Durante la inauguración de las oficinas del IMSS y la
presentación del Plan IMSS 2018-2024 en la ciudad de Morelia Michoacán, el
pasado 3 de enero, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador expreso: “Vamos
en seis meses a darle atención especial con el nuevo sistema de salud a ocho
estados y cada seis meses se incorporan ocho más, para que en dos años tengamos
ya un buen sistema de salud. Un sistema de salud como el que tienen en Canadá,
como el que tienen en el Reino Unido, como el que tienen en Dinamarca, de lo
mejor, ese es el compromiso.
(https://lopezobrador.org.mx/2019/01/03/version-estenografica-de-la-inauguracion-de-las-oficinas-del-imss-en-morelia-michoacan/)
Es una meta que reiteradamente AMLO ha referido en las
propuestas generales de salud, presentadas durante la operación del gobierno de
transición y que ha estado declarando desde que asumió la presidencia,
perseverando además en sus discursos, no sólo durante la campaña electoral,
sino desde que fundamos el Movimiento de Regeneración Nacional y consensamos el
Proyecto Alternativo de Nación, posterior, referente de la plataforma electoral
que MORENA y los partidos de la Alianza “Juntos haremos Historia” presentaron
ante el instituto Nacional Electoral en la pasada elección.
Sin duda hemos compartido esa anhelada meta, pero la realidad
económica, política y social que vivimos, en esta transición de cambio de régimen,
hace difícil que en 2 años tendremos niveles de salud como Dinamarca, Reino
Unido y Canadá, países que como México, forman parte de la Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), junto con 34 naciones, donde nuestro
país, ocupa el deshonroso 32 lugar en los gastos totales en salud, con un gasto
en salud anual per cápita de 1084 dlls, cuando el promedio de los países es de
3484 dlls, contamos además solo con un 1.6 camas por mil habitantes, en tanto
el promedio de los países es de 4.8; tenemos la tasa más alta de obesidad y los
pagos en medicina privada son dos y media veces mayores que los países miembros
de la OCDE; lo anterior sin contar que los países que toma como referente para
lograr el nivel de salud son naciones muy ricas, reconocidas como países de
alto nivel, no sólo de desarrollo económico sino humano, cuando se comparan con México.
No sólo hace falta mayor inversión económica del estado en
materia de salud, que este año 2019, en el presupuesto de egresos de la federación,
no alcanzara ni el 3% del PIB. Mientras no se mejore la situación económica de
la mayoría de la población, disminuyendo las brechas de
desigualdad económica y las lacras de la pobreza y no logremos mejorar la disposición
de los recursos materiales, humanos, técnicos y profesionales del sistema de
salud universal, integrados en la atención primaria a la salud que como
paradigma nos proponemos desarrollar para que trasciendan las acciones de la
medicina preventiva sobre la medicina curativa, no lograremos esa meta anhelada,
que sin duda ha sido nuestra lucha por décadas, obstaculizada por las políticas
económicas del modelo neoliberal.
AMLO debe ser prudente, mas ante funcionarios de salud y
seguridad social, que se han integrado a su gabinete, bregados servilmente con
el otrora régimen de oprobio, difíciles de cambiar en sus mentalidades operativas,
donde es evidente que están ejerciendo el acriticismo, autoenlteciendose
vituperiosamente, lejos de las virtudes éticas que debemos de fomentar en la renovación
moral de las instituciones que pretendemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario