Una de las visibles consecuencias del
pragmatismo obligado, fue el empoderamiento de personajes con dudosas lealtades,
que los dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional, operaron para
fortalecer la alianza Juntos Haremos Historia, como plataforma político
electoral y así lograr la victoria de Andrés Manuel López Obrador, a la
presidencia de México y en el Congreso de la Unión, al facilitarles su asenso a
los cargos de funcionarios, no sólo en las candidaturas como diputados
federales, locales y senadores, que victoriosamente lograron gracias a AMLO,
sino en su integración al gabinete, en las diferentes secretarias e
instituciones en todo el país, en todos los niveles locales, regionales y
nacionales. Son personajes políticos oportunistas, no sólo sin conciencia ni
convicciones ideológicas, menos revolucionarias, sino con pasados de
complicidades con gobernantes corruptos, integrados en las redes
delincuenciales del poder.
Primero, fue la integración victoriosa de los 59 senadores,
que lograron la conformación del grupo legislativo de MORENA, donde menos del
40% son compañeros y compañeras que bregaron con nuestro movimiento, desde que
iniciamos en el 2003, con AMLO. La hegemonía de la cultura política sin ética,
se dejó ver en los acuerdos ignominiosos con el grupo legislativo del PVEM,
prestándose a que Manuel Velasco Coello, solicitara licencia en el Senado para
volver a gobernar en su estado Chiapas. Luego en la integración de los 259
diputados federales, del grupo legislativo de MORENA, estuvo peor, con sólo un
tercio de compañeros y compañeras, que han bregado en nuestro movimiento, es
cuestión de revisar sus semblanzas curriculares, con sus antecedentes políticos
y formación académica, algunos de ellos a pesar de ser fundadores de nuestro
partido, como el diputado Edelmiro Santos Díaz, de nuestro estado, con posturas
retrogradas, a favor de la criminalización del aborto, otros como el diputado
Cipriano Charrez Pedraza, ex –panista que fue postulado por nuestro partido,
con conductas criminales, y que el Congreso ordenó, ayer, el retiro del fuero
constitucional, por su presunta responsabilidad de los delitos de homicidio
culposo, omisión de auxilio y daño en propiedad ajena.
Luego, fue la sorpresa en la integración del gabinete, en las
22 dependencias más importantes, donde sólo 8 de los secretarios y secretarias,
son bregados en nuestro movimiento, destacando Luisa María Alcalde, como
secretaría del Trabajo, Alfonso Durazo como Secretario de Seguridad Pública,
Roció Nahle en Secretaria de Energía, Irma Erendira Sandoval en la Secretaria
de la Función Pública, María Luisa Albores como Secretaria de Bienestar y el
Dr. Jorge Alcocer, como Secretario de Salud, este último, ensombrecido por los
nombramientos de Germán Martínez, director del IMSS y Luis Antonio Ramírez,
director del ISSSTE, ex servidores de la mafia del poder. Hoy quizás, como lo
ha declarado, Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la presidencia, cuando se le ha cuestionado ese contexto, son
de la mafia del poder converso.
Finalmente en la
designación de los 32 coordinadores estatales, que se han constituido en el
vinculo más importante, entre el poder ejecutivo nacional y los gobiernos
locales, responsables de los programas más importantes dirigidos a las
políticas del bienestar social, que pretenden desmantelar el uso clientelar, corporativo
y asistencialista heredados de los gobiernos neoliberales; el análisis de
trayectorias, no sólo profesionales o de capacidades administrativas, sino
políticas, de los nombrados, sólo 11 de los funcionarios cumplen cabalmente y
sin antecedentes de colaboracionismo, en el PRI, el PAN o el PRD, con el
régimen de oprobio, para esperar cumplir con firmeza con las tareas revolucionarias
transformadoras. Estamos haciendo la presunción, de que más de dos tercios de
los estados del país no están en condiciones óptimas para operar ese trabajo
político tan importante. Se dan casos absurdos donde el pasado panista o
priista del coordinador estatal se reproduce, integrando sus congéneres
políticos, ex priistas, panistas y perredistas, desarrollando una estructura de
sus operadores, denominados servidores de la nación, marginando a los
activistas y militantes de MORENA.
Es un mal innecesario, que ha llevado a la marginación de
muchos de los activistas, militantes y simpatizantes de MORENA, que han bregado
en los movimientos sociales y políticos de la izquierda, desde el siglo pasado,
con férreos principios, convicciones, lealtades y sobre todo disciplina, que
nos llevó a aceptar las integraciones de los personajes más ignominiosos de la
política, subordinando el interés supremo de lograr la victoria, para iniciar
así el desmantelamiento del régimen de oprobio que combatimos, e iniciar la
Cuarta Transformación de nuestra patria.
Son personajes que se han formado, integrando los valores y
principios de la cultura política del régimen de oprobio al que sirvieron,
fueron beneficiarios, con una clara mentalidad de servirse del poder, inmersos
en el autoritarismo, el influyentismo, el amiguismo, el nepotismo, el
clientelismo, la corrupción y demás lacras de políticos, funcionarios y
gobernantes. Por eso, de palabra, solo en el discurso, no batallan en integrar
la lucha contra la corrupción y se suman a la democratización de nuestra
sociedad. Sin embargo, la precariedad ideológico – política, sumada a los usos,
costumbres y el sistema de creencias inmersos en sus pasados formativos, los
llevara a posturas de resistencias, para desmantelar el modelo de desarrollo
económico y político del neoliberalismo, de tal forma que emergerán como
traidores a la 4 T.
Necesitamos fortalecer las identidades y convicciones ideológico
políticas de los principales funcionarios, que conforman las redes del poder, en
nuestro gobierno y tener cero tolerancia a las deslealtades y a la impunidad en
sus desempeños, así como superar la marginación y exclusión de que han sido
objeto, cientos de militantes, dirigentes y fundadores de nuestro movimiento,
victimas del influyentismo ramplón, de la cultura política de los personajes
oportunistas, hoy empoderados por la victoria histórica de nuestro movimiento.
Los morenistas debemos hacer imperar la MERITOCRACIA, en la selección de los aspirantes a los cargos en
los diferentes niveles de funcionamiento directivo de las instituciones del
gobierno federal, sin lo anterior, la infestación de estos gérmenes del régimen
de oprobio que combatimos, serán un grave obstáculo para la Cuarta Transformación
Histórica de nuestra patria, que hemos iniciado con Andrés Manuel López Obrador
en la presidencia.