones para acreditar a las instituciones, sus programas, planes de estudios, procesos administrativos, generando a una nueva clase empresarial, que a través de sus agencias se enriquecerían con los financiamientos públicos que requerían por sus servicios. En ese contexto las funciones sociales de la universidad se integraron al mercantilismo, las practicas, los servicios sociales fueron dirigidas a beneficiar mayormente a las empresas, no sólo la investigación fue dirigida más hacia los intereses empresariales, dejando a un lado los temas prioritarios para nuestra sociedad en la solución de los problemas de salud, ecológicos, alimentarios, educación, sino intensificaron la comercialización de la cultura y la extensión universitaria, orgullosos de convertir la universidad en una empresa, sumergiendo a los estudiantes en sus paradigmas del comercio, con el eje central de la competencias, las direcciones gerenciales, individualizando y silenciando a los académicos e investigadores universitarios, al organizarlos en torno a la ganancia económica diferenciada y la precarización, marginando la experiencia colectiva, excluyendo la participación comunitaria, mandando al carajo la democracia participativa. Ni que decir de la corrupción que se integró estructuralmente en sus fines de control social para mantener la paz en el seno de sus universidades.
Desmantelar el neoliberalismo en nuestras universidades públicas será uno de los mayores desafíos que enfrentaremos en la Cuarta Transformación que pretendemos de nuestro México. En el contexto del desarrollo político, social y democrático del país y nuestro estado, la universidad publica, no debe estar al margen de la transición, alternancia y la lucha por la transparencia y el ataque frontal contra la corrupción, por lo que es necesario que todos impulsemos las acciones que permitan lograr que la universidad pública en México se caracterice por:

1.     Lograr la plena autonomía del gobierno y del poder ejecutivo en turno, ningún funcionario público, debe participar en los procesos internos democráticos y solo los universitarios deberán decidir en la elección de sus autoridades mediante el voto directo, universal y secreto.

2.     Lograr la anhelada Reforma Universitaria, con planes y Programas de estudio que superen sus integradas influencias del neoliberalismo y se actualicen acorde a las necesidades éticas, económicas, sociales, culturales, científicas, tecnológicas y filosófico humanistas.

3.      Ser instituciones donde el ejercicio de las libertades, la democracia, la justicia, la ética y la transparencia sean la base de los cimientos de su funcionamiento académico, científico, cultural y administrativo.

4.     Ser una universidad abierta para todo el pueblo, gratuita, sin cuotas o pagos para su alumnos, sobre todo de las clases sociales más desprotegidas, los hijos de los obreros, empleados y campesinos, que acabe con  mecanismos de selección  y titulación, cuestionables y simulados, que solo han contribuido a la miseria  de nuestra sociedad cerrando las puertas a miles de jóvenes.

5.     Ser una institución con excelencia académica lo cual no solo se logra con más títulos nobiliarios de postgrado de los recursos humanos o los recursos ostentosos e inalcanzables, materiales y económicos, de los modelos neoliberales y sus certificaciones de calidad y/o competitividad, cuando se es libre, la mística de servicio es el detonante más importante de la calidad y productividad en la función pública.

6.     Acabar con los grupos de poder, que en sus diferentes dependencias se han convertido en verdaderos caciques con visiones patrimonialistas, reproduciendo comportamientos antidemocráticos y represivos permanentes en aras de mantener sus prebendas.

7.     Ser una universidad vinculada permanentemente con la sociedad no solo a través del servicio social obligatorio de los alumnos, sino con la participación permanente de todos en la solución de sus problemas sociales, con posturas críticas y propositivas que logren trascender en el desarrollo de nuestra sociedad.

8.     Ser una universidad para la vida donde la formación del alumno, no solo sea capaz y generador de su propio aprendizaje, sino logre y genere la libertad plena para sí y para los demás, dejando atrás conformismos alienantes que solo sirven para obstaculizar el desarrollo social.
Si no se logran estos cambios, nuestras universidades públicas, difícilmente lograran cumplir con su rol fundamental, en su contribución a los más altos niveles de desarrollo social y humano de nuestra sociedad.

lunes, 7 de enero de 2019

AMLO Y LA PRUDENCIA EN LOS LOGROS DE SALUD EN MEXICO

Durante la inauguración de las oficinas del IMSS y la presentación del Plan IMSS 2018-2024 en la ciudad de Morelia Michoacán, el pasado 3 de enero, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador expreso: “Vamos en seis meses a darle atención especial con el nuevo sistema de salud a ocho estados y cada seis meses se incorporan ocho más, para que en dos años tengamos ya un buen sistema de salud. Un sistema de salud como el que tienen en Canadá, como el que tienen en el Reino Unido, como el que tienen en Dinamarca, de lo mejor, ese es el compromiso. (https://lopezobrador.org.mx/2019/01/03/version-estenografica-de-la-inauguracion-de-las-oficinas-del-imss-en-morelia-michoacan/)

Es una meta que reiteradamente AMLO ha referido en las propuestas generales de salud, presentadas durante la operación del gobierno de transición y que ha estado declarando desde que asumió la presidencia, perseverando además en sus discursos, no sólo durante la campaña electoral, sino desde que fundamos el Movimiento de Regeneración Nacional y consensamos el Proyecto Alternativo de Nación, posterior, referente de la plataforma electoral que MORENA y los partidos de la Alianza “Juntos haremos Historia” presentaron ante el instituto Nacional Electoral en la pasada elección.

Sin duda hemos compartido esa anhelada meta, pero la realidad económica, política y social que vivimos, en esta transición de cambio de régimen, hace difícil que en 2 años tendremos niveles de salud como Dinamarca, Reino Unido y Canadá, países que como México, forman parte de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), junto con 34 naciones, donde nuestro país, ocupa el deshonroso 32 lugar en los gastos totales en salud, con un gasto en salud anual per cápita de 1084 dlls, cuando el promedio de los países es de 3484 dlls, contamos además solo con un 1.6 camas por mil habitantes, en tanto el promedio de los países es de 4.8; tenemos la tasa más alta de obesidad y los pagos en medicina privada son dos y media veces mayores que los países miembros de la OCDE; lo anterior sin contar que los países que toma como referente para lograr el nivel de salud son naciones muy ricas, reconocidas como países de alto nivel, no sólo de desarrollo económico sino humano,  cuando se comparan con México.
No sólo hace falta mayor inversión económica del estado en materia de salud, que este año 2019, en el presupuesto de egresos de la federación, no alcanzara ni el 3% del PIB. Mientras no se mejore la situación económica de la mayoría de la población, disminuyendo las brechas de desigualdad económica y las lacras de la pobreza y no logremos mejorar la disposición de los recursos materiales, humanos, técnicos y profesionales del sistema de salud universal, integrados en la atención primaria a la salud que como paradigma nos proponemos desarrollar para que trasciendan las acciones de la medicina preventiva sobre la medicina curativa, no lograremos esa meta anhelada, que sin duda ha sido nuestra lucha por décadas, obstaculizada por las políticas económicas del modelo neoliberal.

AMLO debe ser prudente, mas ante funcionarios de salud y seguridad social, que se han integrado a su gabinete, bregados servilmente con el otrora régimen de oprobio, difíciles de cambiar en sus mentalidades operativas, donde es evidente que están ejerciendo el acriticismo, autoenlteciendose vituperiosamente, lejos de las virtudes éticas que debemos de fomentar en la renovación moral de las instituciones que pretendemos.